domingo, 25 de diciembre de 2022

El Angulo (arqueología personal)

En la escuela de arquitectura de Madrid (supongo que como en todas) funcionaba muy bien el mercado de libros de texto de segunda mano. En el tablón del hall unos pinchaban papelitos diciendo que vendían uno y en seguida otros llamaban para comprarlo.

En cuanto uno de esos compradores conseguía aprobar la asignatura pasaba a ser vendedor del libro, que no le había suscitado cariño ni interés, pues solo se trataba de pasar por él como una enésima prueba más obligatoria para llegar a la lejana meta. (Antes he dicho que era un mercado de libros de segunda mano; por lo que acabo de escribir se entiende que más bien eran de quinta, sexta o séptima mano).

Uno de esos libros que se compraban y vendían indefinidamente era el Angulo, obligado para la asignatura de Historia del Arte de segundo. Aunque no se seguía especialmente (o al menos mi profesor no lo hacía), nos era indispensable.

Era un buen libro, pero al que entonces, como a todos los demás, no le tomábamos ningún aprecio. Una especie de guía telefónica llena de nombres que nos teníamos que aprender de memoria (aún me recuerdo recorriendo el pasillo de mi casa cien veces recitando escultores griegos o catedrales góticas francesas), y que una vez aprobada la asignatura nos quitábamos de encima por cuatro pesetas.

Sin embargo la edad es nostalgia, y ahora, a mis sesenta y dos años lo recordaba con cariño. (Lo que recordaba con cariño eran mis dieciocho o diecinueve años, no nos confundamos). El caso es que lo he visto en una plataforma de libros de viejo, a un precio ridículo, y me lo he comprado. Et voilà.

Aunque su texto no se seguía a rajatabla y nos manejábamos por apuntes tomados en clase, antes he dicho que era imprescindible, y lo era sobre todo por la gran cantidad de ilustraciones pequeñitas y en blanco y negro que traía. (Ahora que lo tengo miro y veo que el tomo I tiene 793 y el tomo II 1296. También leo algún párrafo al azar y veo que sigue siendo un buen libro. El tema es tan vasto que poco puede profundizar, pero lo que cuenta es claro y limpio, y parece muy bien fundamentado).

viernes, 16 de diciembre de 2022

Pura intención (puro teatro)

Una famosa imagen que cualquier buen conocedor de la arquitectura moderna sabe identificar es esta:

Pero si no has sabido no te preocupes. No pasa nada. Para eso estoy yo aquí. Este blog cumple una admirable (no es porque yo lo diga) función social, aunque hasta la fecha no haya sido reconocida por el gobierno, el parlamento europeo, la otan ni la academia sueca. Ya sabéis: las cosas. La vida injusta.

Esa foto pertenece a la casa que le hizo Le Corbusier en 1923 (la terminó en 1924) a su señora madre -Marie Charlotte-Amélie Perret (dite Jeanneret-Perret)- en Corseaux (Suiza), en la orilla del lago Léman.

Fue una de las primeras obras del arquitecto, quitando sus iniciales y afortunadamente muy escasos chaletones suizos -por más que Colin Rowe(1) se quiera emocionar con alguno de ellos-, y ese rincón de la fotografía es formidable: Una tapia de piedra que tiene un agujero rectangular por el que se ve el lago. Ante ese agujero hay una mesa de hormigón con una pata y dos bancos de estructura de acero y tablas de madera.

Un hueco casi monástico. Un rincón para mirar, pero también para charlar, comer o leer. La disposición de la mesa y los bancos permite todos esos usos deliciosos. Y siempre el lago.

viernes, 9 de diciembre de 2022

Un libro de arquitectura

El otro día una alumna ya de la segunda mitad del Grado de Fundamentos de la Arquitectura me dijo que hasta el momento había estado muy ocupada en ir aprobando las asignaturas y en ir avanzando con su carrera -lo que no es poco-, y que tenía la sensación de que no se había ocupado de pensar qué es la arquitectura, cómo la quiere entender, y no había reflexionado sobre las cuestiones principales.

Me pidió que le recomendara un libro de arquitectura -porque además ahora, con las vacaciones de Navidad y con los Reyes Magos, es un buen momento para comprar alguno e incluso para leerlo- y no le supe qué decir. Le di muchas vueltas evocando qué libros de arquitectura me habían sacudido a mí y en qué circunstancias.

Me hice una lista apresurada con la convicción de que eran libros que me gustaron mucho, pero no sé si a ella le interesarían, y me sentí perdido y desorientado. Si mi misión es dar alguna orientación o alguna idea soy (de nuevo) un fraude.

La foto que he puesto es un fragmento de mi biblioteca, formada por años de amor por los libros. ¿Pero en qué se podría resumir? ¿Qué tres o qué cinco libros podría seleccionar para pasárselos ahora a alguien que está empezando a leer y a mirar? ¿Cuál fue el primer libro de arquitectura que yo leí?

sábado, 3 de diciembre de 2022

El hombre del sombrero

Mi amigo y compañero Ekain Jiménez, extraordinario arquitecto, dibujante y pintor,
-Y mejor persona.
-¿Te quieres callar, que estoy intentando hilvanar algo coherente?
-Uy, sí. Perdona. Qué carácter.
Mi amigo Ekain, decía, ha dibujado y escrito (o escrito y dibujado) un libro muy curioso, que ahora mismo está en fase de captación de mecenas para ser publicado por crowdfunding (aquí) y que va estupendamente y alcanzará la meta incluso antes de plazo, porque es una creación sorprendente y muy valiosa.

El libro se titula El hombre del sombrero, y tiene como subtítulo Las desventuras, más que aventuras, del hombre del sombrero de copa. Y lo edita libros.com.

Hace ya tiempo empezaron a aparecer en su muro de Facebook unas curiosas ilustraciones de ambientes urbanos desérticos (de personas) y muy abigarrados (de edificios y "cosas") en los que se escondía (o no) un curioso personaje muy delgado, apenas una mancha, un hilo, con un sombrero de copa desproporcionado. Para mí (y para muchos más) buscarlo era un entretenido pasatiempo. A veces aparecía en unos segundos, pero otras me obligaban a estar un buen rato. Me parecía una distracción parecida a la del famoso ¿Dónde está Wally?, pero con la diferencia de que este se esconde entre muchísima gente, mientras que nuestro hombre del sombrero es el único habitante del dibujo, y se asoma entre los edificios, las plazas, los jardines, los rincones y su propia soledad.

miércoles, 23 de noviembre de 2022

Vértebra

Me acabo de enterar por este artículo(1) de un dato estremecedor de Le Corbusier. Qué personaje.

Ya conté aquí lo de cómo uso la piel de su perro para encuadernar sus dos tomos del Quijote, pero esto lo supera (o no lo sé; yo ya ni sé).

