jueves, 27 de enero de 2011

Arquitectamos tontos

Ayer, 26 de enero, el programa España Directo de RNE1 se hizo eco de una "noticia bonita", de las de quedar bien. (De las de quedar bien a costa de los arquitectos, lo que suele ser muy agradecido y celebrado).
El Ayuntamiento de Zaragoza, de acuerdo con el Colegio de Arquitectos, está llevando a cabo una iniciativa plausible.
Se trata de revitalizar solares y rincones degradados, que alguna vez serán edificados, pero que mientras tanto (y con la crisis va para largo) se llenan de basura. Hasta que llegue ese momento, se están creando espacios de ocio, de reunión, de actividades, etc.
La noticia que daba el programa de radio era sobre la "Plaza de la Buena Suerte", uno de esos solares degradados, que había quedado estupendo gracias a las ideas de unos niños que habían ganado un concurso de ideas.


El concurso lo organizó el Colegio de Arquitectos y el Ayuntamiento, y la idea de los niños fue llevada a la realidad por dos arquitectos.
Los de la radio hablaron con un concejal, que se mostró muy respetuoso con la labor que había hecho el Colegio, y además elogió a los arquitectos. Dijo, textualmente, que eran "dos arquitectos con muchas ideas y con mucha imaginación".
Hasta ahí lo aplaudo. (Ya dije que me parecía una iniciativa plausible).
Lo malo es que esto, dicho así, es demasiado soso para salir en la radio. Hay que aderezarlo.

La periodista insistió en la genial idea infantil de que en el centro de la plaza hubiera un trébol de cuatro hojas. (Plaza de la Buena Suerte - Trébol de Cuatro Hojas). También se maravillaba de que las farolas fueran como árboles secos y de que los bancos fueran las hojas caídas de los árboles.


Según contaron la periodista y el concejal, durante la obra los arquitectos eran demasiado torpes para entender algo tan complejo. Los niños discutían con los arquitectos, y a éstos les costaba mucho trabajo hacer los bancos tal como los niños querían. Éstos tenían las ideas clarísimas, y fueron incluso autoritarios con los técnicos. (Creo que su lerdez lo merecía). Ante tan bella imagen periodística de los niños poniendo en su sitio a los arquitectos, el respetuoso concejal cedió finalmente: "Sí. Los arquitectos lo pasaron muy mal".
Visto el resultado final, la periodista concluye feliz: "Ganaron los niños".

Ya estamos: Los arquitectos somos unos brutos que sólo sabemos hacer barbaridades. Somos los malos. Luchamos contra los geniales niños para hacer quinientos infraapartamentos de 1 m2 en vez de esa hermosa plaza (que a mí, por otra parte, me parece demasiado elemental y demasiado literal, y creo que bastante peor que la que habrían hecho los arquitectos si les hubieran dejado).
Hasta ahora a los insaciables arquitectos nos endosaban honrados y heroicos arqueólogos para refrenar nuestras lujuriosas ansias de hormigón. Ahora también nos endosan inocentes y creativos niños que nos dirigen, y no les entendemos porque arquitectamos tontos.
Ya digo que la idea me parece bien, pero me parece muy mal cómo se cuenta. Cualquier oyente sonreirá ante el desenfadado y simpático relato, y los arquitectos quedamos como siempre: mal, desenmascarados y puestos en ridículo por los niños.
Con otras profesiones eso no pasa. No veo yo a dos cirujanos dejándose dirigir por unos niños, que les regañan por no operar como ellos dicen. Pero es, claro, que el trabajo del cirujano se respeta, y se entiende que tiene una alta preparación técnica que no se puede suplir con las inspiraciones espontáneas de unos legos.
La plaza es para los vecinos. Y se les debe escuchar y atender, y consultar. Naturalmente. También el hígado es del paciente y se le debe escuchar, y se le debe explicar la operación, y las diversas alternativas si las hay. Pero quien corta la vesícula es el cirujano.

