Creo que a estas alturas los lectores de este blog ya sabréis que el Gobierno de España prepara una ley (la de Servicios Profesionales, o LSP) que, entre otras cosas, permitirá a los ingenieros el ejercicio de la arquitectura.
(Acabamos de enterarnos de que aplazan su aprobación: Prolongan nuestra agonía).
El borrador de esa ley quiere hacer patente que no existe distinción entre edificación, construcción y arquitectura, y razona que si un ingeniero sabe hacer una nave tiene que saber hacer una casa.
Surge entonces una duda inmediata: Si un ingeniero va a poder hacer lo suyo y además lo del arquitecto, mientras que un arquitecto seguirá sin poder hacer lo del ingeniero, ¿para qué estudiar Arquitectura?
Se me ocurren muchas líneas de comentarios, pero todas ellas han sido mucho mejor desarrolladas por elocuentes compañeros. Así que tiro por otro sitio.
Tengo dos hijos, y ninguno de ellos está ni remotamente interesado en ser arquitecto. Pero, si les hubiera atraído la arquitectura, ¿qué les podría decir?, ¿cómo les aconsejaría? Uf, qué difícil.
El sentido común dice que estudiar arquitectura es inútil, es una auténtica pérdida de tiempo.
Pero recuerdo mi ya lejana carrera (la terminé en 1985) y me vienen a la mente unas cuantas imágenes, ideas y recuerdos deslavazados:
a) Fullaondo contándonos su viaje a Finlandia con Moneo, para visitar a Alvar Aalto. Le llevaron una caja de 12 botellas de Rioja. Se las bebieron de una sentada entre los tres. (O entre los cuatro. Aalto le servía vino al fantasma de su esposa fallecida hacía poco, que tenía su silla, su plato, sus cubiertos, etc).
b) Oíza subiéndose las gafas a la frente y contándonos por qué una casa tenía que ser caótica mientras que el Aeropuerto de Barajas tenía que ser ordenado, y representando su carrera con maletas y su suegra corriendo detrás de él.
c) Aroca contándonos que El Increíble Hombre Menguante no debería de tener miedo de la araña, puesto que la sección de sus piernas sólo había disminuido al cuadrado, mientras que su peso había disminuido al cubo, por lo que tenía una gran capacidad para saltar y escapar por las escaleras.
d) José María Rodríguez Ortiz, catedrático de Mecánica del Suelo, ingeniero de caminos, dolido porque su hijo había elegido estudiar arquitectura. Hombre de muy fino y mordaz humor y de una socarronería estupenda. Recuerdo que viendo en su clase unas diapositivas de un replanteo de zapatas en un terreno embarrado me entraron las mayores ganas de construir, de rebozarme en el barro, que he tenido en mi vida. Fue un momento epifánico. Años después he hecho muchos replanteos en barro, en polvo seco, en terragueros diversos, y no es tan apasionante.
e) Julián, el del bar, y sus sándwiches de escabeche (y naturalmente, sus pinchos de tortilla).
f) El juego de la peseta, en las mesas del mencionado bar, y el juego de la pocha, en alguna clase vacía de arriba.
g) Mi amigo Emilio García Alonso, y tantas discusiones. Una (mítica entre nosotros) sobre cuál iba a ser nuestro futuro. Yo lo veía muy fácil: Poner un rótulo en el portal de mi casa (la de mis padres) y empezar a recibir encargos. (Curiosamente fue así, pero sin rótulo).
h) Discusiones en el bar, con Emilio, Paco, Iván, etc, sobre la planta de la Casa Farnsworth. "Yo ahí no podría vivir". "Todo el mundo necesita intimidad". Etc.
i) Carvajal corrigiendo en público un proyecto de un alumno. (Me pareció muy cruel la paliza que le pegó, y que su profesor, que había propuesto el trabajo como digno de corrección magistral, no le echara una mano). También fue fantástico cómo desmenuzó la función de la casa y la ubicación del garaje respecto a la puerta principal.
j) Corrales y Molezún en el Johnny, explicando el Pabellón de Bruselas. "Y se nos ocurrió que la pieza resolvía la estructura, la cubierta y el desagüe al mismo tiempo. ¿Cómo es que se nos ocurrió esto, Ramón?" "¡Y yo qué sé!" (Risas de Molezún y de todo el público). "Creo que íbamos en el tren y dejaste el paraguas en el asiento". Y de nuevo, muchos años después, Corrales solo (Molezún estaba ya enfermo) nos lo volvió a explicar en la Escuela, con unas enormes diapositivas.
k) Un profesor de Elementos de Composición (era la asignatura que servía de introducción a Proyectos, y se me dio muy mal la primera vez) preguntándome qué tal iba en las teóricas (muy bien) y proponiéndome que dejara la carrera y cursara alguna ingeniería. Me recuerdo llorando en casa a mis veintipocos años.
l) Leon Krier (el mentor arquitectónico del Príncipe Carlos de Inglaterra) vino a Madrid y dijo que Alvar Aalto y Carlo Scarpa eran arquitectos mediocres. ¡La que se armó!
m) En la cátedra de Carvajal pusieron como ejercicio hacerle una casa a Cela, y vino Cela a explicar cómo la quería. Imposible asistir a su conferencia. Cientos y cientos de personas apretujándose.
n) El puesto de libros de Cristina, abajo, al pie de la escalera, ahí en medio, al paso.
ñ) Hablar de Le Corbusier y de Frank Lloyd Wright por los codos, hasta con mi novia, que estudiaba Medicina. Pasiones encontradas.
o) Moneo sujetándose la frente como si le doliera mucho la cabeza, y hablando del Éxtasis de Santa Teresa, de Bernini, con verdadero esfuerzo.
p) Oíza (otra vez) hablando de la cubertería danesa que se compró, y que no funcionaba (porque pretendía comer comida española con ella).
q) Gallinas sueltas en clase de Análisis de Formas, cagándose por todas partes, y los profesores diciéndonos que no las dibujáramos a ellas, sino a su espíritu. (Esto de "pintar el espíritu de la gallina" se ha dicho mucho en la escuela como si fuera una leyenda, pero yo certifico que es rigurosamente cierto). Pintar el miedo, pintar un concierto de rock. No entender nada.
r) Mi amigo Carlos González Tausz y yo, aburridos en la clase de Análisis. "¿Qué hacemos?" "¿Nos pegamos en el campo de rugby?" "Vale". Bajamos al campo, me dio un empujón y me tiró al suelo. Me dio la risa. Se echó sobre mí y nos dio más risa. "¿Te vale?" "Sí. Me rindo". (Qué bien dibujaba. Qué cabrón).
s) No tener dinero en una carrera cara. Calcar los árboles, coches, etc, de letraset para no gastarlos.
t) Ir al SIMO a echar la tarde como un idiota porque Rotring te regalaba un tubo de cartón y Roca una plantilla de aparatos sanitarios. No llegar a tiempo de la plantilla. Agotadas.
u) Adorar Blade Runner porque sale una casa de Frank Lloyd Wright.
v) Adorar la canción de Simón (con acento en la o) y Garfúnkel (con acento en la u) "So long, Frank Lloyd Wright". Buscar como una especie de trascendencia en cada cosa. Ser bobo. Ser completamente imbécil.
w) Mi primer día en la escuela, subir a las aulas de dibujo y soportar un discurso terrible de Helena Higlesias (yo es que siempre le pongo muchas haches) diciéndonos que había ya demasiados arquitectos, y que reconsideráramos nuestro error mientras estuviéramos a tiempo. (No sé qué pensará ahora).
x) Horas y horas, tardes y tardes, noches y noches dibujando en el tablero. Menuda vista tenía yo entonces. La radio puesta todo el día y toda la noche (Antena 3 Radio: Supergarcía en la hora cero, Polvo de estrellas, Gomaespuma). Fumando y fumando. El cenicero deslizándose peligrosamente sobre el tablero inclinado. El pelo calentándose en el flexo.
y) Quedarme sin tabaco a las dos de la madrugada. Fumarme las colillas. Quedarme sin colillas. Salir a la calle a las cuatro. No encontrar otra cosa que una sala de fiestas / puticlub. Comprar una cajetilla de ducados. Saber que todo era un error.
z) Sufrir intensamente y disfrutar aún más intensamente. (Y eso que, no sé por qué extraña chiripa, jamás me tocó hacer una maqueta).
Se me acabó el alfabeto. Vale. Me han ido saliendo de corrido, sin orden ni concierto, y si hubiera más letras seguiría contando batallitas. Pero, en definitiva, ¿qué le decimos a nuestros hijos? (O a nuestros hermanos: Este blog tiene lectores de una insultante juventud).
Pues volvemos al principio: Si somos sensatos, y ellos también lo son, les debemos aconsejar que escojan una ingeniería. Las carreras de ingeniería son duras, pero compensan con una formación muy seria y muy solvente, que sirve para hacer de todo.
Creo que es lo que debería cursar una persona inteligente, lógica, sensata, razonable, perseverante y decidida. Es una gran elección.
Sólo le recomendaría arquitectura a una auténtica cabra. A una puta cabra loca y disparatada. A un ser que buscara una loca e ilógica trascendencia en las cosas más anodinas. A una persona encendida, feroz, hambrienta. A un insensato. A alguien que, contra todo consejo, contra toda tendencia económica, contra todo imperativo legal, necesitara ser arquitecto, y muriese por dibujar rayos en el aire y pisar barro en una zanja, y quisiera casar dos cosas tan incasables.
(¿Por qué será que, a pesar de todo, las notas de Selectividad exigidas por las escuelas de arquitectura siguen siendo altísimas?).
Yo le recomendaría estudiar arquitectura a alguien que no necesitara que se lo recomendase, a alguien a quien ya todo le importara un bledo, a alguien que hubiera saltado al vacío y no tuviera miedo de los posibles fallos de su precario paracaídas. A alguien que, mientras cayera a plomo, gritara que había merecido la pena.
A alguien a quien no quisiese demasiado (no soportaría verlo estrellarse. Se me desgarraría el corazón). A alguien, en definitiva, a quien pudiera admirar con toda mi alma.
(Si te ha gustado esta entrada clica en el botoncito g+1 que está debajo. Muchas gracias).
Un post buenísimo.
ResponderEliminarMe has hecho revivir lo que soy :)
Eva
Brutal. El último párrafo es brutal.
ResponderEliminarSolamente puedo decir que estoy profundamente emocionado e identificado con las experiencias y sentimientos hacia "una forma de vida" y no una profesión. Me quedo "...A alguien a quien no quisiese demasiado (no soportaría verlo estrellarse. Se me desgarraría el corazón). A alguien, en definitiva, a quien pudiera admirar con toda mi alma"
ResponderEliminarAbrazo
Me ha divertido tu disertación...está genial! Vivimos la misma "escuela". No suframos, que nos quiten lo bailao!...mi hija estudia arquitectura (a pesar de mis consejos, aunque se los decía con la boca chica!). Se alegrará... O ya lo hace. Cada día.
EliminarGracias por tener paciencia para escribir lo que muchos firmaríamos.