Me hacía cruces entonces de lo macabro que era, tomando como dato romántico y tierno lo que era pura necrofilia. Pero se ve que quien es de una manera es de esa manera y no puede evitarlo. Y a quien le gustan esas cosas le siguen gustando.

Pues bien: Cuando murió su esposa, su querida Yvonne, el 5 de octubre de 1957, la hizo incinerar. Pero el apenado viudo vio algo entre las cenizas, algo que seguía estando entero y no se había deshecho: una vértebra.

viernes, 11 de noviembre de 2022

Esclavitud

 A Ana Asensio


Ana "la Flaca" Asensio me ha dado a conocer un artículo de Alejandro Hernández Gálvez en Arquine (el artículo es este). No conocía esta historia, y me ha impresionado tanto que os la voy a contar y a comentar:

Los grandes arquitectos Herzog y De Meuron, de fama mundial y ganadores del Premio Pritzker (ya sabéis: "El Nobel de la Arquitectura") en 2001, han diseñado un lujoso edificio de 130 apartamentos en el centro de Beirut al que han bautizado como Beirut Terraces, que es una delicia blanca, soleada y elegante.

Como dice su nombre, el edificio está lleno de terrazas. Las viviendas son luminosas y amplias, y tienen unas calidades excepcionales. No podía ser menos, tratándose de tan eximios arquitectos y en un edificio de lujo.

Mirad la planta tipo: Seis viviendas estupendas que tienen de todo; hasta ratonera.

viernes, 4 de noviembre de 2022

Mondrian boca abajo

Estos días ha saltado una noticia de estas que siempre ponen en solfa el arte moderno: Resulta que en la Kunstsammlung Nordhrein Westfalende Düsseldorf, llevan setenta y tantos años exponiendo un cuadro de Mondrian boca abajo.

New York I, de 1941. A la izquierda como está
expuesto y a la derecha como parece que debe ser

La noticia ha despertado en los medios la habitual sorna que se gastan en estos casos. Muy aleccionadora ha sido la atención que le han prestado los periódicos futboleros, que en sus ediciones digitales le dan a todo con tal de llamar la atención y rellenar. (Como todos).

Una de las cosas que he leído en casi todos los artículos es que la confusión ha sido posible porque el cuadro está sin firmar, y claro: si no se ve la firma no hay manera de saber cuál es su orientación. Dicen incluso que esto de que no tenga firma hace sospechar que el cuadro no está terminado.

Vamos a ver una cosita. Sin ser yo un experto en Mondrian (aunque durante años leí y estudié sus curiosas movidas) me atrevo a afirmar que el cuadro ni está terminado ni está siquiera empezado porque NO ES UN CUADRO. Es un proyecto de cuadro, es un croquis, es un boceto.

sábado, 29 de octubre de 2022

La casa de John Wayne

A Emilio


Acabo de ver por internet esta magnífica foto de John Wayne y me he quedado loquísimo.

No sé nada de ella, y me sugiere (quiero que me sugiera) que está tumbado en el sofá de su casa, aunque bien podría ser una foto de estudio, de promoción, de publicidad o de quién sabe qué. En todo caso quiero seguir suponiendo que sí, que esa es su casa; que sí, que así vivía él en su intimidad.

Sí, ya sé que un actor tiene muchas vidas y muchas caras, pero se le ve tan natural, tan cómodo, tan en su salsa que me lo quiero creer. (Ay, si de verdad lo fuera. Yo apuesto que sí).

martes, 18 de octubre de 2022

El descaro jovial

Hace unos años escuché en la radio a uno de los más importantes y famosos comunicadores de España poner a parir a Antoni Tàpies. Como este locutor es una persona con una simpatía y un gracejo legendarios [para quienes los sepan apreciar y disfrutar] fue creciéndose y diciendo más y más ingeniosidades y gracietas divertidas, y su cohorte de colaboradores añadieron disciplinadamente más gasolina al fuego. (Me imagino lo que debe de ser defender tu sueldo ante tu jefe, el gran monstruo de la radio, pero aun así alguna vez, dentro del enorme respeto al líder, alguien podría añadir un matiz suavemente discrepante; una especie de "pero no olvidemos que Tàpies es un gran artista", o un "pues fíjate que a mí no me parece mal del todo". No. Nada de eso).

Se trataba de burlarse del entonces muy candente proyecto del calcetín: zafio, cochambroso, tomadura de pelo, sinvergonzonería, mamarrachada... Los colaboradores tomaban confianza y seguridad y se crecían. Ya el mugriento calcetín tenía incluso pinta de oler a pies.

El tono siguió creciendo, y ya no era solo esta obra, sino toda la de Tàpies y del arte contemporáneo en general. (No olvidemos que este líder de audiencia también tiene todos los años su ratito de cachondeo con la feria ARCO).

Estamos de acuerdo en que no hay nadie sagrado ni intocable. Todo artista y todo profesional está sujeto a críticas. Pero según sean esas así se retrata quien las hace. La obra del calcetín fue un encargo del Ayuntamiento de Barcelona a su artista vivo más universal para la gran transformación urbana que iba a experimentar la ciudad con los Juegos Olímpicos. Entre unas cuantas docenas de milagros, el Palau Nacional se iba a convertir en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), y en su gigantesca sala oval debía ir la estupenda obra del estupendo artista.

Pero lo que presentó fue una maqueta de unos 20 cm de altura con un calcetín real roto y con alambres y barras en su interior que lo atravesaban. La idea era que la obra ejecutada tuviera unos 18 m de altura.

Los políticos no esperaban eso, que les desagradó mucho. Era muy cutre. No iba con las ansias de esplendor que todos tenían. (Tampoco sé qué esperaban exactamente. Tàpies nunca se ha distinguido por su glamour ni por una fina y elegante exquisitez decorativista). El autor intentó explicarla evocando su conocida fascinación por lo humilde y por lo cotidiano. No hubo forma. Los miembros del patronato del MNAC se dividieron; su presidente se asustó. Le propusieron cambios, improvisaron sugerencias. Vamos, que no les gustaba y al final quedó en nada.

jueves, 13 de octubre de 2022

Cómo te pones

He visto un anuncio de este bonito frigorífico:

y he pensado en el pobre Mondrian, en el loco Mondrian, y, por extensión, en todos los pobres y todos los locos que se toman en serio, demasiado en serio, algo que para los demás es solo un divertimento sin mayor importancia.

Ya hablé aquí de Mondrian con mucho respeto y bastante pasmo ante sus obsesiones. Sí queréis os invito a releerlo, porque no voy a repetirlo aquí. Solo quiero hablar hoy de tanta gente que se toma su trabajo en serio y de tanta otra que lo trivializa, toma el rábano por las hojas y desprecia profundamente lo que hay debajo de éstas.

