jueves, 7 de octubre de 2010

Fosteritos

Por alusiones a los comentarios de fsuarez (Francis), os muestro algunos fosteritos bilbaínos.
(Me acabo de llevar un disgusto, porque he perdido todas mis fotos de Bilbao. En uno de los trasiegos de disco duro a disco duro debí de borrar la carpeta de mi ordenador sin asegurarme de que la copia estaba bien hecha. Así que saco las fotos del google. Perdonadme si estoy un poco nervioso y cabreado conmigo mismo. Aunque esto de las fotos y de su pérdida me da ideas para una entrada; pero será otro día. Ahora no estoy de humor).


Los fosteritos son las bocas de entrada al Metro de Bilbao, diseñado por Norman Foster. Son sencillos e ingeniosos, y funcionan muy bien. Están repartidos por toda la ciudad. Tienen además la virtud de ser muy reconocibles y de tener eso tan difícil: carácter.


Su estructura recuerda el cuerpo de los ciempiés, de las cochinillas y (dejémonos de tonterías) de las cigalas. Los sucesivos anillos se adaptan a la curvatura y crean un tubo orgánico. El resultado es elegante, y a la vez nos muestra su génesis estructural. Su funcionalidad es su estructura. Para mí es un ejemplo perfecto de arquitectura.


El planteamiento es sencillo, y la solución también lo parece. Eso es, a mi juicio, una virtud. Harto de que muchos arquitectos compliquen y retuerzan sus proyectos, esta aparente sencillez de Foster me gusta. Está muy trabajada, pero para eso le pagan: para que trabaje él y disfrutemos los demás de su obra. Quiero decir que es como esas novelas apasionantes y muy atractivas, que se leen con gusto y facilidad, y que casi nos dan la sensación de que al escritor no le ha costado trabajo componerlas. Me gusta ese trabajo secreto del oficio, que trabaja para que no se note y la obra quede limpia.


Dentro se puede sentir (si uno se concentra en ello) un ligero vértigo espacial (un vértigo diagonal) subiendo o bajando por las escaleras mecánicas y confrontando la inclinación de éstas con la ortogonalidad de las piezas de hormigón.


(La foto no da una idea muy cabal de lo que digo porque la vemos desde fuera y además está quieta).

De Foster me gusta que naciera en una familia humilde y que trabajara como un animal, que luchara en la aviación y se apasionara por los aviones, por su funcionamiento y estructura. Me gusta mucho este espíritu ingenioso y de trabajo, de desarmar relojes para ver cómo son, de trabajo muy intenso y muy limpio.

Pero hay una cosa que no me gusta, y os voy a contar a medias un cotilleo. Un amigo mío, magnífico arquitecto joven, pretendió presentarse a un concurso muy importante de arquitectura. Parece ser que era preceptivo acudir asociado con alguna figura de talla internacional. Ni corto ni perezoso, pidió audiencia con Sir Norman. Mandó su envidiable currículum, una muestra de sus estupendas obras, y obtuvo una cita no con el dios, sino con uno de sus altos sacerdotes.
El sacerdote discutió muy rápida y superficialmente con mi amigo el complejísimo programa del edificio objeto del concurso, y finalmente le consideró suficientemente apto como para bregar con tanta dificultad. Le propuso a mi amigo que organizara él los espacios, que interpretara él las ordenanzas, que satisficiera él los usos, que resolviera él los flujos, etc, pero que les dejara a ellos la piel. "La piel es nuestra".
No le importaba por dónde se entrara, cómo se repartieran los recorridos, cuáles fueran las orientaciones... sólo que le dejaran al estudio de Foster hacer la piel, la preciosa y siempre ingeniosa piel (vidrios suspendidos, tirantes de acero, voladizos...).
Al estudio de Foster le salen unas pieles muy bellas, y que dan una sensación de eficiencia y de modernidad, pero es una pena que olviden que, como en las cigalas, lo bueno es lo de dentro.

3 comentarios:

  1. Me vengo a esta entrada antigua para comentar que veo que en mi ciudad se estrena "¿Cuánto pesa su edificio, señor Foster?", un documental sobre el arquitecto.
    No sé si hago bien en ponerlo aqui, pues igual el aviso pasa desapercibido...

    Un saludo.

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  2. Gracias, Francis, por hacer de corresponsal arquitectónico.
    Me interesa mucho saber en qué tipo de sala se estrena una película tan minoritaria. (Aunque Norman Foster sea una estrella en la arquitectura no creo yo que pueda competir con George Clooney ni con Bruce Willis).
    ¿Es una sala pequeña, en algún centro cultural?

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  3. En Bilbao (centro) ya solo quedan 4 cines, todos de salas múltiples: "Golem Alhóndiga" (10 salas, son nuevos, en el nuevo Centro Cultural multifuncional), "Coliseo Zubiarte" (11 salas, en el único centro comercial de Bilbao centro, "Capitol" (4 salas) y "Multicines" (10 salas. Se proyecta en una sala de éste último. Suelen ser de tamaño muy-muy pequeño, y se protecta como un film comercial más (no es un centro cultural, ni cine-fórum, ni un ciclo de ningún tipo).

    Un saludo

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