miércoles, 19 de noviembre de 2014

Hurbanismo (y II)

(La primera parte de esta entrada ha superado todas mis previsiones. Ya dije que ahí estaba todo lo que sabía sobre el asunto, pero también prometí -insensato- extenderme un poco en los dos corolarios que enuncié. Así que voy a divagar sobre ellos).

Cuando me compré mi casa los intereses de los créditos hipotecarios estaban sobre el 15%. Hacia 1993 empezaron a bajar, y a bajar, y a bajar...
Parecía que por fin la gente se iba a poder comprar una casa con cierta comodidad, pero entonces el precio de éstas empezó a subir, y a subir, y a subir...
"Ellos" sabían hasta dónde se nos podía apretar el dogal, y cuántos centímetros de lengua podíamos sacar, así que siguieron teniéndonos a todos con la lengua fuera. De manera que la bajada del esfuerzo pagador causada por la de los tipos de interés se compensó automáticamente, como si hubieran abierto una compuerta entre dos recipientes, con la subida de los precios.
(A esto se refieren cuando dicen que el mercado se autorregula. Qué cabrones).

Por otra parte, siempre se había pensado que la vivienda era la mejor inversión posible, porque nunca bajaba de precio, pero ahora se generó la expectativa de que cualquiera podía ser propietario, y se inventaron hipotecas a treinta años, a cuarenta, a los que hicieran falta, para que todo el mundo se embarcara en la compra de una casa. Daba igual que fuera carísima; tú sólo tenías que fijarte en cuánto tenías que pagar al mes, y la verdad es que con unos intereses muy bajos y muchísimos años de amortización tu pago mensual era asumible (aunque te pasaras media vida pagando sólo intereses, sin devolver apenas nada de capital).
Los ciudadanos eran felices. Todo era maravilloso.


Dos dibujos de El Roto en la época del boom.

Ya, ¿pero por qué las casas eran tan caras? Pues porque una casa no es ninguna tontería. Porque una casa requiere el trabajo de mucha gente durante mucho tiempo, y muchos materiales caros... ¡Mentira! Con esa explicación no cubres ni la mitad del precio de tu casa.
Un avión a reacción sí es caro, y un diamante de tropecientos quilates, y un robocop. ¿Pero una casa?
Y lo que más costaba de la casa era el suelo, que, como dije el otro día, en realidad es algo que cuesta poquísimo.
Un diamante cuesta mucho porque hay muy pocos, pero suelo hay para aburrir, y encima las leyes del suelo lo fueron liberalizando y "facilitando" para que costara menos, pero iba costando más cada vez.
¿Por qué? Vamos a hablar de cómo se calcula el valor de un suelo por el... (tranquilos; sed fuertes)... ¡método del valor residual!

1.- El método del valor residual. ¿Cómo calcularíais el número de ovejas que hay en un rebaño? Me refiero a un gran rebaño, a un rebaño enorme, con un número abrumador de ovejas que no se pueden ni contar.
Pues muy fácil: Contáis las pezuñas y dividís entre cuatro.
¿Os parece absurdo? Pues con el valor del suelo se hace una cosa tan absurda o más.
Se parte del precio de venta de la vivienda. (¿Por qué? ¿Por qué sabemos perfectamente el precio final de venta de una vivienda si no sabemos el precio de uno de sus componentes, que encima es el más caro con diferencia?). De ese precio final de venta le vamos descontando todo lo que interviene, cuyo importe conocemos perfectamente (beneficio del promotor, gastos financieros, licencias, notaría, honorarios de diversos profesionales, coste de la construcción...) y lo que queda es el valor del suelo.
Estupendo. ¿Pero cómo es posible -repito- que sepamos el precio de una vivienda antes de saber el de uno de sus componentes?
Esto en sí mismo es una monstruosidad. El precio de la vivienda no es analítico, aditivo (como el de un avión, un diamante o un robocop). No parte del precio de sus componentes. Por el contrario, es un precio previo porque es meramente un precio especulativo. El precio de la vivienda es un "porque sí".
¿Cómo es posible que se sepa lo que cobra cada profesional, lo que cuesta cada ladrillo y lo que supone la licencia de obras, el estudio geotécnico y el laboratorio de control y no se sepa cuánto cuesta un solar? Pues por lo que dijimos el otro día: Porque el solar, de por sí, no cuesta nada (o casi nada), y se agarra al valor de expectativa. El solar es el pelotazo. Un bien que cuesta muy poco dinero y que, por arte de birlibirloque oportunista puede llegar a costar una fortuna.

