miércoles, 22 de diciembre de 2010

Muy mal, Don Paul

Estimado Señor Don Paul Newman:
Le escribo porque llevo mucho tiempo queriéndole decir esto. Tal vez haya tenido la cobardía de esperar a que usted se muriera para escribirle; no le digo yo que no; pero es que antes tampoco tenía blog, y no habría sabido cómo hacerlo ni dónde dirigir mi escrito. Un blog es un chollo para estas cosas. Es un lugar raro, como el lugar al que van a parar las cartas a los Reyes Magos o las plegarias de los pesados. (Considere esta carta dentro del segundo grupo).
Bueno, al grano. (Me da un poco de apuro, pero me lanzo).
Yo le he admirado mucho. Le he visto comerse cincuenta huevos duros, y eso impresiona, o barajar las cartas enjuagándose la boca con ginebra, o hacer carambolas increíbles sin doble, o lanzándose a un río desde una peña muy alta. Todo eso impone una barbaridad.
Pero lo que más me impresionó fue cuando de niño le vi en El Coloso en Llamas. Era usted el arquitecto de aquel edificio impresionante: el más alto del mundo. (Por cierto: Si uno hace un rascacielos lo único admisible es que sea el más alto del mundo. Yo no he hecho nunca ninguno, y creo que no lo haré jamás, pero si algún día me encargaran uno y resultara ser el décimo cuarto del mundo no lo aceptaría. Ya que te pones, te pones).
Vamos al asunto, que me lío.
Usted era el arquitecto de aquel edificio, y justo el día de la inauguración hay un incendio. Entonces va usted decidido a una caja de fusibles y ¡zas! arranca el del circuito trescientos setenta y cuatro.
Chapó.
Pero chapó, chapó y chapó, y cien veces chapó. ¡Qué tío! Yo veo el esquema unifilar de un chalé y me mareo, y usted tiene los miles y miles de circuitos de aquel coloso (en llamas) en su cabeza.


Cuando vi la película ni me imaginaba que yo un día sería arquitecto. Pero si entonces hubiera albergado esa idea su película me la habría quitado de la cabeza para siempre. Me habría sentido completamente incapaz de tener ese control, esa capacidad mental, esa retentiva memorística-eléctrica.

Sin embargo la película sigue avanzando y nos damos cuenta de que el repugnante yerno del promotor ha hecho ciento y una picias durante la obra. Ha eliminado bocas contra incendios, ha disminuido las calidades de los materiales, ha modificado todo tipo de instalaciones, ha suprimido los recubrimientos ignífugos de las piezas que los tenían que llevar... y cien etcéteras más.
Y entonces yo le pregunto respetuosamente: ¿Qué narices ha hecho usted durante la dirección de la obra?
¿O es que sólo fue usted de visita el día que se puso el fusible del circuito trescientos setenta y cuatro?
Porque me parece usted uno de esos que para una cosa que se saben la restriegan a base de bien. "Quitemos el fusible del circuito trescientos setenta y cuatro". Muy bien, Don Paul, pero ¿y las BIEs? ¿Y esa mierda de ascensor? ¿Y los tiros de escalera no protegidos ni compartimentados? Es que falla todo.
Y no le eche la culpa al aparejador. Claro, lo fácil: "Es que yo soy un artista. Es que yo llevo la dirección general de la obra, la dirección gorda. Es que yo no estoy en esos detalles. Para eso está el aparejador".
¡Vamos! ¡Por Dios! ¿Y se sabe usted el fusible trescientos setenta y cuatro? ¡No me diga!
Vale que el aparejador también tuvo que ser un hacha. (Creo que le conozco. Es uno que hace muchos chalés cerca de mi pueblo). Pero es que se la han metido doblada, Don Paul. Es que se las han colado todas, una detrás de otra. Es que le han chuleado. Ha certificado usted a lo loco, Don Paul, perdóneme que se lo diga.
Hombre, es que hasta cuesta creer que el edifico se mantenga en pie. Yo creo que el hormigón de la estructura no está ni armado.
Desde luego su película no es de las que hacen afición. Al revés: Era una advertencia de los males de la profesión. Cuando decidí matricularme en la ETSAM no la tenía en mente. De haberla recordado me habría matriculado en Gastronomía No Lineal, y las cosas me irían ahora mucho mejor.

1 comentario:

  1. Feliz Navidad, a todos....lo siento y lo digo.

    Para mi, esta peli, tiene solo un mérito: Es la última vez que actuó D. Fred...Dios mío!!!!. Bailaba con su paraguas, con el perchero, con un banco, una papelera....bailaba!!!. Lo siento Ginger...él bailaba.

    El año pasado mis hijas me regalaron todas sus pelis (las pagó la madre). Las quiero (a mis hijas y a la madre) y eso que una está a punto de ser arquitecta. Algo debí hacer mal en mi vida anterior.

    ResponderEliminar