Un abrazo
Hola José Ramón, leo tu blog desde hace mucho pero nunca habia comentado, hoy ha llegado el día. Primero felicitarte por este artículo que es pura miel para cualquiera que haya estudiado arquitectura, sabemos que tenemos un título que hoy por hoy vale para todo y para nada, y eso actualmente, en mundo cada vez más especializado es una desventaja,... sin embargo puedo asegurar que la mayoría de los que amamos esta profesión y esta carrera volveríamos sin pensarlo a estudiar arquitectura, a las clases de proyectos, a las noches en vela y al placer de volver a aprender lo que un día nos fue totalmente desconocido y hoy no podríamos pasar si ello. Gracias.
ResponderEliminarEn serio quiero llorar! Este año terminé segundo y recientemente recibí las notas de la PAU, tengo un 10,2 y mi sueño desde pequeña siempre ha sido hacer casas. En donde yo soy si bajó muchísimo la nota el año y apenas piden un 5 y creo firmemente que este año se pasa para septiembre. Se acerca el día de elegir carrera y cada vez es mas duro para mi. Llevaba mucho tiempo convencida de hacer arquitectura y hay muchísima gente que me apoya y me dice que haga lo que sienta de verdad de corazón, pero en mi cabeza aun queda un poco de cordura que dice que no. Solo conozco a una persona que se opone totalmente y que cada vez que la veo me suplica que NO que cambie de idea, es una profesora a la que realmente le tengo aprecio. Soy muy consciente de que el sector esta mal, muy mal, no dejo de leer artículos como este o que te lo pintan peor sigo sintiendo que necesito intentarlo, vivirlo yo misma, ser feliz, y lo que yo no se es hasta que punto sería feliz haciendo otra cosa.
ResponderEliminarMira estudiar arquitectura en resumen es muchas noches sin dormir, muchas horas de trabajo para aspirar a un máximo de un aprobado, muchos lloros pero también muchas risas,empezar a fijarte en cosas que nadie más que tú se fija, dejar de tener tiempo para tí, perderte clases por acabar una famosa entrega cuando todos tus amigos de otras carreras se pirarán las clases para ir a desayunar,... te gustan los retos y superarte a tí mismo? Hazla no lo pienses y hazla, eso sí yo como consejo te digo que la disfrutes, que no te estreses, que pases de la gente (tanto profes como compañeros que no tienen otra cosa en la cabeza mas que la carrera) y que si en algún momento pierdes la ilusión pienses si quieres ser un loco que sin ser arquitecto sentiría que no es nada o si vas a ser más feliz sacrificando menos cosas estudiando otra carrera. Soy una estudiante que acaba este año segundo y a pesar de tener profesores que en vez de ayudarme me ponen la zancadilla todos los días, estoy feliz de haber elegido esta carrera y este loco modo de vida, porque nadie se puede hacer una pequeña idea de lo que es ser estudiante de arquitectura sin haberlo sido. Pero nunca jamás permitas que por tus compañeros o profesores se te vaya esa ilusión por hacer lo que realmente te gusta.
EliminarEstudia cualquier otra cosa!!! Magisterio o alguna otra carrera enfocada a oposiciones!!!
EliminarNo se puede vivir de esta profesión, a no ser que tus padres, familiares o amigos te puedan enchufar para vivir de esto!!! Es una carrera muy bonita, pero vas a tener que mendigar para vivir (créeme)!!!
Soy arquitecto y todos mis amigos arquitectos han emigrado ya de España!!! No merece la pena amargarte la vida!! Es demasiado corta!!
Al compañero que acaba de terminar el 2 año... como arquitecto, te doy un consejo que ojalá me hubiesen dado a mi. Estudia otra cosa, de verdad, no merece la pena. Relación esfuerzo/recompensa será de las profesiones peor pagadas, y si deseas residir en España creo que es casi misión imposible.. Saber rectificar a tiempo es de sabios. Yo ya hace tiempo que tuve que emigrar (y por cierto, estudié otra carrera después)... Mucha suerte!
EliminarYo soy Arquitecta desde hace un año. He emigrado, como todos, y estoy muy arrepentida de haber estudiado arquitectura. Que sí, que es bonita, pero no merece la pena. En mi escuela, (la ETSAM), hay grandes profesores, y profesores que no valen ni los créditos que pagas por la asignatura. Te tratarán mal, recibirás insultos y te irás de allí sin que te hayan enseñado nada (con suerte habrás aprendido algo por tu cuenta, pero ese será tu mérito, no el suyo).
EliminarNo merece la pena el tiempo, los años perdios, para llegar a tener un bonito título que no te valdrá para absolutamente nada. Invierte mejor tu tiempo, y estudia cualquier otra cosa que te guste. El sueño de mi vida también había sido siempre el de estudiar Arquitectura, y ahora creo que me hubiese gustado igual cualquier otra carrera.
Suerte!!
Ojalá estés por empezar la carrera. Será lo más bonito que hagas. Aunque ello incluya dormir en una semana lo que el médico recomienda diariamente. Alejarte de los amigos y que tu familia dude de tu existencia. Se darán cuenta que existes cuando pidas ayuda con la maqueta, y poco más! Tendrás un calendario para ver "cuándo es que puedo salir..." en vez de "cuándo voy a estudiar". Te darás cuenta que estudiar no es estar de cara a los libros si realmente amas esta carrera. Te encontrarás con gente de todo tipo. Y mañana tendrás un título con el cual defenderte aquí, o allí. Da igual dónde acabes. Lo importante es acabar jugando con los espacios y con lo que sientan tus usuarios. Yo estoy en 5º, y aún no me he preguntado qué cojones haré después. Pero jamás, jamás me arrepentiré de haber hecho esta carrera. Nos quejamos de llenos. Como cuando tienes la panza tan tan llena que dices "me duele", pero estas llena. Eso es estudiar arquitectura. Disfruta cada momento. Se te hará corta.
EliminarCreo que de estos comentarios se puede sacar una conclusión: los que aún estan estudiando la carrera recomiendan hacerlo, los que ya la hemos acabado y nos hemos dado de bruces con la realidad recomendamos no hacerlo.
EliminarHay mejores maneras de invertir tu tiempo. Estate con tus amigos, con tu familia, disfruta de tus veintitantos y estudia una carrera que te permita vivir. Sacrificar 7 años de tu vida por cabezoneria, orgullo o lo que quiera que sea lo que te lleva a sentirte diferente por estudiar aquitectura, es una bobada.
Y ahora me pregunto, si no estudio arquitectura por culpa de la LSP y después no se llega a aprobar, me vale la pena no intentarlo?
ResponderEliminarYo empezaba la carrera cuando tu la acababas..
ResponderEliminarSoberbio.
Ya a las puertas de empezar mi tercer año y no arrepiento de nada, ni siquiera de los días tristes de llantos después de una mala nota en una asignatura ni de las duras amanecidas. Es lo mejor que tengo ahora mismo y estoy seguro que cualquiera que se lo proponga, llegará lejos. Muchas gracias por este post.
ResponderEliminarA veces uno necesita cosas así después de escuchar varios meses a un puñado de personas que tienen opiniones negativas con respecto a la arquitectura.
Espero que todo siga en orden y desorden al mismo tiempo, un saludo.
@paraelcoche
Yo he terminado 3º en la ETSAM este año, y no he podido evitar emocionarme según lo leía...
ResponderEliminarPor un lado envidia de los grandes maestros que ya no están en la escuela, por otro orguyo de los nuevos relevos que se encargan año a año de que no perdamos la pasión del primer día. Y, pese a las mil y una recomendaciones de que estudiase Caminos o Teleco de amigos y familiares, puedo decir con la cabeza bien alta que cada vez estoy más contento con mi elección.
Querida anónima,
ResponderEliminarsoy un estudiante de último curso, y este año tengo la suerte de estar en Alemania de Erasmus. Te diría que si ese es tu sueño desde pequeña, que NI LO DUDES y lánzate a por el! Yo desde pequeño lo tenía claro e inundaba mi cuarto con Legos haciendo casitas, y sigo teniendo claro que es lo que quiero hacer, diseñar espacios creados por la luz que los inunde, espacios donde la gente pueda vivir y disfrutar, aunque para ello la carrera te ponga "a prueba" y te haga trabajar bastante hasta que llegas a dudar, pero descubrirás que la duda siempre se queda entre bromas gracias al apoyo de tus compañeros de carrera y porque en el fondo, sabes que es lo que quieres hacer, y aunque pases noches en vela y te digan que dibujes "el infinito" (o el espíritu de una gallina), al final, si es tu sueño, sin duda merecerá la pena!
Te digo que soy estudiante aún, justo con el Proyecto Fin de Carrera, y si bien es cierto que en España el mercado está complicado (aparte de la escasez de obras, por la "calidad" de las prácticas que ofrecen los estudios, abusando del estudiante actual y ofreciéndole horas y horas de limpiar planos a cambio de "experiencia para el cv", pero ni un euro, claro está, y renovando prácticas temporales, sin asomo de contratos fijos). Aun así, hay muchos países de Europa donde no es así, como Alemania, Noruega, Suiza, etc. (y fuera de Europa como Chile, Canadá, China, parte de Australia, algunos países de Oriente Medio, etc).
Por ejemplo aquí en el sur de Alemania, tengo varias ofertas para empezar en Septiembre unas prácticas de 6 meses, remuneradas, y con muchas posibilidades, de verdad, de renovar con un contrato fijo una vez hechas. Según experiencias de varios amigos que las han hecho (en distintos estudios), el trato personal y el ambiente de trabajo suele ser muy bueno (con barbacoas, cenas, viajes, etc.), suelen pedir un poco de nivel de alemán pero no obligatorio mientras lo estudies (inglés si), te van rotando de "departamentos" para que te sigas formando, cada día suele haber reuniones donde piden opinión a todos sobre los proyectos, incluso a los que están de prácticas, y encima pagan (como debería ser por todo trabajo realizado).
En fin, no te quiero soltar el rollo, pero es que me daría rabia de ver que si de verdad es tu sueño, por algún consejo (aunque sea de buena fe), o por miedo a no encontrar trabajo te quedes siempre con la espinita de no haberlo intentado. Piensa que no hay día que trabajes, si te gusta lo que haces ;)
Un saludo y ánimo!
emocionándome termino de leer tu comentario y el post.
Eliminarsimplemente porque veo como pasan los años y no hago nada para tener un futuro de lo que me gusta. Me apasiona la Arquitectura es mi sueño desde que hacia casas con los libros de mi padre o con los bloques de colores, simplemente me apasiona. Pero pengo 16 años en 4 de ESO. Me queda mucha vida por delante y sinceramente pienso que nada me ara cambiar de opinión si tengo que viajar fuera de España para mi no sera un problema pero vero una carrera algo superior a mi algo que no conseguiré aunque me lo proponga por mi bajo nivel y ya con 16 años veo que esa espina de la que hablas la tendré para el resto de mi vida. Lo siento.
GeniAl...:)
ResponderEliminarUn ingeniero jamas podrá hacer arquitectura, pero un arquitecto si podrá hacer una nave, porque existe la carrera de arquitecto naval...
ResponderEliminarRemoviste recuerdos de mi época de estudiante. Estas luchas con los ingenieros la tenemos en todos lados, solo digo que si los Arquitectos actuáramos en masa, no seriamos tan vulnerables, si reguláramos la profesión y honorarios, estaríamos a la altura de un medico, que la sociedad paga con los ojos cerrados.
"Sólo le recomendaría arquitectura a una auténtica cabra. A una puta cabra loca y disparatada"... a mi, me aconsejaría, que curiosidad, mi nombre significa "cabra loca", porque para ser arquitecto creo que algo de locura tenemos que tener.