2.- El sistema es corruptógeno. Una mera decisión administrativa puede hacer rico al propietario de un suelo que no valía nada antes de esa decisión.
Es magia. Es dibujar dinero en el aire. Es trucar el bombo de la lotería.
Y encima -como dicen todos los corruptos- ¿a quién se hace daño?, ¿a quién se perjudica? A nadie. Todo el mundo sale beneficiado. Nadie pierde. Es magia.

Hace tiempo la magia estaba en dibujar la línea delimitadora en el plano.
Después ya no hizo falta ni eso

Un amigo mío imita muy bien a un concejal de un pueblo de Madrid, que le dijo: "Tú sabrás mucho de urbanismo, pero LA RAYA LA PINTO YO".
¡Ah, la raya! La raya que cual bálsamo de Fierabrás cura de todos los males y hace rico a quien toca. ¡Ah, la raya!
Ese método, ese sistema, está pidiendo a gritos corrupción. Es corruptógeno per se.
Si yo sé que si a Fulano se le pone en el colodrillo yo me hago rico, voy a ir a ver a Fulano. Le halagaré, le prometeré, le amenazaré, le untaré... Yo qué sé. Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para enriquecerme. Bastará para que me salga dinero por las orejas, bastará para que no tenga que dar un palo al agua durante el resto de mi vida, bastará para que coma cigalas a diario y me compre un coche nuevo cada año. O cada seis meses.
Y, sobre todo, al trazador de la raya qué más le da que pase por esta finca o por la de más allá.
"¿A quién perjudico yo? A nadie. Beneficio a todo el mundo. Y si de paso son agradecidos conmigo, pues eso que me llevo. ¿Y a quién hago daño con ello? Repito: A nadie".
Lo que estudiamos en las escuelas, eso de los vientos dominantes, la orientación, el agua, las escorrentías, el crecimiento demográfico, las infraestructuras, el entorno... ¡Paparruchas! Es más: ¡Mariconadas!
Pero es que en un momento dado dejó de ser importante incluso eso de "pintar la raya". La planificación de la ciudad (aunque hubiera sido hecha por el concejal que se había arrogado la potestad de pintar la raya) dejó de tener importancia, porque de repente se estableció (siempre en aras de liberalizar el suelo) que todo terreno, aunque estuviera clasificado como suelo rústico, era susceptible de ser hurbanizado.
Vamos, que en mitad del campo cualquier hurbanizador podía presentar un Programa de Actuación Hurbanizadora (con el visto bueno de la administración). Esto tiraba por tierra cualquier planificación, cualquier estimación, cualquier criterio y cualquier política: Ya no había base sobre la que se rigiera el diseño, el crecimiento y la consolidación de la ciudad. Porque la administración da el visto bueno en función de que se cumplan determinados requisitos secundarios, y no yendo a lo esencial de si esa hurbanización sirve para algo.
Pues nada: hurbanizaciones por doquier, desconectadas de los cascos urbanos, bloques de pisos en medio del campo. El agua se traía de donde fuera; eso ya se vería. (Los fabulosos programas hacían una estimación muy somera, e interesadamente optimista). Y daba igual dónde se vertieran las aguas residuales. Se programaban estaciones depuradoras imposibles, que no podían funcionar bien porque estaban de espaldas a cualquier criterio sensato. Pero qué más daba. A quién le importaba.
Las ciudades se atomizaban. Los servicios (correos, recogida de basuras, enseñanza, jardinería, transporte...) se hacían penosísimos, porque la "estructura" de la ocupación del territorio era un disparate y no obedecía a otro criterio que el de la oportunidad de compra de suelo rústico que había tenido cada uno de los hurbanizadores que actuaban en el municipio.
El suelo rústico se puso así también a tiro de los hurbanizadores. Todo estaba disponible, con la sola excepción del suelo especialmente protegido, como por ejemplo las Lagunas de Ruidera o el AlgarrobicOH WAIT! ¡Puñeta!

Todo esto se produjo porque las administraciones públicas hicieron una absoluta dejación de funciones. En suelo rústico se pueden hacer todas estas barbaridades... siempre que el ayuntamiento y la comunidad autónoma lo autoricen, viéndolo necesario y viable, y aceptando la propuesta como conveniente y satisfactoria. Siendo esto así, parece mentira que autorizaran estas cosas. (Lo cual no debe de tener nada que ver con que los alcaldes y concejales "de la raya" empezaran a estrenar coches de lujo, a entender de vinos impagables, a cazar en el extranjero o a recibir premios de lotería varias veces al año, ni tampoco que a los presidentes de comunidades autónomas les empezaran a salir cuentas en Suiza como si fueran hongos en pie de atleta).