Una empresa de posters llama a este "Cornelies"
y dice que es de Piet Mondrian

Otro Mondrian

Comento brevemente estas tres ilustraciones. La del frigorífico: Mondrian odiaba el verde hasta el punto de pintar de blanco los tallos de los tulipanes que tenía en el estudio. Las dos de los cuadros: Mondrian odiaba las líneas inclinadas hasta el punto de discutir para siempre con su compañero de grupo y (hasta ese momento) amigo Theo van Doesburg porque pintó líneas inclinadas.

miércoles, 5 de octubre de 2022

El milagro

El pasado 20 de septiembre salió en el diario El País un artículo sobre el calamitoso estado de conservación e incluso de ruina inminente y demolición a la vista de la casa Vallet (en la calle de Belisana nº 5, de Madrid), obra del arquitecto José Antonio Coderch.


Fotografía tomada de Google Street

Hace cuatro años y medio mi compañero David García-Asenjo escribió este artículo en el que ya se temía lo peor para la malhadada casa.

Viendo la foto que acabo de poner, la verdad es que se le quitan a uno las ganas de todo, y ya solo desea que la tiren de una maldita vez y la dejen morir en paz.

La casa nunca tuvo suerte, y desde su terminación su autor renegó de ella porque se introdujeron demasiados cambios en obra. No obstante, a pesar de todo eso aún tenía muchas condiciones para ser apreciada y admirada, y para enseñarnos muchas cosas a los arquitectos y a los ciudadanos en general.

¿Qué queda de todo ello? Unos paños sencillos, demasiado sencillos en un barrio de casas ricas y lujosas, y que, con la desidia, la inopia y el odio habituales en este tipo de casos, han quedado como sencillamente cutres y cochambrosos.

sábado, 24 de septiembre de 2022

Mercados medievales

Desde hace unos años no hay feria ni fiesta de pueblo o de barrio que no tenga su mercado medieval. En ellos se venden objetos artesanos y productos de gastronomía. Además los puesteros se visten raro y también salen de vez en cuando saltimbanquis o músicos que dan ambiente a todo aquello.

El otro día un amigo me dijo, indignado, que había estado en uno de ellos y que le habían dado un cucurucho de patatas fritas. ¡Patatas! No le ofendía tanto que la freidora fuera eléctrica ni que el propio cucurucho fuera de papel plastificado, sino que hubiera patatas. Por cierto, que con ellas le dieron un sobrecito de plástico que contenía ketchup (o sea, tomate). Y una cocacola.

Nadie más se enfada con estas cosas, que tiran por tierra el propio concepto de lo "medieval" y que requerirían que la autoridad municipal interviniera de oficio y cerrara semejante tinglado mentiroso y falsario.

Pero no: El propio ayuntamiento lo auspicia, y se pueden ver al alcalde y a los concejales, con sus respectivas familias, triscando por allí.

Qué vergüenza. Qué atropello a la razón. Qué mundo sin principios y sin ninguna moral.

Un atractivo galán de mediana edad ataviado
con ropajes más que discutibles pretende pasar
por juglar con una flauta de plástico.

Los puestos tienen estructura de tubo conformado de acero y cubierta de lona de fibras sintéticas. Los paneles que configuran los mostradores son de chapa de acero galvanizado o de aluminio; y cuando son de madera es tablero contrachapado. Se han montado con una blacandéquer eléctrica y por la noche están iluminados con unas bombillas led. ¿Qué medieval? Todo es un despropósito tras otro. Incluso a alguno de los vendedores medievales, que dejaban sus hombros expuestos, les he visto las marcas de las vacunas.

¿Medieval? ¿Qué mierda es esa de un mercado medieval? ¿Quién se lo traga?

viernes, 16 de septiembre de 2022

#ArquiRelato Segunda edición. Fallo del jurado

Por fin hemos fallado el concurso #ArquiRelato que convocamos en este blog el pasado 13 de junio. La verdad es que hemos tardado demasiado, pero es que nos han pillado las vacaciones y nos ha superado un poco todo esto.

Os recuerdo que el concurso lo convocamos Ekain Jiménez y yo, y que en el jurado nos ha acompañado el ganador de la primera edición, Eduardo Solana.

También os recuerdo que el concurso está patrocinado por Reto Kömmerling y por Ediciones Asimétricas, gracias a los cuales (más un dibujo de Ekain) el premio va a ser considerable y lo vamos a entregar en un acto del que ya os daré cuenta.

Os recuerdo que las bases proponían que el microrrelato fuera una contestación a esta comunicación recibida por un arquitecto: "El expediente nº 528/13 ha sido objeto de informe desfavorable".

Los que hemos recibido, irónicos, cabreados, desesperados, resignados, divertidos, surrealistas e incluso espiritistas, demuestran que es un tema que padecemos a diario en nuestra profesión, y que nos tiene entre quemados y muy quemados, pasando por muchos matices de cansinismo y hasta de buen humor (negro).

Pero curiosamente el que hemos considerado ganador tiene por autora a una no-arquitecta, MARÍA LUISA VALLS ALGUACIL, aunque nos dice que comparte almohada desde hace años con un arquitecto.

Vemos que no solo debe de compartir almohada, sino preocupaciones y sinsabores, porque parece familiarizada con el tono de este tipo de cosas.

Nos ha parecido un relato escrito con eficacia y que tiene unas cuantas capas de significado que nos tuvo a los miembros del jurado comentando durante bastante tiempo diversos matices e interpretaciones, porque nos pareció que a medida que lo leíamos y releíamos se enriquecía y nos aportaba más pistas, que a su vez nos llevaban a interpretaciones diferentes.

Crear tal tipo de sensaciones en un texto tan corto nos ha parecido admirable y nos ha gustado mucho. Lo transcribo a continuación. A ver si os gusta como nos ha gustado a nosotros.

(Queremos poner en este blog más adelante una selección de #ArquiRelatos que también nos han gustado, pero tenemos que hablar con sus autores-as para que nos autoricen a hacerlo).

Vamos con el #ArquiRelato ganador:

martes, 6 de septiembre de 2022

Mi casa

Esta entrada surge de una imagen que he visto en Facebook:

No voy a hablar del contenido del mensaje (que en mi caso es cierto desde que era joven), sino del icono de "mi casa". El cartel no pretende ser realista. (No vemos películas en casa con un proyector de cine. Eso es obvio). Utiliza símbolos.

(Sin embargo para el "no salir de casa" pone la silla BKF, un magnífico ejemplo del diseño moderno).

También vemos que para el "volver a casa" aparece una puerta pintada en rojo inglés y muy engalanada, como de Navidad.

Pero lo que más me llama la atención, con enorme diferencia, es el dibujo de "mi casa". ¿Alguien vive en una casa como esa? ¿Cuántos de vosotros vivís en una parecida? Yo diría que prácticamente nadie. Y, sin embargo, tenemos ese diseño (o similar) grabado a fuego como nuestra casa ideal.

