Si un pintor encuentra a un hombre en harapos y si se conmueve por empatía, de hombre a hombre, ante la condición de pobreza en la que el hombre se encuentra, puede ocurrir que el pintor traslade esta emoción de pobreza a una situación pintada, pero ligada a la aparición de un hombre en harapos.
Vista y reproducida de esta forma, puede surgir una imagen típica de la pobreza que, sin embargo, muy poco o nada tenga que ver con el arte estético y plástico. [...]
Si, por el contrario, la relación del artista con su objeto de la experiencia es predominantemente estética, los sentimientos de placer o de desplacer, lo personal y lo individualmente humano, harán lugar a los acentos más generales, estéticos [...]. No dejará predominar en su obra los acentos emocionales, sino los estéticos. [...]
Esta exageración [de los acentos estéticos] se lleva a cabo por medio de una definición más intensa de los valores espaciales y de los valores del color. No por empatía ante la situación en la que el objeto de la experiencia se encuentra, sino precisamente por lo contrario, por la abstracción de toda particularidad local del objeto, el artista llegará a exponer las relaciones cósmicas más generales y valores como los de: equilibrio, posición, masa, número, etc., que la particularidad local del caso hubiera cubierto o velado.
Theo van Doesburg (1)
Este año se cumple un siglo de la creación de De Stijl. Fue un movimiento que quería abarcar todas las artes, y que pretendía que estas fueran antitrágicas. Es decir, que no se ocuparan de representar la realidad emocional y emocionante, sino que construyeran puras relaciones plásticas, liberadas de la anécdota.
Pretendían, ante este mundo caótico, caprichoso, desordenado y trágico, crear un universo estético ordenado y organizado por las meras relaciones plásticas.
Pretendían, ante este mundo caótico, caprichoso, desordenado y trágico, crear un universo estético ordenado y organizado por las meras relaciones plásticas.
Theo van Doesburg: Dibujos y pinturas representando y reelaborando una vaca, yendo desde
la representación "realista" hasta la abstracción y las puras relaciones plásticas primarias
y geométricas. (Pero este es un momento inicial e inmaduro: Al madurar, De Stijl ya no
trata de cuadricular una vaca, sino que no parte de una vaca para empezar a pintar).
la representación "realista" hasta la abstracción y las puras relaciones plásticas primarias
y geométricas. (Pero este es un momento inicial e inmaduro: Al madurar, De Stijl ya no
trata de cuadricular una vaca, sino que no parte de una vaca para empezar a pintar).
Las fotos que vimos en la anterior entrada son como el hombre en harapos al que se refiere Van Doesburg: basan su eficacia plástica en la empatía. Su plástica es trágica y expresionista: Las cualidades puramente plásticas (color, tamaño, forma...) están al servicio de un sentimiento empático.
Por el contrario, De Stijl se basa sólo en cualidades plásticas, sin referencia alguna a sentimientos o a experiencias vitales.
La entrada anterior, de la que esta es continuación, se titula "La plástica no es inocente", y hace mención a que aquella resalta cualidades trágicas. ¿Entonces, por fin, la plástica de De Stijl es inocente? En absoluto. La plástica nunca es inocente. La plástica de De Stijl quiere ser antitrágica, pero no por ello se libra de culpa.
Además de buscar una pura plástica, sin acentos emocionales, los fundadores de De Stijl quisieron restringirla al protagonismo del plano, a las líneas rectas verticales y horizontales y a los colores primarios. Con estas severas restricciones el arte tenía que salir como un objeto de laboratorio o como un teorema.
Podríamos pensar que con estos condicionantes antitrágicos y estas normas severas la plástica sería inocente y desenfadada, e ideológicamente neutra. Nada de eso. No se trataba de un mero ejercicio de diseño. Se trataba de construir un universo, y eso es muy duro.
En cierto momento, ya un poco aburrido de siempre lo mismo, Van Doesburg inclinó las líneas y adoptó colores no primarios, y Mondrian dejó de hablarle. Nadie se agarra semejante cabreo bíblico por una plástica inocente, por un mero juego de formas y colores.
En cierto momento, ya un poco aburrido de siempre lo mismo, Van Doesburg inclinó las líneas y adoptó colores no primarios, y Mondrian dejó de hablarle. Nadie se agarra semejante cabreo bíblico por una plástica inocente, por un mero juego de formas y colores.
No era tan sencillo, y de ninguna manera era algo tonto o inocente. No hay más que leer a Mondrian y sus rollos teosóficos y sus disquisiciones sobre lo que significa la horizontal, la vertical, los colores... ¡Uf! Ahí hay mucha seriedad, mucho afán de trascendencia y mucho misticismo.
Cuando van Doesburg gira las líneas y figuras del cuadro Mondrian gira el marco, pero el contenido del cuadro sigue siendo vertical-horizontal. Mucha enjundia. Mucha tensión.
