viernes, 22 de mayo de 2020

Señas de identidad

Cada país tiene su idiosincrasia y sus señas de identidad. Hemos leído que lo primero que hicieron los estadounidenses cuando se enteraron de que venía la COVID-19 fue ir corriendo a comprar armas. Así son ellos. Sí. Temían el desabastecimiento, el pillaje, los desórdenes públicos, el caos. Y la mejor forma de hacer frente a todo ese sindiós es comprarse un buen AK-47 o un M-16(1). Los miramos con superioridad y conmiseración. "Pobrecillos", nos decimos, "qué simplones son".


Pero qué bolos. Armas, armas, armas para todo. ¿Así creen que van a superar la pandemia? Qué manía, de verdad.

Nos quedamos tan panchos y tan satisfechos de no ser como ellos, de ser más sofisticados, más civilizados, más cultos.

¿Y qué es lo primero que hemos hecho los españoles? Pues muy fácil: Suprimir controles y trámites para dar licencias urbanísticas. Que ya digo que somos otra cosa.

Para empezar, la presidenta de la Comunidad de Madrid anuncia triunfante que sustituye las licencias urbanísticas por declaraciones responsables.


Eso significa que los proyectos y planes que hasta ahora eran examinados por los técnicos de la comunidad (y tardaban un montón, y encima ponían pegas) ahora no van a sufrir control alguno, y todo el procedimiento va a ser sustituido por que el interesado (incluso si es perpetrador de lofts "residen-dustriales") declare "responsablemente" que cumple con todo. Y ya está.

martes, 19 de mayo de 2020

Optimismo

Mirad qué foto:

(Clicadla y la podréis ver más grande y disfrutarla más)

Mi amigo (todavía tan solo virtual) Carlos Bento Company me la ha puesto en mi muro de Facebook, dedicándomela, y no os creáis que me ha indignado o me ha horrorizado. No. En absoluto. Al contrario: Me ha hecho reír, seguramente por la sorpresa, y en seguida me ha levantado la moral.

Es una columna que se cogió de cualquier sitio y era corta para lo que se pretendía; así que se suplementó con ladrillos. Con ladrillos huecos.
Estos se pusieron haciendo un cubo de la misma base que el capitel: dos pies por dos pies, pero tras la tercera hilada se decidió ahorrar drásticamente el material y se siguió con la cuarta parte de esa sección: un pie cuadrado.

La imagen nos agrede e incluso nos insulta desde varios frentes: el estético, el histórico, el constructivo, el económico... Pero, si no somos tiquismiquis e intentamos entender a su autor, nos llenaremos de una sensación de plenitud. Y eso es lo que pretendo contaros.

Quien haya hecho esto es una persona llena de optimismo y de seguridad en sí mismo. Es alguien que no se amilana ante ningún problema. Es una persona positiva y, como se dice ahora, propositiva. No le va la filosofía ni las discusiones abstractas ni bizantinas. Le importa un pimiento el sexo de los ángeles. Él va al grano. Pim pam pim pam. Dicho y hecho. No se atasca y no atasca. Es como una roomba: Si encuentra un obstáculo se da la vuelta y busca entrar por otro lado, pero siempre llega a donde quiere y se sale con la suya.

martes, 12 de mayo de 2020

La luz

A Manuel Revilla.
A Emilio.


La luz, menudo tema. Es un asunto que viene pintiparado para cualquier ocasión, pero más ahora, en plena primavera pandémica y confinada, en la que tenemos cada vez más horas luminosas, que disfrutamos desde el interior de nuestras casas o, todo lo más, desde el balcón.

Según Alberto Campo Baeza la luz es el material más barato (y más lujoso) de la arquitectura. Y, por su parte, Louis I. Kahn decía en sus clases:

"La luz...
(Te ibas a la cafetería, desayunabas, charlabas con tus amigos, echabas una partidita a la brisca y volvías al aula).
...es".

El espacio arquitectónico es luz. Puede que sea más cosas. Seguro que es bastantes más cosas, pero, desde luego, luz...
(Pues parece que ha quedado buena tarde).
...es.

Gracias a mi amigo Manuel Revilla, excelente fotógrafo, amante de la pintura (es hijo de pintor) y maestro de la luz, he conocido hace unas semanas al pintor danés Vilhelm Hammershoi. (La "o" lleva una barra "/", pero con este teclado no la puedo poner).

Manuel nos agasajó con una serie de cuadros de Hammershoi que mostraban personas leyendo en el interior de casas. ¿Hay algo más hermoso y más feliz que leer tranquilamente en el interior de una casa luminosa y acogedora? Todos los cuadros que seleccionó son extraordinarios, pero (provisionalmente) me quedo con este:

Vilhelm Hammershoi. Interior con niña leyendo. 1910

Es el interior de una casa danesa. El sol entra tan claramente que embadurna el suelo. Una niña lee, pero no en el chorro de luz, sino algo retirada, con buena claridad pero sin la molestia destelleante de los rayos directos.