Estos días estamos todos muy excitados con esto de la patria. Yo, lo confieso, estoy bastante desorientado e incluso triste. Dije un par de patochadas de las mías en twitter y me han caído tortas de los unos y de los otros. Me han llamado golfo, ignorante, simple... incluso muchacho. (Bueno, a mi edad lo de muchacho es un piropo). La culpa es mía por decir patochadas en twitter, pero lo que quiero decir es que... ni sé lo que quiero decir.
Vamos, que todo esto me ha puesto muy triste. Supongo que como a muchos de vosotros.
Vamos, que todo esto me ha puesto muy triste. Supongo que como a muchos de vosotros.
Se me ocurre aquello de que el patriotismo es el último refugio de los canallas, o de que hay tontos tan tontos que no tienen nada de que presumir y entonces presumen del lugar en que han nacido por casualidad. O también aquello de que amar la propia tierra es de bien nacidos, pero proclamar que es mejor que otras sólo porque uno nació en ella es de idiotas y de miserables.
Vamos, que con todo esto me siento un poco apátrida. En todo caso, por ver algo, sí veo con nitidez y con nostalgia que en definitiva, como dijo aquel, la patria de cada uno es su infancia.
Siento un profundo patriotismo por sitios que ya no existen, como la puentecilla del prao de Seseña o la explanada en la que jugábamos al fútbol en Madrid bajo el puente de Ventas. También añoro el callejón de las Brujas, el camino de Valdecabañas, la era de Carlitos...
Mis patrias han desaparecido, y para las que siguen existiendo, como el parque de la Fuente del Berro, quien ha desaparecido he sido yo, y hace ya muchas décadas.
Mi patria era mi casa de Sancho Dávila, mi casa de Seseña y la casa de mi tía Celia y de mi tío Carlos. También otras casas en otros sitios. También las de mis amigos. Y la piscina de mi prima Carmina. Y la del Canario.
Mi patria eran el fútbol de chapas y las carreras ciclistas de chapas en el parque. Y los cromos de futbolistas. Mi patria era Astérix, pero más Obélix. Y Locomotoro. Y El Coyote. Y Mortadelo y Filemón. Y el sheriff King. Un poco más tarde fueron los Beatles y Simón y Garfúnkel (sí, con tildes). Y los guateques en el "salón" de mi primo Carlos o en el corral de mi amigo Antonio.
Mi patria eran las croquetas de escabeche de mi madre y la paella con dados de patatas fritas de mi tía Celia. Mi patria eran las veinticinco pesetas para repartir entre tres que nos daba mi abuelo. (Abuelo, que esto no es divisible).
Mi patria eran Agatha Christie, Jardiel Poncela, Valle-Inclán, Cela, Unamuno (uf, qué miedo con Del Sentimiento...). Mi patria eran John Ford, Billy Wilder, Alfred Hitchcock... y ver todas esas películas en el cuarto de estar con mi padre.
Meses antes de cumplir los dieciocho años renuncié a mis patrias y las traicioné a todas y a cada una de ellas para hacerme patriota sólo de Mari Carmen, que lo eclipsó todo. No insisto ni sigo por ahí, que si lo lee se enfada conmigo y me dice que soy un indiscreto y un exhibicionista. El caso es que en ella sigo todavía.
Luego llegó la patria de la arquitectura, y de mis hijos, y del jazz... (Sí, Mari Carmen, los camuflo entre la arquitectura y el jazz para no hacer demasiada exhibición de ellos. Guardaré, por ti, una contenida discreción).
¿Cuáles son ahora mis patrias? El año pasado estuvo tocándome las narices una potencia invasora, pero entre todos pudimos echarla. Y ahora mis patrias son muy cortas, muy caseras, muy sencillas. Creo, a mi edad, que son las únicas que valen, las únicas, a estas alturas, por las que merecería incluso dar la vida como un legítimo patriota.
