domingo, 24 de junio de 2012

Los hongos de Sevilla

El Metropol Parasol, conocido como las Setas de la Encarnación, es una estructura de madera que sirve de mercado, museo, escenario y mirador, y que está situada en la Plaza de la Encarnación, de Sevilla.


(Siempre decimos que hay que ver la grasia que tienen los sevillanos, pero a mí me parece que llamarle a esto "las setas de la Encarnación" es ser bastante comedido y circunspecto. Vamos, que por esta vez los sevillanos han sido demasiado tímidos e incluso sosos).
El proyecto es del arquitecto Jürgen Mayer (a quien no tengo el susto de conocer), y ganó el concurso convocado por el Ayuntamiento de Sevilla (a quien tampoco tengo el susto. Solo conozco aquella inquietante alocución del entonces alcalde sobre el hecho de que todos fuésemos astronautas, por lo que no me extraña nada que, con esa forma de pensar, se le ocurrieran cosas como esta).


Si analizo el proyecto de las setas, al principio solo se me ocurren alabanzas:
1.- Es un elemento muy plástico, que cumple su función lúdica y comercial con mucha competencia.
2.- En Sevilla el calor es tan inhumano que no hay quien pare por la calle. Esta estructura da sombra a la plaza, la protege, la hace más habitable.
3.- A veces, para "juzgar" una obra y a su arquitecto, me hago la siguiente pregunta: "¿Yo sabría hacer esto?" Y mi respuesta casi siempre, y desde luego en este caso, es "NO". Por lo tanto, ¿tengo derecho a criticarlo?


Empiezo por la tercera cuestión. Es verdad que si hago un esbozo rápido en papel o una maqueta con plastilina y le paso a un modelador en 3D la misión de que me trace la cuadrícula y me defina las costillas, yo también soy capaz de hacer eso, y no peor.
(Pero es que yo nunca plantearía eso. No tengo valor. Soy un vil cobarde).
Para colmo, este Mayer no lo hizo mejor que yo. El famoso estudio de ingeniería Ove Arup dijo que la estructura no era realizable tal como la había concebido el arquitecto, y hubo que hacer una reconsideración de todo y cambiar las láminas metálicas iniciales por láminas de madera, lo que, naturalmente, elevó considerablemente el presupuesto. El cuento de siempre.
A medida que lo voy pensando, las alabanzas se me van desinflando.
Si yo fuera de viaje a Sevilla me gustaría ver las setas. Es más, la próxima vez que vaya no me las pierdo. (Y seguro que me gustan). Pero si viviera en la Plaza de la Encarnación de Sevilla y me hubieran hecho eso delante de mi casa no estaría muy feliz. Es una agresión a mi entorno, un vómito de mierda en la puerta de mi casa, un atraco. Es peor que cien botellones, meadas incluidas, y para colmo es mi ayuntamiento quien me lo pone, quien me agrede.
No. No sería feliz.


No es ya que me encanten las intervenciones modernas en las ciudades históricas. Es que estoy firmemente convencido de que son necesarias. Creo que las ciudades históricas se mueren si quedan solo como un nostálgico y turístico decorado congelado en el tiempo. Se convierten en cartón-piedra inmediatamente.
Las ciudades tienen que estar vivas, y no solo tenemos que admitir intervenciones actuales, sino incluso aplaudirlas. Es como si a los habitantes de casas en los centros históricos se les prohibiera tener tele, aire acondicionado o luz eléctrica, que ha habido veces en que se ha estado a punto.
Pero es que es tan difícil acertar...
No me parece mal que se revitalice una plaza en el casco, y que además se haga una estructura moderna. ¿Pero eso?


Si vemos el plano de la ciudad como el TAC de un organismo vivo, las setas aparecen como un pólipo, como un tumor. Casi con toda probabilidad será benigno, pero no queda otra que abrir y extirparlo.