"A alguien a quien no quisiese demasiado (no soportaría verlo estrellarse. Se me desgarraría el corazón). A alguien, en definitiva, a quien pudiera admirar con toda mi alma." En definitiva, me admiro con toda mi alma, porque soy "algo", algo que no muchos valoran, algo que no mucho esperaban. Algo que adoro con toda mi alma y forma parte de mi vida y me da felicidad.
Animo y saludos Colegas!
Arq. Yao
Un texto GENIAL, José Ramón.
ResponderEliminarEs un chute de energía y moral para todos aquellos que disfrutan de la arquitectura, para los profesionales (los de verdad) que trabajan con entusiasmo en algo que les llena (y no precisamente los bolsillos), para los estudiantes (como es mi caso) que están cerca de terminar su formación y se van a encontrar con un futuro más incierto que nunca y para todos aquellos que piensan estudiar arquitectura pero tienen sus dudas (más que justificadas, por otra parte).
También me sorprende el paralelismo y las semejanzas que hay entre escuelas y épocas. Muchas de esas anécdotas o muy parecidas las podría contar yo mismo de mis años en la ETSA de Granada simplemente cambiando el nombre de los personajes.
Y aunque sé que ya te lo han dicho, el último párrafo es brutal.
Un saludo.
Muy grande, José Ramón. Leyéndote he recordado mi tiempo, que coincidió con el tuyo aunque en tierras navarras. Yo aconsejaría a todas esas personas que por su pasión no pudieran evitar estudiar arquitectura, que lo hicieran con la mayor amplitud de miras que puedan disponer. Que no cierren ninguna puerta profesional por prejuicios o por imitación de tiempos pasados que nunca más volverán. Que no rechacen nada, que lo aprendan todo y que se proyecten a sí mismos como arquitectos versátiles.
ResponderEliminarpues aquí hay uno que se ha sentido sumamente idiota estudiando arquitectura. Porque le encanta mojar-se, es un loco, y la arquitectura no soluciona para nada esta locura suya. Como tu lo defines, este ser, para mí un poco egocéntrico, lleva la pasión estética al màximo. Y lo siento arquitectos, aunque llevo 5 años en vuestro mundo, y aunque al principio lo hice luchando y disfrutando, ahora ya se me han terminado las ganas, el hambre. Ser arquitecto ha dejado de ser mi sueño. La própia carrera me ha quitado todas la pasión que tenía de serlo. Ser médico tiene más sentido para mi en esta sociedad. Ser profesor. Ser bombero. Ser físico. Ser arquitecto también, pero no como me lo enseñan.Y ya me lo han aburrido. Debo decir que agradezco mucho su formación, la visión que me ha dado. Pero como siempre,es una visión parcial,demasiado superficial, demasiado incompleta y nunca profunda. Y es posible, que acabe con el título, aunque no me apasiona nada ser arquitecto. Envidio muchísimo, a los que os podeis sentir como lo demostrais, locos por ella. Porqué yo ya hace tiempo que los propios estudios de esta carrera me hicieron perder la pasión, y ya no me sacia lo suficiente... una pena
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
Eliminaridem. a falta de una asignatura y PFC, lo que en esta escuela se llama arquitectura ha machado mi ilusión por la idea que yo tenía de la arquitectura.
EliminarDios leo y no me lo creo. Yo acabe arquitectura hace dos años y no tengo ni un amigo trabajando en España de arquitecto. De los que hemos decido emigrar, no conozco a uno que le guste más el país donde ha emigrado que España, todos deseariamos poder volver. En el extranjero hay algunos que han conseguido unas buenas condiciones de trabajo, la mayoría no lo han conseguido (contra más lejos te vas, más posibilidades de encontrar un condiciones laborables decentes como por ejemplo: dubai, australia, singapour, ...), pero vamos que la panacea no es. En general, trabajas en un puesto que necesita menor formación que la que tienes (me explico, arquitectura en otros paises es puro diseño y te la sacas con la gorra) y olvidate de trabajar por tu cuenta (siempre trabajando para otro, con lo que ya veremos como y cuando puedes volver a España). Concluyendo, que si quieres estudiar más que nadie para tener unas condiciones peores que el resto, cuando por tu media podrías estudiar lo que quisieses y viviendo mucho mejor te lo podrías sacar, pues adelante. Ahora que ya te digo yo que de la gente con la que yo me relaciono son muchos los que se arrepienten mucho de la vendida de burra. Que fácil es hablar y arengar desde el puesto de profesor que no tiene que emigrar.
ResponderEliminarHola. Fui profesor asociado en el curso 1989-90. Y nada más. He trabajado siempre como profesional liberal, y desde hace tres años no me como una rosca.
EliminarRecuerdo al bedel del CEU, cuando el CEU era el CEU, y en el CEU nos encontrábamos tantos y tantos de tantas partes, estrujando el cuello de una de sus gallinas un sábado por las mañana. Franki y yo descojonaos. Aquel Camino de las Moreras, que siempre escribía Morenas... aquella primera "Escuela" antes de acabar en la grande. Y es que ya me decía mi padre: "Llévate muy bien con los bedeles, ellos son los que mandan en la Escuela...". Y siempre le hice caso no por ello, sino porque me gustaba... y me vino bien, sin duda, cuando una vez, fuera de tiempo, me dejaron meter un proyecto en una clase cerrada...
ResponderEliminarCada día me arrepiento menos de haber estudiado arquitectura...
Excelente artículo... gracias.
Mika
Deprimente, ahora los arquitectos somos unos héroes.. unos gurús de lo imposible con una visión especial que nos distingue del resto de los mortales. Por favor..
ResponderEliminarEste comentario ha suscitado unas cuantas réplicas y contrarréplicas encendidas e interesantes. Lamento haberlas borrado. Las he dejado durante unos días y lo he pensado mucho, pero iban enconándose y entrando en lo personal, y usando ya algunas palabras desagradables.
EliminarLo siento. Sé que borrando esta cadena me he equivocado, pero pensaba que si la dejaba me equivocaría igualmente.
Pido perdón a los autores, cuyo debate, repito, era interesante.
ningún problema, ;D es su bloq, puede hacer lo que le parezca, y la conversación no era tan interesante ya, más bien desagradable. Seguiré atento a su bloq, y gracias por hacerlo, aunque no comparto (desgraciadamente para mi) esta última publicación.
EliminarGracias por tu comprensión, Marc. (Permíteme el tuteo). Repito que lo siento. No me gusta censurar ni cortar a nadie.
EliminarCelebro que sigas mi blog.
Los arquitectos tenemos que irnos olvidando, desgraciadamente, de ejercer la arquitectura tal como quisiéramos, pero pese a todo espero que esa formación nos sirva a todos para algo en algún momento.
Un cordial saludo.
Las lágrimas empañan mis ojos...así somos, para bien y para mal. Pero parece que no valoran esa locura q nos hace amar esta profesión y este modo de entender la vida, buscando siempre la belleza para convertirla en arquitectura...
ResponderEliminarSi, es cierto... son los fontaneros los heroes de la visión espacial ¡¡¡
ResponderEliminarAcaba la carrera, majo... y luego nos cuentas.
Fdo: al anterior.
no te censuran pero eres un/una ********* entiendelo que quieras, ponte la peor palabra que admite la RAE yo no digo que arquitectura sea una carrera poco valorada por ingenieros y demas. pero quien es alquitecto en porque lo hace con gusto, con pasión, se deja la piel en una maqueta o un plano. pon la tele, callejeros y mira lo que hay en el mundo sobretodo en españa, miralo y critica lo que de verdad inporta. Vergüenza simplemente la pobreza, esa gente no an tenido elección. tu?
Eliminarperdona mis faltas de Ortografía. no e tenido esa suerte.
EliminarSublime.
ResponderEliminarTerminé el curso pasado, en plena crisis (no económica, sino existencial). Ahora estoy buscandome la vida en Eslovaquia. Precario. Tienes razón por lo de la puta cabra. Más por puta que por cabra. Nada ni nadie me va a quitar el sueño que tengo desde que olvidé ser futbolista o bombero. Yo con 9 años ya quería ser arquitecto (y no tengo familiares arquitectos). He estudiado arquitectura. Soy arquitecto.
Emocionado estoy. Un saludo.
Enhorabuena. Me has emocionado.
ResponderEliminarYo también acabé en 1985. No en Madrid, sino en Valencia. Yo soy de Zaragoza, y entonces no había escuelas en mi ciudad (ahora hay dos). Tus recuerdos, básicamente son los míos, ¡hay tantas coincidencias!Radio 3, Antonio José Alés,asomarte a la ventana de la residencia a las 4 de la mañana en los tiempos en que las emisoras de radio cesaban su emisión y escuchar el silencio de la noche...Entre varios compañeros, en 6º o final de carrera cambiamos la letra de la canción de Alaska,la de perlas ensangrentadas, por esta: Me recliné sobre la mesa harto de tanto proyectar; los alzadfos no me salían, la planta era criminal; y entoces recorde aquella historia sobre LÁGRIMAS ENSANGRENTADAS, ¡ROTRINGS DESPUNTADOS!Los de las grandesm escuelas de arquitectura nos dabais envidia, porque vuestros profesores eran los grandes nombres. Con el tiempo, apreció las bondades y buen hacer docente de algunos de mis profesores de "provincias" pero sigo sintiendo repugnancia por las tropelías que otros cometían, personajes que mancillaban el concepto de profesor...
Han pasado 28 años; mi hijo mayor hace un año que terminó la carrera, con excelentes notas. Estoy orgulloso de él, jamas le influí para que estudiará Arquitectura. Mi hijo ha visto que en estos años no nos ha faltado de nada en casa, pero pese a mi jornada cotidiana de 11 horas en el despacho, ha sido el sueldo de su madre el que muchas veces nos ha salvado. Ahora hace dos meses que ha encontrado trabajo, gana más que yo. No es arquitecto: es ingeniero de telecomunicaciones.
Soy arquitecta. Lo soy desde los 9 años en que hacía estanterías con cajas. Trabajo poco, pero sigo siendo arquitecta hasta cuando tomo sol. Y mi hija está en cuarto año de arquitectura. Los vicios se pegan...ojalá trabaje más que yo!
ResponderEliminarCristina, con su puesto de libros en todo el medio del hall de la cafetería (antigua) fue la que me dijo a qué profesores apuntarme en 1º de carrera, cuando había que entregar las dichosas fichas en los departamentos. Eso es algo que no te explicaban al hacer la matrícula. Aprobé todas las asignaturas y siempre se lo agradeceré a ella.
ResponderEliminarYo tambien estudie por aquellas fechas, tal vez un pelin mas tarde, y en Valladolid, hace ya muchos muchos años. Tantos, que había llegado a convencerme de que Helena Higleshiash (yo la pongo mas "haches" que queda más pijo) había sido un mal sueño del final de mi adolescencia. Pero, no, me has vuelto a la realidad. Realmente existió esa profesora, no fue una pesadilla.
ResponderEliminarFantástico post, gracias por recordarme viejas sensaciones, a las que solo añadiría la satisfacción tras cada trabajo o proyecto aprobado...y la correspondiente fiesta, si se trataba de proyectos. Creo que en mi vida profesional nunca he vuelto a tener esa satisfacción, o al menos, tan intensa.
