jueves, 17 de agosto de 2023

Ganitas de tema (1)

Por aquí cuando un niño pequeño está hostigoso y protestón, incómodo, aburrido (y encima con este calor) y se le ve que quiere liarla, se dice que tiene ganitas de tema. Eso me parece que tengo en estos momentos (será el calor), porque he hecho un comentario rápido y un poco provocativo en Twitter, he recibido rápidamente unas cuantas respuestas que no me dan la razón en absoluto y, en vez de dejarlo y olvidarme del asunto, o de reorientarlo drásticamente, insisto trayéndolo aquí para desarrollarlo más extensamente, ponerme aún más claramente en ridículo, e invitaros a que me manifestéis también vuestro desacuerdo y me bajéis aún dos o tres peldaños más en vuestra escala de apreciación.

Que conste que ni porfío por tener razón ni pretendo convenceros de nada, pero este blog es muy bueno para mi equilibrio mental y mi paz interior, y mi psicólogo me dice que lo cuente todo y me desahogue, así que allá voy. Tomadlo como una opinión, que intentaré explicar, pero que ni mucho menos pretende ser la verdad ni haceros verla.

Otro opinador, seguramente tan infundado como yo, pero con infinito mayor talento e infinita mayor intuición, Le Corbusier, estuvo por primera vez en Barcelona en 1928, apenas dos años después de la muerte de Gaudí, y quedó impresionado con la potencia espacial, estructural y plástica del arquitecto catalán ("una fuerza, una fe y una capacidad técnica extraordinarias"), pero indignado por la ridícula decoración de sus obras. De la Sagrada Familia dijo: "¡Hay que descubrirse ante esta maravilla constructiva! Es de lamentar, sin embargo, que el sentido decorativo ahogue el razonamiento matemático. Hay un contrasentido extraño en la obra de este genio".

Pero a los pies del templo encontró por fin la obra para él perfecta de Gaudí: las humildes escuelas. Porque no tenían decoración y porque con un gesto amplio y lúcido resolvían la forma, la función, el espacio y la estructura.


Fue el único edificio de Barcelona que dibujó LC
en su carnet en esa primera visita de 1928

A mí también me gusta esa obra (algunos aspectos mucho, otro, que diré aquí, menos). Como aficionado a las estructuras de edificación, siempre he creído profundamente que estas no son una antipática necesidad que hay que resolver por obligación, y a las que hay que pedir que por lo menos no estorben a la concepción espacial del edificio, sino que son parte esencial de esa concepción espacial y han de formar parte de ella.

En definitiva, la estructura no "se superpone" a la arquitectura ni "se inserta" en ella, sino que "es" la arquitectura. Una buena obra de arquitectura no tiene la estructura "además", sino que "es" la estructura integrada en todo. Y con esto no quiero decir que la estructura tenga que ser espectacular ni protagonista. (A veces, como en este caso, lo es). No: Me refiero a que la estructura tiene que ser coherente con el resto del proyecto y estar perfectamente integrada e imbricada en él.

Estas modestísimas escuelas de Gaudí son unos cerramientos ondulados y una cubierta reglada. Ahí está todo.

Esquema de los sistemas de cerramiento
y de cubierta, por Josep Maria Adell

Es un ejemplo palmario de una estructura que configura la idea arquitectónica básica del proyecto. Una estructura perfecta (o "casi") en ese anhelo de coherencia y de adecuación e integridad. Consiste en unas viguetas o correas que se "balancean" sobre una directriz horizontal colocada en el centro, y ese "abaniqueo" forma un conoide complejo que podemos dividir en dos familias (a este y a aquel lado de la directriz recta central) que a su vez tienen dos subfamilias (con la curva de las directrices extremas hacia arriba o hacia abajo). Cuando la curva de un extremo es hacia arriba la del extremo opuesto es hacia abajo, y viceversa.

¿Podemos hablar, como insinúa Le Corbusier, de una estructura perfecta? Pues yo no, a pesar del gesto loable. Y no es que quiera llevarle la contraria al Corbu (pero si hay que llevársela se le lleva), ni criticar a Gaudí (pero si hay que criticarle se le critica).

Lo primero que veo es que materializar la directriz horizontal con una viga de acero laminado es de una cierta torpeza, ya que esa línea sería mucho más elocuente y elegante si quedara en la virtualidad geométrica, puesto que las viguetas de madera podrían ser de un solo vano, apoyadas solo en las dos fachadas opuestas. Pero, claro, esto las haría de 10 m de luz en vez de 5 m, y deberían tener una sección considerable, aparte de que obtener piezas enteras de 10 m es difícil y habría sido necesario hacer algún tipo de vigueta armada, compuesta o reforzada, lo que dada la época, la disponibilidad y el presupuesto lo haría prácticamente inviable.

