sábado, 24 de septiembre de 2022

Mercados medievales

Desde hace unos años no hay feria ni fiesta de pueblo o de barrio que no tenga su mercado medieval. En ellos se venden objetos artesanos y productos de gastronomía. Además los puesteros se visten raro y también salen de vez en cuando saltimbanquis o músicos que dan ambiente a todo aquello.

El otro día un amigo me dijo, indignado, que había estado en uno de ellos y que le habían dado un cucurucho de patatas fritas. ¡Patatas! No le ofendía tanto que la freidora fuera eléctrica ni que el propio cucurucho fuera de papel plastificado, sino que hubiera patatas. Por cierto, que con ellas le dieron un sobrecito de plástico que contenía ketchup (o sea, tomate). Y una cocacola.

Nadie más se enfada con estas cosas, que tiran por tierra el propio concepto de lo "medieval" y que requerirían que la autoridad municipal interviniera de oficio y cerrara semejante tinglado mentiroso y falsario.

Pero no: El propio ayuntamiento lo auspicia, y se pueden ver al alcalde y a los concejales, con sus respectivas familias, triscando por allí.

Qué vergüenza. Qué atropello a la razón. Qué mundo sin principios y sin ninguna moral.

Un atractivo galán de mediana edad ataviado
con ropajes más que discutibles pretende pasar
por juglar con una flauta de plástico.

Los puestos tienen estructura de tubo conformado de acero y cubierta de lona de fibras sintéticas. Los paneles que configuran los mostradores son de chapa de acero galvanizado o de aluminio; y cuando son de madera es tablero contrachapado. Se han montado con una blacandéquer eléctrica y por la noche están iluminados con unas bombillas led. ¿Qué medieval? Todo es un despropósito tras otro. Incluso a alguno de los vendedores medievales, que dejaban sus hombros expuestos, les he visto las marcas de las vacunas.

¿Medieval? ¿Qué mierda es esa de un mercado medieval? ¿Quién se lo traga?

viernes, 16 de septiembre de 2022

#ArquiRelato Segunda edición. Fallo del jurado

Por fin hemos fallado el concurso #ArquiRelato que convocamos en este blog el pasado 13 de junio. La verdad es que hemos tardado demasiado, pero es que nos han pillado las vacaciones y nos ha superado un poco todo esto.

Os recuerdo que el concurso lo convocamos Ekain Jiménez y yo, y que en el jurado nos ha acompañado el ganador de la primera edición, Eduardo Solana.

También os recuerdo que el concurso está patrocinado por Reto Kömmerling y por Ediciones Asimétricas, gracias a los cuales (más un dibujo de Ekain) el premio va a ser considerable y lo vamos a entregar en un acto del que ya os daré cuenta.

Os recuerdo que las bases proponían que el microrrelato fuera una contestación a esta comunicación recibida por un arquitecto: "El expediente nº 528/13 ha sido objeto de informe desfavorable".

Los que hemos recibido, irónicos, cabreados, desesperados, resignados, divertidos, surrealistas e incluso espiritistas, demuestran que es un tema que padecemos a diario en nuestra profesión, y que nos tiene entre quemados y muy quemados, pasando por muchos matices de cansinismo y hasta de buen humor (negro).

Pero curiosamente el que hemos considerado ganador tiene por autora a una no-arquitecta, MARÍA LUISA VALLS ALGUACIL, aunque nos dice que comparte almohada desde hace años con un arquitecto.

Vemos que no solo debe de compartir almohada, sino preocupaciones y sinsabores, porque parece familiarizada con el tono de este tipo de cosas.

Nos ha parecido un relato escrito con eficacia y que tiene unas cuantas capas de significado que nos tuvo a los miembros del jurado comentando durante bastante tiempo diversos matices e interpretaciones, porque nos pareció que a medida que lo leíamos y releíamos se enriquecía y nos aportaba más pistas, que a su vez nos llevaban a interpretaciones diferentes.

Crear tal tipo de sensaciones en un texto tan corto nos ha parecido admirable y nos ha gustado mucho. Lo transcribo a continuación. A ver si os gusta como nos ha gustado a nosotros.

(Queremos poner en este blog más adelante una selección de #ArquiRelatos que también nos han gustado, pero tenemos que hablar con sus autores-as para que nos autoricen a hacerlo).

Vamos con el #ArquiRelato ganador:

martes, 6 de septiembre de 2022

Mi casa

Esta entrada surge de una imagen que he visto en Facebook:

No voy a hablar del contenido del mensaje (que en mi caso es cierto desde que era joven), sino del icono de "mi casa". El cartel no pretende ser realista. (No vemos películas en casa con un proyector de cine. Eso es obvio). Utiliza símbolos.

(Sin embargo para el "no salir de casa" pone la silla BKF, un magnífico ejemplo del diseño moderno).

También vemos que para el "volver a casa" aparece una puerta pintada en rojo inglés y muy engalanada, como de Navidad.

Pero lo que más me llama la atención, con enorme diferencia, es el dibujo de "mi casa". ¿Alguien vive en una casa como esa? ¿Cuántos de vosotros vivís en una parecida? Yo diría que prácticamente nadie. Y, sin embargo, tenemos ese diseño (o similar) grabado a fuego como nuestra casa ideal.

Ese diseño es inconseguible, y sin embargo mis clientes se han acercado a él algunas veces. El resultado es siempre de un kitsch insoportable, las soluciones constructivas son alambicadas e ineficientes y también la comodidad de uso se resiente mucho. Pero mucha gente quiere eso. (Yo creo que de alguna forma todos lo tenemos grabado en nuestro ADN).