Ese diseño es inconseguible, y sin embargo mis clientes se han acercado a él algunas veces. El resultado es siempre de un kitsch insoportable, las soluciones constructivas son alambicadas e ineficientes y también la comodidad de uso se resiente mucho. Pero mucha gente quiere eso. (Yo creo que de alguna forma todos lo tenemos grabado en nuestro ADN).

miércoles, 31 de agosto de 2022

No seáis tan buenos, que os pilla Richelieu

Dadme dos líneas escritas de su puño y letra
por el hombre más honrado y encontraré en
ellas motivo suficiente para hacerlo encarcelar.
                                         Cardenal Richelieu


Creo que para mí es cómodo ahora escribir lo que voy a escribir, pero es algo que llevo creyendo desde hace mucho tiempo, y poniendo en práctica en la medida de lo posible. Voy a ver si soy capaz de decirlo sin demasiado cinismo. (Ya lo he hecho en alguna otra entrada y me voy a repetir).

Algo que no puedo soportar es que un proyecto de ejecución de una vivienda unifamiliar de unos 150 m2 construidos tenga quinientas páginas. Eso no puede ser y no debe ser. Y anuncio orgulloso que los míos no las tienen. Tienen bastantes más de las que yo quisiera, pero menos que la media de lo que se suele visar en los colegios.

Siempre me pregunto (y os invito a que os lo preguntéis conmigo) que si el cardenal Richelieu era capaz de encarcelar al hombre más honrado por dos líneas escritas, qué sería capaz de hacer con nosotros por quinientas páginas (o por ciento cincuenta, como puede ser mi caso). Estamos perdidos.

Cuando yo empecé -ya está el viejo contando batallitas- un proyecto llevaba memoria, pliego de condiciones, mediciones y presupuesto y planos. En una vivienda unifamiliar estándar eso podía suponer unas cincuenta páginas (más o menos la mitad era presupuesto) y unos quince planos.

Ahora a eso hay que añadirle el estudio básico de seguridad y salud, el estudio de gestión de residuos, el certificado de eficiencia energética, el plan de control de calidad, el plan de uso y mantenimiento y algún que otro anexo según colegios y comunidades autónomas o ayuntamientos. (Por ejemplo, en alguno me obligan a hacer un certificado con las coordenadas de georreferenciación, pero en otros no). (Ah, y ahora cobramos al cambio bastante menos de la mitad que entonces).

Estos son nuevos documentos respecto a los que había en mis comienzos, pero los de siempre también han crecido de una manera atroz. La memoria que antes se resolvía en unas diez páginas ahora es una abrumadora sucesión de ellas con justificaciones del Código Técnico de la Edificación (con medidas de protección contra el gas radón, entre otras mil cosas) y llega a las ciento y pico (en mi caso treinta y tantas).

jueves, 25 de agosto de 2022

Criticones aficionados

Sigo de vacaciones, así que perdonadme esta entrada frívola y facilona sobre esta época del año en que casi todos viajamos y casi todos, arquitectos o no, acabamos viendo arquitectura. Y, naturalmente, opinamos, que para eso pagamos, y, a lo que se ve, demasiado dinero.

Estamos en una época en la que gracias a internet y a las redes nos podemos sentir importantes. Hace décadas podías enfadarte con un presentador de televisión y ladrarle desde el sofá de tu casa; muy poquísima gente se tomaba la molestia de escribirle una carta y dirigirla a la sede de la televisión. En general la protesta se quedaba en el cuello de tu camisa. Pero ahora se lo puedes decir en Twitter, e incluso puedes conseguir, para tu orgullo, que te acabe bloqueando por pesado. "Ja. Le he dicho cuatro cosas a Fulano de tal. Se ha cabreado conmigo y todo. Me ha bloqueado". Con el mismo descaro y la misma seguridad podemos decir en internet que tal obra, maestra para todo el mundo, es una porquería. No nos callamos. No le debemos nada a nadie y somos insobornables. Y nos sentimos estupendos.

Pero ya no son solo las obras de arte: En internet hay reseñas de cárceles, de misas, de todo.

Tonteando, se me ha ocurrido fisgar reseñas dadas por visitantes de obras incuestionables de arquitectura. De las que llevan siglos en nuestro acervo y tienen el beneplácito de todos. No me he querido aventurar en edificios polémicos, de gusto más difícil, que necesiten algún entrenamiento previo, sino que me he ido al consenso de los consensos, a lo que sale en cualquier guía turística general (y no las obras que solemos buscar los arquitectos, que no las conocen ni los taxistas de la ciudad). 

Y, en efecto, en estas pocas obras seleccionadas, no ya la mayoría, sino la casi totalidad de las reseñas son muy buenas. (También hay que decir que a estas obras vas con el puro espíritu del turista, que consiste en saber de antemano cuánto te va a gustar y qué cara de delectación vas a poner, y hasta sabes ya qué fotos vas a hacer y desde dónde). Pero me ha picado un poco (bastante) el morbo de ver las poquísimas malas. Siempre hay gente para todo. Incluso de entre estas la mayoría no son achacables a la arquitectura, sino a la mala organización, a la masificación, a los precios caros, a diversos abusos a los turistas etc.

Os pongo algunos comentarios que me han gustado especialmente, y espero que también los apreciéis:

martes, 16 de agosto de 2022

La bomba

Los arquitectos José Manuel Aizpúrua(1) y Joaquín Labayen fueron unos de los pioneros de la arquitectura moderna en España. En 1927 montaron estudio profesional en la calle Prim, nº 32, de San Sebastián, y desde allí hicieron la arquitectura más pasmosa de la ciudad, inscrita en la del grupo GATEPAC, al que pertenecían ambos y que representaba la vanguardia arquitectónica española, y en el Movimiento Moderno que empezaba a brillar en Europa.

Obviamente, dado su estilo arquitectónico, no tenían una clientela convencional ni multitudinaria, pero en su escala minoritaria el estudio se dio a conocer en seguida como uno de los focos de la cultura y de la vanguardia. Y no les faltó trabajo.

Se hace difícil de entender cómo podía estar ahí ese estudio de arquitectura, con esas pintas y esas maneras de hacer, en ese barrio burgués del ensanche de San Sebastián, y en ese edificio tan digno y convencional, proyectado por el arquitecto Lucas Alday y propiedad del abuelo materno de Aizpúrua, Florentino Azqueta(2). Pero el caso es que se hizo su sitio.

