lunes, 16 de septiembre de 2024

Melancolía III

Una tarde Fullaondo nos habló en clase del Poliedro de la Melancolía de Durero, y lo hizo como si ya lo conociéramos. Yo conocía a Durero, claro, pero jamás había visto ese grabado ni ese poliedro. Lo proyectó en la pantalla y nos explicó un problema proyectual muy interesante.

Su amigo Antonio Fernández Alba estaba haciendo el Tanatorio de la M30 de Madrid y le encargó un diseño para el patio central que actuaba como lugar de encuentro y distribuidor a las distintas salas.

Antonio Fernández Alba. Tanatorio de la M30, Madrid
Patio distribuidor central a las salas

Le pidió que diseñara algún símbolo que evocara la muerte y pudiera servir de consuelo, de motivo de reflexión, de punto de atención, etcétera. Pero había una condición importante: el tanatorio era aconfesional y el símbolo o la alegoría que diseñara no podía formar parte del imaginario de ninguna religión.

jueves, 5 de septiembre de 2024

...y su madre lo llamó Bill

Llevaba mucho tiempo sin escribir sobre jazz y ahora dos entradas casi seguidas. Digamos que por una parte tenía mono, y por la otra me sigo acogiendo a vacaciones. Creo que con esto dejaré el tema por una temporada.

Hoy os quiero hablar de Billy Strayhorn, un genio de la música.

Duke Ellington y Billy Strayhorn arreglando alguna pieza de la banda

Billy nació en 1915 en Dayton, Ohio, EE.UU. Su padre era alcohólico y su madre lo mandaba por largas temporadas a Hillsborough, Carolina del Norte, con los abuelos para protegerlo. Así que Billy prácticamente se crio con sus abuelos maternos. La abuela, aunque solo fuera como aficionada (que no es poco), lo introdujo en la música.