miércoles, 21 de diciembre de 2011

el PELO TAn limpio de peter eiSenMAN

Hace ya muchos años, hacia 1985, en la Galería de los Nuevos Ministerios de Madrid se celebró una exhibición de vídeos de arquitectura, a la que asistí entusiasmado. En aquellos tiempos sin internet yo no había oído nunca la voz del viejo americano, ni había visto los gestos del gafotas suizo-francés. Fue emocionante. En sucesivos días vi todas las películas.
La que más me impresionó, con diferencia, fue una sobre los arquitectos que entonces lo petaban. A cada cual más iluminado y más caradura. Pero el námber guan, el rey o, como diría Guardiola, el puto amo, fue Peter Eisenman. Todos sus amigos habían atendido al entrevistador en poses y ambientes más o menos estupendos, pero él le atendió en la peluquería, con la cabeza inclinada hacia atrás, el pelo blanco lleno de espuma blanca, y unas manos femeninas (cuya dueña quedaba fuera de cuadro) se lo frotaban.


No tengo la menor idea de lo que dijo. Yo estaba boquiabierto, atónito, y era incapaz de leer los subtítulos. Era lo más de lo más. El requetequete hablaba impávido, con las gafas redondas puestas y la pajarita recta, mientras las manos hábiles y fieles frotaban y frotaban el pelo.
Probablemente no había ido a la peluquería. No. Seguro que habían venido a su estudio a lavarle el pelo. Un dios no tiene tiempo que perder.
¡Ole sus turmas! Concediendo esa entrevista demostraba que tenía una cara de hormigón (al menos H-25, pero yo diría H-30), y si de lo que se trataba era de ser más chulo que nadie, él lo era. Incluso más que Philip Johnson, el otro gafasredondas y hachetreinta que salía en el vídeo. Y, además, demostraba que no tenía mejor momento para atender al entrevistador, porque estaba muy liado.
Qué desfachatez, qué mala educación y qué vista de lince. (La verdad es que en aquella época tenía poquito trabajo, y ese tipo de mamarrachadas le debieron de funcionar, porque quién le ha visto y quién le ve).
Años después, en 1988, leí otra entrevista suya, no menos descarada, en el nº 270 de la revista Arquitectura, del Colegio de Arquitectos de Madrid. (Ignoro si también le estaban lavando el pelo cuando se la hicieron). Le preguntaron por la función y el tipo contestó:

¿Qué es la función? Cuando se analiza un edificio, ¿a quién le importa si funciona bien como museo o no, cuál es su uso? Cuando contemplo las villas palladianas, no me importa en absoluto para qué usos se proyectaron, yo miro a la arquitectura. Todos los edificios funcionan, y como todos los edificios no son arquitectura, la función no debe tener nada que ver con la arquitectura.

¿Pero qué narices está diciendo este tío? La cosa sigue, pero no puedo copiar más por ahora. (Me sube la tensión). Solo con esto que he copiado ya tendría para unas cuantas entradas.

Lo primero: ¿A quién le importa si un edificio funciona bien o no? ¡Pues a mí! ¡A mí me importa muchísimo! Y supongo que a los compostelanos les importará si "eso que ha hecho" podría algún día funcionar de alguna manera. Y, por cierto, además de si funciona, importa mucho cuánto cuesta.
(Al menos se digna cuestionar la funcionalidad de un museo, porque el museo es más aquívaletodo que una VPO, pero incluso un museo es recomendable que funcione).
Después habla de las villas palladianas, esas desgracias. (La Villa Rotonda, por ejemplo, tiene cuatro escaleras idénticas y equivalentes solo para justificar su injustificable simetría). ¿Eso es arquitectura de la buena? En los últimos ochenta Palladio estaba de moda en todo el mundo. Un arquitecto de segunda división. ¿Es que nadie lo entiende? ¿Es que nadie distingue a los buenos? ¿Pero quién es Palladio?.
¡Pues claro que a nadie le importa para qué usos se proyectaron las villas palladianas! ¡Y menos que a nadie al señor Palladio!

Y ya, para colmo, el silogismo maldito:

Premisa 1.- Todos los edificios funcionan.
Premisa 2.- Todos los edificios no son arquitectura.
Conclusión.- La función no debe tener nada que ver con la arquitectura.

¡Bravo! Yo también quiero hacer silogismos de esos.

Premisa 1.- Todos los hombres se mueren.
Premisa 2.- Todos los hombres no son catedráticos de Derecho Penal.
Conclusión.- La muerte no debe tener nada que ver con los catedráticos de Derecho Penal.

Premisa 1.- Todos los aviones vuelan.
Premisa 2.- Todos los aviones no son Jumbo 747.
Conclusión.- El vuelo no debe tener nada que ver con los Jumbo 747.

Pero vamos a ver, señor Eisenman. Aparte de que la primera premisa es falsa, la lógica de su conclusión es chiquitocalzádica. La función es una condición necesaria pero no suficiente de la arquitectura. ¿Que la arquitectura es algo más que función? Pues claro. Pero es algo más. Es decir, la función es obligatoria, y luego viene lo que usted quiera.
Lo que hace usted es que, como no es condición suficiente, la desprecia. Y ahí se equivoca, porque es condición necesaria.
¿Pero tan difícil es entender estas cosas?

Eisenman se alió con Derrida (como todos en aquel momento), y de toda la poética postModErNa y desconstrUctiva Del filósofo francés sAcó en claro lo de los palimpsestos y las connotaciones múltiples de las doBles y triples lecturAs, una de cuyas más simpáticas y destRuctivas chorradas consistía en escriBir con minúsculAs y mayúsculas apaRentemente colocadas sIn criterio, pero que ofrecían una lectura contraDictoriA cuanDo se leían solo las mayúsculas. (En aquellos tiempos, los artículos se escribían así. Qué mareo. Y eso dinamitaba el núcleo mismo del sentido del lenguaje).
El juego, la broma, la relectura de la relectura de la relectura, el comentario del comentario del comentario, hacen que se pierda el mensaje, que se diluya la intención, que no haya significados, que no haya autor, que no haya sujeto, que no haya nada y que todo dé igual. Porque se niega la función y el sentido de la arquitectura. Se siega de raíz todo lo que la arquitectura es, y todos aplauden encantados.
Esto me está quedando muy largo, y merece otro comentario.
Otro día.

3 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho esta entrada. Para los novatísimos como yo, a menudo es muy difícil discernir cuándo uno de estos singulares personajes que pueblan el mundo de la arquitectura están de broma o no lo están, o sus ideas son originalmente productivas u originalmente vacías. Por eso me encanta que de vez en cuando se le de caña a este tipo de gente que también dicen sus barbaridades, y me alegra que todo en arquitectura, lo diga quién lo diga, pueda ser debatido.

    ¡Un abrazo y gracias por darnos estas reflexiones!

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  2. me PaRece de lO más divertido, me estoy desGañitando vivo. gRacias por tus reflexiones que no tienen desperdicio. No me sale la A. Me paso por el Anterior post.

    fELIZ nAVIDAD

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  3. Miguel Ángel Fernández9 de enero de 2012, 14:19

    Buenos días,

    Me ha parecido de los más interesante tu entrada, y para complementarla y ponerla todavía más en contexto de la carrera del sr. Eisenmann recomiendo la lectura del libro "¿Quíen teme al Bauhaus feroz?" de Tom Wolfe, donde se deesenmascaran (o al menos se ponen en cuestión) a los grandes "gurús" de la arquitectura.

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