De acuerdo: la directriz recta se queda. Al fin y al cabo tampoco está mal que una línea que en principio es un mero concepto se convierta en algo físico. Vale. Y, a mayor abundancia, así tiene un cierto carácter pedagógico que explica la generación de la forma. Se queda.


Pero lo que sí me parecen inadmisibles son los pilares. Esos sí que ya no tienen nada que ver con el resto de la estructura, ni tampoco con el espacio, ni con la función, ni con nada. ¡Quedan incluso dentro de las aulas, estorbando!

Vi estas fotos y no salía de mi asombro. ¿Qué pintan ahí los soportes de acero? ¿Por qué no los colocó en los tabiques divisores, o por qué no hizo estos portantes?



Luego pensé que las escuelas fueron bombardeadas e incendiadas en la guerra civil y que la reconstrucción pudo no ser muy fidedigna, así que he busqué fotos originales de la época, pero para comprobar que la cosa ya era así desde el principio.

La disposición de pilares sigue un ritmo y un trazado que no se corresponde con la distribución de las aulas en planta y acaba saliendo lo que quiera salir.

Ahí se ve la distribución de los pilares en función de una hipotética prolongación de las curvas de las paredes, en una interpretación un tanto forzada y discutible (a mi juicio) de Josep Mª Adell.

Y aquí se ve la planta dibujada por el mismo Gaudí. (Digo que he estado buscando fotos de época para confirmar lo de los pilares y resulta que se puede ver incluso la planta de proyecto). Se ven perfectamente los pilares (que he remarcado con circunferencias rojas para que los veáis mejor). Yo, que soy el peor de los arquitectos, habría hecho de carga los tabiques divisorios, o habría encastrado los pilares en ellos. Habría quedado la viga directriz de tres vanos en vez de cuatro, y por lo tanto con una sección un poco mayor, pero eso sí que no habría sido ningún dispendio, y las aulas habrían funcionado mucho mejor.

Lo que me pasa también es que esa estructura tan acertada en la foto aérea o en la axonometría de correas no me lo parece tanto en la planta. Al final las divisiones de las aulas son planos verticales que ni se coordinan con los pilares ni con las olas de las fachadas ni con las de la cubierta. Al final cada vez me parece más un capricho bastante discutible.

Me doy miedo a mí mismo criticando a Gaudí, a Le Corbusier y al profesor Adell. Me van a llover palos (merecidos) por todas partes. Y eso que interrumpo aquí porque con lo que sigue quedaría muy largo, y evito por ahora el colofón, que ya es pa matarme.

Ay, cómo me pongo en verano. Es este agobio, este calor, estas ganitas de tema.

El verano ya llegó, ya llegó, ya llegó
y la fiesta comenzó, comenzó, comenzó.
El verano ya está aquí para hacerte feliz.
Llénalo de colores, de sueños y amor.

Va a ser eso. Seguro.



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Nota. Esta entrada y la siguiente (que no deja de ser esta misma, pero que troceo por el exceso de extensión) me han sido sugeridas por la lectura del muy interesante libro El papel de la estructura en el proyecto de Arquitectura, del profesor de estructuras de la ETSAM José Luis Fernández Cabo, editado por el Instituto Juan de Herrera de la ETSAM y a su vez de la UPM en 2017; pp. 387.
Quiero agradecerle al autor, a quien no conocí, y también a la profesora de estructuras de la ETSAM Mª Dolores García Alonso, quien, por mediación de mi querido amigo Emilio, me consiguió este libro inencontrable para mí y cuya búsqueda infructuosa me tenía muy desanimado.
Por supuesto que las ganitas de tema son solo mías. El profesor Fernández Cabo explica muy bien las estructuras, de las que sabe muchísimo más que yo, y soy yo y solo yo quien aventura esta crítica petulante.

10 comentarios:

  1. Ninguna figura (histórica o mediática) de la arquitectura debe estar exenta de crítica (con el respeto que su trabajo merece). Excelente entrada.

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  2. Efectivamente, criticar a Gaudí y a Le Corbusier es de una osadía inaudita. Le doy toda la razón, el ridículo en el que usted se pone es inmenso. De todos modos no le faltarán aduladores, como siempre.

