A David García-Asenjo Llana,
perverso embaucador.
Hay mucha gente tan tonta que se pone a palmotear con entusiasmo ante cualquier chorrada. No ven que les están engañando. ¿Hay que decir que esto es una maravilla? Pues lo digo, no sea que me vayan a tomar por tonto por no aplaudir. Y, claro, eres un tonto por aplaudir.
perverso embaucador.
Hay mucha gente tan tonta que se pone a palmotear con entusiasmo ante cualquier chorrada. No ven que les están engañando. ¿Hay que decir que esto es una maravilla? Pues lo digo, no sea que me vayan a tomar por tonto por no aplaudir. Y, claro, eres un tonto por aplaudir.
Ilustración de "El traje nuevo del emperador",
Te la meten doblada y sigues asintiendo y sonriendo. Pero qué bobo.
Andersen escribió un cuento sobre esto: "El traje nuevo del emperador". Dos sastres sinvergüenzas se ofrecieron al emperador para hacerle un traje con un paño tan excelente y sutil que no lo podían ver quienes tuvieran el alma sucia o fueran estúpidos, sino solamente la gente buena, inteligente y limpia.
Obviamente, los sastres le cobraron un buen dinero y no le dieron traje alguno. Hicieron el paripé de mostrarle un traje invisible. Y a ver quién era el guapo que reconocía que no lo veía. En la corte unos por otros hicieron como que sí lo veían, ya que cada uno pensaba que él era el único que no podía apreciarlo, e incluso elogiaron su belleza.
Finalmente el rey quiso lucir el traje ante su pueblo y todos también decían verlo, excepto un crío que gritó: "¡El rey va desnudo!"
Al escuchar al niño, que no podía ser sucio ni perverso, sino que era la inocencia misma, todos terminaron por reconocer la estafa de los sastres.
Ese espíritu del niño que hace abrir los ojos a los estúpidos se ha extendido a muchos superhéroes que, como los de la Marvel o la DC, velan por nuestra seguridad y por nuestra integridad. Estos benefactores están siempre atentos a desfacer entuertos y a desenmascarar a los estafadores.
Hay pintores que hacen pintarrajos y pánfilos que creen que esos cuadros les gustan. ¡A por ellos!
Hay poetas que escriben sin rima ni medida, y estúpidos lectores que leen esos poemas y dicen que están muy bien. ¡Zasca!
Hay músicos que componen sin tonalidad ni melodía. ¡Qué asco!
Hay arquitectos que... ¡A muerte! ¡Asquerosos! ¡Destructores del paisaje! ¡Hijos de puta!
Y así todo.
-Te dicen que la tierra es redonda y te lo crees. ¿Lo has comprobado? ¿Has medido su curvatura?
Andersen escribió un cuento sobre esto: "El traje nuevo del emperador". Dos sastres sinvergüenzas se ofrecieron al emperador para hacerle un traje con un paño tan excelente y sutil que no lo podían ver quienes tuvieran el alma sucia o fueran estúpidos, sino solamente la gente buena, inteligente y limpia.
Obviamente, los sastres le cobraron un buen dinero y no le dieron traje alguno. Hicieron el paripé de mostrarle un traje invisible. Y a ver quién era el guapo que reconocía que no lo veía. En la corte unos por otros hicieron como que sí lo veían, ya que cada uno pensaba que él era el único que no podía apreciarlo, e incluso elogiaron su belleza.
Finalmente el rey quiso lucir el traje ante su pueblo y todos también decían verlo, excepto un crío que gritó: "¡El rey va desnudo!"
Al escuchar al niño, que no podía ser sucio ni perverso, sino que era la inocencia misma, todos terminaron por reconocer la estafa de los sastres.
Ese espíritu del niño que hace abrir los ojos a los estúpidos se ha extendido a muchos superhéroes que, como los de la Marvel o la DC, velan por nuestra seguridad y por nuestra integridad. Estos benefactores están siempre atentos a desfacer entuertos y a desenmascarar a los estafadores.