Las cosas les iban muy bien. Pero Aizpúrua tenía una irrefrenable pasión política que lo acabó destruyendo todo. En Madrid se había hecho muy amigo de Federico García Lorca y de José Antonio Primo de Rivera. Los tres amigos acabarían fusilados con tres meses de diferencia y con 33, 38 y 33 años de edad.(3)

viernes, 5 de agosto de 2022

Querido maestro:

(Permítame que le siga llamando así, aunque, ya próxima la terminación de mi carrera profesional, no haya realizado jamás un solo trabajo digno de que se me pueda llamar discípulo suyo). 

El año pasado, a mis sesenta y uno de edad (tres más de los que vivió usted), supe con gran alegría que le iban a hacer una exposición en la Delegación de Vizcaya del COAVN. La comisariaba Joaquín Lizasoain, otro arquitecto admirador de usted y de su entorno. (Su tesis doctoral se titula El muro de Oteiza, y seguro que le habría gustado mucho).

Tenía todo preparado para ir a Bilbao a verla con mi mujer (que le manda recuerdos) cuando un problema familiar nos impidió hacer el viaje.

Pero este año (yo ya con sesenta y dos) la ha hecho el Instituto de Arquitectura de Euskadi, y la ha hecho muy bien, con mucho cariño y mucho cuidado, y ahora ya sí que la hemos podido ver.

La sede del instituto es el antiguo convento de Santa Teresa, un lugar estupendo en la zona vieja de San Sebastián, a dos pasos del Museo de San Telmo, en el que han montado una de Oteiza y Chillida. Están ustedes tres casi juntos. (Recuerdo que usted decía que las exposiciones había que verlas de dos en dos. Pues figúrese esta vez).

domingo, 31 de julio de 2022

Contrato menor

He estado unos días de vacaciones, fuera, lejos del sórdido bullicio cotidiano, y en ellos me entró un correo de un ayuntamiento anunciándome que tenía una notificación, pero como en el teléfono no tengo certificado digital ni autofirma (ni falta que me hace) he esperado a llegar a casa para verlo.

Es una invitación a presentar un presupuesto de honorarios, y el plazo termina mañana lunes, así que he preparado mi respuesta a toda prisa. Como quizá os interese el asunto os lo cuento.

(Cambio datos, aunque no los de superficie y presupuesto de ejecución material, e intento disimular un poco para no identificar a nadie).

La notificación dice:

Expediente Tal referencia Tal:

INVITACIÓN
Este Ayuntamiento está tramitando expediente de contrato menor para el dar servicio de contratación para la “Redacción de documentación técnica de dirección facultativa de obra para la construcción de una nueva escuela infantil en la urbanización [la que sea]”.
Les especificamos los aspectos para tener en cuenta en el presupuesto que nos manden:
SUPERFICIE PARCELA: 2140 m2
EDIFICABILIDAD: 1 m2/m2
SUPERFICIE CONSTRUIDA ESTIMADA: EDIFICIO: 1.000,00 m2
PATIO: 400,00 m2
APARCAMIENTO: 350,00 m2
PRESUP. DE EJECUCION ESTIMADO: 1.240.000,00€
Nº DE PLAZAS ESTIMADO: 170 pzas
ORDENANZA DE APLICACIÓN: [La que sea]
Parcela [la que sea]

La oferta económica o declinación de participar podrán presentarla, como establece el artículo 14.2, de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, las personas jurídicas estarán obligados a relacionarse a través de medios electrónicos con las Administraciones Públicas para la realización de cualquier trámite de un procedimiento administrativo (Sede Electrónica del Ayuntamiento de Tal o de cualquiera otro de los Registros electrónicos de las Administraciones Públicas).
En caso de estar interesados rogamos nos remitan su mejor oferta lo antes posible, por tener carácter urgente, se establece como límite máximo para presentación de esta el día 01/08/2022.
* Forma de pago: por transferencia una vez realizada el servicio.
Les adjuntamos Anexo III de Declaración Responsable, para que la envíen rellena y firmada junto con el presupuesto, indicando en la casilla de “ASUNTO”, el número de expediente, referencia y a la atención de la concejalía que corresponda.
Cualquier duda o aclaración que necesiten para ofertar pueden ponerse en contacto con el departamento de urbanismo, en el teléfono tal (y preguntar por Tal). Muchas gracias.

Firmado el concejal delegado de tal y tal.

viernes, 22 de julio de 2022

Decadencia

Ahora que acaba de terminar el curso y que han salido nuevas hornadas de arquitectos en todas las escuelas de arquitectura me parece pertinente comentar el habitual mantra que salmodiamos los arquitectos mayores acerca de que cuando nosotros estudiábamos todo era más difícil y más exigente, que nuestros profesores nos hacían estudiar y trabajar mucho más y que salíamos mucho mejor preparados que los jóvenes de ahora.

Supongo que esto mismo lo dirán los médicos, los abogados, los geógrafos y los historiadores viejos de sus colegas recién titulados, pero yo lo oigo donde lo oigo y solo puedo referir mi experiencia. Y, precisamente hablando de mi experiencia, os cuento:

Cuando yo comencé a estudiar Arquitectura en Madrid la ETSAM estaba aún sin construir. La tuvimos que hacer nosotros, curso a curso, al estilo de los discípulos-esclavos de la alegre hermandad de Taliesin.

Ese año solo se daba primer curso. Nos dieron un pico y una pala y nos pusieron a hacer las zanjas de cimentación. Mientras sudábamos y teníamos la espalda y los brazos doloridos, un maestro nos recitaba en voz alta los fundamentos del álgebra y de las proporciones armónicas, que teníamos que retener en la memoria sin pizarra y sin tomar apuntes (teníamos las manos ocupadas con las herramientas de trabajo), y de los que éramos preguntados inesperadamente en cualquier momento.

¡Ay de ti como no supieras la respuesta correcta! Te llevaban a la picota y allí te daban diez azotes que no te eximían de hacer después los metros de zanja que tuvieras asignados para ese día. Te tocaba quedarte a cavar una vez terminada la jornada.

viernes, 15 de julio de 2022

Prejuicios

Hoy os voy a contar una bonita historia de hurbanismo patrio. (Para el concepto de hurbanismo clicad aquí).

En el año 2005 la Junta de Extremadura, consciente del raro valor ecológico que tenía un islote del embalse de Valdecañas, lo declaró ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves) y lo incluyó en la Red Natura 2000 de la Unión Europea. ¿Por qué? Pues porque las aves lo tenían como lugar de anidación y de cría. Y es que claro: Era un lugar fantástico.

¿Pero qué pasó con tan fantástico lugar? Pues que si los pájaros no son tontos para elegir un sitio agradable los pajarracos tampoco lo son. Y les gustó el sitio.

No hay en el mundo un lugar tan bonito que no se pueda mejorar con un campo de golf, unas villas, unos hoteles y un embarcadero. Todo ello de lujo; eso no hay ni que decirlo. Y así lo propuso un importante grupo empresarial, que por la magia del hurbanismo convirtió ese terreno (bueno para los pájaros, pero nada más), que podría valorarse en 0,00 €, en un paraíso para ricos valorado en muchos millones y, sobre todo, atractor de muchas y muchas millonadas. Millonadas for everybody, oh com'on baby súbiri súbiri dubi dubi yeah.