Slds
Un post que juega la carta de laemotividad pero que, en el fondo, defiende esa visión "épica", "mítica" y "vocacional" de la arquitectura como profesión mística. Una postura tremendamente peligrosa que ha causado que a muchos nos hiciesen creer que éramos "menos arquitectos" por el hecho de no estr dispuestos a dejarnos explotar por amor a nuestra profesión.
ResponderEliminarTanto romanticismo gratuito es anacrónico y así nunca resolveremos nada. Un saludo en cualquier caso.
- Observer
Estoy de acuerdo, lo has dicho muy bien. El halo de misticismo no nos ayuda nada en absoluto..
EliminarMe ha encantado tu entrada José Ramón. No soy arquitecto, tampoco tengo hijos, eso facilita mi respuesta. Pero sí soy emigrante, desde mucho antes que estallara esto que algunos llaman crisis económica. Me gustaría decir a que todos aquellos que tenéis sueños, que debéis correr tras ellos, pues son los pilares que construyen la vida.
ResponderEliminarQuién dijo que era sencillo eso de vivir. Dejar tu país no es fácil, a menos que tengas fecha de regreso. De lo contrario, se convierte en un sueño difícil de conseguir pero no imposible, de volver algún día a lo que quede de país.
¡Enhorabuena!
Estoy de acuerdo, lo has dicho muy bien. El halo de misticismo no nos ayuda nada en absoluto..
Eliminarperdon me he equivocado de sitio
EliminarLo he compartido ya 2 veces.
ResponderEliminarHe revivido mis 8 años de carrera en la Universidad de Alicante que acabaron en 2008, plena crisis. Todo es tal cual, matizando algunas fechas y nombres.
Muchas veces me preguntan si de haber sabido de esta crisis hubiera estudiado Arquitectura. Y la verdad, no entienden nada: una y mil veces la estudiaría.
Emocionante.
José Ramón. Enhorabuena por tu post. Es fantástico.
ResponderEliminarSe lo envié a mi sobrina, que está en segundo año de arquitectura en Málaga, y me ha escrito esto (justo está de exámenes):
"Ya lo he leido, es fantastico y los comentarios de la gente q estudia igual q yo es totalmente cierto q si no la vives no se sabe lo q es y lo q puede llegar a apasionarte pero también es cierto q hay muchas veces q por los compañeros y por los profesores te vienes abajo pero son solo piedrecitas q hay q saltar. Muchas gracias tita! Me han levantado mucho el animo!
Gracias.
Un saludo a ti y a todos los que te siguen.
Ana
Un post realmente bueno y emocionante, felicidades. Lo cierto es que cuando se tiene vocación, no hay nada más que decidir, pero seamos conscientes de que el mundo evoluciona por derroteros en los que nuestra profesión se atasca. Aunque amemos lo que hacemos, celebrar aquellos días de vino y rosas mientras la mayor parte de nosotros no puede ni trabajar, es una visión romántica pero poco aclaratoria para un/a chaval/a de 18 años. Al fin y al cabo, los que ya estamos aquí no tenemos remedio, llevamos una vida quijotesca y daremos guerra hasta el fin, pero para que miles de jóvenes acaben siendo bohemios no hace falta someterlos a tantos años de sacrificio. Gracias y un saludo.
ResponderEliminarMe has hecho recordar con emoción mis años de carrera en Madrid. Empecé un par de años antes de que tú acabaras. Es posible que coincidiéramos en algún momento. Después de leerte he reconsiderado mi situación actual, que no es buena, como en casi todos nosotros. Ahora pienso que, a pesar de todo, ha valido la pena. ¡Que asco de tanto pragmatismo!. Que es la vida si no un sueño ...
ResponderEliminarMe has hecho una radiografía, si cambias Madrid por A Coruña y todo para ser profesor de Instituto, pero aún así soy discretamente feliz. No se la recomiendo a ningún/a alumno/a, es demasiado esfuerzo para tanta incerteza, especialmente en los tiempos de hoy.
ResponderEliminarYo me quedo con la "amplitud de miras" que proporciona -que no es poco- y con los contrastes intensos (alegría, tristeza, plenitud, vacío...) que te hace experimentar. Creo que la arquitectura es una vía excelente para ejercer el "arte de vivir".
ResponderEliminarUn articulo precioso que es cierto que te hace llorar y revivir cosas preciosas que te han hecho la persona que eres pero tristemente aunque seamos muy capaces de muchas cosas; esto no da de comer
ResponderEliminarSoy Físico.
ResponderEliminarMi carrera no sé si tiene atribuciones; tampoco me ha interesado saberlo, ¿sabeis por qué? porque da igual. Un papel que diga qué puedes y qué no puedes hacer no significa nada. El mercado termina imponiéndose y los arquitectos podeis hacer muchas, muchas, muchas cosas. Por cerebro desde luego no es.
¡Ánimo a todos!
Estimado José Ramón,
ResponderEliminares la primera vez que leo tu Blog, pero quiero darte las gracias. El último párrafo es sencillamente genial.
Un saludo!
¿Y qué nos importa dónde estaremos? ¿Si nuestra vida tuvo éxito o no? ¿Si saldremos en una revista o no? ¿Si vencemos o no el concurso en cuestión? Cuanto nos han contado de la profesión, en la escuela, en la calle, en los medios. La pregunta que me hago es ¿cual es la profesión? ¿ Qué se supone que debo hacer en la sociedad? Para mí la pregunta es qué queremos hacer, dónde y cómo. Y lo más importante, a quién ayudar. Es evidente que compartimos cualidades entre los estudiantes, docentes y profesionales arquitectos pero todo confluye en un perfil. La palabra perfil, un perfil personal, somos personas, cada una diferente de la otra, y gracias a la formación que recibimos podremos orientar nuestra pasión en una u otra lucha. Soy estudiante de arquitectura, a punto de finalizar la carrera y hoy, tengo que reconocer que a pesar de las circunstancias, del diario bombardeo informativo al que nos vemos sometido, no tengo ni una pizca de miedo. Absolutamente nada, no me asusta enfrentarme al mundo siendo arquitecto, porque sé que mañana en algún lugar de mundo mi mano hará falta, mi ayuda será necesaria. Una formación compleja, versátil. Quién es más versátil y flexible que un arquitecto ( perfil arquitecto).
ResponderEliminarA pesar de mi corta edad he podido conocer varios contextos del mundo dónde la arquitectura todavía sobrevive como profesión, y no hablo de situación económica exactamente. A veces, corrompidos por el sistema capitalista y competitivo que hemos instaurado en éste nuestro campo, nos olvidamos de situaciones reales que necesitan de la arquitectura, que necesitan nuestra ayuda, nuestro trabajo. La situación de la vivienda en España es lamentable en los últimos años, nuestra ciudades necesitan acción inmediata, nos hemos cansado de vivir en las ciudades. ¿Quién nos dice que no hay trabajo para el arquitecto? ¿Quién se atreve a no ver la evidencia? Somos un colectivo de personas que deben trabajar por lo social, sin alejarnos mucho porque visto está que la profesión se ha corrompido. Hay trabajo, tantísimo trabajo. Pero tendremos que buscarlo nosotros, encontrar los resquicios débiles desde donde trabajar, donde buscar las soluciones.
Por suerte, nuestro mundo es complejo y diverso y muchos no estarán de acuerdo con esta versión digamos más humana, más real de la arquitectura. Me gustaría aportar algo más, unas líneas que escribí un momento en el que me preguntaron ocasionalmente, qué entendía por arquitectura. Gracias
Y entonces, ¿para que sirve ahora la arquitectura?
La oportunidad de cambiar una realidad determinada es aquello que me atrae más de la arquitectura, el potencial transformador de un contexto, una situación, un momento. La observación como punto de partida de todo lo que nos rodea, todo lo que sucede a nuestro alrededor, el primer paso, la primera mirada, la primera ráfaga de ideas. El análisis derivado de la observación en calma. Sin observación no hay arquitectura. La arquitectura o mas bien el ejercicio arquitectónico cristaliza las ideas o soluciones derivadas de la observación previa. El arquitecto hoy día debe volver a sus orígenes como mediador social, como solucionador de problemas, como técnico al servicio de la comunidad. Sin olvidar jamás su vinculación grupal,para con sus semejantes, con su realidad social. La arquitectura es hija de su tiempo, nunca podrá desvincularse por ello de las necesidades básicas de las comunidades. No puede existir sin esta condición. Se desvanece como profesión. Se perturba y se corrompe.
Sobre el papel del arquitecto en la sociedad han corrido no ya ríos, sino océanos de tinta. La responsabilidad social y urbana, las connotaciones artísticas, la vinculación con el territorio, etc, etc. Todo perfecto. Punto.
EliminarNo da de comer. No te pagan. Las cuentas no salen... no tenemos ni idea de cómo sacar el sustento de nuestros conocimientos. La mística de la profesión nos ha convertido en un colectivo al margen de lo rentable. La única certeza es que, tal y como está hoy el patio, Hacienda, Asemas, la Hermandad, el Colegio y otras 1.001 rémoras de diverso pelaje nos cobran puntualmente y sin piedad mientras nosotros vamos por el mundo buscando la belleza.
Javier, según mi humilde opinión, corrígeme si me equivoco desde la voz de la experiencia. Has sufrido todas las trabas, pruebas, intromisiones de los diferentes elementos burocráticos que conforman el aparato mercantil de la profesión. Quizás mis palabras pecan de juventud, ya que me inicio en meses a la profesión y hoy día este es mi pensamiento. Escuché hablar a muchos, leí con atención a otros, y lo único que pienso con los ojos cerrados,es que intentaré ser arquitecto, eso no pueden quitármelo, ya tenga que irme al último rincón del planeta. Quizás no sea arquitecto como tú lo fuiste al principio o lo eres ahora, pero mi vocación social tendrá que verse subsanada allá donde vaya y haga lo que haga.
EliminarY de veras que te deseo toda la suerte del mundo. Viendo mi mensaje anterior hasta yo mismo me asusto del pesimismo que destila. Recapacitando un poco, creo que muchos de los que han hecho esta carrera pueden echarse el mundo por montera y triunfar si se lo plantean. Pero el oficio tal y como se concebía hasta ahora no tiene pies ni cabeza, y toca reinventarse. No creo que peques de juventud, el entusiasmo es fundamental para salir adelante. Tal vez lo único que quise destacar es que sin sustento no hay profesión, y que hay que tener cuidado con la visión poética, porque la realidad es muy tozuda. Ánimo y un saludo.
EliminarAl final todos guardamos ese espíritu con el que crecimos un día y que hoy copa la mayoría de mis pensamientos, por mi juventud, es algo normal supongo. Después crecemos, evolucionamos y cambiamos debido a los acontecimientos, situaciones, personas que aparecen en nuestra vida. Pero conservamos la esencia, algo que nunca debe abandonarnos, nuestra materia prima que puede recibir envestidas, ataques y contradicciones, pero se queda, algo de ella se queda. Me quedo con tu frase, preciosa por cierto. Echarse el mundo por montera y triunfar, si se lo plantean. Al final, los dos acabamos hablando del perfil del arquitecto o cualquier otro, una persona dispuesta a luchar por aquello que le hizo emocionarse un día. Esa es mi máxima, a mis 23 años y estoy seguro que la suya Javier, a sus tantos más que yo. Sólo nos separa el tiempo y la vida que yo no viví, las decisiones que no tomé y las personas que no conocí. El trabajo forma parte de la vida, pero otro tipo de vida y otra tipo de conversación.
