jueves, 7 de febrero de 2019

La tontería

A un cliente mío le han pedido una fotocopia del certificado final de una obra que hemos terminado hace poco.
Naturalmente, se la he hecho de mil amores (José Ramón Hernández: Un admirador, un amigo, un esclavo, un sierrrvo; estaría bueno; para eso estamos), pero, para mi sorpresa, ha quedado así:


A la izquierda podéis ver un fragmento del certificado original, y a la derecha su fotocopia. ¿Qué ha pasado? Pues que en esta ha desaparecido el sello de visado del colegio de arquitectos.

Qué error, ¿no? Valla(*) fallo.

Soy muy tolerante con los errores -con los de los demás más que con los míos-, y si esto se hubiera debido sencillamente a una mala elección del color de la tinta por un descuido, y porque no se puede estar en todo, pues venga, vale, no pasa nada. Se aprende del error y se corrige. Pero no: Se ha debido a que somos siempre sublimes, refitoleros, exquisitos, y estas cosas sí que me sacan de quicio. Se trata, una vez más, de un inconveniente debido a nuestra proverbial tontería. Sí: Los arquitectos tenemos una tontería encima...

Vale que algo salga mal porque no te has dado cuenta, porque has ido a lo elemental y la cosa era bastante más compleja y sofisticada de lo que creías... Nos pasamos la vida metiendo la pata. Pero esto... Esto...

Vamos a ver: ¿Tenéis algún sello de caucho? Y por lo tanto, ¿tenéis algún tampón de tinta para embadurnarlo? En caso afirmativo, ¿me podéis decir de qué color es?

En cualquier papelería encontraréis tampones azules, y en casi todas también los encontraréis rojos. El verde tal vez lo tengáis que encargar si el establecimiento no está demasiado bien surtido. Y el negro casi seguro que también. ¿Pero el amarillo mostaza anaranjado? ¿El amarillo mostaza anaranjado? ¿Lo habéis visto alguna vez? ¿Alguien ha comprado alguna vez una almohadilla de tinta amarilla mostaza anaranjada?

¡Nada menos que el exquisito color amarillo mostaza anaranjado! Hay un solo taller en el mundo que lo hace. Está en el interior de una recóndita gruta del Tibet. Elabora esa tinta con las secreciones de las glándulas sudoríparas de las cacatúas de Borneo (pero solo de las cacatúas viudas). Y después embadurna con ella las almohadillas -de seda de oruga barbilampiña- untándola con espátulas de nácar de Nautilus Macrophaloides Nonfotisnen hasta que quede uniformemente repartida y ni muy líquida ni demasiado espesa.
Solo así se consigue el tono exacto para que en las fotocopias ni se atisbe siquiera el sello.

¿Pero por qué tenemos que tener siempre tanta tontería? ¿Por qué somos así? Siempre haciendo la risión, siempre la paponá. Y, eso sí, jamás la risión ni la paponá del torpe, del zafio. No, no. Nunca por defecto. No; qué va: Siempre por exceso. Por exceso de sofisticación, por exceso de exquisitez, por exceso de chulería, por exceso de elegancia... por exceso de tontería.

Y todo esto, por supuesto, tan solo para dispararnos un tiro en el pie, para ser así nuestras propias víctimas y hacer siempre el ridículo. Pero bien.




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Nota.- Prometo escribir en una próxima ocasión sobre las cosas buenas que tiene también esta actitud. Que las tiene. Pero es que hoy estoy bastante enfadado y no me sale.

Nota (*).- Valla. Véase el primer comentario a esta entrada y mi respuesta.

Y otra nota más.- Me dice un compañero que tal vez haya algún motivo legal para que el colegio de arquitectos trate de impedir que los CFO se fotocopien.
No puedo imaginar qué motivo podría haber para ello, pero acabo de mandar un mensaje al colegio de arquitectos que puso ese sello pidiendo que me lo expliquen.
Cuando sepa algo lo diré.
Mientras tanto, pienso que el sello del colegio de aparejadores, rojo, sale perfectamente en la fotocopia, y también que si se hace una fotocopia en color salen bien los dos.




Addenda de 8 de febrero de 2019

Uno de los lectores de esta entrada me dijo que tal vez la elección de ese color fuera motivada precisamente para que no saliera en las fotocopias, y me preguntó si yo estaba seguro de que no era por eso.

¡Anda, pues no! No lo había pensado.

Le di vueltas a la cabeza imaginando posibles normas notariales, registrales, catastrales... quién sabe, que impidieran la reproducción de un documento tan sensible como es el certificado final de obra de un edificio. No se me ocurría ninguna razón para ello, pero es que a mí nunca se me ocurren los motivos por los que los legisladores actúan como actúan.

Así que me sentí culpable. Había estado burlándome del colegio y no me había dado cuenta de que todo esto podía deberse a un designio inescrutable para mí. Ya está el bocazas soltando chorradas y faltando al respeto sin documentarse antes.

Mandé un mensaje al colegio por correo electrónico, añadí una nota más a la entrada -ahí la tenéis, justo encima de esta addenda- y dije que cuando supiera algo lo diría.