Hablo, naturalmente, de nuevo de Mari Carmen y los chicos, pero también de Pedro y Eva, y de Emilio, y de Ochan (que ahora le da por ponerse Otxan), y de tantos amigos.
No sigo. He citado un par de docenas y me he dejado a cientos y cientos.
Podríais ayudarme poniendo vuestras patrias en comentarios aquí debajo. Podrían ser contradictorias con las mías. Podríamos hacer entre todos una multipatria multiforme y caótica como la vida. Podríais escribir: "¿Cómo que los Beatles? ¡Vete por ahí! ¡Los Stones!", o, con mucho más fundamento: "¿Paella con patatas fritas? ¿Es que te has vuelto loco?". Pues decid vosotros vuestras patrias. Son nuestras patrias, las de cada uno y las de todos. Son nuestras vidas. Son nuestras almas. Son todas las cosas que nos unen y también todas las que nos separan. Son todas las personas y las cosas por las que en un momento dado, ya lo he dicho, podríamos hasta dar la vida. Pero, lo que es mejor, son las que nos la dan cada día, cada uno de los días que llevamos en este mundo sorprendente y desasosegador.
Mi patria era mi casa de Sancho Dávila, mi casa de Seseña y la casa de mi tía Celia y de mi tío Carlos. También otras casas en otros sitios. También las de mis amigos. Y la piscina de mi prima Carmina. Y la del Canario.
Mi patria eran el fútbol de chapas y las carreras ciclistas de chapas en el parque. Y los cromos de futbolistas. Mi patria era Astérix, pero más Obélix. Y Locomotoro. Y El Coyote. Y Mortadelo y Filemón. Y el sheriff King. Un poco más tarde fueron los Beatles y Simón y Garfúnkel (sí, con tildes). Y los guateques en el "salón" de mi primo Carlos o en el corral de mi amigo Antonio.
Mi patria eran las croquetas de escabeche de mi madre y la paella con dados de patatas fritas de mi tía Celia. Mi patria eran las veinticinco pesetas para repartir entre tres que nos daba mi abuelo. (Abuelo, que esto no es divisible).
Mi patria eran Agatha Christie, Jardiel Poncela, Valle-Inclán, Cela, Unamuno (uf, qué miedo con Del Sentimiento...). Mi patria eran John Ford, Billy Wilder, Alfred Hitchcock... y ver todas esas películas en el cuarto de estar con mi padre.
Meses antes de cumplir los dieciocho años renuncié a mis patrias y las traicioné a todas y a cada una de ellas para hacerme patriota sólo de Mari Carmen, que lo eclipsó todo. No insisto ni sigo por ahí, que si lo lee se enfada conmigo y me dice que soy un indiscreto y un exhibicionista. El caso es que en ella sigo todavía.
Luego llegó la patria de la arquitectura, y de mis hijos, y del jazz... (Sí, Mari Carmen, los camuflo entre la arquitectura y el jazz para no hacer demasiada exhibición de ellos. Guardaré, por ti, una contenida discreción).
¿Cuáles son ahora mis patrias? El año pasado estuvo tocándome las narices una potencia invasora, pero entre todos pudimos echarla. Y ahora mis patrias son muy cortas, muy caseras, muy sencillas. Creo, a mi edad, que son las únicas que valen, las únicas, a estas alturas, por las que merecería incluso dar la vida como un legítimo patriota.
Hablo, naturalmente, de nuevo de Mari Carmen y los chicos, pero también de Pedro y Eva, y de Emilio, y de Ochan (que ahora le da por ponerse Otxan), y de tantos amigos.
No sigo. He citado un par de docenas y me he dejado a cientos y cientos.
