miércoles, 29 de marzo de 2023

Edificios feos, bonito periodismo

(A David García-Asenjo
y a Carlos Polimón).


De este tema ya he escrito. Perdonad que me repita, pero es que los medios no paran. Ellos regurgitan esta murga cada cierto tiempo: LOS EDIFICIOS MÁS FEOS DE MADRID, y vuelvo a hacerme eco. Quizá no debería, porque es siempre lo mismo y ya aburre, pero es que esta vez el número uno es de mi maestro, mi querido Juan Daniel Fullaondo, con José Luis Íñiguez de Onzoño, y eso me ha llegado al corazón.

Al menos han puesto una buena foto. (La de la Wikipedia)

No conocí a Íñiguez, pero por las cosas que le he leído y por lo que Fullaondo contaba de él estoy seguro de que se habría reído. Desde luego Fullaondo sí sé que incluso se sentiría orgulloso de encabezar ese ranking. No es fácil. El listón está muy alto.

Creo que para alcanzar la meta les ha beneficiado mucho que el que se exhibe en cabecera, el famoso edificio de viviendas de Sanchinarro, no se mencione después en el texto, lo que por otra parte muestra una preocupante falta de atención y de continuidad discursiva en quien ha escrito el libelo. ¿Le parece feo lo de Sanchinarro o sí pero no? Me deja en ascuas. Lo pone como estandarte del feísmo pero luego no lo incluye en la lista. Qué poca seriedad.

domingo, 19 de marzo de 2023

Padre

Desayuno muy a menudo en una churrería que lleva un antiguo futbolista local con su familia. Es un sitio pequeño y antiguo (por no decir viejo). Como además hacen unos churros y unas porras excelentes suele estar muy lleno a la hora crítica.

La zona de atención al público es de planta rectangular y tiene una barra de lado a lado justo enfrente de la puerta de acceso. En las otras tres paredes hay una pequeña repisa corrida donde apoyar el desayuno, que se trae uno mismo desde la barra.

La repisa tiene pocos centímetros de anchura. Tan pocos que el plato de las porras queda en voladizo
(pero por lo menos su centro de gravedad está dentro)

Las paredes están alicatadas hasta algo más de un metro y medio de altura con azulejos marrones veteados de forma lobulada, que hablan de otros tiempos y que hoy, tras haber rebasado ya la categoría de "horteras" han entrado por derecho propio en la de "vintage".

martes, 14 de marzo de 2023

Arquitectura y pulpo á feira

que me hacen comprender cosas. 


Le acaban de dar el Premio Pritzker al arquitecto británico (quiero decir gallego) David Chipperfield, y lo primero que me he llevado ha sido una sorpresa: Yo creía que ya lo tenía. (Para que os fieis de este blog. Su autor no sabe qué insignes arquitectos cuentan con el galardón).

Quien sí está siempre al corriente de todo es mi admirado compañero y amigo Jaume Prat, y ha escrito esto tan sabia, documentada y provocadoramente que no tengo más que aportar; así que me limito a remitiros a su texto, lleno de conocimiento y de visión inteligente.

Yo solo quiero comentar una de las cosas que él dice, y que me animan a aportar mi torpe visión. 

El hostelero David Chipperfield en el Bar do Porto, Corrubedo (La Coruña)

Jaume dice que la arquitectura no son los objetos producidos por los arquitectos, sino un hecho complejo y multifactorial. La arquitectura no son los edificios, sino lo que los edificios permiten que pase. "La arquitectura se basa en las relaciones. Relaciones entre personas y su actividad, entre personas y un lugar acondicionado que les permite realizar actividades como habitar, tratarse entre ellos, trabajar, identificarse, emocionarse con un lugar".

miércoles, 8 de marzo de 2023

La placa secreta

Nunca he asistido a la ceremonia de colocación de la primera piedra de un edificio. He hecho bastantes, e incluso algunos públicos, que son los que más se prestan a algo así, pero no se ha dado el caso.

En ese rito solemne se reúnen los agentes que van a llevar a cabo el milagro de la construcción, y en un hoyo practicado a tal efecto reciben con mortero o similar la supuesta primera piedra del edificio (es mentira: no tiene nada que ver con este y se quedará enterrada ahí, desvinculada de la obra)(1). La autoridad representante de la propiedad deposita junto a la piedra unas monedas, un periódico del día y algún otro objeto simbólico como testimonio del tiempo en que eso se construyó, para que se pueda saber en un futuro lejano, cuando a alguien le dé por hurgar en el hoyo.

En la novela La arquitectriz(2) Plautilla Bricci, su narradora y protagonista, cuenta la emoción, la responsabilidad y el miedo que sintió al poner la primera piedra de la Villa Benedetta ("El Bajel"), proyectada por ella en la colina del Janículo de Roma. Entre los objetos simbólicos que entierran se encuentra una placa de plomo grabada con un texto.