He sido incapaz de encontrar una foto del islote de Valdecañas antes de la hurbanización.

Una vez más estábamos ante el milagro de la multiplicación de los panes y los peces y el de la gallina de los huevazos de oro.

Y una vez más las autoridades políticas abrazaron el proyecto. Porque era muy respetuoso con el medio ambiente, porque RESPETABA todo: la vegetación, los bichitos, las amapolas, el canto de los pájaros y la puñetera ZEPA.


Ampliad el mapa y veréis el respeto.

Todo el proyecto fue considerado "de interés regional" (dinero, puestos de trabajo y desarrollo de un islote de mierda que hasta entonces solo tenía cardanchas y piojos). Todos los informes exigibles fueron favorables y en un esfuerzo hurbanístico sin parangón se aprobaron Planes Generales, Planes Parciales, Planes Especiales y hasta Planes de Pensiones en un tiempo récord.

Pero ahí seguía la ZEPA y la inclusión en la Red Natura, que tanto había gustado a los políticos locales cuando aún nadie les había perfumado con el nuevo aroma. Qué fastidio. El asunto pareció arreglarse definitivamente cuando la Junta de Extremadura declaró favorable el estudio de impacto ambiental y decidió que las aves eran muy dueñas de seguir pasando por allí y de anidar en tees, bunkers, roughs y greens, por lo que toda esa operación no afectaba en nada su calma ni sus hábitos reproductivos. Era obvio que una Zona de Especial Protección de Aves no estaba reñida con hoteles, villas, campo de golf y embarcadero. Es más, era obvio que la mejor -qué digo la mejor: la única- forma de darles a esas aves una especial protección era con hoteles, villas, campo de golf y embarcadero.

Pero Ecologistas en Acción tuvo que venir a joder la parva. Presentaron un recurso contencioso y la liaron. Con lo contentos que estaban todos. Armaron un argumento absurdo sobre que tan brillante y feliz operación conculcaba la legislación urbanística extremeña y las disposiciones y exigencias de la Unión Europea para con los espacios incluidos en la puñetera (¡ay, Señor, en qué hora!) Red Natura 2000.

El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEX) dio la razón a los ecologistas en 2011: El plan del islote de Valdecañas vulneraba la legislación autonómica del suelo, que estaba clasificado como no urbanizable de especial protección. Así que el TSJEX ordenó que se deshiciera todo y que se restituyera el islote a su estado original. Uf, un palo bastante fuerte. Un palo tremendo. Pero los emprendedores y valientes políticos se sobrepusieron al disgusto de una forma ejemplar. ¿Sabéis lo que hicieron? Cambiaron la legislación autonómica del suelo ¡con carácter retroactivo! ¡Y lo hicieron por unanimidad de todos los partidos políticos! ¿Habrá algo capaz de frenar el talento de nuestros dirigentes cuando está en juego la felicidad del pueblo?

El Parlamento de Extremadura dijo que con esa jugada el proyecto ya tenía soporte legal. Hala, problema resuelto.

Entonces el TSJEX envió el paquetito al Tribunal Constitucional, porque la pintoresca modificación de al ley autonómica del suelo no la dejaba muy coherente con la ley estatal en un par de detallitos, como por ejemplo que el suelo no urbanizable de especial protección tiene que ser de especial protección. También había un par de cosillas que entraban en conflicto con la propia Constitución Española.

La Junta de Extremadura acudió al Tribunal Supremo y perdió en 2014. Otro palo.

La cosa finalmente parece que no tiene vuelta de hoja y ahora vienen los lloros del dineral que va a costar deshacer todo lo hecho y dejar el islote como estaba. Y a ver de dónde se saca tanto dinero, ahora que ya no es para más ganar, sino para más perder.

Con el asunto en esta situación, el otro día el periódico El Mundo publicó un artículo cuyo titular me dejó atónito y me pareció inaudito, tremendo, una auténtica lección para dar en las escuelas de periodismo: "Valdecañas: de cómo los ecologistas con prejuicios contra la jet set están a punto de cargarse el paraíso de los fines de semana". ¿Prejuicios? ¿En serio? ¿Prejuicios? ¿Cargarse el paraíso? No hay más preguntas, señoría.

Confieso que al ver este pantallazo en Twitter pensé que era una falsificación. Pasa mucho. Tenía que ser no solo un bromista, sino alguien con muy mala baba contra el periódico para amañar un falso titular como ese. Pero no: Busqué en Google El Mundo Valdecañas y ahí sigue, tal cual. No pongo el enlace por dos motivos: El primero porque los titulares en la web están vivos y pueden cambiar cualquier día (fiaos de mi palabra; lo he comprobado y ahí sigue aún hoy, varios días después de su publicación), y el segundo porque los medios en internet viven de las visitas que tienen sus publicaciones, y no me da la gana "generar tráfico" a ese basurero. ¿Cómo se puede titular así? Ya puestos, podrían forzar un poco más la situación: "Los asquerosos y vengativos ecologistas perroflautas con prejuicios contra la gente decente se quieren cargar todo lo bueno de la sociedad". 

Confieso que creo en buena medida que los arquitectos tenemos un componente antiecologista en cuanto que pretendemos mejorar la propia naturaleza con nuestra obra. Somos unos soberbios y unos prepotentes, aunque es cierto que en ciertos casos felicísimos se ha conseguido. La propia arquitectura y el propio urbanismo son eso, y no por un indeseado efecto colateral, sino por su misma razón de ser. También confieso que a lo largo de mi vida profesional he hecho urbanismo y me he indignado por cualquier pega que ha puesto la administración pública a mis propuestas, y me he solidarizado con mi cliente hasta el punto de pensar como él y de hacer mías sus pretensiones, y no solo por los interesantes honorarios profesionales comprometidos, sino porque de verdad he llegado a creer en la bondad de nuestra pretensión.

(También hay que ver qué tipo de pegas y puñeterías les ponen las administraciones públicas a los técnicos y a los agentes urbanizadores de escala pequeña o mediana y qué alfombras rojas extienden ante determinadas macrobestialidades).

Vamos, que yo, intentando hacer urbanismo, he podido hacer a veces algo de hurbanismo, lo confieso, pero es que esto de Valdecañas ya es hhhurbanismo, y lo de El Mundo me ha parecido perihodismo. (Pero reconozco que pueden ser solo prejuicios míos).

lunes, 11 de julio de 2022

Ene bada, Lukarini!

