miércoles, 15 de noviembre de 2023

Internship-Pasantía-Esclavitud

Dedico esta entrada a mi compañero
José María Echarte, que me la ha dado hecha


El famosísimo estudio japonés de arquitectura SANAA ha contestado así (una contestación estándar y habitual) a un joven arquitecto (o arquitecta) con muchas ilusiones (y supongo que con muchos méritos y talento) que se ha dirigido a ellos con grandes esperanzas:

Aunque si lo clicáis lo veréis más grande os ahorro el esfuerzo y os lo pongo aquí ya traducido:

Querido-a XXXX:

Gracias por su email.

El único puesto actualmente disponible es una pasantía de tres meses en Tokio (puesto no pagado de estudiante, 12+ horas diarias, 6/7 días a la semana, trayendo su propio ordenador, software, etc...)

Este trabajo consiste principalmente en la construcción de maquetas físicas, Rhino, Photoshop, VectorWorks y AutoCad - habitualmente tratamos de evitar contratar graduados para este trabajo, pero lo hacemos de vez en cuando, y por lo general parecen sacar bastante provecho de ello siempre que acepten este papel y comprendan que hay poca o ninguna probabilidad de ser contratados como arquitecto al final.

Si está aún interesado-a, por favor hágame saber su disponibilidad (cuanto antes pueda empezar, mejor) y dígame cuándo puede ser un buen momento para llamarle y comentar.

Le deseo todo lo mejor.

XXXX, arquitecto de proyecto

Lo primero que hay que señalar es que son claros. Que nadie se llame a engaño ni se haga ilusiones. Ahí muestran el panorama sin trampa ni cartón.

Qué pena que la joven promesa se haya dirigido a ellos justo en un momento en el que el único puesto disponible sea el de esclavo de más de doce horas de trabajo diario, seis o siete días por semana y sin cobrar ni un céntimo de yen.

¿Esclavo? ¿He dicho esclavo? Me he pasado, es verdad. No lo es. No es un esclavo.


No podemos comparar el estudio de SANAA con la plantación de algodón de La cabaña del tío Tom. No es justo. Y no lo es porque en la plantación esa pala que vemos que tiene el protagonista en la portada, e incluso la ropa, la pagaba el amo, y aquí te llevas tú tu ordenador con tu complejo y carísimo software y todos los etcéteras que sean menester.

(Porque no dirás encima que tienes instalado algún programa pirata. Eso es un delito del que SANAA no sería en absoluto responsable, ya que eres tú quien se presenta con sus cosas).

En este momento el único puesto disponible es ese. Qué casualidad. El estudio tiene un montón de gente y prácticamente toda está en ese tipo de puesto. El último que hubo pagando y con buenas condiciones (si es que existió, porque muchos dicen que es una leyenda) se cubrió hace muchos años.

¿Para qué van a pagar a nadie si vienen los más brillantes jóvenes de todo el mundo dispuestos a trabajar gratis más de doce horas diarias sin un día de descanso?

Si, como dice SANAA, no es un puesto para graduados, sino que está pensado para estudiantes, hay que entender que es una generosa y emocionante labor pedagógica que hace este estudio. Es admirable: Enseñar exige mucha dedicación y rompe el ritmo de trabajo tan frenético que debe de haber allí. Y encima estar pendientes de su educación y formación durante más de doce horas diarias y seis o siete días por semana es ya directamente un acto de altruismo sobrehumano. Semejante privilegio debería de costarle al estudiante muchísimo dinero.

Ahora bien, si el estudiante tiene que dominar el manejo de tantos programas y la construcción de maquetas entonces es posible que haga algo útil en el estudio, algo aprovechable. Y en ese caso, si el estudio ingresa algún dinero por ese trabajo, entonces está explotando al aprendiz al no pagarle. Le está robando.

(Dicen que no lo suelen hacer con titulados porque saben que hacerlo con estudiantes es una buena excusa de enseñanza y aprendizaje. Sueltan esa excusa con la boca chica porque hasta a ellos mismos les parece poco "estético" tener a profesionales trabajando gratis).

