martes, 19 de febrero de 2013

Contra el arte

Hace tiempo que quería soltar alguna filípica contra el arte, contra este concepto de arte que nos tiene a todos encorsetados y estériles. Ya está bien de arte. Hagamos las cosas bien, hagámoslas con precisión, con atención, con inteligencia, y dejémosnos de chorradas.
El arte, en general, es un concepto más que discutible, pero incluir a la arquitectura en ese concepto es ya delirante. (Esto merece una entrada aparte).
Siempre se ha entendido como arte lo artificial (de hecho, son palabras que vienen de la misma raíz). El arte vendría a ser eso: artificio (hecho con arte) realizado con inteligencia y habilidad. Siempre se ha hablado de "artes mecánicas" y de "artes liberales". En ese sentido sí quiero ser artista, como lo es un médico, un abogado o un fontanero: Alguien que ante un problema tiene que estudiar, pensar, calcular, inventar y actuar con eficacia y utilidad.
Lo malo es cuando el arte se sublimó, cuando la gente puso los ojos en blanco y cara de bobo, empezaron a sonar violines celestiales y todos se derritieron de emoción. Así nos va.
Diego Velázquez fue el pintor más famoso de su tiempo (tanto que el Rey de España lo mandó como regalo al Papa de Roma para que le pintara). Era el gran gran artista, pero no paró hasta que le hicieron Aposentador Real, sólo nueve años antes de morir, que eso sí que era un cargazo: Funcionario de alto rango y muchísima dignidad. ¿Qué era para Velázquez el arte entonces? Pues un oficio, y claramente inferior al de mayordomo o acomodador. (En su época los acomodadores estaban muy bien vistos).

No pretendo contar la historia de la evolución del concepto "arte" en dos páginas, pero sí me gustaría hacer notar el cambio del papel del artista y, sobre todo, el cambio de su propia conciencia de artista.
Esto ha ocasionado una mayor valoración tanto del arte como del artista, lo que, en principio, me parece muy bien, pero también ha ocasionado excesos y estupideces bochornosas.
En eso estaba más o menos cuando empecé a leer la recopilación de cartas de Saul Steinberg a su amigo Aldo Buzzi. (Media Vaca, Valencia, 2012)


Me ha llamado mucho la atención cómo se fustiga Steinberg cada vez que intuye que está haciendo arte, cada vez que descubre en su obra ramalazos artísticos. Eso, para él, es desviarse de su oficio, caer en el error, en la autocomplacencia y en la inutilidad.
Cito algunos fragmentos de sus cartas:

Una falta completa de juicio causada por el grosero deseo de ser Artístico. [...]
Vidas arruinadas por el Arte.
[...] Hablo también un poco de mí. (21-8-1989)

Se hace arte para evitar trabajar. (31-8-1987)

Quien trabaja para el Arte es pronto olvidado. (16-10-1985)

Considero el arte el enemigo Nº 1 del artista. El arte como intención, se entiende. (31-5-1982)

Igualmente, odia la personalidad del artista, la atención que se le presta y la importancia que se le da:

Le he encargado al fotógrafo una foto de pasaporte -tamaño un poco mayor del natural. He recortado la cara y se la he endosado a un modelo, de modo que he sido fotografiado para las revistas sin rastro de mí mismo. (23-10-1966)

Son también frecuentes sus apariciones al contrario: Él realmente, pero cubierto con una máscara o con una bolsa de papel en la que a su vez hay dibujada una cara.


Una critica feroz a la fama del artista, a la veneración que se le da a quien es un profesional con un trabajo duro, como cualquier otro.
Pero también le descubrimos en estas cartas como bastante pesetero, bastante satisfecho del dineral que le pagan por sus obras, y también muy interesado por las buenas opiniones y críticas que suscita en la gente que le interesa. No veo contradicción; entiendo perfectamente ese sentimiento. Dije que el artista es exactamente igual que un médico, un abogado o un fontanero. Mejor dicho: Lo que dije es que el médico, el abogado y el fontanero son artistas. Una cosa es que ellos mismos se abochornarían si se celebrase su trabajo como sublime, estético, divino, etc, y otra es que no quieran ser reconocidos y tan bien pagados como merecen.