Hay pintores que hacen pintarrajos y pánfilos que creen que esos cuadros les gustan. ¡A por ellos!
Hay poetas que escriben sin rima ni medida, y estúpidos lectores que leen esos poemas y dicen que están muy bien. ¡Zasca!
Hay músicos que componen sin tonalidad ni melodía. ¡Qué asco!
Hay arquitectos que... ¡A muerte! ¡Asquerosos! ¡Destructores del paisaje! ¡Hijos de puta!
Y así todo.
-Te dicen que la tierra es redonda y te lo crees. ¿Lo has comprobado? ¿Has medido su curvatura?
-No, pero...
-¿Ves? Te han engañado.
-Pero mi hermana vivió unos años en Chile y cuando hablábamos por teléfono eran horas distintas. A lo mejor aquí era de noche y allí era de día.
-Ya, claro, ¡pero qué crédulo! ¡La tierra es plana, leches!
Igualmente algunos creemos en las vacunas. Nos han hecho creer que son eficaces. Somos idiotas.
Y también creemos en la quimioterapia, en la física, en la geometría. ¡Paparruchas! ¡Cómo nos engañan!
Hay una confabulación mundial para creer esos disparates y a la vez negar las virtudes de la homeopatía o de la aromaterapia. Menos mal que una valiente presentadora de televisión recomendó oler limones para prevenir el cáncer.
Los superhéroes, los valientes, los lúcidos son muchos, pero el daño es mucho mayor, inabarcable. El grueso de la sociedad seguimos admirando el no-traje del emperador. Cuánto queda por hacer. Qué misión más ardua. Verdaderamente es un océano de despropósitos en el que los héroes pueden, todo lo más, secar algunas gotitas. Qué desesperación, qué impotencia.
Un ejemplo:
Álvaro Siza Vieira es un estafador, un diablo. Vamos, un arquitecto. (Con decir arquitecto ya sobra todo lo demás). Y, como todos los estafadores, necesita cómplices, apóstoles, ganchos para que los demás piquemos.
Siza tiene muchos edificios horribles, entre ellos una pavorosa iglesia en Marco de Canavezes, muy cerca de Oporto.
Uno de sus múltiples esbirros(1) escribió hace poco este tuit:
Lo normal: Recomendación de ir y cuatro fotos del bodrio.
En seguida salen los pánfilos, y el canalla les anima y les dora la píldora:
Blablablá, blablablá y blablablá. Lo de siempre.
Menos mal que siempre está atento Superman. Se cambia de ropa urgentemente y se presenta en el lugar de los hechos, rompiendo abruptamente la conversación y chafando el crimen que el malvado García-Asenjo estaba a punto de perpetrar:
Fuimos varios quienes leímos "trasero". A la segunda ya lo leímos bien y entramos en la conversación para rogarle que nos lo enseñara. (Seguramente a la primera también se lo habríamos pedido, pero no dio tiempo).
El superhéroe siguió el juego y nos dijo que a tres euros por persona, pero que si se lo ordenábamos nos lo dejaba gratis.
El superhéroe demostró su fuerza y su determinación. Tenía las ideas muy claras y su objetivo era demostrarnos que estábamos corrompidos, podridos, y que nuestro criterio, al admirar esa mierda, estaba seriamente dañado.
Son muchos los desfacedores de entuertos, los superhéroes. Pero el mal está tan extendido que les desborda. Se desesperan: "¿Cómo puede ser que esta gente no vea la verdad, con lo clara que es?" "¿Cómo pueden estar tan entregados al error y al vicio?"
Aunque son muy fuertes y tenaces, hay veces -muy pocas- en que se desaniman.
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(1).- Un tal David García-Asenjo Llana, un arquitecto pervertido que cree que porque haya leído una excelente tesis doctoral sobre arquitectura religiosa moderna sabe algo de arquitectura religiosa moderna. Y es que los hay prepotentes y arrogantes.
