lunes, 5 de julio de 2010

OTRO BLOG SOBRE ARQUITECTURA

OTRO BLOG SOBRE ARQUITECTURA

Pues sí. Llevo un tiempo queriendo hacerlo, pero sin querer hacerlo. ¿Otro blog? ¿Otro blog sobre arquitectura? ¿Tengo algo interesante que decir? ¿Le apetecerá a alguien leer esto?

Se conoce que cuando alguien abre un blog se debe de creer que a partir de entonces el mundo va a girar de otra manera, o que la humanidad va a ver la luz, o yo qué sé, al leer sus imprescindibles palabras. Si no, no se explica este furor. ¿Por qué hacer un blog? ¿Para qué y para quién?

No tengo ni idea.

Este blog es completamente innecesario. Leerlo es una absoluta pérdida de tiempo. Hacer algún comentario es un disparate y una locura.

Perdón por haberte hecho perder el tiempo hasta aquí. Puedes irte. Lo siento.

Y, sin embargo, creo que tengo algo que decir. No sé muy bien qué. En todo caso, quiero ofrecer una ligera resistencia, ser un poquito aguafiestas. Me gustaría dar alguna visión desmitificadora e incluso protestona.

Hay muchos blogs, muchos libros, muchas conferencias, muchas clases, de arquitectos amantes de la arquitectura, de sacerdotes que celebran el milagro de la arquitectura. Muy bien. Me sumo a ello. Pero quiero bajar de vez en cuando los pies al suelo, y hablar de cosas reales, e incluso a veces un poco triviales. Recuerdo una visita áulica que hicimos unos cuantos arquitectos terrestres a una obra celestial. Uno de los humildes visitantes, cincuentón, curtido seguramente en mil batallas ingratas, señaló que la maravillosa solución de un remate de fachada –muy fotogénico– podría dar problemas, y que deberían haber dispuesto un goterón. Sólo puedo decir que tal ser subhumano tuvo el tiempo justo de salir zumbando y logró salvar la vida.

Pues un poco de eso. Quiero celebrar la gran arquitectura. La amo. Pero para mí es aún más grande si no tiene goteras. Y ya si funciona hasta me emociono. (Ya no se habla de función, ¿verdad?).

Sí. Tengo una edad. ¿Se me nota? Y empiezo a estar cansado de algunas cosas. (Mejor dicho, llevo ya bastante tiempo cansado). Pero este blog es optimista. O quiere serlo. A mí también me gusta más Don Carnal que Doña Cuaresma. Lo que pasa es que a veces me da por quejarme.

Otra cosa: Estoy convencido de que quien sólo sabe de arquitectura no sabe de nada, ni siquiera de arquitectura. Así que, como este es un blog de arquitectura, hablaremos de música, y de cine, y de literatura, y de lo que queráis.

Si alguien ha llegado hasta aquí, me quito el sombrero que no tengo y le doy las gracias.

6 comentarios:

  1. A partir de ahora tus palabras no se las llevará el viento o los combinados del Amedros, si no que permanecerán en forma de bytes en internet hasta que algún gobierno lo haga de pago.

    ResponderEliminar
  2. Dios te bendiga, Pablo. Has tenido la santa paciencia de registrarte y pasar por las horcas caudinas para publicar un comentario.
    Gracias.

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena José.
    A mi el diseño me gusta.
    He puesto tu blog en twitter, seguro que esta noche te leen cientos de personas.
    Además si te parece bien voy a poner un enlace de tu blog en el mio.

    ResponderEliminar
  4. ¡Bravo!
    Te lanzaste a la piscina, ya tienes tu casa y te voy a dar mucho la tabarra. Me lo voy a pasar bomba sin pasarme de la raya.

    Felicidades

    ResponderEliminar
  5. Gracias, Andrés. Yo intentaré hacer lo mismo con tu blog (cuando sepa cómo).
    Serrozar: Te temo. Es broma. Será un placer leer tus comentarios retorcidos, confusos, lúcidos, poéticos, incomprensibles, cachondos...

    ResponderEliminar