Podríais ayudarme poniendo vuestras patrias en comentarios aquí debajo. Podrían ser contradictorias con las mías. Podríamos hacer entre todos una multipatria multiforme y caótica como la vida. Podríais escribir: "¿Cómo que los Beatles? ¡Vete por ahí! ¡Los Stones!", o, con mucho más fundamento: "¿Paella con patatas fritas? ¿Es que te has vuelto loco?". Pues decid vosotros vuestras patrias. Son nuestras patrias, las de cada uno y las de todos. Son nuestras vidas. Son nuestras almas. Son todas las cosas que nos unen y también todas las que nos separan. Son todas las personas y las cosas por las que en un momento dado, ya lo he dicho, podríamos hasta dar la vida. Pero, lo que es mejor, son las que nos la dan cada día, cada uno de los días que llevamos en este mundo sorprendente y desasosegador.
Mi patria es el chorizo del bierzo hecho por nuestra familia a mano como antaño, mi patria es mi hija de 6 meses que me hacer perder el sentido, su madre que es mi compañera de batallas desde hace 20 años y a la que admiro por su fuerza y valentía (no diré más porque si lo lee pensará lo mismo que Mari Carmen), es la persona a la que puedo tener una mano y ayudar cuando lo necesita. Mi patria es lo que me rodea, los que me quieren y los que no, pero los que deciden que caminar juntos es mejor que caminar solos. Cómo diría mi abuelo, ¡hasta en las mejores familias se discute! Faltaría más que no pudiésemos decir lo que pensamos. Siento tristeza con lo que está pasando, inmensa tristeza, pero siento aún más, cuando pienso que desconozco el final y ahí siento miedo, vértigo. Patria es todo el que quiera hacerla. A ello vamos.
ResponderEliminarUn abrazo, compatriota.
EliminarEl VKHUTEMAS, el Foro Romano y la Catedral de Burgos. Que se note que soy un anarquista.;)
ResponderEliminarMi patria en este momento en México, país que me ha recibido con enorme generosidad y me ha permitido hacer cosas que quizá nunca soñé, ni para bien ni para mal, pero también el la chimenea de la Abuela Rosarios los días fríos de invierno en la Sierra de Guadarrama, alrededor de la cual pasábamos horas y horas los primos hablando en nuestra adolescencia y juventud, y tantos libros lei.
ResponderEliminarEs la luminosa Andalucía, Jerez, Cádiz, el abuelo Nicolás y mi numerosa y bulliciosa familia materna; esas inacabables vacaciones de verano que duraban tres meses en la playa en mi infancia y juventud(cuenta la leyenda familiar que aprendí a nadar antes que andar), navegando, aburriéndonos la pandilla debajo de los toldos al atardecer, el olor a azahar y vela en Semana Santa, las torrijas y pestiños, el "pescado" , placeres que sigo disfrutando siempre que el tiempo y la distancia me lo permiten.
Mi patria es Madrid, donde tuve la suerte de nacer, el colegio, el dauphine de mamá que se congelaba y siempre teníamos que empujar para que arrancara en segunda, el primer beso, patinar sobre hielo en el Real Madrid, el descubrimiento del pop y del rock, la movida, y como no la Escuela, donde tengo el placer de decir que conocí a mis mejores amigos, con los que tantas veces hemos arreglado el mundo, y a pesar de ello sigue siendo un desastre, pero eso si, lo seguimos intentando con tenacidad!
Mi patria es Barcelona, que me hizo cometer la penúltima locura ya cuarentona antes de venir a México, acabábamos de entregar en proyecto y entre trasiego y trasiego de birras, decidimos tomarnos un arroz negro en port Vell; y ahí que nos fuimos. Fue un gran fin de semana(quedándonos sin gasolina en la carretera incluido).
Mi patria son todas, pero amo profundamente España!
...Ah, y el Festival de Bayreuth dos semanas en verano.
ResponderEliminarMi patria es el mundo entero que se abre desde esta ventanita del ordenador.. Jose Ramón, tú estás más próximo en Seseña, en Bollullos del Condado o en Acapulco que mi vecino de al lado porque casi todos los días nos vemos y nos leemos nuestros sucedidos y él apenas me saluda de vez en cuando en el ascensor. Por eso estoy confundida con los que quieren cerrarse una puerta ante las narices cuando ya no hay fronteras como antes, cuando teníamos que llevar pasaporte y cambiar moneda cuando ibamos al "extranjero"..¿Te acuerdas? Molaba el que tenía más sellos.. ¿Volverá a ser así? No lo entiendo, no lo entiendo...
