domingo, 29 de julio de 2018

Juan Daniel Fullaondo: Cuestionario proustiano

Dedicado a Peter (@Speedmaster72), a Rodrigo Almonacid
(puede decirse que he hecho esta entrada por ellos y para ellos)
y a todos los jóvenes arquitectos apasionados por la arquitectura
moderna que estudian incluso obras ocultas y relegadas.
Su recuerdo de Fullaondo me ha impulsado a poner aquí este
documento que tal vez les interese.


El escritor francés Marcel Proust compuso un cuestionario para entrevistar con él a cualquier persona que tuviera interés.
Este cuestionario se ha usado y se sigue usando muchísimo, se ha hecho famoso, y a mí me ha gustado siempre tanto que incluso se lo hice contestar al protagonista de mi novela El poliedro de la melancolía.(*)

Hoy juntamos un cuestionario que me encanta y un entrevistado fascinante: Juan Daniel Fullaondo.

Lo transcribo del libro Juan Daniel Fullaondo, de la editorial Munilla-Lería, de Madrid, 1996. El libro fue coordinado y maquetado por la hija del protagonista, María Fullaondo. Tiene 255 páginas y el cuestionario va desde la página 11 hasta la 17.
Espero que os gusten su sentido del humor, su mala leche, su aroma de desencanto y su desbordada cultura.


-Empecemos. ¿Qué virtud es la que prefieres?
-La inteligencia, simultáneamente ecuánime y creadora. La lucidez, si quieres. Desgraciadamente esto te sitúa, habitualmente, a contracorriente. Hace poco he visto parangonar a Teruel con Atenas, por ejemplo. Con la Atenas de Pericles, quiero decir.

-¿Qué cualidad es la que prefieres en el hombre?
-Pues lo mismo. Esa inteligencia, unida a un cierto sentido del coraje, de la decisión. Hay cobardes muy listos, pero que, por ello mismo, terminan haciendo las cosas más disparatadas... Generalmente suelen vestirse de saltimbanquis. A rombos.

-¿Cualidad preferible en la mujer?
-Es difícil hablar sobre el mundo de la mujer. Oteiza hablaba de la comprensión sentimental.Pero también está el talento, la inteligencia, lo mismo de antes, y el saber integrarse, hasta el fin, en todos los terrenos, la belleza, el atractivo...

-¿Tu ideal de felicidad terrenal?
-Disponer de la tranquilidad necesaria para poder seguir indagando. En otra clave, que me dejen en paz, por el amor de Dios. Lo que parece bastante difícil. También podría, alternativamente, decir, como Borges, convertirme en el Hombre Invisible.

-¿La ocupación que prefieres?
-La mía, como arquitecto, dentro de ese aludido marco "inter científico". Desde la arquitectura, hacia casi todo. Otros van hacia casi nada. Aunque hablen de la Acrópolis, que ahora se lleva mucho. Yo prefiero hablar del Bomarzo de Chillida.

¿Cuál es, para ti, la mayor de las desgracias?
Rodearse de majaderos. Que, inevitablemente, desembocan en traidores de tercera. Eso también pasa mucho.

-¿Qué te hubiera gustado ser?
-Lo mismo que soy, pero mejor, con un mayor margen de maniobra, de confianza...

-¿Dónde te gustaría vivir?
-He variado bastante con el tiempo, la edad. Ahora pienso en un panorama frío, con lluvia y nieve, cerca del mar...

-¿Cuál es el estado actual de tu espíritu?
-El de una cierta perplejidad dentro de una reflexión constante, personal. Esto ha sido bastante constante en mí.

-¿Qué don de la naturaleza te gustaría tener?
-Son tantos... Me gustaría no ser calvo. Y tener mejor salud. Y jugar mejor al ajedrez. Me pierdo en el medio juego. Pero hay muchas otras cosas.

-¿Hacia qué falta tienes mayor indulgencia?
-Obviamente, hacia las del corazón.

-¿Qué es lo que detestas por encima de todo?
-Como antes, la majadería. Si además se une, como es frecuente, a la petulancia y al poder, ya tendríamos, verdaderamente, la apoteosis.

viernes, 27 de julio de 2018

El espacio no cuenta

Se me ocurrió este tema para el blog y se me había olvidado.
Carla Arnal y Manuel Baena me ayudaron a recordarlo.
Por ello les dedico esta entrada.