EliminarMuchísimas gracias por tus sabias palabras Javier.
"pintar el miedo, pintar un concierto de rock. No entender nada." eso es lo que nos diferencia de los ingenieros (también muy necesarios para la sociedad) el soportar hacer algo sin entender, sabiendo que es valioso, saber que es sabroso ser insensato de vez en cuando, quemarse las pestañas en una carrera de 6 años y super difícil sólo porque nos apasiona.
ResponderEliminarsomos artistas.
yo estoy ya por terminar el tercer año de arquitectura, y a pesar de todo lo que me ha costado llegar hasta donde estoy, a pesar de que estoy consciente de que hoy estoy más loca que cuando entré, yo recomendaría esta carrera a aquel te tenga la vocación de arquitecto.
No oigo mas que llorar y llorar... y cada vez me irrita mas. Es verdad que en España cada vez es mas complicado salir a delante en esta profesion. Pero en nosotros mismos esta la capacidad de superar y mejorar. ¿Hablais de ilusion...? Hubo otras crisis anteriormente y se superaron y mas adelante volvio el empleo.
ResponderEliminarSinceramente decidi estudiar arquitectura porque no solo se hacen casitas, sino que esta carrera permite que el abanico de posibilidades en el que te puedas mover es mucho mas amplio que ingeniería, y lo que mas me llama la atención es el miedo que se tiene a que los ingenieros nos robe el trabajo. Pues yo creo que no solo deberian dejarles construir a ellos sino a todo dios que lo desee, ahora bien... tu cuando compras algo sabes lo que compras si compras algo de ingeniero piensas en eficiencia, de un decorador estilo.. moda... pero de un arquitecto siempre lo asemeje a darle al cliente la mejor solucion a sus necesidades. Por eso digo que da igual quien sea el rival mientras seas mejor se decidiran por ti y tendras empleo, y por último nuestra carrera es dura porque va a ser facil la vida laboral? Lo que no puede ser es que por haber sido dura el trabajo diario sea facil. Nosotros estamos mas capacitados ante la adversidad ya que nuestro entrenamiento ha sido la universidad.
Sin mas el ultimo parrafo es lo mejor, y creo que da en el clavo "arquitectura" no es para cualquiera y estas etapas que ya hubo y habra en el futuro son como la selección natural,donde los que valen aguantaran y los que no esten adecuadamente preparados segun los tiempos y necesidades que corran no tendran futuro.
De tus recuerdos de la escuela confirmar por lo menos tres de ellos.
ResponderEliminarEl espeluznante recibimiento que nos deparó Helena Iglesias en nuestro primer día de escuela. (“No sé qué hacéis aquí. Hay nosecuantosmil arquitectos en paro.” Creo que esas fueron sus palabras exactas).
Las gallinas de Análisis de Formas, aunque yo creo recordar que estaban en jaulas. En otra ocasión teníamos que dibujar el alma de una pobre cabra atada a la pata de una mesa. No me extraña que análisis se convirtiera, junto con proyectos, en mi asignatura favorita.
Y lo de puta madre que dibujaba mi también entrañable amigo Carlos González Tausz, además de tocar la guitarra como un maestro.
Y de Fullaondo, para escribir un libro…
En definitiva creo que vivimos una de las mejores épocas de la escuela, con profesores que eran verdaderos maestros y que entre otras cosas consiguieron que un auténtico descreído de la arquitectura como era yo entonces (yo entré en la escuela porque tenía tres asignaturas de dibujo), se apasionara de forma enfermiza por la arquitectura y todavía sobreviva con estudio propio y disfrute de la que es sin duda alguna una de las mejores vocaciones que existen (lo de comer de esto ya es otra cosa).
Je, je, análisis de formas I, que despiporre el primer día.
ResponderEliminarNos dicen que traigamos el papel Torreón 100x70, nos sentemos encima (en el suelo) y dibujemos un viaje astral...
Tu artículo es emocionante. Lo he encontrado por casualidad y me ha llevado a leerme medio blog. Yo empecé en bcn algo despues que tu acabaras la carrera, y muchos recuerdos se parecen. Otros no. El espíritu es el mismo. Nos define a muchos, creo.
ResponderEliminarNo se si me impresionan más los comentarios optimistas o los pesimistas. Doy clases (bachillerato) a jóvenes que dudan, y sobrevivo como liberal. Algo tengo claro: la generación de arquitectos que se titularán en los próximos años van a ser muy muy buen@s, porque lo habran hecho contra viento y marea. (y para entonces, quién sabe, igual hay menos crisis...). Ánimo a los jovenes!!!
Joan
El texto me ha emocionado.
ResponderEliminarYo creo que si de verdad quieres hacer arquitectura, hazlo. Y punto. Yo voy a hacer 2 de bachiller y si algo tengo claro es que prefiero estudiar lo que toda la vida he querido, y me apasiona de verdad a qualquier otra cosa que no me llene. Son 5 años de carrera que (aunque tengas que estudiar un monton) vas a disfrutar haciendo lo que de verdad te gusta. haciendo lo que de verdad te gusta.
A mi sinceramente me daria igual tener que emigrar, no puedo tener pensada mi futura vida en este pais teniendo en cuenta como esta. De arquitectura no hay nada de trabajo, pero de todo lo demas tampoco hay denasiado. Lo unico que podemos hacer ahora mismo es ser felices viviendo el momento, porque, total, lo mas probable es que; si tienes espectativas no se cumplan. Porque estudies la carrera que estudies, seguramente acabaras trabajando de otra cosa, o con un sueldo mediocre. Asi van las cosas hoy por hoy, y es lo que nos ha tocado vivir.
Y si; soy una niña, inconsciente, una cabra loca, pero si algo tengo claro es que voy a hacer lo que siempre he querido y me apasiona, aunque tenga que irme al otro lado del mundo o trabajar en cualquier otra cosa.
Porque si algo es verdad es que, si eres bueno en eso, y lo haces con ganas y pasion, trabajo tendras.
O van a contratar a un ingeniero para hacer un gran edificio (rascacielos, museos, conservatorios, etc), antes que a un arquitecto que ha estudiado para eso?
Gracias por tu comentario. Tienes la edad de mi hijo pequeño, que empieza ahora 2º de Bachillerato. (A él le tira más la bioquímica o, tal vez, la medicina. No lo tiene claro).
EliminarSiempre he pensado, como tú, que uno tiene que hacer lo que le apasiona. O, dicho de otra manera, si de verdad te apasiona algo es imposible que lo dejes pasar.
Te deseo mucha suerte y mucho éxito en tu vida.
Soy arquitecta, mi marido también lo es; mi hijo empieza 2º de bachiller y quiere ser arquitecto.
ResponderEliminarPor una parte, he intentado por todos los medios que mi hijo cambie de idea, pero he de confesar que entiendo que no lo haga. Yo no lo hubiera hecho a su edad. Tampoco puedo reprocharle que sienta pasión por la arquitectura, como no pude reprocharle a su hermana mayor que la sintiera por la Historia (también unos estudios con mucho futuro), pues las han vivido en casa desde siempre.
Su respuesta definitiva: si no estudio arquitectura no sabría que estudiar y, además, al menos durante el tiempo que esté estudiando la carrera haré lo que me gusta. Luego quizás trabaje en algo que no me gusta, pero si empiezo por estudiar algo que no me gusta empezaré cinco años antes a pasarlo mal.
Sólo me queda el consuelo de que no va engañado, que sabe con lo que va a encontrarse.
En mi caso particular,desde chica queria ser abogada o arquitecta. Sueños, desvarios, y en general no tenia mi misión en la vida clara hasta ahora. Siempre tuve pasión por el arte. Cursos de dibujo, fotográfia etc. Pero un pequeño gran detalle. Una mala formación en matemáticas. Por lo que suprimí ese sueño. Desoí mi corazón,mi centro. Cuando sali del bachillerato. Analizé mi personalidad en vez de mis habilidades y fortalezas y entré a Relaciones Públicas. Ahora estoy en 2°año. Admitir que soy una COBARDE no fue nada fácil. Amar y hacer lo que UNO quiere. Voy a empezar Arquitectura. Ante todo, voy a terminar el 2° y medio para alcanzar el titulo intermedio. Como decía mi madre, terminar lo que empezaste y continuar con lo que nunca te imaginaste. Me llevará más tiempo, pero estoy dispuesta a VIVIR la vida, con otros ojos.
ResponderEliminarMuy buen post, expresas perfectamente algo que llevo repitiéndome mucho tiempo. Creo que voy a esconderle a mi hijo los libros de arquitectura que tengo por casa. Es triste, pero no quiero esto para él.
ResponderEliminarSaludos.
Aunque ya te lo he comentado via Twitter... gracias por recordarme de dónde vengo. Un saludo.
ResponderEliminarwow increíble post, salvaste mi carrera.
ResponderEliminarMaestro maestro... De nuevo desde colombia leyendo en retrospectiva sus genialidades.
ResponderEliminarSolo puedo dar un apunte que me dijo un profesor de estructuras, ingeniero él: "cuando un edificio lo hace solo un arquitecto es posible que se caiga, cuando un edificio lo hace solo un ingeniero, por la salud mental del mundo, hay que derribarlo"
Muy interesante el artículo! Hace un año cuando estaba inmerso en pleno PFC también fui a parar a tu blog y leí varias entradas de por aquel entonces.
ResponderEliminarSe me hace raro volver aquí de nuevo y más por lo que comentas. Siento que parte de lo que dices me resulta a la vez lejano y cercano. En mi caso acabé arquitectura en junio y ahora estoy bastante perdido. A media carrera estuve apunto de abandonarla porque me di cuenta que no explotaba todo mi potencial creativo ni mis cualidades. Al final aguanté los siguientes años y me siento orgulloso de haber acabado pero con una sensación de haberme equivocado de carrera que no me la quita nadie. Y ahora con 27 años no sé hacia donde encaminar mi futuro. Como se comentaba en algunos comentarios yo también recomendaría arquitectura sólo a aquellas personas que les apasiona desde niño y no quieren estudiar otra cosa. Yo tengo claro que mi futuro no será el de arquitecto pero si algún trabajo relacionado con la creatividad. Lo que aún no sé cuál y menos sin tener dinero para volver a estudiar y estando tan dificil encontrar trabajo de cualquier cosa. Seguramente haya más gente que se encuentre en la misma situación que yo de haber estudiado arquitectura y haya acabado igual pero sólo conozco dos casos que han preferido tirar por el mundo del teatro y otra por la danza contemporánea.
En fin. A ver cómo acaba esto. Espero poder seguir leyendo más posts tuyos. Un saludo.
Soy de Argentina y por leves variantes las historias se repiten, la carrera es hermosa llena de anécdotas que te pone la piel d gallina, en el fondo todos los que nos metimos en esta carrera nos creímos un poco la cosa mítica , hacer el mejor proyecto de diseño, soñar con la estética y bla ;pero cuando terminas sientes que te han estafado un poco , porque te han preparado para ser diseños soñadores , te han mentalizado, te la han hecho creer , pero nunca te han dicho que en realidad el mundo solo necesitaba el 10 % de tu capacidad para hacer planos de sanitarias o alguna otra cosa de por ahí
ResponderEliminarHola a todos, me sumo a este debate tan necesario.