ResponderEliminarCreo que la Patria de cada uno se compone del recuerdo de aquellos momentos de nuestra vida en los que hemos vivido intensamente y que marcan nuestro espíritu para bien. No es de extrañar que la mayoría de esos momentos sean de nuestra infancia, pues al crecer todo se complica y perdemos esa capacidad infantil de vivir con los cinco sentidos y al 100% cada instante féliz.
ResponderEliminarMi patria: Mi hijo. Mi madre. Mi padre y hermanos y hermana. Cádiz en verano. Primos y primas y sandia en la playa. Croquetas y papas aliñás de mi abuela. Sevilla. Andalucía, el mar, el monte. El gazpacho. Las papas con choco de mi madre. Mi madre. El calor. Y mi hijo. Mi hijo es mi patria. Y un poco de Marruecos. Y un poco del mundo. Mis amigas y amigos.
ResponderEliminarMi patria es cómo la tuya ese instante y ese calor en el corazón que, espero que cuando me haya ido, alguien conservará algún tiempo cómo yo conservo de otros. Y conseguir que haya más momentos de esos que de odio, en el breve instante en que pasamos por aquí, el único empeño que vale la pena. Gracias por tus palabras
ResponderEliminarMe gusta mucho que escribáis estos comentarios porque veo que todos somos compatriotas.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Mi patria es conoceros a todos vosotros aun a costa de no conoceros. Y sentirme mas reconfortado porque tambien me siento triste. Mi patria son los puentes y caminos que me ahorran tiempo para ganarme la vida que luego pierdo gustosamente con mis amigos y amigas,y los desconocidos de solo una vida que te saludan y viceversa.
ResponderEliminarGracias, de verdad.
Mi patria es La Playa de Conil. La Calle Tejares, 21, donde vivían mis abuelos, en Don Benito. El "descampao" de al lado de mi casa donde jugábamos a hincar palo sobre palo en la tierra para llegar al núcleo (o lo más cerca posible de él). Las clases de ajedrez de la escuela. Las papas Juanito. La Inglaterra de los intercambios de BUP. Los Bermejales de Sevilla, residencia de estudiantes que se montó como cuidad-residencia de policías durante la expo de Sevilla y que ahora no existe, hay un parque en su lugar. La rue Crimeé que me acogió en Paris un año. Empecé la carrera y residí en Richard Meier (que loco!!), ya luego me mudé al exquisito Mies, el emocionante Wright y el inabarcable Corbu. Estuve también unos años en ca’OMA.
ResponderEliminarEs también vuestras reflexiones, en blog, en Facebook, en tuiter…
Mi patria es el Autocad, el Excel, el registro de entrada de la delegación de urbanismo y el casco de obra. La confianza de mis clientes.
Mi patria es mi gente, mi mujer y mis hijas.
Y lo ñoño que me siento escribiendo esto a la carrera.
Gracias por enseñarnos tu pais y dejarnos poner estos pequeños publireportajes de nuestros "paises"
Mi patria son los abrazos de mi madre, nunca han cambiado, por ellos se que mataría. Mi patria es donde está mi familia, la de sangre y la otra, la que se elige y que es para siempre, con ellos he tenido patrias en muchos países del mundo, sus hogares eran el mío y juntos, compatriotas. Mi patria son sensaciones y recuerdos es sitios que han quedado en mi retina. Mi patria es mi otra mitad, con el que he lidiado mil batalles en esta vida y profesión y las que quedan. Me encantan también vuestras patrias, porque uno se siente identificado con todas y es fácil hacerlas suyas, vivirlas y disfrutarlas sin conflicto. Saludos
ResponderEliminarAy mi patria!