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    1. Creo que toda persona que pretende mirar con algún afán de comprender algo tiene que ser crítica. El espíritu crítico no puede faltar nunca. Todo es criticable, y renunciar a la crítica es adoptar la postura del acólito y del fanático.
      Por todo ello, y con la inmensa admiración que les profeso a estos gigantes arquitectos, me permito hacer una (pequeña) crítica que intento argumentar y razonar. Creo que usted habría quedado mejor diciéndome por qué cree que no tengo razón, indicándome las ventajas de esos soportes que quedan dentro de las aulas y enseñándome a ver algo que yo no había sido capaz.
      ¿Ridículo? Por supuesto. Escribir a tumba abierta lo que veo y lo que pienso me lleva a menudo a hacer el ridículo. Es un precio que pago con gusto por sentir la libertad de opinar. (Aunque siempre intento explicar por qué pienso lo que pienso, por qué veo lo que veo y por qué siento lo que siento). A cambio, de vez en cuando doy cerca del palo.
      En cuanto a mis supuestos aduladores, yo siempre he dicho que me siento muy feliz de tener más de lo que merezco, de recibir más cariño y más atenciones de las que debería, y eso es estupendo. Pero aduladores no son. No insulte a los lectores de este blog. Eso sí que no se lo consiento. La adulación conlleva una componente de servilismo y otra de hipocresía que conmigo no son necesarias en absoluto. Nadie tiene nada que ganar adulándome, así que le invito a creer que quienes celebran alguna entrada mía lo hacen sinceramente y sin ánimo adulador.
      Por último, francamente no sé si puedo sugerirle algo o darle algún consejo u opinión. No me veo capaz. Tan solo le pregunto qué coño le he hecho yo, por qué leches me dice usted estas cosas, qué pretende con ellas, a qué aspira, y le ruego por su bien y por el mío que deje de leer este blog, que a usted no le sirve para nada y no le ha de aportar nada bueno y sí algún que otro disgusto.

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    2. Aún a riesgo de quedar como un adulador, José Ramón estoy de acuerdo con tus palabras. ( aunque de lo de criticar a Gaudí ya hablaremos ... ).
      Solo añadir a tu palabras que lo que me parece realmente ridículo es acusar de hacer el ridículo a alguien que da la cara y argumentos desde el anonimato.
      Un saludo a ambos.

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  3. Siempre que he visitado la escuelas de la Sagrada Família también me han sorprendido esos pilares entre pupitres ... "eso no es digno de Gaudí" ... y llegué a la conclusión que al no poder ser error suyo tendría que ser de otro. Y quien mejor que el promotor.
    Siempre he creído ( sin base científica ni documental ) que en el proyecto original habrían 4 aulas, con lo que los pilares quedarían ocultos en los tabiques divisorios y estos coordinados con las olas de la fachada. Y aquí interviene el pérfido promotor que con la estructura levantada cambia las 4 aulas por 3.
    Las fotos de la época no desmienten mi teoría y el plano de Gaudí que nos muestras, y que desconocía, yo diría que tampoco ... en más de 40 años de delineante os podría mostrar infinidad de distribuciones con pilares en sitios absurdos producto de cambios de última hora.

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    1. Muchas gracias por tu no-adulación y por tus palabras, que parecen plausibles.
      Un cordial saludo.

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  4. Lo decorativo tiene también su razonamiento matemático. Le Corbusier era un talibán del rancionalismo y como todos los fundamentalistas intentan destruir lo que no comprenden. Maldito sea.

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    1. Es interesante que un poco más arriba se me ataca por criticar al gran Le Corbusier y ahora usted lo ataca a fondo y me veo obligado a defenderlo.
      (Bueno, Le Corbusier no necesita defensa).
      Este mes de agosto he tenido la suerte de ver alguna de sus obras y si ya era un gran admirador suyo desde siempre ahora estoy entusiasmado.
      Le Corbusier decora, y decora mucho. Lo hace con lenguaje y leyes formativas coherentes con la estructura y la idea total de la arquitectura. Es un gran maestro.

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    2. Le Corbusier no necesitará defensa para ud que ya está entregado. Pero muchos otros autores en libros y artículos no piensan tan indulgentemente. Como persona fue un miserable canalla, pro nazi, colaboracionista y antisemita admirador de Hitler y del fascismo italiano. Una auténtica escoria humana que decía perlas como : "París debe deshacerse de las masas inertes, de aquellos que no tienen verdaderamente nada que hacer en París y cuyo lugar se sitúa junto a la tierra o las industrias".Mientras otros personajes de la época como Neruda, el excelso poeta, ha sido calumniado últimamente con chismorreos de fuentes sesgadas ( y rebatidas si se tiene un mínimo interés en contrastar)por algunos canallas. Alguien que salvó la vida de miles de republicanos españoles .Como profesional, Le Corbusier,un sinvergüenza ultrajando la obra de una compañera como un vulgar graffitero o copiando descaradamente el trabajo de arquitectos soviéticos. Como urbanista, un auténtico talibán que hubiese derribado sin pestañear 40 hectáreas del casco histórico de Paris. Para Le Corbusier lo decorativo se reduce al uso del color y poco más, usándolo de " trampantojo" y con una teoria cromática delirante donde la policromía alteraba la pureza de las formas. Y por hablar de los problemas habitacionales de algunas de sus obras, que si fuese Calatrava ya lo habrían crucificado. En fin mil veces sea maldito sea semejante canalla.

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    3. Le Corbusier es uno de los privilegios que ha tenido la Humanidad.
      (No sé si lo digo claramente. En todo caso creo que se entienden bien nuestras posturas, que son irreconciliables).

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