sábado, 30 de octubre de 2021

Empanados

A mi compañero Miguel y a toda la clase de
Introducción a Proyectos del Grado de Fundamentos
de la Arquitectura del Campus de Aranjuez de la URJC.
(Y a los empanados en general, sean de donde sean).
Con todo mi cariño y mi comprensión.



El viernes pasado ha sido, por fin, el primer día en que se hacía "en carne y hueso" la entrega de un ejercicio de la asignatura Introducción a Proyectos en el campus de Aranjuez de la URJC. Era el 1_B.

El 1_A, como todos los del curso pasado, se había hecho solamente en digital, a través del aula virtual.

Así que mi compañero Miguel Barahona y yo estábamos muy ilusionados y también teníamos un alto sentimiento de responsabilidad ante la ocasión: El archivo aún presentaba algunos problemas de intendencia como para que irrumpiéramos en él con este nuevo ejercicio, así que teníamos que ir antes de clase a resolverlo. 

Cada estudiante tenía que traer una carpeta con las láminas en A2: plano de situación, plantas, alzados, secciones, perspectivas axonométricas, fotografías de la maqueta y, además, todo lo que quisiera incluir. Las maquetas no se entregan, ni se han entregado nunca, porque en el archivo no hay suficiente espacio para ellas. Pero se traen a clase para comentarlas y celebrarlas.

Miguel y yo llevábamos más de un mes anunciándoles que el viernes sería el gran día de estrenar las entregas presenciales y el archivo, y les dimos instrucciones muy precisas (y machaconamente repetidas) de qué y cómo lo tenían que traer:

1.- Una carpeta de cartón de 70 x 50 cm2 (A2 extendido), de gomas, sin solapas. El modelo más sencillo y barato que encontraran. Esa sería su carpeta para todo el curso.

2.- A esa carpeta se le debía pegar por el exterior una ficha cuyo modelo habíamos colgado en el aula virtual hacía más de un mes. Tenían que descargarla, imprimirla, pegar una foto (o insertarla digitalmente antes de imprimirla) y cumplimentar los datos que pedía.

3.- La ficha se debía pegar, colocada la carpeta en horizontal y con su abertura hacia arriba(1), en la esquina superior izquierda. ¿Por qué ahí? Porque las íbamos a colocar todas en una estantería, con la pared a la derecha y el acceso por la izquierda, y así, pasando una a una con los apellidos por orden alfabético, encontraríamos rápidamente el trabajo de cada estudiante.

4.- ¿Está claro? Vamos a repasar: Compráis una carpeta sencilla de 70 x 50 cm2, imprimís la ficha, la rellenáis y la pegáis en la esquina superior izquierda. Repetimos: superior izquierda. Otra vez: superior izquierda.

5.- En esa carpeta irán todos los ejercicios del curso. Para cada uno de ellos haréis una subcarpeta consistente en una hoja de papel 100x70 doblada por la mitad y con vuestro nombre y el número del ejercicio escritos en el exterior.

6.- El viernes 29 entregaréis el ejercicio 1_B. El 1_A, que entregasteis en el aula virtual, también debéis imprimirlo y ponerlo en la carpeta, pero no es necesario que sea ese mismo día. Puede ser más tarde.

-¿Alguna duda?
Ninguna.
Y así en cuatro clases. Repetición de los puntos señalados y:
-¿Alguna duda?
Ninguna.

Por fin llegó el esperado día, y Miguel y yo nos fuimos al archivo antes de clase para acondicionar y despejar el espacio que debíamos ocupar después. (Él tenía algún problema de configuración con su tarjeta-llave, así que abrí yo el archivo). Lo dejamos libre, pusimos unas etiquetas en la zona reservada para nuestra asignatura y nos fuimos a clase. Entramos en el aula y parecía que habían venido los Reyes Magos.


Todo el mundo estaba como nervioso. Dimos un último repaso a los proyectos, sin que nos prestara atención nadie más que a quien se aludía en cada caso. Había ya no un murmullo, sino una verdadera fiesta.

Explicamos el enunciado del siguiente ejercicio, resolvimos las dudas iniciales y finalmente dimos la clase por finalizada, e indicamos que nos íbamos todos al archivo, cada uno con su carpeta.

Y empezó el show.

-Profe: Es que yo no traigo carpeta.
-Pues no te lleves las láminas a casa. Déjalas en la de alguien que te aloje y la semana que viene la traes.
-Profe: ¿Pero es que había que imprimir una ficha? Yo no tengo ficha.
-Pues escribe tu nombre en la esquina superior izquierda y la semana que viene pegas encima tu ficha.
-Profe: ¿Era aquí donde iba la ficha?
-No. Era en esta otra esquina. La has puesto mal. Cuando pasemos las carpetas tu nombre no se va a ver.
-Profe: Estoy viendo que el tamaño de mi carpeta es mayor que el de las demás.
-Es mucho mayor. Dijimos 70x50, que es DIN A2 extendido. Esta es 100x70: DIN A1 extendido. Esa no cabe en las estanterías.
-Profe: Yo he puesto la ficha, pero por dentro.
-¿Y cómo vamos a ver entonces de quién es la carpeta? Tienes que ponerla por fuera.
-Es que está pegadísima.
-Pues la semana que viene traes otra ficha y la pegas por fuera.
(Y así hasta el infinito y más allá).

Hay que decir en honor a la verdad que casi todo el mundo lo hizo bien, pero los casos que acabo de contar son ciertos, y son bastantes para lo que sería deseable e incluso exigible. Pensé entonces con amargura que toda esta gente es la que no entrega a tiempo la propuesta de un concurso, la que la caga en una oposición por una chorrada, la que es incapaz de visar un proyecto en el colegio de arquitectos, de cumplir un plazo, de responder a un requerido, y, aunque ni yo me lo creo, también pensé por un momento que un suspenso les espabilaría. Pero Miguel y yo somos más bien de decir: "Bueeeeno, la semana que viene traes tal o cual cosa y lo arreglas".

(Algunos sí lo corregirán la semana que viene, pero otros se volverán a olvidar, y a la otra, y a la otra, y terminarán el curso así).

Subí las escaleras al archivo, con Miguel y con toda la clase, un poco enfadado o, más bien, desanimado. Qué empanados, qué despistados, qué atolondrados. Así no puede ser. Así no vamos a ningún sitio. Va a haber que ponerse más duro, o yo qué sé. ¡Ay, la edad! Dónde tendrán la cabeza. Desde luego...

Llegados a la puerta Miguel me recuerda que su tarjeta-llave no funciona en esa puerta, y que tengo que abrir yo. Me la busco y:

-¡Anda! ¡Me la he dejado dentro cuando hemos estado antes! ¡No podemos entrar!


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4 comentarios:

  1. Vaya tropa... No me quiero ni imaginar qué les pasará en el futuro cuando quieran echar una instancia para ser profesores de universidad.
    ¡Enhorabuena por el blog!

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    1. Un desastre. Gente siempre despistada.
      Precisamente un amigo (no diré su nombre) me conto que "echó los papeles" para profesor y tuvo algunos errores gordos (mal el informe de vida laboral y mal acreditados varios méritos importantes). Menos mal que había plazo de subsanación y pude terminar de arreglarlo en el último segundo.

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