Era el gran arquitectingenierescultor del mundo. El megaestrella de las estrellas. El alfa y el omega.
¡Guau! ¡Cómo era! ¡Qué tío!
Y ahora, como por ensalmo, ha pasado a ser un apestado, el peor arquitecto del mundo, el ingeniero impresentable, el horror.
Nadie le quiere (ahora), y nadie pierde la ocasión de mencionarle para ponerle a parir, venga o no venga a cuento.
(Por ejemplo, en un ruborizante artículo de Vicente Verdú en el que se elogia a Foster hasta la vergüenza ajena -se menciona incluso lo bien que folla-, se aprovecha de paso, sin ton ni son, para decir que Calatrava es "un gran masturbador". Y así todo).
Uno se queda de piedra leyendo estas cosas.
Y constata, por enésima vez, lo miserable que es la gente.
Ya sabemos que siempre, bajo cualquier circunstancia, todo el mundo acude corriendo en socorro del vencedor. Nunca hay suficientes alabanzas, suficiente coba, peloteo y baboseo. Calatrava conoció esto y lo disfrutó. ¡Mas ay de ti si caes! Todo lo que era adulación y repugnante halago se vuelve un no menos repugnante insulto, desprecio, burla.
¡Ah, que no os escondéis! ¡Que no sólo no os escondéis avergonzados sino que ahora hacéis chistes sobre él y le sacáis motes! ¡Ah!
Claro: Sois los mismos. Quienes corréis siempre presurosos a socorrer al vencedor sois los mismos que le tiráis a la adúltera la enésima piedra. Nunca la primera piedra; eso jamás; eso es arriesgado. La trigésima quinta, y sólo cuando ya esté muy malherida y, a poder ser, moribunda.
Así sois. Qué asco.
La prestigiosa revista EL CROQUIS -para una explicación urgente de lo que entiendo por "prestigiosa" en este contexto puedo decir "cara"- le dedicó a Calatrava dos números monográficos tipo tochaco: El nº 38 y, años después, el nº 57.
Dos monografías elogiosas, en las que sólo había unas palabras tímidas (y valientes) de Fernández Ordóñez que hacían alguna leve crítica (por otra parte bastante contemporizadora, pero es que le llamaron para que alabara, y al menos no lo hizo descaradamente).
Bueno, pues después de esos dos números monográficos llegó el éxtasis cuando EL CROQUIS los fundió en uno solo. El magno (y ya carísimo) 38+57.
Todo un despliegue editorial.
Fue hace tiempo. Tanto que no les queda ni un ejemplar. Nada. Si clicáis aquí y escribís CALATRAVA en el buscador no aparecerá nada. Sólo falta que os conteste: "¿Quién es ese? Por aquí no le conocemos de nada". Está descatalogado. Hombre: Era entonces tal objeto de deseo, y el colectivo de arquitectos tenía entonces tanta pasta, que supongo que se vendió absolutamente todo. Pero también imagino que si quedó algún ejemplar en el almacén lo habrán tirado por el váter.
Quienes antes le jaleaban ahora le niegan no sólo tres veces: Mil veces.
Calatrava nunca me ha parecido un arquitecto. Es que no lo es. Un arquitecto no hace esas cosas. Un arquitecto no hace lo de Oviedo, por ejemplo. Ni casi nada de lo que ha hecho. La sorpresa disneylandiana, la chorrada, el gadget divertido (e inútil, y carísimo, y muy fácilmente estropeable) no lleva detrás casi nada.
Lo he dicho otras veces: El nombre de este blog surgió pensando en este tipo de seudoarquitectos y en la estulticia y la autocomplacencia de quienes tenían que haber hecho crítica y docencia y no la hicieron. ¿Qué pasa aquí? ¿Es que nadie va a decir nada? ¿Es que nadie se da cuenta de nada? ¿Estamos locos? ¿Arquitectamos locos?
No soy la persona idónea para hablar bien de Calatrava, porque nunca lo hice. Pero reconozco que, igual que me indigné entonces ante tantos cánticos laudatorios sin encontrar ni una sola voz discordante, ahora me estoy empezando a indignar por lo contrario. ¿Es que no ha hecho ni una sola cosa buena?