(Es que si el ayuntamiento y la comunidad autónoma ya habían aprobado el Plan de Ordenación del municipio, ¿a santo de qué tenían que ir aprobando después actuaciones inconexas, deslavazadas, improvisadas, oportunistas y descabaladas en el suelo rústico?).

No quiero decir que los seres humanos que llegan a ser "servidores públicos" sean personas corruptas de entrada, gente sin ética. (Al menos son, en promedio, como todos los demás ciudadanos). Lo que digo es que, incluso con la mejor de las intenciones, y sin ningún ánimo de lucro personal, casi todos han pensado que clasificando suelo generaban riqueza, desarrollaban su pueblo o su comunidad autónoma, generaban puestos de trabajo y felicidad por doquier, y así se prestaban al juego con la mejor voluntad.
Luego la cosa fue degenerando, porque a todo se acostumbra uno, y los regalos se iban acumulando. Hay que ser un héroe para salir ileso y limpio de todo eso.

Ahora estamos en una crisis que no permite pensar en nada de esto, pero lo que yo propondría para el siguiente envite (si es que alguna vez se produjera) es que las administraciones públicas actúen como tales, planifiquen el urbanismo y lo organicen. Y, puesto que las plusvalías son fruto de las decisiones de la administración (que representa a la colectividad de ciudadanos), sea la administración la que se quede con ellas, y de paso las ponga en sus justos términos.
Creo en la propiedad privada, y la defiendo. Y sé que es difícil ajustar y precisar lo que voy a decir, pero también creo que merece la pena estudiar el problema de esta forma: Valórese el terreno tan generosamente como sea posible, por su valor intrínseco objetivo pre-urbanizable, e incluso mayorándolo con los coeficientes oportunos, entréguese un bono a su propietario y exprópiese o sáquese a concurso. Afróntese después la actuación urbanizadora que sea necesaria (en la que podría participar la empresa privada, pero con las reglas del juego bien marcadas), y vayan sumándose los distintos costes para que finalmente las viviendas cuesten lo que tengan que costar. Como los aviones, los diamantes o los robocops.


(Si te ha gustado esta entrada clica el botón g+1 -si es que tienes las bendiciones oportunas; si no, no pasa nada-. Y si no estás de acuerdo con mi propuesta te invito a escribir la tuya. Recuerda que, incluso si no tienes perfiles reconocidos por este sistema, puedes comentar como "Anónimo". En ese caso si te apetece puedes escribir tu nombre al final de tu texto).

10 comentarios:

  1. Magnificas tus dos entradas "hurbanísticas" como todas, José Ramón, pero como el tema me quema la sangre (25 años de arquitecto de planeamiento en una ciudad grande, dos pgou´s redactados, innumerables planeamientos de desarrollo y, sobre todo, varias corporaciones de políticos de varios colores soportados), me voy a permitir hacerte una aportación a todo lo que dices con razón, y es que no hablas de una parte de la lacra que, al menos en Andalucía y sobre todo en zonas de litoral se ha convertido en un autentico cáncer que se lo está comiendo todo. LAS EDIFICACIONES ILEGALES EN SUELO NO URBANIZABLE O URBANIZABLE y digo en presente que se lo están comiendo porque esas no cesan, siguen creciendo y creciendo porque para ellas no hay crisis y, además, son una forma ideal de esconder dinero negro de múltiples procedencias cosa que ahora, como siempre, viene muy bien.
    No dudo que los pérfidos promotores inmobiliarios junto con sus cooperadores necesarios los políticos sean una grey deleznable que han llevado al sector a donde lo han llevado pero, al menos, una hurbanización con planeamiento (malo o peor) en medio de la nada tiene calles con bordillos, dotaciones (aunque sean endebles) y una cierta? coherencia, pero de lo que estamos hablando es de destrozar el territorio de manera salvaje y anárquica, con carriles donde no se cruzan dos coches y no existen aceras, sin zonas verdes ni equipamientos, con unas infraestructuras inexistentes o precarias (pozos negros, enganches ilegales de todo tipo...) y todo para que al final, como son "pobrecitos" los políticos de turno dicten decretos de regularización y los demás ciudadanos, los pocos que cumplimos las leyes, paguemos todo lo que a estos piratas les falta.
    No estoy hablando de casos aislados, estoy hablando de decenas de miles de viviendas, de casos de municipios con 20.000 habitantes censados y 15.000 viviendas ilegales, de franjas de decenas de kilómetros de litoral machacado... solo hay que entrar en el maps y echar un vistazo a la franja litoral gaditana desde Sanlúcar a San Roque para ver de qué estoy hablando.
    La conclusión de esto (que tiene como supondrás una malísima solución) es que no solo los ricos son malos, que aquí, el que puede ser malo si está falto de ética, lo es. Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad, Benito. No había pensado en ese problema porque no lo padezco, pero tienes razón.
      (Incluso en la primera parte he defendido el "urbanismo espontáneo" de la época de mis abuelos. Claro que era una escala más controlada y era para formar los cascos de los pueblos y ciudades).
      Esa faceta que dices no la he tenido en cuenta, y es muy preocupante.
      Gracias por tus palabras sobre este blog.

