lunes, 18 de diciembre de 2023

Siempre el McDonald's

No conozco Fallingwater, aunque llevo toda la vida aguantándome las ganas. Muchas veces me he imaginado que iba allí, y otras tantas he visto la foto. LA foto. Una casa de tantísima riqueza tanto espacial interior como volumétrica-plástica exterior parecería que en definitiva se redujera a una sola foto, y también resulta obvio que quien va allí se la tiene que hacer:

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Por lo que me cuentan, aparte de la visita al interior de la casa tienes la libertad de moverte por la finca. ¿Por qué entonces siempre la foto desde ahí? Hombre, porque es la perspectiva más famosa (y la mejor) de la casa. Sí, vale, de acuerdo. ¿Pero no os da la impresión de que hay una marca en el suelo, o una plataforma, o algo, con un rótulo que dice "fotos aquí"?

Yo siempre pienso que casi todos esos edificios de foto famosísima producen una gran decepción cuando los visitas, porque los hábiles fotógrafos profesionales que han poblado nuestras bibliotecas y nuestros sueños la encuadran de tal manera que no se vea el McDonald´s que hay justo al lado. (Quien dice el McDonald's dice el lavadero de coches, el parking para autocares, el palacio del pollo asado, el museo del jamón, el taller de neumáticos o el Carrefour).

Me ha pasado varias veces. Las obras maestras sublimes y etéreas conviven con calles, aceras, pozos de registro, coches mal aparcados, cacas de perros, desguaces, carteles, gente, realidad. En nuestros sagrados libros y pósters se han cuidado muy mucho de canonizarlas limpiándolas de toda esa sucia morralla que es la materia y la entropía. Pero cuando vamos allí, a verlas en carne y hueso, nos damos cuenta de que precisamente tienen demasiada carne y demasiado hueso.

No es solo que nuestra actriz idolatrada tenga en la vida real espinillas, irregularidades en la piel... sino que además está sentada en un sillón de escay con sietes en la tapicería y se cubre las piernas con una manta de Pepa Pig llena de pelotillas. Todo lo que era glamour hollywoodiense se nos convierte de golpe en la cola de la pescadería o en la sala de espera del centro de salud. La vida es eso.

Me ha pasado en muchos sitios: Por ejemplo en la iglesia románica de San Clemente de Tahull (Sant Climent de Taüll). Yo siempre la había visto en las fotos sola, aislada, dominando el valle con su pura presencia. Y cuando fui a verla me llevé una desagradable sorpresa: esta en un pueblo, rodeada por una calle-carretera asfaltada y unas casas bastante anodinas(1). Y hay una explanada con coches aparcados.


(Enorme hipocresía muy de turista: Yo voy en mi coche, naturalmente, ¿cómo si no?, pero me indigna que aquello se llene de coches y de gente en los horarios de visita).

El pueblo, Tahull (Taüll), en Lérida (Lleida), es pequeño, sí, pero aun así destruye la impresión que yo había sacado desde joven por culpa de las fotos que salen en todos los libros de historia del arte, que muestran a la iglesia como un ser solitario en medio de la naturaleza.

Pues así todo: Todo está lleno de McDonald's. Siempre los McDonald's. Toda la arquitectura (como lo demás que no es arquitectura) es un parque temático. Uno se desanima mucho pensando que todo es mentira, que todo es una estafa.

Pero en seguida me doy cuenta de lo contrario: Es justo al revés. Los edificios son reales, son materiales, y están sometidos a envejecimiento, a roturas, a averías, a moho y roña, y también el entorno que los rodea es real y material, McDonald's incluidos. Esa es, por otra parte, su grandeza. Los fotógrafos, igual que los acuarelistas, cumplen la sacrosanta misión de engañarnos, de mantener un ideal falso, de hacernos creer que la arquitectura puede llegar a ser belleza más allá de las crudas y tristes solicitaciones rutinarias, que la vida tiene un sentido heroico o, al menos, muy digno, y no nos damos cuenta de que a lo mejor lo más digno, lo digno de verdad, es mantener el tipo con un McDonald's al lado.



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(1).- Son unas casas anodinas muy discretas, y están construidas con mucho cuidado a base de madera y piedra, pero probablemente todo ese cuidado sea aún peor, porque pone de manifiesto lo postizo y lo falso que es todo, y casi enmascaran la iglesia con sus buenas intenciones.

2 comentarios:

  1. Son casas pirineicas de toda la vida, hombre. Le das demasiadas vueltas a las cosas.

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    1. Que son casas pirenaicas no lo pongo en duda: Son casas y están en los Pirineos. Que sean "de toda la vida" sí. Son casas que intentan parecer "de toda la vida", y lo hacen con gran cuidado y respeto. Pero se nota muchísimo la buena intención y la falsificación.
      De todas formas lo que yo quería contar es la sorpresa que nos produce ver un edificio (que pensábamos que estaba aislado, dominando el paisaje) en su entorno real, junto a otros elementos que los fotógrafos ocultan hábilmente.
      En fin, no voy a repetir aquí lo que he escrito arriba. Siento que no se haya entendido. Me he debido de expresar mal.

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