Vale. Los desastres constructivos son imperdonables y además son indiscutibles. Pero que conste que a Foster (el octogenario follador) le bailaba intolerablemente el Puente del Milenio sobre el Támesis, a Moneo se le agrieta la residencia del Embajador de España en Washington, etc. Todos los arquitectos han tenido algún que otro disgusto. (Aunque la verdad es que Calatrava los tiene en casi todas sus obras. Y, aún peor, parece que ni siquiera sufre disgustos. Parece que se queda tan pancho. Le resbala. Ni siquiera se avergüenza).
También hay que decir que en esas macroobras intervienen muchos técnicos, muchas empresas especializadas, muchas consultorías. ¿De verdad lo del trencadís de Valencia es sólo culpa de Calatrava?
No entremos, pues, en siniestros (aunque son fundamentales; tanto que invalidan cualquier idea arquitectónica). No es que yo no les dé importancia. Por supuesto que se la doy. Es que son tan elocuentes que no merece la pena basar mi juicio en ellos.
Vamos a otra cosa: Respetamos y admiramos a los arquitectos implicados en su obra, interesados en la organización de los espacios, en su cualificación, en la relación con el entorno, etc. Por modestos que sean son el espejo en el que nos miramos.
Calatrava no hace nada de esto. No le importa. Le importa hacer curiosas estructuras seriadas y simétricas, moluscos o cascos de Dark Vader. Y si los cascos tienen alguna pieza móvil, pues mucho mejor. Miel sobre trencadís. Si la visera sube y baja mediante pilares-pistones entonces es la bomba. Es la mejor forma de embaucar a políticos tan ignorantes como corruptos, que derraman el caudal de las arcas públicas (y de paso se quedan con algunas salpicaduras) sobre quien les hace una visera que se abre y se cierra. Son como niños tontos que se quedan fascinados con las bobadas. No quieren arquitectura, quieren la diversión y la sorpresa que les proporciona el artista fallero.
Vale. Eso es evidente. Repito: ¿Por qué no lo vio nadie antes? ¿Por qué no lo dijo ni lo escribió nadie cuando Calatrava era divo?
Y, sin embargo, ahora que nadie le defiende siento la necesidad de decir algo bueno de él. Es kitsch, vale, es un fabricante de sucedáneos que en vez de hacer arquitectura hace shows. De acuerdo. Pero aun así tiene algún mérito. Y alguien debería recordarlo ahora.
Por ejemplo: En muchas de sus primeras obras importantes el problema a resolver era cubrir un espacio (Estación de Ferrocarril en Lucerna, Escuela Superior de Wohlen, Centro Comunitario Bärenmatte...). Yo veo una elegante secuencia de elementos estructurales, que a la vez son configuradores del espacio, cerramientos, etc. Tiene soluciones muy ingeniosas. Es cierto que le pierde su propia fascinación, que le embriaga el automatismo geométrico, como a los niños con esas plantillas en que se insertan unas elipses o unas estrellas dentro de un hueco circular y giran unas sobre otras... No lo sé explicar. Vamos, esto:
Pero aparte de esa fascinación infantil (que, como todo el kitsch, produce un efecto aparentemente muy complejo pero movido por un ánimo muy simplón, o, mejor dicho, muy facilón), la verdad es que supo configurar y matizar espacios arquitectónicos de calidad.
Dejémoslo ahí. Ya he dicho algo amable sobre su obra. Y lo digo sinceramente.
Creo que Calatrava nunca fue un arquitecto, pero fue un pintoresco hacedor de formas, un niño travieso de las simetrías y las series, lo cual no es poco. Está más que bien.
¿Qué falló? Creo que, por una parte, un innecesario y tonto afán metafórico (biblioteca evocadora de la disposición de las hojas de un libro, arcos inspirados en violines, puentes que remiten a la cornamenta de un toro, centros de las artes visuales que recuerdan a un ojo...) y por otra parte una caída en el éxito fácil, una pérdida de exigencia.