      Eliminar
  2. Vale, si estoy de acuerdo en muchas cosas, especialmente en el desprecio al Urbanismo, a sus criterios. Pero me pregunto ¿alguien ha hecho los números de la "parte buena".
    Es decir, cierto que hay cientos de miles de viviendas sin vender, incluso sin terminar de construir, pero ¿qué porcentaje son respecto a las viviendas que sí se han ocupado entre el 2000 y el 2008?, ¿no había acaso una necesidad real de vivienda como no la ha habido antes en España? Pregunto, no sé.


    Por otro lado, están los bancos, los constructores y promotores, los políticos, pero quienes compraban viviendas "a 5 min. del centro" para tener piscina y pádel eran ciudadanos rasos, son ellos (no me incluyo porque nunca he querido ese tipo de vivienda) quienes provocan planes parciales de baja densidad, enormes viales, circunvalaciones superadas antes de terminarse.
    Evidentemente lo provocan los políticos que las aprueban, que no actúan con la responsabilidad (y honestidad) debida, pero no solo es que les voten, es que quieren comprar.

    Otro tema ya es el de la soga, me parece muy simplista, el suelo es un bien escaso salvo que se "libere", tanto si se utilizan criterios científicos como intereses bastardos si el suelo es limitado, habrá oferta y demanda.


    Gracias por meterte en semejante jardín

    ResponderEliminar
  3. Totalmente de acuerdo contigo José Ramón. Ojalá se aplicara la ley del suelo RDL 2/2008 y su reglamento a rajatabla. Un suelo sin urbanizar es rústico y como mucho vale el doble del valor de un suelo destinado a sembrar trigo. Con lo cual el valor del suelo no representaría ni el 10% del valor de la vivienda.

    Pero claro, como ahora los mayores propietarios de suelos urbanizables (osea materialmente rústicos) son lo BANCOS y en sus balances esos suelos tienen que valorarse a 100 veces su valor real (rústico x 2) porque la promotora, a la que en su día le dio el crédito, lo compró por 200 veces su valor y ya no pueden bajar mas el valor de esos balances. Pues el valor de repercusión del suelo tiene que seguir siendo la burrada que es.

    Si aplicáramos el valor real del suelo, las viviendas que se construyeran costarían la mitad, pero claro, tendríamos otra crisis financiara (sumada a la que todavía no hemos superado) porque los bancos tendrían que reconocer que ese suelo que tienen ya en propiedad VALE LO MISMO QUE LOS SELLOS DE AFINSA.

    Y encima la Administración toma como base para sus impuestos (transmisiones, sucesiones, patrimonio, IBI) el valor residual de ese suelo. Con lo cual es la primera en fomentar la especulación.

    La planificación de la ciudad debe ser de INTERÉS PÚBLICO, y el suelo vale lo que vale como suelo. Si no tiene calles, vale como un campo para sembrar trigo. Si tiene calles, vale como un campo para sembrar trigo más el coste de urbanizar esas calles.