Es curioso que cuando hemos comentado esto en las redes siempre sale algún afectado acusándonos de mezquinos y diciéndonos que estuvo en algún estudio similar, trabajando gratis como un animal, y que la experiencia fue fantástica. Bien; si lo dicen no voy a ser yo quien diga que mienten. Seguramente lo pasaron muy bien con esas experiencias tan intensas e incluso aprendieron algo. Pero no nos muestran su lucrativa trayectoria profesional posterior. Más bien da la sensación de que pueden permitirse (sus padres pueden permitírselo) hacer un viaje tan largo, pasar meses trabajando gratis y gastando mucho dinero, empalmar después con otra experiencia similar, y otra, y otra, y en definitiva labrarse un currículum y una fama de brillante profesional que trabaja por la cara y siempre está disponible para montar unas jornadas, participar en unas experiencias, hacer unas movidas... lo que sea, sin mayor aprovechamiento ni fuste.

Esto es una tremenda competencia desleal contra los arquitectos que pagamos a nuestra gente. Ningún estudio de arquitectura normal puede parar dos meses para preparar un concurso. No puedes cerrar durante esos meses y además pagar a quien te ayuda. De este modo, a los concursos solo se pueden presentar o bien macroestudios que tienen a la gente trabajando gratis o bien microestudios que no tienen trabajo y queman las naves buscando echar los restos a la lotería con desesperación.

Esta forma de esclavitud siempre se compara -acertadamente- con la de los grandes cocineros, que también tienen a un montón de aprendices trabajando gratis. Y lo que yo no entiendo es que Casa Julián, con un menú del día de 11,50 € pague a todo el mundo y que un chef que te lo cobra veinte veces más caro no pague a nadie. Es lo mismo: el arquitecto mediano hace un proyecto de cinco adosados pagando y el star-architect se presenta al concurso de la ópera de Silverstone con diez maquetas y cientos de renders gratuitos. Cualquiera compite contra él(1).

Opino lo mismo que el maestro Echarte: La administración pública pide montones de documentos que acrediten la solvencia técnica y económica de un estudio para poder ser adjudicatario de un encargo o para presentarse a un concurso. Exíjasele por encima de todo eso la relación completa de intervinientes y sus certificados de vida laboral, nóminas y retenciones fiscales.

Ya está bien de considerar esto como un místico aprendizaje de los maestros. Repito: Si estás aprendiendo paga; si estás trabajando cobra. Entiendo que a un novato se le pague menos, o incluso que se le ponga un período de prueba, pero esa cantidad abrumadora de trabajo regalado debería estar muy severamente prohibida, y también los arquitectos en ejercicio deberíamos aprender a no admirar tanto, ni babosear, ni homenajear, ni premiar a tantos supuestos compañeros egoístas, abusones y desleales. Y las revistas y libros de arquitectura, esos monográficos tan obscenamente bellos, deberían llevar en la portada una pegatina bien visible que dijera: "ATENCIÓN-PELIGRO: ESTE ESTUDIO DE ARQUITECTURA CONTIENE TRAZAS DE ESCLAVITUD".


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(1). En un debate de Twitter salió este tema y una arquitecta decía orgullosa que ella había trabajado gratis para X. Le dije esto mismo de que los demás arquitectos pagamos a nuestra gente y me contestó que ella había trabajado encantada para X e incluso habría pagado por hacerlo, pero que para mí no trabajaría ni aunque la pagara muy bien. El eco de mi mejilla estallando ante el bofetón aún se escucha a lo lejos. Aún me escuece.

1 comentario:

  1. Buen comentario, José Ramón. Con su punto caricaturizado, refleja fielmente uno de los dos pilares del suicidio colectivo que esta profesión se ha autoafligido en los últimos 25 años.
    El otro son los concursos de arquitectura, ese agujero negro donde las horas de trabajo colectivo desaparecen en pos de un desideratum que no se bien si es el encargo real o simplemente vencer al colega en una especie de juego mortal.
    Espero otro post tuyo al respecto. Ánimo.
    Un abrazo.

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