-¿Ves? Te han engañado.
-Pero mi hermana vivió unos años en Chile y cuando hablábamos por teléfono eran horas distintas. A lo mejor aquí era de noche y allí era de día.
-Ya, claro, ¡pero qué crédulo! ¡La tierra es plana, leches!
Igualmente algunos creemos en las vacunas. Nos han hecho creer que son eficaces. Somos idiotas.
Y también creemos en la quimioterapia, en la física, en la geometría. ¡Paparruchas! ¡Cómo nos engañan!
Hay una confabulación mundial para creer esos disparates y a la vez negar las virtudes de la homeopatía o de la aromaterapia. Menos mal que una valiente presentadora de televisión recomendó oler limones para prevenir el cáncer.
Los superhéroes, los valientes, los lúcidos son muchos, pero el daño es mucho mayor, inabarcable. El grueso de la sociedad seguimos admirando el no-traje del emperador. Cuánto queda por hacer. Qué misión más ardua. Verdaderamente es un océano de despropósitos en el que los héroes pueden, todo lo más, secar algunas gotitas. Qué desesperación, qué impotencia.
Un ejemplo:
Álvaro Siza Vieira es un estafador, un diablo. Vamos, un arquitecto. (Con decir arquitecto ya sobra todo lo demás). Y, como todos los estafadores, necesita cómplices, apóstoles, ganchos para que los demás piquemos.
Siza tiene muchos edificios horribles, entre ellos una pavorosa iglesia en Marco de Canavezes, muy cerca de Oporto.
Uno de sus múltiples esbirros(1) escribió hace poco este tuit:
Lo normal: Recomendación de ir y cuatro fotos del bodrio.
En seguida salen los pánfilos, y el canalla les anima y les dora la píldora:
Blablablá, blablablá y blablablá. Lo de siempre.
Menos mal que siempre está atento Superman. Se cambia de ropa urgentemente y se presenta en el lugar de los hechos, rompiendo abruptamente la conversación y chafando el crimen que el malvado García-Asenjo estaba a punto de perpetrar:
El superhéroe siguió el juego y nos dijo que a tres euros por persona, pero que si se lo ordenábamos nos lo dejaba gratis.
El superhéroe demostró su fuerza y su determinación. Tenía las ideas muy claras y su objetivo era demostrarnos que estábamos corrompidos, podridos, y que nuestro criterio, al admirar esa mierda, estaba seriamente dañado.
Son muchos los desfacedores de entuertos, los superhéroes. Pero el mal está tan extendido que les desborda. Se desesperan: "¿Cómo puede ser que esta gente no vea la verdad, con lo clara que es?" "¿Cómo pueden estar tan entregados al error y al vicio?"
Aunque son muy fuertes y tenaces, hay veces -muy pocas- en que se desaniman.
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(1).- Un tal David García-Asenjo Llana, un arquitecto pervertido que cree que porque haya leído una excelente tesis doctoral sobre arquitectura religiosa moderna sabe algo de arquitectura religiosa moderna. Y es que los hay prepotentes y arrogantes.
No entiendo sobre lo que estás hablando.
ResponderEliminarPregunatle a Quetglas que opina de Alvaro Siza.
Yo considero su obra maravillosa.
Saludos
Esta entrada es continuación de la anterior, en la que otra persona "lúcida" quería hacernos ver el horror del Centro Botín de Santander. Y en esta ocasión el "desenmascarador" nos mostraba que lo de Siza era un bodrio.
EliminarLo interesante en ambos casos es esa actitud de "yo no sé nada de arquitectura, pero...", pero saben más que quienes han dedicado años de estudio a ello.
Toda la entrada pretendía ser un ejercicio de ironía. Cuando la ironía no se pilla siempre es culpa del pretendido irónico, que no ha calibrado bien.