El trabajo debe ser bien valorado, y se tiene que realizar tan estupendamente bien como se pueda. Otra cosa bien distinta es esa actitud estólida de "amante del arte", de groupie de los artistas, etc. Y lo afirmo en la medida en que me siento bastante groupie de vez en cuando.
En ese sentido, el concepto de arte nos hace mucho daño a todos.
Hay una cita que se atribuye a varios poetas, que dice más o menos que "poesía es el arte de juntar dos palabras que nunca estuvieron juntas antes". Esto, dicho así, es una mera parida, una chorrada que limita el arte a la mera novedad. ¿Han estado antes juntas alguna vez las palabras "salchichón" y "barandilla"? Igual sí; hay ya demasiado escrito sobre cualquier cosa; seguro que incluso sobre barandillas salchichoneadas y sobre salchichones barandilleros. Pero, si por casualidad no fuera así y esa relación estuviera libre todavía, me proclamo poeta al escribir

esa barandilla salchichón y politécnica

(lo de politécnica va de regalo).
Leo una variante de esa cita (no sé cuánto de fiable: es de google) atribuida a García Lorca:  "Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio". Ah, amigo: Así sí: "Que forman algo así como un misterio". Porque formar ese misterio es el oficio de poeta (que diría Pavese). Un oficio, sí. Y para desempeñar ese oficio hace falta tener una técnica y unos conocimientos, y una inteligencia. Y trabajar mucho. ("Se hace arte para evitar trabajar").
Si no, todo queda como una mera originalidad: mostrar como obra artística los excrementos enlatados del autor, o una ampolla con su sangre, o cualquier otra chorrada.
Siempre me meto en temas muy ambiciosos, y siempre me quedo corto, incapaz de desarrollarlos. Espero tan sólo hacer oír mi protesta y mi perplejidad: Arte como investigación sí. Arte como trabajo sí. Arte como habilidad sí, naturalmente; claro que sí. Y todo ello significa Arte como servicio a la sociedad, como utilidad, como aprendizaje, etc. Pero Arte como cosa sublime, como exquisitez, como maravilla... Psché psché (porque luego nunca es maravilla, y acaba decepcionando bastante). Y Arte como originalidad y chisporroteo no. Para nada.
Si vamos así, de eso que se llama "artes y oficios" me quedo sólo con los segundos.

12 comentarios:

  1. Claro, y es entonces cuando todos adquirimos una dimensión humana. Cuando todos tomamos conciencia de lo nimio que es nuestro paso y dejamos de lado el divino y preciado anhelo de dejar constancia de nuestra singularidad. Es entonces cuando asumimos la muerte y nos dedicamos a trabajar por un bienestar común. Leaving las vegas.

    ResponderEliminar
  2. Hola José Ramón. Sigo leyendo todos los días el blog del Duende de la Radio, pero no me había percatado de que en tus comentarios estaba el enlace a tu blog. El otro día, Lola, la regne de la France del bosque del Duende, me dijo que lo habías puesto, y aquí estoy, a dar la tabarra un poco. Prometo no ser pesado, porque además estás en tu área, y es un área profesional. Mi comentario viene a cuento del tema que tratas. Porque el mismo día que vi tu enlace, hubo una entrada en el blog del Duende, de un tal gallego, en un post antiguo titulado “Los músicos olvidados de La Gaitilla”, y al ir a leerlo vi, mira tú que casualidad, que hacíamos tú y yo unas disquisiciones sobre si se debería o no vivir del arte. Releyendo aquellos comentarios, y leyendo este post de tu blog, observo que aunque aparentemente no estábamos de acuerdo en aquella ocasión, si lo miramos a tres bandas, sí que lo estamos. Es cuestión de ver el arte dentro del oficio, y no fuera de él, como creo que quieres manifestar en tu post. Todo lo que sea sacarlo fuera, puede llevar a las locuras que se están viendo en las valoraciones que se hacen de determinadas “obras de arte”.

    Nada más. Un saludo, José Ramón.