Este ni siquiera es un pólipo. Apenas han sido hongos. Una pequeña infección, similar a la llamada "pie de atleta". En este caso ha sido "plaza de arquitecto".
El pie de atleta está provocado por hongos dermatofitos. Hay cuarenta y dos especies de ellos. Las principales son el Trichophyton rubrum, el Trichophyton mentagrophytes y el Epidermophyton floccosum.
La plaza de arquitecto está provocada por los arquitectofitos. Hay miles de especies de ellos. (Al menos una por ayuntamiento, por pequeño que sea). Las principales son el citado Jürgenphyton Mayerum en Sevilla, el Santhiaghyton Calatraphytes (sobre todo en Oviedo) y el Rafaelphyton Moneum (este es mucho más leve, pero causó una infección severa en Ávila). En general, si le dejas una plaza a cualquier arquitectofito estás perdido. (A veces lo mejor habría sido tan solo poner unos árboles y agua, pero eso parece ser demasiado poca cosa para esta plaga de agentes patógenos).

9 comentarios:

  1. Recuerdo que el maestro Peña Ganchegui, que de plazas sabía algo, nos dijo que en una plaza a veces la mejor intervención era colocar un buen pavimento, si es de piedra mejor, y si las piezas eran de buen tamaño mejor aún.

    A buen seguro estaría de acuerdo contigo.

    Saludos.

    Por cierto, si me lo permites, un día nos tienes que hablar del valor o valentía del arquitecto

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  2. Estimado José Rámón,
    Recuerdo cuando, aun siendo estudiante, me propuso un colega colaborar para presentar una propuesta al Concurso del Mercado de la Encarnación.
    La nuestra fué sencilla, tímida y muy neutra respecto a la monumental y arriesgada propuesta ganadora.
    Me surgen dudas y suscribo tus palabras, pero quiero invitar a la reflexión y poner en tela de juicio, no sólamente los grandes hitos, sino las grandes promociones que han hipotecado, y deformado, el paisaje y otras cuestiones transversales.
    Gracias, una vez mas, por tu interesante reflexión.

    @angel_neoars

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  3. Sufro cada día esta especie: Santhiaghyton Calatraphytes, que alteración a mi estabilidad emocional y visual. Hay una cosa que no termino de entender, se permite hacer estas aberraciones que afectan a un gran colectivo y luego llegas con tu proyectito a menor escala pongamos una vivienda unifamiliar, y sino tiene cubierta a cuatro mil aguas con detalles Kistsch ya no pasas ni el primer filtro con ordenanzas.En fin.

    Cuanto mejor hubiese sido poner unos árboles y como dice Javier un buen pavimento y todo resuelto.Suspendemos en el sentido común.

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  4. Me habeis recordado mucho a una anécdota que me contaron en clase de proyectos, hablando de los concursos y la responsabilidad. Se trataba de un encargo a Lacaton y Vassal para remodelar una plaza con árboles, bancos y pista de petanca, normalita y humilde vamos, en Burdeos. Ellos eligieron no tocarla y utilizar el presupuesto para su mantenimiento a lo largo del tiempo. Un ejemplo de humildad.
    Y os dejo la frase con la que la profe resumió la clase: "no se trata de hacer el mal menor, sino de hacer un bien"

    Jordi

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  5. Esta plaza me da miedo ... la vi en obras y no sabía lo que era ... y la veo terminada y todavía no se lo que es ...

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  6. No te quejes, tío.
    Esta mañana me para un vecino y me da una tarjeta para que visite su vídeo en youtube:
    http://www.youtube.com/watch?v=YWjWd1tlBmU

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  7. Gracias por tan interesante post! He disfrutado mucho la información publicada, además de las imágenes adicionales. Para nosotros los que nos dedicamos a la arquitectura y el diseño nos encanta comunicar y compartir nuestro trabajo con grupos y personas que tienen esta pasión en común. Gracias de nuevo por este maravilloso post!

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  8. A mi me parece un lujo y una autentica pasada.cara...si.pero en se villa una ciudad pretenciosa en su arquitectura..excesiva por los cuatro costados...no desentona en absoluto.la catedral ya es un maravilloso exceso.por esa regla de tres no se hubiese coronado la giralda árabe con su increible portacampanas o no se hubiese hecho la plaza de España...intentaron que se tirara tras la exposición....por no hablar de la torre eiffel o del mismo colosseo...obras excesivas...inhumanas pero señas de identidad de las ciudades que las albergan.

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  9. Como explicamos en el post, para nosotros es una obra absurda. Solo espero que la crisis acabe con estas arquitecturas-espectáculo de las que estamos invadidos.
    http://laurbana.com/blog/2013/04/03/metropol-parasol-las-setas-de-la-plaza-de-la-encarnacion-de-sevilla/

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