Encargos fáciles, dinero fácil y muy abundante... Todo eso hace que uno no se replantee las ideas, no las revise ni las someta a prueba, sino que todo valga a la primera. No se meditan las cosas, no se les busca otra segunda vuelta. También hace que uno no estudie a fondo las consecuencias de las decisiones que toma: ni de las formas caprichosas ni de los materiales ni sistemas constructivos que emplea para materializarlas. Todo ello en primera instancia produce edificios innecesarios, agresivos, simplones, mal pensados y tontos, y en segunda hace que se caigan a trozos.
La gente se escandaliza de esto último: De que estas inmensas paridas se deterioren. Pero, repito y repito, nadie se escandalizó cuando eran inmensas paridas nuevecitas, brillantes y fascinantes. Tan brillantes y fascinantes que atontaron la percepción y las inteligencias (racional y emocional) de todo el mundo.
El problema no es que al hermosísimo caballo se le hayan caído los jaeces y se le haya deslustrado el pelo. El problema es que nunca fue un caballo. Y sobre todo, el inmenso problema es que todo el mundo sabía que no era un caballo, por muchos mantones y gualdrapas brillantes que llevara, y nadie lo quiso decir.
Si no lo quisisteis decir entonces, callaos ahora.
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Pues a mi modesto entender no es tanto culpa de Calatrava como de los políticos corruptos y megalómanos que querían tener un juguetito como su compañero de la CCAA de al lado de uno u otro signo, que tanto da. Llevándose su diezmo, como bien dices...
ResponderEliminarExcelente Post, me atrevo a comentar algunos puntos:
ResponderEliminar1.- Calatrava pasa ahora por el juicio del Padre Tiempo -con mayúscula al inicio- el que sopesa, desenmascara todo y pone a cada cual en su exacto lugar. Es como la pulsera de iones, ahora sabemos que es un mito más.
2.- Las obras iniciales de Calatrava por supuesto cuentan con la avidez, el ingenio, la chispa y la creatividad de quien trata de afianzar su visión del mundo y convencer desde ese sitio. Logrado eso, se volvió como sus propias estructuras, repetitivo y retórico.
3.- Por si lo anterior no fuera suficiente y a modo de punto final coincido plenamente con el post: "Calatrava nunca me ha parecido un arquitecto. Es que no lo es. Un arquitecto no hace esas cosas"
Saludos y me ha parecido excelente el post. No conocía el blog y voy a dar un paseo. ¿hay twitter?
Éric.
Muy de acuerdo, incluso en el elogio del temprano Calatrava que, como otros, postmoderneaba sin hacer mucho daño. Y por supuesto en lo demas. Los que llevamos años intentando explicar a amigos y allegados por qué Calatrava era un mojón nos tomamos ahora la venganza, muahahahaha!!!
ResponderEliminar¡Muy bien! Claro, verdadero, y contundente. Enhorabuena, am
ResponderEliminarA pesar de que las críticas al Sr. Calatrava abundan últimamente, en las Escuelas de Arquitectura (o al menos en la de Sevilla) su desprecio ha sido una constante, y al menos desde mi experiencia siempre he escuchado un discurso similar al que el autor expone con elocuencia.
ResponderEliminarPersonalmente siempre he sido de la opinión de que las críticas a Calatrava no son sino un chivo expiatorio que la Modernidad (*) usa para redimirse de sí misma. La crítica a sus obras podría extenderse a muchas otras que han hecho uso y abuso de la denominada arquitectura icónica hasta el punto de haber pretendido anular los iconos que la predecían.
(*) Entiéndase modernidad como el conjunto de ideas que sustentan el entramado teórico o conceptual de la arquitectura de los últimos cien años y que proyecta en Calatrava los vicios que le son inherentes y que se han intensificado durante los últimos quince años. No hace mucho publiqué una entrada en la que la crítica a Calatrava lleva otros derroteros:
http://otraarquitecturaesposible.blogspot.co.uk/2013/10/santiago-calatrava-o-la-penitencia-en.html
Yo lo dije!!!
ResponderEliminarEn un principio, serás juzgado por la que falles o aciertes de cada cien, pero al final, el tiempo es el cobrador a domicilio de las facturas de la vida.
