lunes, 18 de diciembre de 2023

Siempre el McDonald's

No conozco Fallingwater, aunque llevo toda la vida aguantándome las ganas. Muchas veces me he imaginado que iba allí, y otras tantas he visto la foto. LA foto. Una casa de tantísima riqueza tanto espacial interior como volumétrica-plástica exterior parecería que en definitiva se redujera a una sola foto, y también resulta obvio que quien va allí se la tiene que hacer:

Kim Dolan-Kelly en Facebook

Davidr Hiebert en Facebook

Jeff Skierka en Facebook

sábado, 9 de diciembre de 2023

La puñetera estética

No quiero dar pistas (ya cuento más de lo que debo), así que solo diré de la manera más ambigua posible que el otro día (o a lo mejor hace más tiempo) acudí a una obra para certificar su terminación y firmar la correspondiente acta de recepción y demás papeleo.

La semana anterior la había visitado, la había recorrido con el constructor y había constatado que estaba ya prácticamente terminada, a falta de algunos pequeños remates y de un elemento que estaba en taller, pero que lo iban a tener listo en seguida. Así lo dejamos y quedamos en que cuando estuviera puesto me llamaran.

En efecto, en muy poco tiempo recibí la llamada de que todo estaba terminado, y quedamos todos los interesados: propiedad, constructor y dirección facultativa, en la obra.

Nada más ver el famoso elemento que habían estado preparando me quedé muy sorprendido. Eso no se parecía en nada a lo que estaba en el proyecto, y, lo que es peor, no cumplía la normativa de seguridad.

Así lo dije, y anuncié que no podía firmar el fin de obra ni el acta de recepción. El constructor, consternado, me dijo que ese elemento lo había pedido precisamente así el representante de los propietarios, por estética. "Ah, la estética", dije intentando mantenerme sereno, aunque no pude evitar añadir: "la puñetera estética".

La carrera por la estética no tiene fin

jueves, 30 de noviembre de 2023

Objetos inconvenientes - El diseño de la crueldad

La artista provocadora e incomodísima Katerina Kamprani (katerina.kamprani en Instagram) ha diseñado unos cuantos objetos provocadores e incómodos a los que ha llamado Inconvenient Everyday Objets (Objetos Cotidianos Inconvenientes) que son tan bellos como insoportables, como dolorosos, como crueles.


lunes, 20 de noviembre de 2023

Saber enseñar

A todo el plantel de docentes y discentes
de todas las escuelas de arquitectura.


Siguiendo el alto estándar de calidad y rigor de este blog hoy voy a contaros una anécdota que me ha contado un amigo y para cuya comprobación no tengo ninguna otra fuente.

Mi amigo es persona seria, y él me asegura que se la oyó hace años a un profesor que a su vez se la había oído al protagonista, o al menos a alguien que sí se la había oído al protagonista. En definitiva, yo me fío completamente de su veracidad, sin otra salvedad que la de que tal vez adorne yo aquí un poquitín lo que me ha contado mi amigo, quien a su vez seguramente recuerde con alguna magnificación lo que le contó el profesor, quien por su parte tal vez exagerara un poquito lo que le contaron a él (y que ya venía de entrada ligeramente adornado) que había contado el sujeto (quizá un poco retocado y recompuesto por la memoria). Pero en todo caso quiero creer que es completamente cierto.

Mies van der Rohe dando clase

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Internship-Pasantía-Esclavitud

Dedico esta entrada a mi compañero
José María Echarte, que me la ha dado hecha


El famosísimo estudio japonés de arquitectura SANAA ha contestado así (una contestación estándar y habitual) a un joven arquitecto (o arquitecta) con muchas ilusiones (y supongo que con muchos méritos y talento) que se ha dirigido a ellos con grandes esperanzas:

Aunque si lo clicáis lo veréis más grande os ahorro el esfuerzo y os lo pongo aquí ya traducido:

Querido-a XXXX:

Gracias por su email.

El único puesto actualmente disponible es una pasantía de tres meses en Tokio (puesto no pagado de estudiante, 12+ horas diarias, 6/7 días a la semana, trayendo su propio ordenador, software, etc...)

Este trabajo consiste principalmente en la construcción de maquetas físicas, Rhino, Photoshop, VectorWorks y AutoCad - habitualmente tratamos de evitar contratar graduados para este trabajo, pero lo hacemos de vez en cuando, y por lo general parecen sacar bastante provecho de ello siempre que acepten este papel y comprendan que hay poca o ninguna probabilidad de ser contratados como arquitecto al final.

Si está aún interesado-a, por favor hágame saber su disponibilidad (cuanto antes pueda empezar, mejor) y dígame cuándo puede ser un buen momento para llamarle y comentar.