Theo van Doesburg, Contra-composición XVI, 1925.
Piet Mondrian, Composición con dos líneas, 1931.
No es ninguna broma romper con un amigo porque ha girado las líneas y, una vez rota la amistad, reconcentrarse en el estudio, pensar, probar, reflexionar... y terminar girando el cuadro entero pero las líneas no.
Ahí no hay nada inocente. Eso es algo muy serio. (Y además hay que estar mu loco. Pero mu loco). (2)
Me imagino a Mondrian ahora, asistiendo al triunfo de sus diseños en teteras, vestidos y relojes y sufriendo un serio jamacuco. Su arte convertido en objeto de decoración, en broma, su carga explosiva desactivada, su fuerza vital convertida en un chiste.
La plástica no es inocente.
Ahí no hay nada inocente. Eso es algo muy serio. (Y además hay que estar mu loco. Pero mu loco). (2)
Me imagino a Mondrian ahora, asistiendo al triunfo de sus diseños en teteras, vestidos y relojes y sufriendo un serio jamacuco. Su arte convertido en objeto de decoración, en broma, su carga explosiva desactivada, su fuerza vital convertida en un chiste.
La plástica no es inocente.
Chorradicas mondrianescas varias
-El caso es que son objetos bonitos.
-¿Bonitos? ¡No digas esa palabra! ¡Fuera de mi vista!
-Quiero decir que tienen gracia.
-¿Gracia? ¿Tú quieres matarme o que te mate?
Nada de bromas con la "pura estética", con la "plástica pura". No está la cosa para tonterías ni el horno para bollos.
Theo van Doesburg, uno de los personajes más interesantes (y más tramposos) de la vanguardia artística del siglo XX, se cansó muy pronto del rígido catecismo que él mismo había coescrito y había extendido por todo el mundo. Pero no contento con saltarse algunas normas (todas), girando las líneas y ampliando la paleta de colores, se apuntó al enemigo con seudónimos varios, con los que escribía artículos contrarios a De Stijl en revistas de otras corrientes. No solo militaba en De Stijl: es que era el jefe (o uno de los dos jefes más jefes). Pero al mismo tiempo era miembro (con nombre falso) del Dada, que era lo más opuesto que cabía imaginar. Y participaba en otras corrientes. Con su verdadero nombre (su "verdadero nombre" era ya un seudónimo) hablaba de la pura plástica geométrica, sin expresionismo, meras relaciones de forma, de color y de espacio, y con otros nombres hablaba de surrealismo, de expresión, de acción.
Podéis reíros de los agentes dobles y triples de John le Carré. Van Doesburg polemizaba desde dos o tres tribunas diferentes, discutía consigo mismo, se llevaba la contraria, se desafiaba y se vencía.
Y, lo que es peor, se tomaba a sí mismo en serio en todo ello.
No. No era una mera "cuestión plástica". No era una "cosa estética". Era la pura vida de sus autores. Y la nuestra. Era la lucha y la búsqueda.
Se cuenta que van Doesburg llevaba una pistola en sus conferencias en la Bauhaus, e incluso se dice que llegó a utilizarla (disparando al aire).
La ideología estaba detrás de las formas. Las formas nunca eran inocentes. Había grandes tensiones y luchas.
La estética de De Stijl era limpia, sí, pero también era dura. Era de una pureza sobrehumana. Mondrian la empapó de misticismo teosófico. Van´t Hoff quiso que construyera la nueva vivienda y la nueva fábrica del hombre concienciado y de izquierdas, y al ver que la arquitectura no podía cambiar el mundo abandonó la arquitectura.
No; de estética bonita nada. De fruslerías nada. Las cosas eran muy serias. Demasiado serias.
Y, hablando de cosas muy serias y terribles, este año se cumple un siglo del nacimiento de De Stijl, pero también de la Revolución Rusa. Otro día, tal vez, hablaremos de los vanguardistas soviéticos. Pero para eso no tengo ahora fuerzas y esto está quedando ya muy largo.
-¿Bonitos? ¡No digas esa palabra! ¡Fuera de mi vista!
-Quiero decir que tienen gracia.
-¿Gracia? ¿Tú quieres matarme o que te mate?
Nada de bromas con la "pura estética", con la "plástica pura". No está la cosa para tonterías ni el horno para bollos.
