Me gusta The Largo. No conozco sus referencias culturales (o no me pertenecen, o no les pertenezco) y no sé qué decir de ellos. Estoy out. No tengo suficientes conocimientos de ese tipo de música. Pero no puedo confundir mi ignorancia con el estado de virginidad. Ya no somos vírgenes. Ni lo somos ni lo podemos ser. Tenemos la cabeza ya ahormada y sólo podemos hablar si nos la ahormamos más. Una pena. El hecho de no tener ni idea de ese tipo de música debería darme otras ventajas: la espontaneidad, la frescura... Mentira: Somos entes de cultura y nuestra experiencia es la cultura y está "contaminada" de cultura.
Y más aún con este grupo de Toledo, hiperculto, sofisticado, que cita siempre sus fuentes y se mea en ellas.
El niño que empieza el vídeo tocando la batería sí es espontáneo y virgen, pero inmediatamente después vemos una foto buenísima, sofisticadísima y llena de referencias y evocaciones. Así que no sé.
Pero como aparezco en el vídeo con mi familia (y me gusta) voy a hablar de mí. Voy a hablar de mí en ellos o de lo que veo en ellos que siento mío.
Siento como mío (y me veo ahí) que estos músicos son unos profesionales de otras cosas, y les veo ciegos en sus trabajos, perfectos, competentes y muertos por llegar por la tarde al local de ensayo, con el ansia de un algo que sólo ellos tienen, y con la urgencia de darlo. ¿Quién lo quiere? ¿Quién lo necesita? Qué más da. Lo tienen que soltar y poseer al mismo tiempo, ni ellos saben para qué. Siento que aunque las lentejas y el calzado los consiguen con otras malas artes, su arte es esta, y siento que aquí son algo que no pueden ser en otro sitio ni de otra manera. Y también sé lo que es esto:
y lo entiendo, y lo comparto, y lo he vivido (y ay de quien no tenga nada parecido). Y me encuentro a mí mismo ante el abismo de mi propia vida y me pierdo, y no sé para qué, y siento que esto sí es un para qué. Y ni sé lo que estoy diciendo.
Siento que esto no es un hobby; odio los hobbies. (Otra vez el turismo, otra vez la falsificación, otra vez el kitsch). Esto es una pasión, un ansia, un ahogo y un desahogo, una vida y una muerte. Y no "tocan bonito", ni son "agradables". No hacen un bello macramé ni un punto de cruz para enseñar en las reuniones de imbéciles anónimos. Son, o somos, alcohólicos anónimos. Qué coño; son borrachos conocidos. Que ya lo dice el dicho: "Es mil veces mejor un borracho conocido que un alcohólico anónimo".
Interesante la versión del tema de Bob Dylan It´s All Over Now, Baby Blue.
ResponderEliminarMe recuerdan a El Inquilino Comunista, con ese aire indie-rock heredero de Sonic Youth.
La música es otra de mis pasiones (y otra que comparto contigo, je!).
Mi sueño frustrado de juventud fue haber formado un grupo, pero todos mis amigos eran unos auténticos cebollos para la música.
Un saludo
Francis
Muy bueno lo de "..los veos ciegos en sus trabajos". Has acertado.
ResponderEliminarGracias Francis por tus comparaciones, pero nosotros si que somos cebollos, no le llegamos ni al nivel de los tobillos a las ladillas de Kim Gordon (Juventud Sonica).
Mirad... la musica... es lo único que nos hace libres.
sabias palabras, acertada reflexión. un lujo, sin duda, contar con su mismidad y su prole en nuestro espectáculo musicopateticodemadrid. su presencia eleva la categoría del noble arte del espectador.
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