ResponderEliminarHay un problema muy serio con la formación del arquitecto. Se le coge con 18 años, impresionable y lleno de ilusión y ganas, se le somete a un duro entrenamiento que le hace sentirse un artista y dejar de lado materias tan básicas como la economía y el derecho. Luego se arroja a un contexto laboral muy duro profesionales completamente inocentes, y el choque con la realidad es brutal.
Llevo 11 años en la profesión, conozco muy pocos estudios rentables, y muchos arquitectos muy competentes mantenidos por sus mujeres. La realidad a día de hoy es que es muy difícil sobrevivir como arquitecto autónomo, esa manera romántica de ejercer la profesión ha desaparecido, el futuro posiblemente pase por la especialización y los ingenieros, con una formación más práctica y libre de prejuicios se nos comen con patatas.
No quiero desanimar a nadie, si uno se siente artista debe perseguir su vocación. Pero que sepa que le puede pasar como a Machado, un hombre bueno al igual que el autor de esta entrada, que a pesar de su genialidad nunca pudo vivir de la poesía.
Yo soy arquitecto, empecé en 2000, acabé en 2007 (doy gracias de que tuve la lucidez de trabajar de becario DURANTE la carrera, cogiendo algo de experiencia), y desde entondes he conseguido trabajar 4 años por cuenta ajena, e incluso hacer algún proyecto. Amplié estudios con un MBA para trabajar en cualquier otra cosa. Mi experiencia tras este período (ahora estoy en paro) es que ser arquitecto no sólo no sirve para trabajar de arquitecto, sino que te estigmatiza para trabajar en otras profesiones aledañas.
ResponderEliminarLa carrera no me pareció bonita. Proyectos no me pareció una asignatura bonita, solo una tortura ilógica y superficial. Urbanismo me drenó la sangre.
Estudiar Arquitectura es una pérdida de tiempo, energía y dinero. Conoces a algunas de las peores personas que te puedes cruzar en la vida, algunos profesores, algunos jefes.
Aprendes conceptos que a nadie importan, que son discutibles, y que no tienen aplicación en la vida real a base de sangre, sudor y lágrimas.
Trabajar de arquitecto no permite vivir dignamente, solo ser explotado por gilipollas endiosados a cambio de permitirte aprender conceptos que a nadie importan, que son discutibles y que no tienen aplicación en la vida real.
Pero lo peor es el coste de oportunidad. Es decir, te encontrarás con 31 años, en paro, y preguntandote por qué cojones tuviste que marcar ESA casilla en la lista de solicitudes de carreras, sabiendo que si no podrías haber sido cualquier otra cosa en la vida.
Hay que ser muy pero que muy idiota para tirar por la borda esos tus mejores años.
Y todo lo demás es poesía. Quizás muy buena, como la de este post. Pero poesía.
Escribo por desesperación.
ResponderEliminarNo soy capaz de hacer nada, de dibujar algo decente, ni sé calcular una mísera instalación eléctrica. Es que no sé!! Es como si se hubiera evaporado lo vivido durante tantos años en la Universidad. Y es que encima me costó.
Ahora intento ganarme la vida como arquitecto. Y voy camino de fracasar, aunque me van saliendo encarguillos. Pero no sé cómo abordarlos, de verdad.
Terminé la carrera hace unos meses, después de 6 años de decepciones y de nuestra particular larga travesía en círculos por el desierto (lease PFC).
ResponderEliminarDurante la carrera he hecho cursos en el extranjero, erasmus en Austria (de los de verdad, no un Orgasmus) sacándome un poco de alemán, he sido becario varias veces durante la carrera, tanto en departamentos como en empresa, voluntario en otros tantos, con especialización, inglés y alemán y varios cursos de diferentes programas informáticos. En definitiva; creo que he hecho lo que tenía que hacer.
Como para alimentarme necesito dinero y no sólo ilusión y poesía; a día de hoy mi debate laboral se centra entre seguir dando clases particulares de física a los estudiantes de mi barrio (aconsejándoles en cuanto puedo que NO estudien jamás arquitectura), ampliar la jornada que tengo actualmente en McDonalds o centrarme definitivamente en unas oposiciones que debí haber empezado hace mucho tiempo (Cuando salían) En la actualidad tengo 5 modelos de curriculum distinto y sólo me han llamado para hacer alguna entrevista de aquellos 2 en los que no se me ocurre decir que soy arquitecto.
De vez en cuando me llaman para que de charlas en mi antiguo colegio, sobre la carrera y la profesión. Me satisface saber que gracias en parte a éstas charlas, el porcentaje de alumnos de ese colegio que se decanta por la arquitectura es prácticamente nulo; creo que hago un gran favor a esos chicos informándoles de la cruda realidad. No se lo creen al principio, pero al menos les hace pensar, investigar y una vez que abren un poco los ojos se dan cuenta del error que pueden cometer.
He conocido muy pocos compañeros que estén satisfechos con ésta carrera. Muchos pueden decirte que si en una conversación intrascendente, pero en cuanto profundizas un poco; en cuanto tienes con ellos confianza suficiente para que se muestren tal como son y no les importe el miedo a admitir su fracaso, pues todos tenemos nuestro orgullo (me incluyo), en cuanto le tiendes una mano amiga y muestras que comprendes su situación, aproximadamente el 80% me han confesado que lamentan la decisión de haber estudiado arquitectura y que no volverían a elegirla si tuvieran la oportunidad. No exagero, 4 de cada 5.
Si no nos queremos dar cuenta, allá nosotros, si preferimos ser hidalgos hambrientos al mas puro estilo del siglo de oro antes que reconocer nuestro error, bien por nosotros. El problema va mucho más allá de lo económico; actualmente para el resto de la sociedad (exceptuando abuelas y padres orgullosérrimos de sus vástagos), el arquitecto es un fracasado; un caido en desgracia, un paria del que más vale alejarse, pues trae la desdicha, el gafe y el lagarto a la familia (no se mantiene por si solo) a la empresa (en vez de producir, filosofa) y a la sociedad en general (tienen gran parte de la culpa del ladrillazo)
En definitiva, coincido con el autor del blog, en que sólo recomendaría ésta nuestra carrera y el ejercicio de su profesión a alguien que esté como una cabra, a mi peor enemigo y algún que otro politicastro.
PS: Siempre he sido más técnico que artista; antes de que alguien me lo diga, si; debería haber hecho una ingeniería; eso si es error mio.
Estimado José Ramón, hace tres días que he dado con tu blog mientras buscaba no recuerdo qué y desde entonces he leído varias entradas tuyas, pero esta es la que voy a mandar a todos mis amigos arquitectos.
ResponderEliminarSi bien es cierto que acabamos la carrera hace tiempo, en el 2007, aún seguimos contándonos mil historietas de ella, como las críticas de Miranda, quien no se callaba hasta que hacía llorar a alguna niña o las divertidísimas clases del tristemente fallecido Darío Gazapo, donde nos contaba cómo una foto de Marta Sánchez medio desnuda pegada en el corcho de su escritorio le ayudaba a concentrarse. Eso un ingeniero nunca lo entenderá.
Una última cosa más, yo añadiría la españolísima letra "ch" a tu exquisito alfabeto con alguna anécdota del grandísimo Fernando Higueras.
Para los "Arquitectófilos": elegid #estudiarenmadrid http://madrideducacion.es/blog/2014/05/estudiar-arquitectura-en-madrid-grado/
ResponderEliminarAcabo de dar con tu blog y comparto muchas de las opiniones de tus artículos. Es una pena que estemos en este contexto laboral tan duro.
ResponderEliminar14 de Julio 2014, vuelvo a leer este artículo y sigue totalmente vivo. Me iba a poner a hacer mi última (y única) factura del trimestre. Se me acabó el trabajo y ya no hay mas, ( lo mío es el patrimonio y dicen que no hay dinero).
ResponderEliminarPensaba deprimirme, pero después de releer tu blog me replanteo a mi misma de nuevo. Volveré a mis cosas de mujer-orquesta (guía turística por Madrid, dibujante de logos, madre de pre-adolescente, maquetadora de posters médicos, profesora de francés y matemáticas, cuidadora de niños ajenos, voluntaria cultural, mecenas de gatos callejeros...) Eso es ser arquitecto ¿no? Un poco de todo, mucho de vivir del aire y un entusiasmo sin fronteras. Muchas gracias animarme hoy compañero. ¡¡Salud y al ataque!!
Muchas gracias a ti. Dices que mi artículo te anima. Lo celebro. Pero a mí no sé si me anima ver a tanta gente que comparte este dolor, esta angustia, esta desorientación.
EliminarNo nos hundiremos. Eso está claro. ¡Ánimo! Un abrazo.
Arquitecto tecnico y trabajando de mozo de almacen (por enchufe claro está). Yo soy otro de los que se arrepiente de haber estudiado esta carrera...
ResponderEliminarHola! Yo me licencié en diseño de interiores hace unos meses y ni siquiera he tenido la posibilidad de hacer pansantías o algo por el estilo. Es frustrante salir de la universidad y darse cuenta que nos han mentido. Creo que la educación en cuanto a diseño es una estafa! Deberían involucrarnos más en hacer negocios o cómo pueden ser rentables nuestros diseños. Años estudiando (con lo caro que sale) para trabajar como vendedora en un local de ropa.Triste.
ResponderEliminaramigo te dejoun poema:
ResponderEliminarArquitecto
Si no sabes aún hacia donde o cuando
Y no esperas más que muros erguidos
Paradas puertas, abiertas o atrancadas
Si buscas el cancel de tus sueños caídos
Si harto no vislumbras esto, no sabes.
Porfiado por esbozar de la nada un futuro.
Traer del blanco impenetrable un suceso
Que rememore el papel que fuera, o que es
Y que podrá resucitar a modo de recuerdo
Una casa, una infancia, o un molde de ti.
Si puedes destruir tu propio pensamiento
Haciendo pedazos los minutos invertidos
Y dándote cuenta que no fue en vano
Morir un poco en ese superficial intento
Habrás renovado el alba de tu ventana
Si logras distinguir certero el camino del sol
Y cubrir de sombra tus ganas con un puente
Si miras a lo lejos, y te parece cerca
Y recorres todo sin necesidad de mirar nada
Y Puedes silenciar a tu ciudad con un trazo
Yo sé quién eres o procurar parecer ser
Eres un loco, atrevido, precipitado, obsceno
Traductor de tu generosa y sutil memoria
Que te presenta nadando contra la corriente
Buscando en el grafito un pedazo de universo.
arq. Guillermo Allerborn. Bahía Blanca - Argentina.
Acabé en la Escuela en el 87; algunas cosas más que recuerdo:
ResponderEliminar- Los atardeceres rojos vistos desde el hall
- Descansar sólo en vacaciones; el resto del tiempo dormir muy poco
- Estar todo el día dibujando
- Las praderas del parque del Oeste
- A Oiza regañando a Paco Alonso por creerse una estrella
Fuimos a La Escuela. Creo que ya no es así.
Ya te gustaría a ti ser una de esas cabras locas que estudian arquitectura, como se ve a simple vista no estas informado de esta carrera por tanto no sabes las salidas que te da, ni la formación que recibe una persona que estudia arquitectura. Yo, un alumno de bachillerato parezco estar mas informado que tu, menos opiniones y mas ejemplos.
ResponderEliminarNo sé si me lo dices a mí o a alguno de los comentaristas.
