En la escuela de arquitectura de Madrid (supongo que como en todas) funcionaba muy bien el mercado de libros de texto de segunda mano. En el tablón del hall unos pinchaban papelitos diciendo que vendían uno y en seguida otros llamaban para comprarlo.
En cuanto uno de esos compradores conseguía aprobar la asignatura pasaba a ser vendedor del libro, que no le había suscitado cariño ni interés, pues solo se trataba de pasar por él como una enésima prueba más obligatoria para llegar a la lejana meta. (Antes he dicho que era un mercado de libros de segunda mano; por lo que acabo de escribir se entiende que más bien eran de quinta, sexta o séptima mano).
Uno de esos libros que se compraban y vendían indefinidamente era el Angulo, obligado para la asignatura de Historia del Arte de segundo. Aunque no se seguía especialmente (o al menos mi profesor no lo hacía), nos era indispensable.
Era un buen libro, pero al que entonces, como a todos los demás, no le tomábamos ningún aprecio. Una especie de guía telefónica llena de nombres que nos teníamos que aprender de memoria (aún me recuerdo recorriendo el pasillo de mi casa cien veces recitando escultores griegos o catedrales góticas francesas), y que una vez aprobada la asignatura nos quitábamos de encima por cuatro pesetas.
Sin embargo la edad es nostalgia, y ahora, a mis sesenta y dos años lo recordaba con cariño. (Lo que recordaba con cariño eran mis dieciocho o diecinueve años, no nos confundamos). El caso es que lo he visto en una plataforma de libros de viejo, a un precio ridículo, y me lo he comprado. Et voilà.
Aunque su texto no se seguía a rajatabla y nos manejábamos por apuntes tomados en clase, antes he dicho que era imprescindible, y lo era sobre todo por la gran cantidad de ilustraciones pequeñitas y en blanco y negro que traía. (Ahora que lo tengo miro y veo que el tomo I tiene 793 y el tomo II 1296. También leo algún párrafo al azar y veo que sigue siendo un buen libro. El tema es tan vasto que poco puede profundizar, pero lo que cuenta es claro y limpio, y parece muy bien fundamentado).