Por estas cosas que pasan en la vida, y porque estoy todo el rato dando vueltas y me expongo a todo tipo de contactos y se me cruza gente muy rara, he dado con un supervillano de esos que quieren dominar el mundo o, en su defecto, destruirlo, le he caído bien y me ha encargado el proyecto de su nuevo centro de operaciones.
El complejo consiste en una guarida de lujo*, una oficina para las extorsiones y los chantajes, un laboratorio de armas químicas, bacteriológicas y nucleares y una base de lanzamiento de misiles teledirigidos cargados con esas armas. Un proyectazo. Me ha regateado un poco mis honorarios (menos que otros clientes, la verdad) y nos hemos puesto a buscar emplazamiento.
Es difícil encontrar un lugar en el que poder hacer algo así, pero después de buscar por muchos municipios hemos encontrado un sitio idóneo. Naturalmente no lo puedo decir**.
Como siempre que se va a empezar un proyecto, he ido al ayuntamiento y he consultado la normativa urbanística. La ordenanza de aplicación en ese solar es sorprendente, increíble. Nos viene a huevo: O ha sido escrita por un idiota o por un cómplice de mi supervillano, porque ha dejado entreabierta la puerta para que entremos a cumplir nuestros sórdidos fines. Y es que los usos permitidos en la finca en la que mi cliente quiere establecerse son:
Fotografía sin manipular. La ordenanza dice eso.
1.- Vivienda colectiva.
2.- Vivienda unifamiliar agrupada, en fila, aislada y pareada.
3.- Comercio.
4.- Oficinas.
5.- Hotelero.
6.- Deportivo.
7.- Sanitario.
8.- Religioso.
9.- Cultural.
10.- Industria artesana.
11.- Almacenes.
12.- Etcétera.
¿Etcétera? ¡No puede ser! ¿Etcétera? Sí. ¡Etcétera! ¡ETCÉTERA! De verdad.