Bien, pues ya me han contestado, así que lo digo:

El mensaje que les mandé fue el siguiente:

Estimados compañeros:
Hace poco he tenido que presentar una fotocopia de un CFO para dar de alta una casa en el catastro.
Para mi sorpresa, el color del sello de visado de nuestro colegio, una especie de amarillo anaranjado, no sale en las fotocopias.
He pensado que esto es un fallo muy elaborado y retorcido, por usar una tinta muy rara, pero un compañero me ha hecho notar que posiblemente sea algo voluntario, para impedir que los CFO se fotocopien.
Si esto es así no puedo entender el motivo. Además, en fotocopia en color sí sale el sello perfectamente.
Os escribo este correo para pediros que, si ha sido algo involuntario, cambiéis el color de la tinta del sello (hace años era verde), y si es voluntario, me expliquéis qué motivo hay para ello.
Os adjunto una foto que hice al CFO y a su fotocopia.
Un cordial saludo.
José Ramón Hernández Correa
Colegiado nº 00288

(Y les adjunté la imagen que aparece en el principio de esta entrada).

Hoy me han contestado esto:

Estimado Colegiado.
No entendemos la afirmación sobre que el sello colegial "no sale en las fotocopias" (en blanco y negro), adjuntamos fotocopia de tu CFO que obra en los archivos colegiales en el que, como verás, aparece nuestro sello en la fotocopia (sin necesidad alguna de elevar el toner...).  ¿Puede que esté mal la fotocopiadora desde donde se ha realizado la fotocopia que adjuntas? 
Dicho lo anterior, resultan insostenibles tanto tu reflexión que te lleva a creer que se trata de un "fallo muy elaborado y retorcido..", ni la elucubración de tu compañero sobre la "voluntariedad" en la elección de una tinta con un color especial para que no se puedan fotocopiar; ¿con qué finalidad, si, en todo caso,  en color sí se puede y, además, lo más utilizado hoy en día es la remisión del documento escaneado, sobre todo por el uso que se está imponiendo de notificaciones electrónicas....principalmente en la Administración Pública.....?. No tiene ningún sentido.
No obstante, reenvio tu correo a la Junta Directiva por si consideran conveniente plantear el cambio de color corporativo del COACM y sus Demarcaciones. 
Un cordial saludo. 

Y me adjuntan esta imagen (la he recortado para que no se vean los datos. Es la copia que tienen en su archivo del mismo CFO que mencioné yo):


Pues me quedo más tranquilo. Me quedo más tranquilo porque creo que no he sido un bocazas.

Vale: Tengo una fotocopiadora obsoleta, desajustada, impresentable. (Es fotocopiadora-escáner b/n, por lo que el documento escaneado tampoco luce el sello). ¿Tendrá algún compañero otra igual de mala? Veo que con una fotocopiadora bien afinada sí sale, incluso sin necesidad de elevar el tóner.

(No deja de ser un color límite, que pone a prueba a las fotocopiadoras. ¿Qué necesidad...?)

Ya, ya decía yo que no había ningún motivo para intentar impedir que el certificado se fotocopiara. Me dicen que se trata del color corporativo. Jamás lo habría adivinado. (Para mí el color del logo en la web es más bien rojo ladrillo, pero la verdad es que tampoco me había dado cuenta de que teníamos un color corporativo).

Vamos, que sí, que la elección de ese color dificilísimo fue para quedar bien, para molar. Vamos, que creo que tenía razón en lo que decía. Vosotros me diréis.

4 comentarios:

  1. Siento enmendarle, porque le leo con auténtico pasión, pero donde dice "Valla fallo" (para más inri justo delante de donde dice "soy muy tolerante con los errores") debe decir "Vaya fallo". Claro que igual es a propósito, una broma de arquitectos, y entonces es que directamente no la he pillado. Un abrazo.

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    1. Qué vergüenza. "Vaya" fallo.
      No, no: De broma nada. Ha sido un error, y gordo. Y siento decir que me ha pasado más veces.
      Una amiga mía me regañó hace tiempo y me hizo escribir: "Vaya una valla fea que tiene mi casa". Sé cuándo es "vaya" y cuándo es "valla", pero se ve que al escribirlo deprisa no me doy cuenta.
      Hace muchos años aprendí cuándo es "rallar" y cuándo "rayar", y creo que se me grabó bien en la mollera. A ver si esto también se me acaba grabando.
      Muchas gracias por su observación y por leerme con pasión.
      (Por cierto, que para escarnio propio y ejemplo público no corrijo el error en el texto, sino que lo resalto con nota para que se sepa y se entienda su comentario).

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  2. Lo mejor de todo ha sido el comentario del final, tuve un profesor, que luego fue mi calculista que solía decir que a la gente honesta y decente no se la conoce por lo aciertos, sino por lo errores y sus enmiendas, nos equivocamos porque hacemos y eso es bueno, un saludo J.R.

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  3. Es curioso. Cuando yo era joven rotulaba los planos en papel vegetal con una máquina de escribir inmensa de 64 cm. de carro que todavía conservo, y para que se vieran bien las letras en las copias de amoniaco utilizaba un papel "carbón" de color amarillo mostaza que igual se fabricaba también en el Tibet, porque era raro de narices, pero eso sí, muy útil entonces. El amarillo mostaza salía mas negro que el negro en aquellas copias. Conclusión: los arquitectos no somos visionarios ni modernos, sino nostálgicos. ¡Es lo único que nos queda!

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