Cuando hay que explicar un chiste es que no estaba bien armado.
Gracias por tu comentario. Me dejas con la curiosidad de qué opina Quetglas de Álvaro Siza. Intentaré enterarme.
Gracias José Ramón por tu respuesta. Pido disculpas! Es que Siza es uno de mis intocables! Me conmueve toda su obra y no pude leerlo con ironía. El artículo de Quetglas se llamar "Respiración de la mirada". Espero lo disfrutes tanto como yo. Saludos
EliminarHola JR, ¿Hay alguna forma de encontrar la tesis sobre arquitectura religiosa moderna que citas, o era una cita general? ¿Título y autor? Gracias.
ResponderEliminarEl autor de la tesis es David García-Asenjo Llana, a quien le he dedicado la entrada por su tuit que provocó lo que aquí cuento.
EliminarSu tesis doctoral se titula "Estrategias de proyecto en la arquitectura sacra contemporánea española". La leyó el año pasado y creo que no está publicada (aún). Supongo que será accesible a través de la UPM o de la ETSAM, que fue donde la leyó.
También es muy interesante sobre este asunto el libro "Bendita vanguardia", de Eduardo Delgado Orusco, que está publicado por Ediciones Asimétricas.
Un cordial saludo.
El autor me ha pasado el enlace a la tesis:
Eliminarhttp://oa.upm.es/44193/
Hola. José Ramón te ha dado la referencia de mi tesis, pero el libro de Eduardo Delgado creo que es más completo.
EliminarDe todos modos, puedes echarle un vistazo y me dices si te interesa. Creo que es un tema apasionante.
Gracias en todo caso por el interés, y a José Ramón por la entrada.
EliminarGracias a los dos por la respuesta y por generar estos focos de debate con tesis y blogs.
ResponderEliminarMe miro la información que me pasáis.
Un saludo!
Al margen de la explicación; me parece muy interesante que en esta entrada se esta demostrando que cuando el autor del blog contesta a todos los comentarios de sus lectores, el blog se enriquece, se mueve y sigue vivo, y si dan deseos de participar...
ResponderEliminarVeremos lo que ocurre mas adelante con esta sección.....
Feliz verano a todos.
Muchas gracias, Kuto.
EliminarMe pillas en un punto que no tengo claro y que me inquieta un poco. Estoy siempre ansioso de comentarios. Miro mi blog varias veces al día por si hay alguno nuevo. Pero, en general, contestarlos me da la sensación de querer tener la última palabra, y no contestarlos me la da de maleducado, como si pasara de ellos (lo que no es verdad es absoluto); así que no sé nunca qué hacer.
Por supuesto, cuando alguien pide un dato y lo sé contesto y lo doy, como he hecho ahora. Pero cuando alguien opina nunca sé qué hacer; sobre todo si me da la razón o me elogia. A menudo no me atrevo a manifestarme ni para dar las gracias. Me parece, repito, que si respondo a algunos comentarios eso da la sensación como de que quiero puntualizar, tener más razón que nadie, decir la última palabra y zanjar la discusión. Vamos, de ser el dueño de la pelota y cortar el partido cuando yo quiera.
En fin, que me contradigo: Unas veces contesto muy copiosamente, otras me callo... Nunca sé qué debería hacer.
En todo caso, muchas gracias a todos los que leéis este blog, y sobre todo a quienes os tomáis la molestia de comentar.
Nota.- En toda la historia de este blog solo he borrado dos comentarios porque me parecía que se iban de tono. (Uno de ellos fue el de un lector que, para defenderme, insultó a otro que me había atacado. El del ataque lo dejé).
Gracias a ti por tus entradas. Yo este verano me pasaré por la capilla de Notre Dame du Haut, ya sabes, siguiendo la recomendación de Oteiza a Sáenz de Oiza, “no te mueras sin ir a Ronchamp”. ¡Felices vacaciones!
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