Hace unas semanas he estado en Salamanca y he vuelto a disfrutar de sus dos catedrales. Se entra por la fachada norte (plaza de Anaya) de la catedral nueva y se pasa de esta a la vieja y después al claustro.
El claustro es, pues, la guinda final de un fantástico recorrido, la despedida, y tiene este magnífico aspecto:


Sí, bueno, claro. Le han plantado esas cabinas. Hay que entenderlo: Hay muchos turistas viendo la catedral, y han pagado -lo que les hace poseedores de derechos-, y algunos tienen que dar rienda suelta a sus apretones.
El punto rojo, en el centro del claustro, señala el emplazamiento de los urinarios.

Dejo esto aquí un ratito. Voy a perderme y a contradecirme un poco por ahí y ahora vuelvo.

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jueves, 19 de julio de 2018

Summertimepfzzftp

A Nacho Sandoval, a David García-Asenjo,
a Emilio García y a Francis Suárez.
Vosotros sabéis por qué.
(Ah, se siente. Haberos buscado amigos que
tocaran mejor).
Y, naturalmente, a todos los lectores de este blog

Estos son los hermanos George (izquierda) e Ira (derecha) Gershwin, músico y letristarespectivamente de la ópera Porgy and Bess, a la que pertenece la extraordinaria nana Summertime (Tiempo de verano), que ejecuto (ejecutar es poco) a continuación:


Summertime and the livin' is easy
Fish are jumpin' and the cotton is high
Oh your daddy's rich and your ma is good lookin'
So hush little baby, don't you cry

One of these mornings
You're goin' to rise up singing
Then you'll spread your wings
And you'll take the sky

But till that morning
There's a nothin' can harm you
Whith daddy and mammy standin' by

viernes, 13 de julio de 2018

Señores clientes:

He dado un repasito al aspecto de mi estudio. Como está en planta baja y tiene acceso directo desde la calle he puesto un montón de cartelitos en la puerta, en las ventanas y en toda la fachada.







viernes, 6 de julio de 2018

Hacer cosas

A Ana Asensio, que hace muchísimas cosas


Hoy, por enésima vez, he leído a un listo, a un suficiente, a un serio, criticar a un compañero porque aún está haciendo... lo que sea. El caso es que este compañero está haciendo cosas y el listo estirado no hace nada.

Cuando alguien hace cosas (un blog como este, tartas, sonetos, vídeos, acuarelas, solos de xilófono, punto de cruz, pantalones... ¿sigo? Millones de cosas) siempre se expone a que otro le critique. Sí: Quien hace algo lo expone a la opinión de terceros, e igual que está dispuesto a que lo elogien y feliciten ha de estarlo a que le examinen con alguna dureza. Eso está claro, y creo que todos los que hacemos cosas lo asumimos.

¿Punto de cruz? Pues punto de cruz.

Pero una cosa es que alguien critique tal cosa que has hecho o has escrito, y lo haga con argumentos, con ideas, con sugerencias... y otra es que te diga: "¿Pero aún estás con eso? ¿Pero sigues con esas cosas? Si eso ya está pasado, ya nadie lo hace". Y te deja fuera de juego y con la cara de gilí.

-¿Sigues con tu blog? Pero si los blogs ya han muerto.
-¿Lees libros todavía? Qué atrasado.
-¿Sigues cocinando con horno de gas? Pues vaya.
-¿Sonetos? ¿De verdad sonetos?
-¿Coleccionas sellos? Eres un crío. Un crío viejo.
-¿Acuarelas? Qué pequeñoburgués.

Ellos no hacen nada. Ellos están agazapados. Solo critican cualquier cosa que los demás hagan. Ellos nunca se equivocan, nunca se exponen.

Pues allá ellos. Que nadie ose negarnos el sagrado derecho (y placer) que tenemos de hacer cosas y, sobre todo, de hacer el gilipollas.

Bendito sea el punto de cruz, el horneado de bizcochos, el aeromodelismo, el submarinismo, el enredeo con el coche y el "manitismo" en general, la lectura, la escritura (sea de novelas, de sonetos o de dramas de honor), la ejecución (en todos los sentidos) de piezas musicales, el canto, el coleccionismo de chapas, de llaveros de talleres mecánicos o de posavasos, el senderismo... Hay millones de cosas por hacer y estamos en este mundo para hacerlas. ¿No se te dan bien ni te gustan chorrocientas mil? Pues dedícate a tres, o cuatro, o diez de las que sí. Porque algo tienes que hacer. Para ser persona tienes que volverte loca con alguna cosa. Tienes que entusiasmarte. La gente que no hace nada, que no se vuelca con algo, no sirve; solo está para estorbar.