(No pensaba añadir ninguna entrada más a las dos anteriores, que di por concluidas, pero me he encontrado con esta historia y creo que tiene mucho que ver. Además, en las anteriores me refería a la importancia de los habitantes y a la muy poca de la arquitectura, y aquí, para compensar un poco, sí quiero señalar que la arquitectura puede tenerla, y mucha).
EL ÚLTIMO CLIENTE
A mi contacto de bluesky C6H4(CH3)(NO2),
@nitrotolueno.bsky.social, que me dio esta
preciosa información: el último cliente.
Roland Reisley ha cumplido ciento un años en mayo pasado y es el último cliente vivo de Frank Lloyd Wright.
Ahí lo tenéis, en la terraza, bajo el voladizo, de su casa de Pleasantville, NY, que la Frank Lloyd Mopnograph fecha en 1951(1).
Ronald no solo es el último cliente vivo de Wright, sino que además lleva viviendo setenta y cuatro años, ininterrumpidamente, en la casa que el arquitecto le diseñó.