Theo van Doesburg, uno de los personajes más interesantes (y más tramposos) de la vanguardia artística del siglo XX, se cansó muy pronto del rígido catecismo que él mismo había coescrito y había extendido por todo el mundo. Pero no contento con saltarse algunas normas (todas), girando las líneas y ampliando la paleta de colores, se apuntó al enemigo con seudónimos varios, con los que escribía artículos contrarios a De Stijl en revistas de otras corrientes. No solo militaba en De Stijl: es que era el jefe (o uno de los dos jefes más jefes). Pero al mismo tiempo era miembro (con nombre falso) del Dada, que era lo más opuesto que cabía imaginar. Y participaba en otras corrientes. Con su verdadero nombre (su "verdadero nombre" era ya un seudónimo) hablaba de la pura plástica geométrica, sin expresionismo, meras relaciones de forma, de color y de espacio, y con otros nombres hablaba de surrealismo, de expresión, de acción.
Podéis reíros de los agentes dobles y triples de John le Carré. Van Doesburg polemizaba desde dos o tres tribunas diferentes, discutía consigo mismo, se llevaba la contraria, se desafiaba y se vencía.
Y, lo que es peor, se tomaba a sí mismo en serio en todo ello.
No. No era una mera "cuestión plástica". No era una "cosa estética". Era la pura vida de sus autores. Y la nuestra. Era la lucha y la búsqueda.
Se cuenta que van Doesburg llevaba una pistola en sus conferencias en la Bauhaus, e incluso se dice que llegó a utilizarla (disparando al aire).
La ideología estaba detrás de las formas. Las formas nunca eran inocentes. Había grandes tensiones y luchas.
La estética de De Stijl era limpia, sí, pero también era dura. Era de una pureza sobrehumana. Mondrian la empapó de misticismo teosófico. Van´t Hoff quiso que construyera la nueva vivienda y la nueva fábrica del hombre concienciado y de izquierdas, y al ver que la arquitectura no podía cambiar el mundo abandonó la arquitectura.
No; de estética bonita nada. De fruslerías nada. Las cosas eran muy serias. Demasiado serias.
Y, hablando de cosas muy serias y terribles, este año se cumple un siglo del nacimiento de De Stijl, pero también de la Revolución Rusa. Otro día, tal vez, hablaremos de los vanguardistas soviéticos. Pero para eso no tengo ahora fuerzas y esto está quedando ya muy largo.
(1).- DOESBURG, Theo van,
"Grondbegrippen van de nieuwe beeldende kunst", Tijdschrift voor Wijsbejeerte, XIII, 1919, editado después en alemán, con algunas modificaciones, "Grundbegriffe der neuen gestaltenden kunst", Bauhausbücher, nº 6, Múnich, 1925. (De esta última se ha hecho la traducción castellana que cito: "Principios del nuevo arte plástico", pp. 29-92, en el libro antológico Principios del nuevo arte plástico y otros escritos, selección, traducción y prólogo de Charo Crego, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, Murcia, 1985, pp. 260). (La cita está en las pp. 54-58 de este libro).
(2).- Quiero darle al blog un tono desenfadado y ligero. De Stijl es un movimiento artístico muy profundo y complejo, a cuyo estudio dediqué varios años cuando preparaba mi ya tan lejana tesis doctoral. Pero me da mucho miedo aburriros, y además este blog no es el sitio idóneo para meterse en fregados. Apenas doy un par de pinceladas y me refugio en este tono ligero e incluso tosco, pero espero haber podido al menos esbozar algo de cierto interés sin ponerme muy pesado.
(2).- Quiero darle al blog un tono desenfadado y ligero. De Stijl es un movimiento artístico muy profundo y complejo, a cuyo estudio dediqué varios años cuando preparaba mi ya tan lejana tesis doctoral. Pero me da mucho miedo aburriros, y además este blog no es el sitio idóneo para meterse en fregados. Apenas doy un par de pinceladas y me refugio en este tono ligero e incluso tosco, pero espero haber podido al menos esbozar algo de cierto interés sin ponerme muy pesado.
Sobre el punto (2). Mal hecho, yo me he quedado con hambre.
ResponderEliminarPues muchas gracias, porque entiendo por ese comentario que la entrada te ha interesado.
Eliminar(Me quedo con ganas de hablar del espacio y del tiempo en la plástica, especialmente en la de De Stijl. La tragedia reside en el tiempo, y vemos que el arte expresionista es muy temporal, mientras que el neoplasticista-geométrico es muy espacial. Intentaré contar algo de esto en otra ocasión.
Muchas gracias, repito.
Cuenta, cuenta.
EliminarEs muy interesante, sobre todo para un garrulillo como yo, que te expliquen el arte desde esta perspectiva aparentemente superficial y desenfadada, pero con una carga intelectual impresionante.
ResponderEliminarLuz, más luz!
Aprendo... siempre aprendo... leerte es beber de una fuente de historias inagotables. Que gran maestro eres Jose.
ResponderEliminarUn saludo desde la lluviosa Bogotá
Muchas gracias, José Ramón. Este año será un buen año para ver retrospectivas de De Stijl en muchos museos holandeses. Un saludo y enhorabuena por tu artículo, como siempre, tan brillante.
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