jueves, 17 de febrero de 2011

La verdadera arquitectura funcional

Creo que soy un funcionalista (más o menos), porque siempre he pensado que las cosas diseñadas para que funcionen bien son por ende hermosas.
(Eso mismo pensaba Fisac, que una tarde en la escuela nos contó que las mujeres hermosas lo eran porque "funcionaban" bien, y nos explicó diversos problemas de salud de las muy chatas, o muy narigonas, etc).
Bueno, pues cada vez estoy más convencido de que todo eso no es cierto. La arquitectura funcional que tanto amamos es más plástica que funcional. Mies no es funcional en absoluto (hace auditorios paralelepipédicos, sin importarle la acústica, iguales a museos, aulas o fábricas). Corbu tampoco (siempre le importa más la plástica que la función).
Yo pensaba que las máquinas de afeitar eran bellas (que lo son) porque eran funcionales (que lo son), pero ahora reparo en que los bordes de goma rugosa, dispuestos funcionalmente para que la afeitadora no se resbale de la mano, hacen hexágonos, rombos, olas, espirales, círculos, etc, totalmente caprichosos, pensados para ser bellos, y también tienen bellas combinaciones de colores. La idea es que funcionen, y luego la belleza es una propina añadida. Me parece muy bien, pero entonces no es verdad mi anterior creencia (y la de Fisac) de que sólo por funcionar bien ya se es bello. (El propio Fisac hizo algunos edificios muy bellos, y algunas vigas muy poco funcionales).
Creo que la verdadera arquitectura funcional es el "aquí te pillo, aquí te mato" de resolver los problemas de uso que se plantean a cada momento: Se me cuela la gente por aquí; solución: tapo este paso. Me entra agua por aquí; solución: lo cubro. Necesito más sitio; solución: cojo más. Necesito más altura aquí; solución: subo el tejado. Cada decisión resuelve un problema concreto, y la solución no mira estéticas ni demás chorradas. Funcionalismo puro:

La arquitectura funcional se experimenta continuamente, y se adapta a las nuevas necesidades de cada día. Nada de cocinas funcionales donde al final no puedo ni abrir una sandía gorda: Tabla y cuchillo. Y así todo.


La renuncia a la belleza ha de ser heroica, feroz. No se puede ceder ni un ápice. Esta casa ya no es cien por cien funcional. Ya es un poco Corbu:


Efectivamente, esta ya no vale. Esta ya es bonita. La pintura sirve para proteger el metal y la madera, y vale cualquier pintura de cualquier color. Y cuando se gasta el bote de verde se sigue con el de gris; con el que se tenga más a mano (y sea más barato); con algún resto que haya quedado por ahí. Da igual: estamos hablando de función pura. Eso de que la fachada sea azul pero los marcos de las puertas sean rosas ya es estética. Ahí ya hay un arquitecto. Mal vamos.
Aquello tan bonito de la "estética del ingeniero" que decían los funcionalistas es mentira. Los ingenieros son aún más cursis que los arquitectos, y ahí está mi amigo Emilio para certificarlo, que lleva casi veinte años trabajando con ellos. Todos nos avergonzamos de la pura función, y queremos que nuestros edificios sean "bonitos". Es verdad. Reconozcámoslo.
Es injusto que no estemos de acuerdo con nuestros clientes que quieren añadir falsos canecillos de madera a sus aleros, o falsos zócalos de piedra a los muros, y al mismo tiempo admiremos a nuestros arquitectos de cabecera y de altarcito. Lo que cambia es su altura plástica, su capacidad para hacer belleza, un cierto tipo de belleza. Reconozcámoslo de una vez: Nos gusta Charlize Theron (o George Clooney) no porque el diseño de su nariz o de su boca facilite la ventilación pulmonar. Si fuéramos funcionalistas de verdad, sin hipocresías, nos gustaría mucho más Lola Gaos.

4 comentarios:

  1. Fíjate si sabía el Corbu lo que era funcionalidad que distrutaba de sus veraneos en una cabaña de 2x3 en Cap-Martin.

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  2. Esto no es arquitectura, María Teresa (me estoy comiendo una patilla de mi gafa). Esto, ni siquiera es Ingeniería...esto es Ingenio puro y duro. Esto es el resultado directo del hambre.
    Pablo:
    En Roquebrune, un colega le dejó hacerse una habitación para él solo. No tenía intención de comer, ni de ducharse, ni tener sexo. A ti te parece que eso es disfrutar?. Un par de años después se hizo, al lado, una barraquita para trabajar.
    Me parece que, a este, le pasaba lo que a mi, que como en mi lujurioso baño, de 10 m2, siempre hay overbooking (he llegado a ver a mis tres hijas, a mi mujer, y las tres perritas!!), me he hecho uno de 1 m2 al que no quiere ir nadie (ni siquiera van las perritas a cagarse), y gozo yo solo.

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  3. Muchas gracias por el texto! Me ayuda en nuestra materia de Estética en la carrera de Artes Plásticas, Oaxaca, México. Allí veremos a Friedrich Hundertwasser y el tema de las soluciones individuales. Un saludo!

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  4. Me ha servido de ayuda tu punto de vista sobre la Funcionalidad. Saludos!

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