    Sólo añadir que lo poco que hasta ahora he podido ver de tu blog me está gustando mucho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Wallace. Me hace mucha ilusión verte por aquí. Me ha dado mucha alegría.
      Por supuesto, no tengo ni que decirte que estás en tu casa. Ven cuando quieras y comenta todo lo que te parezca. Nunca eres pesado. Al contrario.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Ver el arte dentro del oficio me parece bien, pero me parece que está de más exigirle algo que esté más allá de un resultado estético. El arte como originalidad y hasta como chisporroteo me parece igual de válido que cualquier otro en la medida que cumpla con el objetivo de emocionar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pienso que el arte es comunicación bella. Si no comunica, se queda en diseño, y si no es bella, se queda en lenguaje. Y creo que con la comunicación bella no se debería de comerciar más allá de lo que pudiera entrar dentro de lo razonable en la valoración de lo que de oficio tiene.

      Eliminar
    2. Al menos en el caso específico del arte, me parece más adecuado valorar el resultado (“obra de arte” o como se le quiera llamar) que el oficio mismo del artista. De otra forma se complica.
      Ni Hollywood ni la industria musical deciden cuanto pagarle a sus artistas: eso se lo dejan a la taquilla y a las ventas.

      Eliminar
    3. Tengo una visión del arte y del artista que reconozco que es muy particular, que podría argumentar si tuviera tiempo y espacio. Para mí, el auténtico artista es el que desarrolla su obra por amor al arte, nunca mejor dicho. Pienso lo mismo del deportista. Arte profesional y deporte profesional me parecen contradicciones en sí mismas y perversión de los conceptos.

      También hay actividades consideradas arte, que yo no las considero como tales, y una de ellas es la de actor. En mi opinión es puro oficio. El actor es al cine o al teatro lo que el albañil es a la arquitectura, ni más ni menos, ni menos ni más. Otra cosa es el desmadre mediático alrededor de la imagen y vida privada de los actores, que reporta grandes réditos a los que lo manipulan.

      Eliminar
    4. Hitchcock decía que los actores eran ganado. Para mí son artistas intérpretes, como los músicos de una orquesta: hacen cine, hacen música, pero no la crean.

      Creo que el principal problema con el que nos topamos a la hora de definir a un oficio como artístico o no artístico viene desde de la misma indefinición del arte. Hablamos del arte, lo criticamos, incluso tenemos intenciones artísticas, pero, ¿Qué es el arte?

      Eliminar
    5. En mi opinión, y dado que considero el arte como una comunicación bella, es el autor el que comunica. Los demás, son el medio del que se sirve éste para llevar a cabo su obra en el caso de que requiera intérpretes y técnicas para plasmarla. Puede haber interpretaciones y técnicas sublimes que casi adquieran la categoría de arte, porque su excelencia sea tal que algo comunique de por sí, pero ese algo nunca será lo mismo que lo que el autor quiere transmitir.

      Eliminar
    6. Aunque al parecer hay tantos diferentes conceptos sobre lo que es el arte como personas interesadas en el tema, me he encontrado muchas veces con la misma idea: una actividad cualquiera puede pasar a ser considerada artística cuando se hace de forma sublime o excelente. Tu mismo lo comentas así. Sin embargo, en anteriores comentarios pones en el mismo nivel al arte y a los demás oficios. ¿No es esto contradictorio?

      Según entiendo, para tí el actor ejerce un simple oficio, pero cuando lo hace realmente bien se convierte en una artista. ¿Sucedería igual con otros oficios, por ejemplo un médico o un contador? ¿Pueden llegar a ser artistas cuando realizan su trabajo con excelencia?

      Tal vez no todos los oficios tengan la misma posibilidad de comunicación bella. Para mí la clave está en la intención. El ensayista científico no busca lo mismo que el poeta aunque los dos escriban. Un futbolista podría ser muy bueno y ofrecer “un bello espectáculo”, sin embargo, su intención es ganar el juego. El caso sería diferente para el actor o para el músico, ellos si busca comunicar algo de forma bella, aunque no sea de su autoría.

      Eliminar
    7. Muchas gracias por vuestros comentarios. No digo yo que estemos diciendo lo mismo, pero sí que lo que decimos es compatible en cierto modo. En todo caso, celebro que sea un tema que levante interés, opiniones, dudas, etc. Creo que es un debate rico e inacabable, y, repito, os agradezco mucho que respondáis con tanto interés y tanta inteligencia a lo que he planteado.

      Eliminar