domingo, 15 de agosto de 2010

El Estilo Internacional

A principios del siglo XX se acuñó eso de "Estilo Internacional" para aplicarlo a la arquitectura moderna, que saltaba los límites localistas y tradicionalistas.
Yo creo, cada vez más firmemente, que el verdadero "Estilo Internacional" es este que os muestro a continuación, y que mostró ayer el suplemento "El Viajero" del periódico EL PAÍS.
Creo que la humanidad entera, internacional y ecuménica, está formada por seres ingeniosos, chispeantes y despiertos, de quienes me enorgullezco en sentirme hermano. Mientras siga habiendo congéneres así no hay motivos para ser pesimistas. La humanidad está a salvo.
Os muestro los ejemplos:













Hostal "Ladrido de perro", Idaho, EE.UU. Casa-piano-violín, Huainan, China. Gasolinera con tetería, Washington, EE.UU. Casa-coche, Salzburgo, Austria. Oficinas-water de la World Toilet Association, Corea del Sur. Garaje-librería de la Biblioteca de Kansas City, EE.UU.





Oficinas-cesta de una empresa de cestas en Newark, Ohio, EE.UU. Oficinas bancarias - fajo de billetes, Kaunas, Lituania.

La verdad es que esto ya aburre. Vaya memez. Pero lo que más me cabrea es que el autor de la casa-coche defienda la armonía de su diseño con el entorno, el aislamiento térmico, las fuentes de energía (sostenibles, of course) y otros criterios técnicos y sensatos. Váyase usted a la porra y no se avergüence del kitsch que ha hecho. No me venga con criterios técnicos y funcionales. Y el arquitecto de la canastilla de mimbre dice que lo difícil fue hacerla elegante, no kitsch. Señor mío: que el kitsch no es lo guarro; que el kitsch es justamente eso que ha hecho usted.
Nada; no hay manera.
Y el despierto suplemento del despierto periódico propone estas cosas como metas turísticas. El turismo es kitsch per se, y no lo digo yo (quiero decir que no lo digo yo solo). Lo dice por ejemplo Ludwig Giesz en su libro Fenomenología del Kitsch.
Pero de esto hablamos mejor otro día.

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