Dedicado, una vez más, a Ekain Jiménez,
que me ha vuelto a dar otra entrada hecha


El aislamiento térmico en los edificios empezó a ser obligatorio en el año 1979, con la norma NBE CT 79. (Mejor dicho: Esa norma exigía unas condiciones térmicas tales que para cumplirlas empezó a generalizarse el uso de aislamientos térmicos en las fachadas y cubiertas de los edificios). En las fachadas la solución más corriente (prácticamente la única) consistía en colocar un aislante térmico por detrás. Eso hacía que el aislante quedara interrumpido en los pasos de los forjados, y la realidad final era como si en la más cruda noche de invierno durmiéramos con una buenísima manta que nos cubriera desde el cuello hasta arriba del ombligo; ahí quedara una franja de unos centímetros al aire; después otra manta nos cubriese desde debajo del ombligo hasta un poco más arriba de las rodillas, y finalmente otra desde debajo de las rodillas hasta los pies.

Conclusión: Mucho mejor eso que dormir sin nada, pero nos quedábamos con la barriga y las rodillas al aire. En este caso los forjados que interrumpen las mantas de aislamiento hacen el mismo efecto de dejar salir demasiado calor en invierno y entrar en verano. Es lo que llamamos "puentes térmicos". En las cubiertas el procedimiento era parecidamente malo y dejaba como puente térmico el forjado superior.

Ahora se está poniendo de moda una solución mucho más eficaz, que es forrar completamente el edificio con aislante térmico, de modo que queda una manta continua que abriga mucho mejor y evita esos puentes térmicos. (SATE: Sistema de Aislamiento Térmico Exterior).

La solución es estupenda, y cuando se trata de edificios de nueva planta se tiene en cuenta desde la concepción arquitectónica inicial y queda muy bien. Pero cuando se trata de una rehabilitación de edificios existentes (ya sean sin ningún aislamiento o con ese interrumpido que he contado) genera algunos problemas.

martes, 5 de julio de 2022

Basta ya de nostalgias

Como ya estamos en verano, me siento relajado y además hace mucho que no pongo jazz se me ha juntado todo para daros la murga un poco.

(A quienes os digáis: "Joé, vaya tostón; ya está otra vez este tío con el jazz" se os devolverá el dinero, pero os animo a que lleguéis hasta el final de este texto y de la música que lo acompaña).

Hoy he elegido una interpretación pensando en quienes no tenéis una especial simpatía por el jazz y se os hace bola. A quienes sí os gusta creo que os va a encantar, como a mí, pero a quienes no os suele hacer gracia creo que también os va a sugerir cosas. Es, además, un jazz suave, muy agradable y digerible.

La pieza se titula Chega de saudade, que podemos traducir como Basta de nostalgia o Basta de tristeza (suponiendo que saudade se pudiera traducir. Vamos, suponiendo que algo se pudiera traducir; pero más o menos nos hacemos una vaga idea, que es de lo que se trata en una traducción). Es una canción con letra de Vinícius de Moraes y música de Antonio Carlos Jobim.

No es un standard del jazz, pero el jazz es una manera, un lenguaje, una forma de escuchar y de decir, así que cualquier música se puede jazzear sin problema. Y en especial el quinteto de Joan Chamorro es capaz de hacer jazz hasta con el soniquete de los niños de San Ildefonso en la lotería.

(Permitidme que os diga también que aprovecho esta música para autofelicitarme porque hoy este blog cumple doce años. Había preparado una entrada sobre ello para publicarla hoy, pero finalmente la he desechado porque la he visto un tanto autoombliguista y autobombástica. Y, además, basta ya de nostalgias).

miércoles, 29 de junio de 2022

Investigación y desarrollo

A mi amigo y compañero de clases Miguel Barahona


Siempre me entero tarde de las cosas, y esta vez cuando digo tarde estoy diciendo unos cuarenta años tarde (y no me refiero a desde cuando ocurrió el hecho, sino desde cuando yo tuve la primera noticia de él).

Se trata de la casa experimental que se construyó Alvar Aalto en Muuratsalo (Finlandia) entre 1952 y 1953, y de la que ya hablé un poco aquí.




Siempre se ha dicho, y así lo he repetido yo, que Aalto construyó esta casa de vacaciones y fines de semana (junto a un lago y con un embarcadero para su barca Nemo propheta in patria(1)) para experimentar y sufrir el comportamiento de los distintos materiales ante las tremendas heladas nórdicas. Si miráis las fotos veréis ladrillos de distintos formatos y cochuras, piezas esmaltadas, pintadas, vitrificadas, etcétera. Una honradísima forma de padecer roturas y descascarillamientos en sus propias carnes antes de prescribir estos elementos a sus clientes.

Esa actitud me pareció siempre encomiable. Nos lo ha parecido a todos. Pero tiene que venir mi amigo y compañero de clases de Introducción a Proyectos Miguel Barahona, conocedor vasto y múltiple, a tirarme los palos del sombrajo.

miércoles, 22 de junio de 2022

Falacia

Acabo de ver un meme en Facebook pensado para hacernos asentir muy convencidos: "Qué gran verdad", pero solo ha conseguido enfadarme. Ya está bien. Ese mensaje lo oigo y lo leo a menudo, y me revuelvo siempre.

Me dijeron hace muchos años (aún estaba abierto al tráfico rodado) que a la entrada de Salamanca había un rótulo: "Camiones de más de nosécuántas toneladas, por el puente romano". Seguro que es hasta verdad. Qué risa, este los aguantaba mejor que el moderno.

No me digáis que no lo habéis oído mil veces. Cada vez que hay que reparar un puente (1) de cincuenta años de edad: "Pues el de Mérida o el de Córdoba, que tienen más de dos mil años, ahí están".

Sí. Por supuesto. Claro que están. Pero de ahí se pretende inferir que los romanos construían mejor que nosotros, y eso es tan estúpido que me duele.

Los romanos construían estupendamente bien para los medios y los conocimientos que tenían, y nosotros lo hacemos también muy bien para los que tenemos, que son muchos más y mucho mejores.

lunes, 13 de junio de 2022

Concurso ArquiRelato. Segunda edición

El año pasado Ekain Jiménez y yo organizamos un concurso de ArquiRelatos, y salió tan bien que dijimos que en un año organizaríamos el siguiente. Tocaba convocar en abril y resolver en mayo, y casi lo hemos cumplido sin mucho retraso.

Hemos negociado con Reto Kömmerling y con Ediciones Asimétricas y se han prestado a financiar el concurso, de manera que esta vez tenemos un premio verdaderamente importante. Les damos las gracias efusivamente.

Así que os animamos a participar. Merece la pena. No hagáis pereza, que solo os pedimos trescientas palabras (como máximo).

Aquí tenéis las bases:

lunes, 6 de junio de 2022

Sacar al niño

He visto en Twitter una foto de una etiqueta de una prenda infantil hecha en China que, esta vez en correcto español, advierte de que hay que sacar al niño de dentro de la ropa para poder proceder a su lavado (creo que al de la ropa, pero obviamente también al del niño).