ResponderEliminarhttp://www.soitu.es/soitu/2009/05/28/info/1243522980_138217.html
ResponderEliminarpor mi que se caiga el trencadis entero, lo que me hunde como valenciana y arquitecta es que en un puente diseñado por él y aprobado por los organismos a causa del cambio de rasante hayan habido varios accidentes mortales en él. la solución fue poner un semáforo en el cambio de rasante.
Yo creo que es el menos feo de los hermanos: http://www.youtube.com/watch?v=-t70Qnucons y el que tiene mas estudios ¿ También es abogado? Es un vecino muy majo que siempre saluda.
ResponderEliminarManossaltarinas53.
Bien y no tan bien... De acuerdo en algunas cosas y en otras no. Cierto es que interiormente su arquitectura es un desastre. Como en muchos arquitectos, sólo que en su caso es más notable por hacer todo a lo bestia. Antes de que su obra se convirtiese en un refrito de refrito de la Ciudad de las Ciencias, se le intuía imaginación, chispa y valentía. Algo necesario en la profesión y que actualmente se confunde con edificios estúpidos y cuadrados.
ResponderEliminarComo diseñador industrial, y posteriormente arquitecto, he aprendido que lo que se diseña (o proyecta) no es para los compañeros de profesión, si no para el cliente. La Ciudad de las Ciencias gusta a todo el mundo menos a los arquitectos. Hasta ahí, luego se repitió hasta la saciedad y sólo gustaba a los políticos. Sinceramente, soy mucho más pragmático que todo esto, y sobra toda esa tontería filosófica en torno a la arquitectura. Eso nos hace perder mucho terreno frente a los ingenieros, que nos tachan de artistas (que no es malo, sólo que somos más técnicos que artistas). Calatrava es un fuera de serie, solo que cayó en la comodidad de que sus colaboradores le hicieran el trabajo (nefasto, por cierto) apoyándose en su egolatría.
Creo que cuando pase todo esto y vuelva a sus orígenes, dentro de unos 10 años, volveremos a tener un gran arquitecto que volverá a salir en la prestigiosa y cara revista CROQUIS.
Y ahora a trabajar. Saludos para todos.
".........solo que cayó en la comodidad de que sus colaboradores le hicieran el trabajo....."
Eliminaresto solo confirma su mediocridad, falta de seriedad, su falta de escrúpulos y su falta de pragmatismo que pides
"..............con edificios estúpidos y cuadrados....", se referirá esta persona a Le corbusier?, menudo lío tiene
Total coincidencia con arquitectamoslocos.
seguro vos sos mejor que el...
ResponderEliminarEn la biblioteca de la ETSA de Sevilla era habitual ver sus monografías aburridas en los estantes, sin nadie que las cogiera. Desde el departamento de Proyectos no se veían bien sus trabajos y eso siempre se refleja en el interés de los alumnos.Las críticas de los compañeros están claras, es literal en las formas, ególatra y siempre juega a repetir la misma curva casi como un gesto de prestidigitador, aunque atrae a la mayoría del público, sorprendido por la espectacularidad y el reto espacial.
ResponderEliminarEl problema es que ese formalismo extremo tiene una difícil solución técnica, que en algunos proyectos parece que casi se ha despreciado y en otros simplemente no se ha resuelto bien. A cualquiera le puede salir una gotera, es cuestión de visibilidad que sea un problema privado o portada nacional. Si además te cuentan cómo se producían algunas de sus contrataciones, Valencia Style, se multiplica el efecto negativo y tenemos la tormenta perfecta.
Saludos
Ismael
Gracias por el artículo, hace tiempo que me parecía necesario hablar sobre esta elección de cabeza de turco.
ResponderEliminarYo no puedo defenderle, si me gustase su Arquitectura lo haría, pero tras deslumbrarme su exposición en Nuevos Ministerios, cursaba yo segundo, a medida que fui aprendiendo a proyectar mi gusto se fue alejando de estas soluciones tan formalistas formalismos.
Pero tampoco me hago el estupendo, estuve en la Ciudad de las Ciencias y aunque no me "gustase" hice mis cientos de fotos, no me tiré de los pelos ni predije los siete males.