    Saludos.
    M. Almagro

    ResponderEliminar
  4. Dos cosas me resultan muy curiosas en las últimas décadas:

    - Una, que siendo en estos años cuando se han globalizado las mafias gracias a la necesaria colaboración de administraciones públicas, legisladores y judicatura (que hoy día les resultan baratísimos para el capital que han llegado a acumular), la estupidez humana haya facilitado las cosas de forma inestimable, no sólo por no enfrentarse a la evidencia, sino por colaborar activamente con la ignominia como clientes, hasta niveles de auténtico ridículo. Y la otra, que sigamos hoy día sin querer saber nada sobre otros grandes crímenes contra la humanidad que se están perpetrando por la voracidad insaciable de esas grandes corporaciones dirigidas por cuatro (o cuatrocientos) hijos de su pastelera madre, que ejercen de lobby en la provincia de la Tierra. Me refiero a los envenenamientos masivos por parte de industrias alimentarias, farmacéuticas, petroleras, de armamento, químicas…, que van a producir una muerte lenta y agónica de la humanidad (si a alguno no se le escapa de las manos, por error o por voluntad, y entonces sería instantánea).

    Mucho me temo que cuando queramos darnos cuenta ya no estemos a tiempo de echar marcha atrás, y entonces pondrán en marcha el negocio de la eutanasia a precio de oro, y encima les alabaremos, diciendo que lo hacen por nuestro bien.

    Vivir para ver. Da exactamente igual el grado de evidencia de las cosas. Siempre tenemos un argumento para no ser “cenizos”, o para ver la botella medio llena, y no como los que miramos y vemos la realidad, que la vemos siempre ya no medio vacía, sino vacía hace muchos años.

    ResponderEliminar
  5. Siempre me picas, propones unos temas por los que saltamos todos.
    Tu entrada perfecta, no estoy de acuerdo con que el político hace la raya, (más que nada porque no saben usar la regla) la raya la hace el técnico (arquitecto o ICCP) y el problema viene ahí, el técnico hace la raya por donde dice el político o por donde se supone que es más beneficiosa para la población.
    Ya esta corrupto desde antes de hacer la raya y hemos sido nosotros, (el colectivo) lo han valorado los técnicos municipales de diputaciones o autonómicos, todos funcionarios con puesto fijo, los políticos no lo tienen aunque a veces parezca lo contrario, entonces por que los técnicos de la administración han hecho mal su trabajo, no tienen la presión nuestra de proyectar para comer.
    Benito dices una cosa que no solo en la costa, en la montaña, también, pero es que no hay policía municpal, no hay guardia civil, no hay seprona, eso si el técnico o secretario de oficio tendría que hacer un expedite de infracción urbanística y llegar a derribarlo sin muchos problemas, vamos por orden del juez que ese si cumple ley. Los colegios profesionales tendrían que estar poniendo contenciosos a las administraciones y demandas a los alcaldes. Esto está empezando a pasar.
    Por último, aunque podríamos estar hablando mucho tiempo (es un tema que me gusta como el de afinsa), Anónimo, existe una sentencia del constitucional que ha anulado el tema del doble valor como máximo y es que soy de los que creo que el suelo vale más dependiendo de su uso, si un suelo en ladera vale poco, en prado mas, secano menos y cerca de la localidad vale más el aprovechamiento es distinto en este ultimo puedo llegar a plantar construcciones que es lo que más producción tiene. Me gustaría estar equivocado también soy un férreo defensor de la propiedad privada.
    Juan Carlos Ruiz

    ResponderEliminar
  6. El Hurbanismo es riqueza pamí y pal pueblo., asi que ¡¡¡Viva el Hurbanismo!!!

    Firmado:
    El Alcalde del puelo ( que en estto está apollado al 1000% por el Consejal de Hurbanismo y de la fiesta taurina; y por Aznar y botella naturalmente.)

    ResponderEliminar
  7. Fantástica exposición, José Ramón!

    Sobre la corruptibilidad del ser humano, ya una autoridad como Robespierre dijo que "el ser humano no es corrupto, pero sí corruptible". Creo que la gracia estaría en organizar las instituciones y los procesos de manera que fuera muy difícil el corromper a ninguno de los que participan. No es ninguna quimera ni ningún imposible el lograrlo, ni siquiera es difícil desde un punto de vista organizativo: la difícultad radica en romper la inercia del poder establecido, que no es poca.

