domingo, 7 de octubre de 2012

La choricera de Segovia

Hace poco dediqué una entrada de este blog a Curro Inza, y apenas mencioné su obra maestra. Lo hice voluntariamente para poder dedicarle una entrada a ella sola, que se la merece.
Se trata de la Fábrica de Embutidos Postigo, El Acueducto, Campofrío... Ha tenido muchos nombres, según han ido vendiéndose o absorbiéndose las empresas cárnicas que la explotaban, pero en Segovia todo el mundo la ha conocido siempre como "La Choricera", y así prefiero llamarla yo aquí.
Tras problemas económicos cada vez más serios, fue cerrada finalmente en 2009. Por otra parte, leo que se la pretende proteger y honrar como merece. No sé en qué situación se hallará ahora mismo. Ojalá, incluso con esta horrible crisis que padecemos, sea capaz de resurgir.
El proyecto es de 1963. Lo hicieron Inza y Heliodoro Dols, arquitecto a quien, confieso, no conocía, y cuyo enlace apresurado acabo de poner. (Prometo estudiar sus obras con atención). Al parecer, en la dirección de la obra no estuvo Dols. La obra se terminó en 1966. Está a la entrada de Segovia, a la izquierda viniendo desde San Rafael.
Lo conté la otra vez, pero lo repito. Yo nunca había oído hablar de Curro Inza, y fue en un documental de la 2 (los famosos documentales de la 2) donde vi la cubierta ondulada, exagerada, dispartada del edificio y pensé que había visto pocos más feos en mi vida, pero no podía cambiar de canal ni apartar la vista de todo aquello. Era fascinante.



La garita del vigilante de la entrada, el vestíbulo, la escalera... Todo tan desproporcionado, tan cabezón, tan fuerte, tan tremendo. Ese raro gusto expresionista, qué sé yo: expresionista castellano, orgánico-brutalista. Lo que queráis. Como una imagen de ciencia ficción dura y terrible. Seca, desasosegadora, árida.

Inza y Dols son absolutamente funcionalistas en sus explicaciones de por qué hicieron las cosas así. O sea, escudan su expresionismo diciendo que no es (solo) un capricho, sino que todo responde a un programa (muy complejo) y a una utilidad.
Es cierto, pero ese programa y esas funciones no exigían obligatoriamente esas formas, en absoluto, sino que estas eran unas de tantas (de tantísimas) que podían servir. El caso, en resumen, es que sirven perfectamente, y que cuando un arquitecto responde correctamente a las solicitaciones funcionales hay que dejarle que se dé una alegría. Se la ha ganado.
(Toda la arquitectura, sea del estilo que sea y tenga los principios formales que tenga, tiene que resolver las funciones, y esta obra las resuelve. Así que misión cumplida. De hecho, los problemas que han desembocado en su cierre no han tenido nada que ver con su funcionamiento como edificación e instalación, que durante más de cuarenta años ha dado cumplida respuesta a lo que se le pidió. Fue ampliada una década después, pero la obra original siguió funcionando perfectamente).
Por ejemplo, la torre de seis plantas es el secadero de embutidos. Está orientada a los vientos dominantes y cumple todo lo que tenía que cumplir. ¿Pero tenía que ser así?


 


También los cuerpos girados responden a que uno, como decimos, se orienta con los vientos, otro con la luz, y así los arquitectos nos vuelven a insistir en que nada es caprichoso (cuando, por otra parte, todo lo es).

Otro ejemplo de justificación funcional: Por razones de trabajo, salvo la torre de secado-curado y las oficinas, toda la fábrica es de una sola planta, muy extensa. Por higiene, el techo de esa enorme planta ha de ser horizontal, liso y continuo (para limpiarlo con facilidad). Pero, debido a la extensión de la cubierta y a las grandes diferencias de temperatura en Segovia, debe haber algo encima de ese forjado que lo proteja, que haga una cámara. Por lo tanto, se hace una cubierta que aisle el forjado, lo proteja y lo ventile. ¿Pero también tiene que ser ese oleaje cerámico facetado y completamente irregular?

Por supuesto, para iluminar la nave de fabricación con esa cubierta no queda más remedio que colocar unos altos lucernarios, etc. Todo parece venir obligado. Los arquitectos parecen limitarse a resolver humildemente un mero problema técnico.
Y, sin embargo, nada de ese edificio es humlde ni anodino, ni pasa desapercibido.
Me resulta muy curioso que el cuerpo de oficinas haya sido diseñado como tan descuidadamente, tan soso, como (ya digo) si a los arquitectos no les importara su forma:


Parece (lo digo en serio) que han soltado las ventanas a voleo, sin gracia, que han hecho el volumen más tonto que les ha salido, y a correr. Como si el encargo lo hubieran resuelto con descuido. Pero no es así. Por el contrario, veamos el amor y la dedicación con que Inza diseña un sillón para los despachos (trabajo que no es propio de este tipo de encargos):


Y, sobre todo, el mural que pinta en el vestíbulo:

Es decir: Es una obra con una alta implicación de los arquitectos. Una obra entusiástica. Por lo tanto, pensemos otra cosa del cuerpo de oficinas: lo que queramos menos que está hecho con desidia. Pensemos que esa es su fuerza expresiva (que no termino de ver) dentro de una obra tan compleja a veces necesita pararse, contradecirse, respirar.
Es una obra rara, que nos viene muy bien a los que nos pasamos el día con la "belleza" en la boca. ¡Qué leches belleza! ¡Arquitectura!

4 comentarios:

  1. cuando he leído Dols he pensado, este tipet tiene apellido valenciano, premio. lo curioso que no tiene ninguna obra reseñada en la wikipedia que esté aquí en valencia, vamos que no fue profeta en su tierra. qué raro....
    al pie de la entrada en wikipedia pone la siguiente frase que parece ser que dijo en una conferencia: "Ahora en la arquitectura […] se piensa más en el volumen que en la función. Hay edificios con fachadas muy bonitas, pero luego en el interior se ven muchas carencias. Hay que saber hacer arquitectura, evitando el peligro que nos reta la época en la que estamos ahora: el arquitecto no tiene que hacer ni escultura ni pintura, tiene que limitarse a hacer arquitectura"
    resulta interesante precisamente por la referencia que haces del edificio de oficinas y da que pensar que para ellos el mural o mobiliario no era algo decorativo ni un añadido, era simplemente (o "complejamente") parte de la arquitectura que estaban construyendo. muy aalto todo, ¿no?

    sigo firme en mi declaración de fanatismo de la arquitectura industrial.
    merxe

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  2. un edificio muy interesante, con una belleza críptica y esquiva, sin duda fascinante, como bien señalas...el link del Sr. Dolls muestra una foto de un santuario, de obvia familiaridad en el tratamiento material, volumétrico, expresivo de "la choricera"...desde mi lejana Argentina, celebro conocer estos edificio por demás de sugestivos...¡gracias!

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  3. Edificio fascinante. Me gustaría saber el título del documental de la 2.
    Gracias

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    Respuestas
    1. Lo siento. Fue hace mucho tiempo. Me pilló por sorpresa. Me fascinó y me impresionó, pero no me quedé con el título.
      Pudiera ser a finales de los años setenta o a principios de los ochenta. O sea, hace muchos años.

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