domingo, 20 de marzo de 2011

Vejez, cabreo, saturación

Uno de mis placeres de cada domingo, después de desayunarme con unas porras que me hacen llorar de gratitud, es leer el artículo de Manuel Vicent en EL PAÍS. El de hoy se titula "Rechazar" y, como de costumbre, parece dirigirse a mí personalmente.
Dice que estamos saturados de información, y que a cierta edad no admitimos más. Tenemos los chips del cerebro saturados o tal vez oxidados, y no queremos ya más historias, y nos sorprendemos a nosotros mismos cabreados sin un motivo concreto.
¡Exacto! El mero título de mi blog,  "¿Arquitectamos locos?", es un grito de indignación. "¿Estamos locos o qué?" "¡Qué barbaridad!" "¿Qué más idioteces tenemos que seguir soportando?" "Quosque tandem, Catilina...!", etc. Ya he dicho en más de una ocasión que me considero un apocalíptico, un abuelo Cebolleta, un cascarrabias, un viejo huraño y cabreado.
Manuel Vicent me señala lo obvio: Que recibo demasiados estímulos y ya no los sé procesar, que a los jóvenes tanto estímulo les excita, pero a los viejos nos agota.
Creo que no sería capaz de adivinar el talento en algo novedoso, rompedor, sino tan sólo de confirmar el de quien se mueve dentro del paradigma que conozco. Es decir, llegado a una cierta edad sé repetir cosas, y sé apreciar las cosas que otros repiten, pero no sabría darme cuenta de algo verdaderamente nuevo. Si me pusieran delante un tesoro no lo sabría ver.
Estoy seguro de que si se me pusiera ante las narices un nuevo Picasso y me mostraran un nuevo cuadro de similar potencia revolucionaria que el de Les Demoiselles d'Avignon, no lo sabría ver.

Siempre me ha llamado la atención, y me ha indignado, que Monet tuviera que dejar en prenda un gran lienzo al no poder pagar el alojamiento ni la manutención que le habían dado, y que el dueño de la pensión no lo quisiera ni regalado y lo tirara al fondo de la cueva. Muchos años después, con la tela podrida, sólo se pudo rescatar una pequeña parte del cuadro. Pues bien, tal vez a mí ahora me pasaría lo mismo que al hostelero.
¿Por qué le gustan ahora los impresionistas a todo el mundo, cuando en su momento no le gustaron a nadie? Hubo un cambio de paradigma, y en su momento sólo lo apreciaron unos pocos. Ahora, si está cambiando de nuevo, yo no me entero.
Si yo hubiera sido un próspero industrial americano en 1900 habría encargado una bella casa Tudor, o neogótica a un arquitecto bien establecido socialmente, pero seguro que no habría acudido a ese Frank Lloyd Wright. ¿Por qué le admiro ahora? Demasiado tarde. ¿Quién está haciendo ahora cosas verdaderamente valiosas? No lo sé. Estoy, como dice Vicent, demasiado cabreado como para darme cuenta.
Claro, que también Vicent acaba diciendo en su artículo que este rechazo a lo nuevo actúa "de forma automática en medio de una sopa de neuronas muertas, pero también podría significar que no te rindes a aceptar cualquier clase de basura moral, intelectual, social, cultural o televisiva, cualquier spam cibernético que te asalta en el camino. No me presente usted a nadie porque ya no quiero conocer a nadie más, se suele decir a cierta edad".
Puede ser. Comodidad de no querer ya más líos, pereza de no saber más cosas, pero al mismo tiempo, el viejo ha tenido siempre el sacrosanto privilegio de decir lo que le diera la gana. Así me siento yo también. No necesito hacerle la pelota a nadie, mendigar ningún puesto ni ningún cargo, caer bien, y en esta mi casa (a la que estáis todos invitados) me permito el privilegio de indignarme.
También dice Vicent: "Tener siempre activado y en estado de alerta el rechazo cerebral a una edad es un signo positivo, que unido a un cabreo personal indica que uno se mantiene joven y dispuesto a defender la última muralla".
Bueno. Será eso.
Además, creo de corazón que me indigno contra carcamales tan viejos como yo (bastante más), que mantienen el viejo paradigma sin aportar nada nuevo. Tal vez en algún momento surja algún joven a quien no entienda (estoy deseándolo), pero por ahora me cabreo (como dice Vicent) contra viejas glorias a las que creo que entiendo demasiado bien.

4 comentarios:

  1. Buenos días. José Ramón.

    La ironía?. No te parece correcta?. A cierta edad y con los filtros que va acumulando el tiempo. Las cautelas que van haciendo que tus neuronas funcionen de una forma determinada, el trabajo acumulado....tío estoy muy cansado de seleccionar datos para convertirlos en información.

    Estoy cabreado?. Yo creo que no...estoy irónico...hay tanta basura circulando!!!!.
    Estamos viviendo una época donde el más tonto hace un Longines!!!.
    Lema: tranquilidad y buenos alimentos.

    ResponderEliminar
  2. Unos días antes de morir, Le Corbusier dijo:
    Life is right, and the architect is wrong.

    ResponderEliminar
  3. ¿A que edad comenzaron los sintomas? Yo, apunto de cumplir los 38 ya los voy teniendo y me preocupa.

    ResponderEliminar
  4. Me estoy fijando.....y pone "ver todo mi perfil".
    Creo que me voy a ahorrar esa experiencia. Tu perfil es muy parecido al mío y el otro día me levanté al baño por la noche, adormecido,con la luz apagada y, al pasar por delante del espejo de cuerpo entero donde se maquea mi señora, me pegué un susto de muerte!!!, Al ver a ese tío en mi dormitorio di un grito de terror y mi señora dijo "Alex, deja de hacer el tonto, anda guapo".

    ResponderEliminar