    Para ello, llegamos a la "madre del cordero": el valor del suelo. Yo lo de defender la propiedad privada lo veo necesario en sus justos términos, pero me gustaría que alguien que posee suelo me dijera cómo lo ha "creado", qué le hace decir que es "propietario" de él. El planeta Tierra tiene 4.600 millones de años de edad (es ya una venerable abuela), no lo ha creado ningún ser humano (ni nadie) y seguirá aquí cuando ya no quedemos ninguno (podemos hacer el chiste de que seguirán aquí las "propiedades" de tantos terratenientes...que a su vez las tenían cuando los dinosaurios paseaban por aquí). La forma de otorgarse (más bien detentarse) la "propiedad" del suelo es tan ridícula como llegar a un territorio y decir "hasta donde alcance la vista es mío por la gracia de mi dios y de mi rey" (se ve muy claro en la película "Aguirre, la ira de Dios", en la que unos "conquistadores" más muertos qu evivos recorren el Amazonas "conquistando", y levantando escrupulosas escrituras de tod mediante notario), y si uno tenía más armas que el que ya estuviera allí, pues le esclavizaba y se quedaba con "su" tierra. Luego lo ponía todo por escrito en unas escrituras muy serias (aquí en España siempre hemos respetado mucho los legalismos, ya durante el Expolio de América unos notarios exhortaban a los indígenas antes de masacrarlos a que respetaran las leyes de España...¡en latín!). Una vez escriturado, ya era "tuyo" y ya lo puedes vender. Así de ridículo es el proceso de ser el "propietario" de la tierra, que es una salvajada y algo contra natura. Es como pretender ser dueño del Sol, de la Luna, del agua, del aire o del mar.
    Uno puede ser dueño de SU TRABAJO, de su esfuerzo, de las mejoras que haga para lograr que un terreno sea productivo. Y eso sí hay que pagarlo, y desde luego se puede vender. Pero uno no es "dueño" de la tierra. Y mucho menos con fines especulativos para edificar, proceso en el cual no hace ni aporta ABSOLUTAMENTE nada, no crea ninguna riqueza real, tangible (la riqueza financiera es pura nada, es pura estafa: todo lo supuestamente creado se desvanece de un día para otro, haciendo más daño que bien, aunque en el proceso, enriquece a unos pocos canallas escogidos).

    ResponderEliminar

  8. La siguiente cuestión es la necesidad de construir y de consumir suelo. El suelo es un bien TERRIBLEMENTE escaso. La huella ecológica de la humanidad es brutal . Sencillamente necesitamos más planeta del que tenemos para poder sobrevivir. De momento los costes de dicha huella se los está comiendo sobre todo el Tercer Mundo, pero en breve llegarán aquí, al llamado "Primer Mundo". Un país no puede vivir de una industria edificatoria, es un disparate de modelo productivo. No se puede arruinar suelo fértil para levantar casitas, no cuando no hay ninguna necesidad (hay mucho más que hacer en el campo de reciclar, rehabilitar, reutilizar y volver sostenible lo ya edificado que en seguir levantando despropósitos, y es en esos campos donde radica el futuro de la profesión de arquitecto, porque es en los únicos en los que hay una necesidad real para su presencia).
    El problema es que no logramos pensar de otra manera porque nuestras autoridades ¿electas? no quieren ni oír hablar del asunto. Ni siquiera empezamos el debate de cual debe ser nuestro modelo productivo. Todo el mundo, empezando por los de arriba, se limita a esperar que vuelva el siguiente ciclo especulativo del ladrillo, el nuevo maná en forma de crédito fácil llovido del cielo. Esperando la lluvia, como los campesinos resignados... Esa riqueza venida aparentemente "de la nada" que surge de la noche a la mañana y que permite a la gente más zafia del país enriquecerse y sacar pecho. Porque aquí en España se admira a dos tipos de personas: al que pone el puticlub en el pueblo y se forra, y al canalla que pega un pelotazo urbanístico y se forra. A esa gente, en vez de repudiarlos, los envidiamos. Y hasta soñamos con hacer lo mismo.

    De este círculo tóxico de caspa sólo saldremos a base de un esfuerzo colectivo grande, valiente, en el cual toda la gente decente digamos que ya estamos hasta los cojones de vivir así y que queremos otra cosa, que nos merecemos otra cosa, y que nuestras vidas no son meras mercancías para que cuatro golfos comercien con ellas. Que este país no es un cortijo y que nosotros no somos su ganado.

    ¡Uf! Al final me enfadé. Estos temas son muy susceptibles...Terminemos con una sonrisa : )
    ¡Enhorabuena por tu blog, José Ramón!

    M

    ResponderEliminar
  9. M, ¡así de sencillo, y así de real! Y todos hemos colaborado con esa ignominia. Unos más por acción y otros más por omisión, unos pocos en mayor cuantía y otros muchísimos en poquísima, pero el sumatorio de todo eso es el desastre que hemos conseguido, y del que parece que estamos orgullosos, porque parece ser que lo que queremos es volver a reproducir el estropicio.

    ResponderEliminar