EliminarComencé la carrera de arquitectura en la ETSAM en octubre de 1977 y la terminé en marzo de 1985.
Después hice el doctorado. Leí mi tesis doctoral en marzo de 1992.
Desde julio de 1985 estoy trabajando como arquitecto, y de eso vivo desde entonces.
Un saludo cordial.
La carrera inmejorable, la profesión un desastre. Acabé hace 15 años
ResponderEliminar¡Ah!, ilustre colega José Ramón
ResponderEliminarAl final siempre nos quedará la melancolía recubierta de cierta épica en los recuerdos del tiempo pasado en la etsam, como la que viví el día de la fiesta de entrega de diplomas que, a falta aún de título, nos acreditaba --al menos en el papel-- como arquitectos. Desde el estrado oficial --sublimado por alto entarimado-- fueron llamando por orden alfabético para la recogida de diplomas que inmortalizaría en el papel fotográfico la preceptiva y oportuna foto, para constancia de por vida de que aquello fue real. A la entrada al salón de actos no me inscribieron en el listado de presentación que los conserjes elaboraban al efecto en las mismas puertas del pequeño auditorio conforme íbamos llegando; ya que, al parecer, por edad no daba el perfil de alumno; confundiéndome aquellos, seguramente, con el padre o familiar de alguno de los alumnos; así que no me nombraron cuando me tocaba. Tenía cincuenta y cinco años. Subí de los últimos en el apartado: "Alguien que no haya sido nombrado"; y ya ante los doctos profesores que presidían el acto tuve que acreditar que yo era yo, un alumno; no su padre.
Cuando me volví con el diploma enrollado en la mano para descender la escalerilla en busca de parte de mis seres queridos que se hallaban en la primera fila de la sala --mi mujer y dos de mis hijos-- me sorprendió un aplauso atronador de los asistentes en el salón de actos. Aquellos padres que habían aplaudido a rabiar a sus hijos, echaron el resto conmigo. Ellos que sabían de lo dura que había sido la carrera para sus retoños, quisieron, en un generoso ejercicio de empatía, tratar de imaginar el esfuerzo que habría supuesto para mí tal logro; quizás la constatación, aunque tardía, de algunos de ellos de pensar que hubiera sido posible, a costa de voluntad y tesón, la consecución de sus sueños frustrados de querer ser arquitectos que, seguramente, habían proyectado en sus hijos... de cualquier forma... aquel reconocimiento supuso para mí, además de la alegría del sueño soñado durante tanto tiempo --desde muy pequeño-- que se me había negado por circunstancias adversas en mi vida en las que primaron las carencias afectivas y materiales, el bálsamo a tantos años de esfuerzo, dejando parte de salud, intentando compaginar vida laboral, vida familiar y estudios...; así que no solo había conseguido el tan añorado, durante tanto tiempo, "fuego de los dioses", sino que además me premiaban con un sonoro y largo aplauso, sin importarme después que nunca pudiera obtener razón de la oportuna foto para constancia documental de aquel instante importante de mi vida; quizás nunca hubo tal foto en aquel pase fuera de programa...; nada importante.
Una y otra vez que naciera, me esforzaría por conseguir extraer la esencia de aquel barro que, de muy pequeño, se me escurría entre los dedos de las manos en un patio de orfanato.
FranciscoMolinaGómez (blog: cuadernosparalareflexión.blogspot.com)
Compañero me has llegado al alma, de la gallina por supuesto; soy un poco anterior a ti pero lo que cuentas era lo que respirábamos día a día, recuerdo a Víctor D'Ors subido ala mesa del profesor cacareada como una gallina y hablando de la entropía en el universo; de Antonio Fernández Alba con sus profundas charlas que tanto nos hacían reflexionar, hablándonos de arquitectura, de literatura y de tantas otras cosas. Y siempre el bar de Julián donde se trababan las buenas amistades. A prendimos a ver el mundo de otra manera. Un abrazo.
ResponderEliminarDe rebote he descubierto este blog, como más de un Arquitecto (o Arquitéctrico como nos llaman ahora)
ResponderEliminarEstoy completamoente de acuerdo con el comentario del 25 de Febrero de 2014 Estudiar arquitectura es un error (por decirlo suave)
El problema (sin ánimo de ofender y con todo el respeto) es que la gente como tu que en el fondo describe la carrera como épica, hace que chavales de 17 años se metan en la boca del lobo. Para empezar hablas de Fullaondo, de Oiza , de Aroca etc que es cierto que son (eran) grandes maestros pero son tres o cuatro y en Arquitectura hay muchísimas más asignaturas que tres o cuatro así que podrías hablar también de la tropa de psicópatas resentidos inútiles y demás calificativos generosos para los que tu y yo conocemos.
En lo que nos parecemos a los ingenieros es que con 20 años nos creemos que vamos a salir de la Escuela y vamos a proyectar residencias para humanos en Titán, o que la gente nos va a mirar por la calle y van a decir "mira mira ese es un artista y además sabe de estructuras de acero", ellos (los ingenieros) dicen también esas gilipolleces de que Dios es Dios porque no quiso ser ingeniero de caminos y que en Aeronaúticos estaba Juan de Burgos que era el que más suspendía de España pero luego no hay ni un Aeronaútico español diseñanado aviones.
Resumiendo no transmitamos épica que no hay, no digamos que tuvimos genios de profesores en la Escuela porque los buenos de verdad cabían en un taxi, y recomendemos lo que de verdad tiene buena relacion esfuerzo y sacrificio con recompensa que es estudiar Empresariales, Económicas o Derecho que se sabe desde un principio que es fácil y asequible, no se pasan los mejores años de su vida encerrado, nadie dice que es una carrera épica y luego encima llegan a directores de empresa y cuando nos entrevistan a algún Arquitéctrico" o Ingeniero piensan "que pringao"
Gracias por recordarme a "Helena Higlesias". Es mi primer recuerdo de la Escuela de Valladolid. recien llegado, primeara clase, y la Doña jugueteando con un microfono enorme con la bolita esponjosa verde fosforito, explicando el primer ejercicio que íbamos a tener que hacer los pipiolos, que consistió en representar la estructura llano.vacío de la Casa de la madre de Venturi.No se si todo aquello era o no era arquitectónico, pero si que me pareció totalmente felliniano. Y me enganchó!!
ResponderEliminarQue nadie se me ofenda por favor.
ResponderEliminarhay que ser cabrón para recomendarle a un chaval de 17 años que estudie arquitectura, sea una cabra sea alguien al que no se aprecia sea quien sea.
Sería realmente una putada no advertirle de la miseria que le va a suponer.
Enhorabuena por este post tan interesante José Ramón. Yo tb viví esa época en la escuela. Me has hecho recordar aquéllos tiempos tan gratos, entre tanto arquitecto tan bueno, (y tb alguno malo). Hasta éstos últimos han contribuido a mi formación como arquitecto y como persona.
ResponderEliminarA aquellos que les apasione la arquitectura que estudien arquitectura, a los que busquen ganar pasta que se olviden. Haz lo que te guste y aunque por circunstancias de la vida la sociedad no te considere, profesionalmente hablando, obtendrás una satisfacción interior que nadie te podrá quitar.
Pues el otro dia en un programa de esos de madrileños por el mundo o algo así, sañlían arquitectos españoles viviendo en favelas brasileñas y trabajando de ilegales.
ResponderEliminarA uno lo habñ
ían intentado matar o secuestrar alguna vez.
Y cuando le preguntaron sobre el tema de estudiar arquitectura en España, había que oirle.
Me hubiese gustado ver cómo hubiese reaccionado si alguien le hubiese dicho: " A un ser que buscara una loca e ilógica trascendencia en las cosas más anodinas. A una persona encendida, feroz, hambrienta"
A saber lo que hibiese dicho al oir lo de "persona hambrienta"
ja ja ja ja, venga a estudiar todos arquitectura chavales que tendréis lo que buscais y lo que os merecéis......
Yo además de estudiar en la Escuela también estaba en la Tuna y claro, eso ayudaba mucho a la esquizofrenia personal y colectiva.
ResponderEliminarY los pinchos de tortilla de Julián.
Y los moriles.
Por Dios Mcartney, los moriles!! José Ramón: seguro que hemos coincidido donde Julián, exactamente en el mismo periodo. Doy fe de las gallinas SUELTAS por la clase. De alumnos haciendo de modelo para ganarse unas pesetillas. De la poesía y de la prosa, del esfuerzo, del fracaso y del éxito. Doy fe de grandes profesores, en su mayoría. De cabras y de locas. Pero a mi (que he vivido- suficientemente bien- todos estos años de crisis, de la asignatura de "legal" (Pirla: quién lo iba a decir...), tengo que decir que el problema no es básicamente la profesión de arquitecto, sino LA DE AUTONOMO. Mientras que los "empleados" han ido ganando derechos todas estas décadas, los autónomos hemos sido degradados a las más altas cotas de la miseria. Si no existiese la figura de arquitecto autónomo desangrado por estudios estrella, otro gallo nos cantaría. A qué ingeniero se le ocurre ser autónomo! (poquísimos). Mientras la ley permita esta subcontratación miserable, yo no recomiendo a ningún profesional universitario meterse a autónomo. Lo cual no es lo mismo que no recomendar estudiar y profesar la arquitectura.
ResponderEliminarGracias por tu post! es magnífico aún tres años de publicado.
Mi etapa universitaria empezó con el grado de Teleco, el cual un año despúes abandonaría por el mediocre método, el poco interés que tenia hacia la carrera, PERO SOBRE TODO por que lo que quería hacer desde el principio era ARQUITECTURA. ¡Y vaya si dí en el clavo! Desde la primera clase de DAI supe que esto era lo mio, que siempre habia tenido esa inquietud por ver las cosas con "otros ojos".
ResponderEliminarLa carrera es muy dura, sí, pero es la que más te enseña, es donde de verdad aprendes cosas y no te dedicas solo a memorizar y vomitar parrafadas. Es la que te enseña una nueva forma de ver el mundo tanto con sus cosas buenas como con las menos buenas.
Esa cabezonería de ser arquitecto no es gratuita o por orgullo, sino por querer mejorar el mundo, cambiar las cosas ,innovar lo que es eterno.
El estimulo de este oficio no es el poder capital, ni una vida de lujo, sino una vida plena y humilde.
QUE NUNCA JAMÁS SE META NADIE MÁS A ESTUDIAR ESTA PUTA MIERDA.
ResponderEliminarEs una cuestión de salud pública. No se puede permitir que se arruine la vida a gente joven más que para alimentar una industria universitaria que tiene que mantener escuelas de arquitectura que ya hace por lo menos quince años que tendrían que haber cerrado TODAS, ABSOLUTAMENTE TODAS, porque no producen nada útil para la sociedad (producen parados), y sí generan un montón de daño a los desgraciad@s que se meten ahí.