Vemos esto y pensamos con una sonrisa: "Ay, estos chinos". Pero no. Estoy seguro de que esta advertencia no es exigible en China, ni siquiera se considerará recomendable allí. No: Eso es cosa nuestra. Lo vemos cada vez más por aquí, y conocemos bastantes casos.

Acordaos de aquella mujer que puso a secar a su perrito en el horno microondas y se le murió. Y demandó a la empresa porque en ningún sitio del manual de funcionamiento advertía del peligro de meter animales de compañía en el cacharro. Mirad la guía de uso de vuestro coche: Es muy probable que en algún rincón diga que no debéis beberos el ácido de la batería, y es posible que lo diga porque alguien se lo bebió y sus deudos les demandaron y ganaron.

Tampoco debéis meter la cabeza en una bolsa de plástico, introducir un destornillador en ninguno de los orificios de una base de enchufe, intentar destaponaros un oído con la blacandéquer o apoyar la mano en la vitrocerámica encendida. Y no es por sentido común; es porque lo pone en los respectivos manuales. Así estamos.

lunes, 30 de mayo de 2022

Complejidad y sencillez

A Raquel Martínez, por su magisterio.


Creo que a la gente, en general, le gusta que pasen cosas. Sí, bueno, claro. La vida puede llegar a ser muy aburrida si no pasa nada. Y el arte también. En las novelas y en las películas se prefiere la aventura y el frenesí, en la pintura el colorido y la narración de episodios o el retorcimiento de formas, en la música la melodía brillante, y así en todo.

¿A quién no le gusta una historia trepidante? ¿Recordáis cómo empieza Con faldas y a lo loco? Es una magnífica película, y no sé si encontraréis a alguien a quien no le guste, ya sea un espectador poco exigente y muy "básico" o ya sea un sesudo crítico. Pero estos últimos se descuelgan también a menudo con peliculones de tres horas en los que se ve crecer la hierba y poco más. Y el público no entiende cómo hacen tales alabanzas de semejantes truños.

Lo mismo pasa con el minimalismo, con ciertas novelas existencialistas y con buena parte de la arquitectura contemporánea. Hablaré de esta:

A la gente en general le gusta la arquitectura barroca, por ejemplo, tan llena de cosas, tan impresionante e incluso a veces desequilibrante, y no puede entender que en los albores del siglo veinte ciertos arquitectos propugnaran las cajas paralelepipédicas blancas y no solo no se les echara a los leones sino que acabaran triunfando.

Por eso la arquitectura contemporánea no gusta, y cuando alguna obra sí alcanza al público lo hace por ser "barroca", entendiendo esto como retorcida, expresiva, llamativa y, en definitiva, en la que pasan cosas.


Y muchos de nosotros ponemos carita y decimos que no con el dedito. Nos preguntan entonces: "¿No te gusta porque pasan cosas?, ¿porque es divertido?, ¿porque es un desafío?" Entonces recordamos tantos edificios narrativos, divertidos y desafiantes que nos apasionan y contestamos: "No es por eso. Es porque es malo".

¿Y eso cómo podemos explicarlo? Porque enseguida nuestro interlocutor nos pregunta: "¿Y según tú esto otro es bueno?"

Y decimos que sí, que naturalmente, y nos sentimos como ese crítico de cine que afirma que esa película iraní en la que una joven madre camina con su hijo hacia un horizonte incierto durante veintitrés minutos y sin hablar es una obra maestra (hay que tener cuajo), y que Los bingueros, en la que te tronchas de risa y pasan muchas cosas, es un bluff.

Es un tema del que hablamos demasiado. Yo estoy siempre dándole vueltas (la última vez, hace solo cuatro entradas, aquí), y sé que aburro mucho, pero hoy tengo un enfoque nuevo, o una consideración que aún no había hecho, y aprovecho para contarla.

viernes, 20 de mayo de 2022

Un canto al trabajo

No sé por qué narices nos empeñamos en seguir siendo pobres, con lo bien que se tiene que estar siendo rico, por mucho que TitaThyssen diga que casi que no trae cuenta.

Yo confieso que sí que querría ser rico, y no para tener coches de lujo o varias mansiones. O un avión privado. No. Todo eso no me dice nada; es más, me agobia. Lo querría ser para llevar más o menos el mismo tipo de vida que llevo (con algunos caprichos y comodidades extra, claro que sí, pero eso es lo de menos, de verdad), pero SIN TENER QUE TRABAJAR.

Sí, ya sé: Que me gusta mi trabajo y todo eso. Claro que sí, guapis. Mencanta: Los informes, los certificados, ir a medir una casa una tarde de estas a cuarenta grados, los problemas, los requeridos... Todo. Mencanta. Por eso estoy ya decidido a jubilarme en poco tiempo. No seré rico de dinero, pero lo seré de tiempo y de libertad.

Claro, que cuando al fin me haya sacudido el yugo de la maldición bíblica de ganarme el pan con el sudor de mi frente me perderé escenas tan brillantes y emotivas como esta:

domingo, 1 de mayo de 2022

Vestido de nazareno

No tenía intención de continuar la entrada anterior, ni la planteé como primera parte de nada, pero en ella comenté de pasada que hacía no mucho tiempo Norman Foster era un huracán que se remangaba la camisa y dije que alguna vez lo contaría aquí si no lo había hecho ya. (Obviamente, en seguida alguien me pidió que lo hiciera).

Suelo escribir tan compulsivamente que ni me paré a comprobarlo antes de publicar esa entrada. Lo hice después y vi que no lo había contado, así que creo que está bien hacerlo ahora. (También vi que no se remanga la camisa. La memoria es engañosa y, al menos en mi caso, magnifica las escenas y las hace más épicas aún de lo que ya son).

Titulo esta entrada "vestido de nazareno" para completar el dístico de Machado que transcribí el otro día, aunque los títulos resultan ahora cruzados. Hoy cuento lo del trueno y la semana pasada dije lo del nazareno.

Foster sin chaqueta y con el rotu gordo

En mayo de 2012 la empresa L&L Holding Company invitó a once estudios de arquitectura de fama internacional para que presentaran ideas para un rascacielos de oficinas que pretendían construir (conservando el 25% de la estructura del edificio existente(1)) en el número 425 de Park Avenue, en Nueva York. De esos once quedaron cuatro finalistas: Foster + Partners, Rogers Stirk Harbour + Partners, OMA y Zaha Hadid Architects, y se les pidió que participaran en una segunda vuelta para ver a quién le encargaban el proyecto.

Esa ronda final se filmó y tenemos a nuestra disposición un documento valioso de cómo venden sus dotes y sus cualidades tan grandes estudios. Vamos a verlo un poco(2).