Ahora ha caído en desgracia por sus relaciones con lo más corrupto del PP pero algunas críticas son injustas.
Se habla mucho de lo que cobró por un proyecto de unas torres que no se llevaron a cabo, ¡cobró un proyecto!, madre, delito, cobrar un proyecto. Es lo que deberíamos exigir todos, si luego no sale adelante no es culpa nuestra.
Muchos de sus proyectos tienen defectos, las naves a dos aguas no suelen tenerlas, en tiempos con dinero se arriesgó y hay soluciones que han salido mal, pero en Valencia lo que sorprende no es lo del trencadís, sino que lo demás se sostenga.
Cuando a Miralles+Pinés se le cayó el polideportivo la culpa fue de la contrata, cuando a Miralles+Benedetta se le multiplica el presupuesto de Edimburgo, son cosas que pasan.
Calatrava lo ha hecho mal, pero en la Arquitectura y la construcción a veces las cosas fallan. Propósito de enmienda sí, linchamiento no.
Muy bueno.
ResponderEliminarTe falta un dicho: "a moro muerto, gran lanzada"
Muy buen artículo, opinando a contracorriente se vive peor pero por lo menos no eres un extremista. Calatrava ha sido el producto, metáfora, medio y finalmente víctima de todo lo que ha pasado en Españistán en los años 2000-2008. Herramienta de lo más podrido de la casta política, recibió elogios, sobres (presuntamente) y ninguna crítica, y ha caído como todo el humo que se vendió en aquellos años.
ResponderEliminarComo, por otro lado, la profesión entera.
Si se consulta Santiago Calatrava en las versiones de Wikipedia (inglesa, francesa, alemana, italiana, ...) sólo es en la española donde aparece muy duramente criticado ocupando la crítica prácticamente la mitad del contenido de la biografía.
ResponderEliminarLa cantidad de premios internacionales recibidos por Calatrava es impresionante y, como habéis dicho, un éxito tan grande y tan temprano, como pasa con muchos jóvenes cocineros con estrellas Michelin, acaba por convertir esto en un negocio más. Os pongo un ejemplo, Calatrava podrá ser todo lo denostado que queramos pero lo cierto es que es el único español que tiene una Gold Medal de la UK Institution of Structural Engineers. Vid. http://en.wikipedia.org/wiki/Institution_of_Structural_Engineers#Gold_Medal_Award
En 1991 la recibió Oleg Zienkiewicz, un monstruo de los elementos finitos, y en 1992 Santiago Calatrava.
Hoy en día Foster, Calatrava, Hadid,... existen ya sólo como marcas de construcción. Creer que pone los drenajes y recubrimientos Calatrava es tan absurdo como creer que Steve Jobs participa en el circuito electrónico de tu iPhone. Sencillamente alguien que presume de participar en 400 proyectos en todo el mundo no participará más que con su firma y, a lo sumo, en un par de bocetos en servilleta vendidos al político de turno entre copa y copa de vino.
Los aspectos positivos de la marca Calatrava son evidentes: impacta, es limpio, sabe crear hitos y atraer turistas, tiene un atelier rentable (que es más de lo que podemos decir muchos ingenieros y arquitectos) y ha hecho que una generación de ingenieros -en la que me incluyo- se sienta atraída por la arquitectura y una generación de arquitectos se sienta atraída por la ingeniería de estructuras. Los aspectos negativos son también de sobra conocidos.
Yo creo que es muy facil echarle la culpa al arquitecto de si algo sale mal es culpa suya y arreglado, pero entoces ¿ quien puso eso ahí lo hizo perfecto ? El trencadis por ejemplo el no lo puso y se le echan las culpas a el, que puede que tenga un fallo pero el no es el único que diseña el edificio, y con los escándalos de los puentes de cristal, ahí se suele hacer un concurso y se elige el mejor diseño, y se supone que no se tiene que mirar solo lo bonito ¿verdad?.
ResponderEliminarEs muy fácil criticar pero a la hora de la verdad solo critican gente que ni si quiera ha estudiado la propia carrera