Ahora bien, a estas alturas del cuento, hay que ser un/una perfect@ imbécil (por decirlo suavemente) para meterse ahí. Vamos, que el/la que entró en una escuela de arquitectura después de 2010 no me da ninguna lástima, porque sabía dónde se metía.La lástima me la dan los que se metieron antes, estudiantes de lo mejor que producía el sistema educativo español, que tiraron sus vidas por el retrete en esa mierda. Una carrera larga, ridícula (con todas sus idiosincrasias que la hacen "singular" y que te aislan del resto de estudiantes), donde no te enseñan nada útil (las asignaturas útiles las desprecian), que fomenta el individualismo y el desprecio a los compañeros con críticas feroces e injustificadas, y de propina, el premio del PFC, donde si no te habían jodido la vida antes, pues te la joden ahí (literalmente, te podías tirar décadas de tu vida atrapado en esa travesía del desierto...o no sacarlo nunca).Y como premio a todo este esfuerzo...ser un maldito paria y no saber absolutamente nada, porque no te han enseñado nada útil, nada por lo que nadie esté dispuesto a pagarte (el sistema de formación de las escuelas es aún similar a cuando la posesión de un título ya era suficiente para tener trabajo, con lo que ya aprenderías sobre la marcha todo lo necesario). Para paliar esta realidad (y para sacar más pasta a los alumnos) pues se inventaron los máster posgrado, y así enseñan algo con lo que te paguen...quizá. La conclusión obvia es que se podría haber hecho directamente el máster y haberse ahorrado los años previos de carrera y sería mejor para los alumnos, para la sociedad y para el universo...pero ¿qué harían entonces con el tinglado de profesores y departamentos que no sirven para nada y que tienen que mantener? Pues eso. La carrera de arquitectura en rigor debiera ser un pasatiempo para gente ociosa, algo a lo que va quien no tenga nada mejor que hacer, por pasar el rato, pero JAMÁS se debiera permitir (porque no lo es) que gente joven entre allí buscando la formación que luego les permita ganarse la vida. Es una estafa, y es muy cruel.
Se podría decir otro tanto del resto de carreras superiores en España. No merece la pena estudiar ninguna. La ratio esfuerzo/recompensa no lo justifica. No merece la pena estudiar Ingeniería de Caminos, ni Aeronáutica ni ninguna cosa de esas. Absolutamente niguna. Hay que conocer el país en el que uno vive y qué reglas del juego lo mueven. Si se es list@, a lo que hay que aspirar es a ser lo más feliz posible, y para eso se necesita estabilidad laboral y económica. Pues entonces está claro: hay que estudiar lo justo para poderse hacer unas oposiciones. Lo imprescindible. Y dedicar el esfuerzo a aprobar las oposiciones. Y si se tiene físico para ello, unas fáciles, como las de policía. Y después, pues ya se puede pensar en actividades de ocio, como estudiar sandeces como la arquitectura. Estoy convencido de que nunca se haría, porque hay infinitas cosas más interesantes que hacer, y para escuchar a Aroca o a su equivalente, basta ver una charla suya en Youtube, y no pasar por una carrera que hace por lo menos diez años que debería haber desaparecido.
ResponderEliminarNo puedo dar mejor cosejo que éste: NO OS METÁIS AHÍ. Y estudiad siempre lo imprescindible para garantizar la estabilidad económica. Cuando la tengáis, pues ya haced lo que os de la puñetera gana.No perdáis las fuerzas y energías estudiando de más en carreras idiotas que no os van a resolver nada, que no os van a dar trabajo, y que solo os van a convertir en unos parias y en unos desgraciad@s.
Bonita la carrera...y una mierda. Bonita es tu vida y hacer cosas en ella, tener un proyecto de vida. Que no os cuenten cuentos chinos, ni os traguéis la propaganda de las escuelas para captar alumnos/clientes. De allí solo salen futuros desgraciad@s.
Y sí, yo estudié ese horror. Y es el peor error de mi vida, con muchísima diferencia, y nunca me arrepentiré lo suficiente.
Y salí de allí con nota...
La coda final...
ResponderEliminarEsta es mi modesta contribución a intentar impedir que nadie joven cometa uno de los mayores errores de su vida, algo de lo que se tenga que arrepentir siempre y que luego no tiene fácil arreglo o directamente no lo tiene (los años no se devuelven). Y si algun@ está leyendo esto y está en primero y pensando qué hago yo en esta puta mierda, que no le veo sentido (porque no lo tiene, os lo aseguro), que no lo dude ni un instante: que se largue de allí corriendo pero sin mirar atrás. No se va a arrepentir nunca. Al revés, se va a alegrar de esa decisión el resto de su vida: de menuda me libré. Es preferible perder un año (o dos si es menester) a muchos, a perder la posibilidad de tener un proyecto de vida, y cuanto mayor eres, peor va a ser.
Y en fin, no creo que sea necesario decir mucho más. Arquitectura is dead. Los mayores explotadores de arquitectos son...los propios estudios de arquitectura. Nadie respeta menos a los arquitectos que los propios arquitectos (lo enseñan en las escuelas de arquitectura, es superior a sus fuerzas, nos lo intentan grabar a fuego), con lo que difícilmente se va a ninguna parte. Y eso no va a cambiar. Por su propia naturaleza, es (era) una profesión cíclica sujeta a los vaivenes de la economía, y eso en un país débil como España, donde cada vez que la economía mundial tose todo se va al garete, significa que la construcción y la profesión de arquitecto no tiene ningún futuro luminoso. Porque la economía no tiene ningún futuro luminoso, al revés. Ni tan siquiera se tiene el consuelo de decir que bueno, no ganarás mucho pero harás algo que te gusta. Tampoco. No trabajarás en la arquitectura ni por asomo. Si lo haces, será sin cobrar (explotado en algún estudio de esos que publican en revistas que no interesan absolutamente a nadie más que a los que publican en ellas) o hasta pagarás por ello (como hacen en ciertos estudios, algunos con premio Pritzker...).No merece la pena NADA de esto. Not at all. Not ever. ¿Quieres esto? Allá tú. Nadie en su sano juicio lo querría, yo quiero una vida feliz o intentar aspirar a ella. Uno quiere una profesión, no ser un mártir de ninguna causa, y las vocaciones…para eso están los monasterios, los conventos, etc.
Y desde luego, a las escuelas les importas un bledo: su único afán debe de ser captar cada año el número suficiente de gilipollas para cubrir las plazas de nuevo ingreso, y para ello, pues mentirán y contarán todos los cuentos chinos del mundo, como cualquier encantador de serpientes que se precie. Porque son un negocio, y los alumnos son sus clientes, y sin alumnos, les cierran el chiringuito. Y tienen competencia: son muchas y deben pelearse por quitarse los alumn@s , que supongo no serán ya tantos (la verdad es que yo me asombro de que aún sigan abiertas, deben de mentir muy bien en su publicidad).
Lo único que se puede desear es que más pronto que tarde, no quede nadie ejerciendo esta puta mierda: que le pase lo mismo que a los restaurantes de alta cocina, que a fuerza de explotar a los cocineros, se queden sin gente dispuesta a trabajar ahí (es algo que ya está sucediendo). Desde luego, la lógica del estudio de arquitectura como si fuera la galera de Ben-Hur no puede durar mucho más tiempo, porque se basa en la premisa de suministrarle mano de obra altamente cualificada (años en universidad, alumn@ inteligentes…otra cosa es que luego no les enseñen nada útil porque les obligan a perder el tiempo en asignaturas inútiles como proyectos) a coste cero (o negativo, que paguen por trabajar. Espero que entonces no quede nadie ejerciendo arquitectura (ni de paso ninguna otra profesión de esas que requieren carrera superior -tampoco la medicina, que es otra que tal baila-, porque en este país no merece la pena), y que tengamos que importarlos de otros sitios a precio de oro. En este país llevan años trabajando como animales para lograrlo.
Gracias José Ramón por los comentarios que me dedicas en tu blog. Soy el Prof. Rodríguez Ortiz, ya jubilado, pero con muchos recuerdos de la ETSAM en la que entré como adjunto en 1979, pasando a catedrático en 1980. Fue una época gloriosa, con grandes maestros como profesores y la escuela de Madrid como punta de lanza. A mí me hubiera gustado ser arquitecto pero yo mismo me convencí de que no dibujaba suficientemente bien, falsa apreciación por lo que luego ví en la Escuela. Por supuesto que la entrada en la misma como profesor colmaba mis aspiraciones. Yo siempre opiné que lo más importante de la Escuela eran los alumnos/as ya que los grandes santones flotaban en su paraíso particular, con escasas bajadas a la tierra. También era consciente de que las asignaturas técnicas tenían poco que hacer frente al diseño. De hecho llegué a decir que aprobaría automáticamente a los que sacaran matrícula o sobresaliente en Proyectos, ya que no podía truncar la carrera de algunos genios potenciales. Daba mucho la lata advirtiendo que los arquitectos iban mucho a los juzgados por fallos en las cimentaciones y nunca por hacer un edificio feo. Algunos me creían y otros volvían después de terminar la carrera a preguntarme sobre problemas a los que no habían prestado atención cuando se explicaban en clase. He encontrado a muchos que me recordaban como profesor pero confesaban que asistían muy poco a mis clases.
ResponderEliminarTodos están perdonados. Por mi parte he disfrutado mucho colaborando con arquitectos en temas de restauración de monumentos y cimentaciones especiales y me encuentro más interesado por entrar en una catedral que en una central hidroeléctrica. Nadie es perfecto.
El tema de si merece la pena estudiar arquitectura yo respondería afirmativamente si es un impulso vocacional, pero nunca como modus vivendi. Hay poco trabajo y el número de santones es insignificante respecto al total de titulados. Igual que el de futbolistas o tenistas.
Gracias por todo lo que cuentas y por la avalancha de comentarios que has suscitado.
Qué honor, Don José María, y qué alegría leerle.
Eliminar(Confieso que he ido corriendo a ver qué escribí de usted hace nueve años, porque suelo pecar de "bocazas" con mis gracias. Veo que puede valer, pero me asalta la duda de si lo de su hijo arquitecto es un falso recuerdo o si de verdad lo dijo usted algún día en clase).
Recuerdo también que tuvimos una clase un día después de que en la tele emitieran la película "El Manantial", y que usted fue la primera persona que oí en mi vida criticar sin tapujos esa visión mesiánica del arquitecto. Después he leído a más gente denostar el "Aynrandismo", pero usted fue para mí el primero.
Sigo teniendo en sitio preferente su libro (con Jesús Serra y Carlos Oteo) "Curso aplicado de cimentaciones", que a pesar de los años y las normas transcurridas sigo consultando y del que sigo aprendiendo. (Le digo de paso que he construido bastante, y que entre mi obra hay unas viviendas que tuvieron unos problemas con un suelo de yeso kárstico que más me habría valido atender mil veces mejor en esas clases, aunque yo era fiel asistente y aprobé bien la asignatura).
No sabe la ilusión que me hace que haya leído esta entrada y haya tenido la amabilidad de comentarla.
Guardo muy buen recuerdo de usted. Fue un gran profesor.
Le deseo lo mejor y le saludo afectuosamente.
Un relato absolutamente fabuloso de juventud brillante que todo lo puede, todo lo vive con intensidad y que queda grabado para siempre. Eso no tiene precio, cueste lo cueste lo que viene después.
ResponderEliminarMuchas gracias. Sí. Los mejores años de nuestra vida (con muchos de nuestros peores momentos de incertidumbre, angustia, inseguridad...)
EliminarOjalá hubiese leído estos comentarios antes de estudiar arquitectura. Soy arquitecto en Reino Unido y también me arrepiento mucho de haberlo estudiado porque nadie está dispuesto a pagar por los servicios de un arquitecto. Ojalá pudiera volver atrás y elegir otra carrera....
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