ResponderEliminarMi matria y mi patria es todo lo que me rodea , es mi pasado es mi presente y es mi futuro. Es nuestro ayer y nuestro mañana . Y todas las personas y lugares que conozco o que me hubiera encantado conocer ....mi patria y mi matria que es esa patria "de dentro", la que a veces duele tanto, la inefable, es inmensa.
Mi patria y mi matria serán los recuerdos felices o menos felices que me pueda llevar y pueda contar cuando sea ancianita..,
Este blog y las risas que me genera muchas veces también forman parte de ella.
ResponderEliminarGracias por permitirme sacar mi lado mas cursi, JR!
¡Qué gran frase! ”Hay tontos tan tontos que no tienen nada de que presumir y entonces presumen del lugar en que han nacido y son tan tontos que también se les olvida que nacieron allí por casualidad”
ResponderEliminarLa primera vez que monté en avión, me asomaba a la ventanilla buscando en el suelo, las rayas que trazan las fronteras en los mapas. Y al cabo de muchos años, sigo buscándolas y sigo sin encontrarlas...
Es muy raro lo de la patria...
ResponderEliminarEs verdad que tengo un gran sentimiento de patria en la niñez, en la casa de Sancho Dávila, con mis padres y hermanos, en la casa de Tía Celia, en los paseos a la Thatcher (la dóberman de Tía Celia) con Eli, por los campos de cebada, en la sopa de cocido...
En los últimos años se me ha complicado mucho ese sentimiento de patria. Viví tres años en Chile, y tres años no es tanto tiempo y es todo un mundo, parte de mi patria está en la cordillera de los Andes y en el pastel de choclo, y en amigas que han quedado allí, como Romina o Paloma, a quienes extraño mucho.
Volví a Madrid hace ya un año, y encuentro que ya no es mi patria y que siempre lo ha sido. Aquí está mi amiga Alexia, que es tan increíble que a veces creo que la tengo engañada y que un día se va a dar cuenta de todo y me va a mandar a freír pimientos... Y mi amiga Pilar, a la que no tengo engañada para nada, y por ello se enfada repetidamente conmigo, pero siempre está ahí y me dice las cosas, y me abraza.
Mi patria es Alfredo, mi compañero, con quien vivo, sueño, trabajo... A él tampoco le tengo engañado. Él me permite sacar lo mejor y lo peor de mí, ponerlo sobre la mesa, observarlo, discutirlo.
Esas son mis patrias.
bellas, bellas, patrias!!!! las de todos y cada uno!!!!!
ResponderEliminarMis patrias particulares eran igualitas que las de José Ramón y las que habéis expuesto aquí. Pero creo que tenemos todos -o deberíamos tener- una patria común, nuestro planeta, a la que no deberíamos renunciar, a la que tendríamos que cuidar con el máximo esmero y cariño, pero que la estamos maltratando de manera exponencial. Y cuando nos la carguemos, una de dos, o no podremos echarla de menos porque nuestra especie se haya extinguido, o la añoraremos desde otros planetas, y no será lo mismo.
ResponderEliminarMi patria es, sobre todas las cosas y sobre todo, mi hija. Pero también lo son todos los amigos recientes y los recuerdos de los que lo fueron alguna vez y de aquellos que ya no están pero viven en nosotros. Porque la patria la forman las personas y los logros conseguidos por ellas. No es una cuestión de territorio, es más bien un asunto de apoyo mutuo. De sumar esfuerzos para, juntos, ser más grandes. Hoy, en la aldea global en la que vivimos, lo de menos es el idioma, la religión, la raza, las ideas o las fronteras... porque todo ello se diluye a medida que nos vamos conociendo y, hoy, ya no quedan límites que nos impidan hacerlo.
ResponderEliminarPor cierto, hablando de "las chapas" y carreras ciclistas, menuda colección, el mítico equipo Renault Gitane de Gimard; con Hinault, LeMond, Fignon, Madiot,....Eran unos fenomenos....
ResponderEliminarPues mi patria es España... Debo ser raro...
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