9 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, Joserra.
    Al médico todavía se le resteta, al arquitecto se le ningunea.
    Aunque en mi caso, en los proyectos que realizo para el Hospital Provincial y los que tengo la suerte de dirigir la obra, veo que se me respeta, que se tienen en cuenta las ideas.
    Escucho a los médicos del área donde voy a trabajar porque tienen sus necesidades, pero luego intercambiamos puntos de vista y llegamos a un acuerdo donde aprendo mucho y ellos, según me cuentan, sacan su parte y disfrutan del proyecto.
    ¿El problema de haber llegado a esta situación es nuestro o es de la sociedad que ve nuestra profesión como la mierda?

    No sé, Joserra.
    Es complicado.
    Seguiré escribiendo

    ResponderEliminar
  2. Hay profesionales a los que se les respeta todavia menos. Por 25 pesetas, Desarrolladores de software...

    ResponderEliminar
  3. ...profesores...
    No quería decir eso. Es una pena que no se respete a tanta gente valiosa.
    Me refería a la naturalidad con la que cualquier lego cree que el trabajo de alguien no tiene ningún valor, y cree que la espontaneidad infantil suple a la formación y a la madurez.

    ResponderEliminar
  4. Buenas noches. Mira que me jode ser anónimo. Toda mi vida tratando de no serlo!!!!.Coño, que soy padre de tres hijas, como se entere mi mujer que las ha tenido con un anónimo....ya verás!!!.

    Bueno, venga.

    Puedo entender a esos niños que son unos dictadores infames. Los padres deberíamos corregir esas actitudes de una forma, lo más amable posible.
    Quiero entender a la periodista porque de todos es sabido la ingente cantidad de gente ilustre que da esa profesión.
    Si me esfuerzo, hasta podré entender al mojón del concejal que estará asesorado por media docena de Técnicos del tratamiento de la Información y las Telecomunicaciones.

    Pero, amigo, en la pared del solar pone "estonoesunsolar". Pretenden estos, cobrando una mierda y siendo porculizados por tan ilustres personas, recalificar sin que lo vea Virginia?. Uyyyyyy, uyyyyy...la que se van a ganar.

    Ni los niños, ni la periodista, ni el mojón y sus asesores podrán comprender nunca el trabajo porque nunca han trabajado. No podrán entender la cantidad de horas previas que necesita hacer una cosa tan simple. No lo pueden "sentir" porque nunca lo hicieron y, lo más penoso, no tienen ni un solo átomo de empatia: hablan de memoria. Nunca vieron a su hija llorando de rabia, a los 25 años, cuando estaba haciendo el proyecto de fin de carrera (que ni siquiera se va a construir), después de pasarse siete años trabajando como una mula. Estos que coño van a sentir?.

    ResponderEliminar
  5. Por cierto, Programa...es a "las médicos" a las que se les resteta. Yo llevo 37 años restetando a una......(sic)...y, claro si restetas a alguien con formación y educación, lo más normal es que ese alguien te restete a ti. Yo también te resteto. Quid pro quo

    ResponderEliminar
  6. Sí, es a las médicos.
    La gerente y la jefa de enfermería tienen dos pares de tetas de aquí te espero.

    ResponderEliminar
  7. No sé por qué las enfermeras suelen ser pechugonas y muslosas, y las médicos fibrosas y con los pezones empitonaos.
    Hay de todo, ya lo sé.
    ¿Por qué se dejan el pelo tan corto las enfermeras?
    ¿Y por qué luce más una médico morena con la piel muy clara, que parece que te va a curar mejor y te lo va a dejar todo en su sitio?

    ResponderEliminar
  8. Comentarios procaces?. Tres meses seguidos, la tercera imaginaria.

    ResponderEliminar
  9. Estudio Arquitectura, estuvo mal planteadas las palabras de la periodista, o tal vez mal interpretada.

    Pero concuerdo en que los niños son los mejores arquitectos, claro está ellos tienen frescura en las ideas, arte, creatividad. jajajaja! Deberían hacer mas trabajo en esos conjuntos!!

    ResponderEliminar