Le deseo todo lo mejor.

XXXX, arquitecto de proyecto

Lo primero que hay que señalar es que son claros. Que nadie se llame a engaño ni se haga ilusiones. Ahí muestran el panorama sin trampa ni cartón.

lunes, 6 de noviembre de 2023

Arquitecto en el pueblo

A mediados de los años 1980s José Flema terminó su carrera de arquitectura en Madrid, su amada ciudad, y se dispuso a ejercer la profesión. Pero había estudiado gracias a una beca especial reembolsable concedida por una remota comunidad autónoma y eso conllevaba que durante cuatro años debería trabajar allí para pagarla.

La comunidad no era gran cosa; su capital no era Madrid, ni Barcelona, ni Valencia, pero al fin y al cabo, aunque fuera una modesta capital de provincia, tenía bloques de viviendas, teatro, campo de fútbol, edificios sanitarios y demás, y a un arquitecto como él, lleno de entusiasmo, no le faltaría trabajo.

Así que el arquitecto Flema se fue para allá con toda su ilusión, decidido a proyectar el hospital, el centro cultural y todo lo que surgiera en aquella ciudad pequeña pero seguro que con algún atractivo que descubriría pronto.

Sin embargo, cuando se presentó allí le dijeron que en esa ciudad ya no hacía falta porque en los últimos años (mientras él estudiaba) habían ido viniendo varios arquitectos. Así que le mandaban a Santa Cecilia, un pequeño pueblecito verdaderamente encantador.

-No se preocupe -le dijeron en la Consejería de Fomento de la comunidad autónoma-; Santa Cecilia le encantará. Es un pequeño paraíso. Y está todo por construir.

martes, 31 de octubre de 2023

Una tomadura de pelo

Hace tiempo dediqué una entrada de este blog a una obra arquitectónica que me parece muy interesante y que está cargada de un alto contenido simbólico. Creo que es un acierto, y además está perfectamente "ensamblada" en el lugar y genera una imagen urbana muy atractiva. Al menos a mí me lo parece, y así lo conté con la verborrea que me caracteriza.

Hoy, bastante tiempo después, me entra el siguiente comentario a aquella entrada: "Una tomadura de pelo". Punto pelota. Ya está. No hay más que hablar. Chimpún.

Otra famosa "tomadura de pelo"

Resulta que yo estoy blablablá, consumiendo cientos de palabras (casi casi mil) en mi exposición y un lector me calla la boca con apenas cuatro(1). Estuve escribiendo durante dos o tres buenos ratos y lo primero que he pensado es que merecía una contraexposición o algo así; un razonamiento, un argumento. Pero luego me he dado cuenta de que "una tomadura de pelo" queda bastante claro. A otros que me han dicho "qué bueno" o "me ha gustado mucho" no les pido que justifiquen su opinión. Pues entonces a "una tomadura de pelo" tampoco. Tiene el mismo derecho.

miércoles, 25 de octubre de 2023

El sentido de la arquitectura (y II)

El otro día corté mi discurso y la verdad es que no sabía exactamente cómo lo iba a terminar. Ahora, pasados unos días, ya no tengo ni idea.

Quizá tomé un mal ejemplo con las Torres de Colón. O, mejor dicho, esas torres son un magnífico ejemplo de muchas cosas, pero lo que hice mal fue poner ese título. ¿Qué sentido tiene la arquitectura? Muchos, muchos sentidos, pero precisamente en este caso no lo sé muy bien, porque, como dije, las riendas las ha tomado la ingeniería, y ha hecho (está haciendo) muy bien su trabajo.

En todo caso podría decir que la ingeniería hace muy bien lo suyo aunque todo el conjunto sea más que discutible. ¿No sería precisamente ese el papel de la arquitectura en este asunto: diseñar una buena solución, darle argumento y contenido a todo ello y pedirle a las ingenierías (estructuras, instalaciones) la ayuda necesaria para llevarlo a cabo? ¿Puede hacer algo la arquitectura, atrapada entre la normativa, la tecnología y los ambiciosos deseos de los propietarios?

miércoles, 18 de octubre de 2023

El sentido de la arquitectura (I)

El otro día, en Madrid, bajaba por la calle Goya hacia Colón y me encontré esto:

Había oído hablar mucho del asunto, e incluso lo había comentado con amigos alguna vez, pero aún no lo había visto. Está ya bastante avanzado. Me llamaron la atención varias cosas que creo que merecen comentario en este blog.

(Aclaro, antes de continuar, que esto es un blog, nada más. Y concretamente el mío: uno de los más indocumentados del panorama. Si quisiera escribir un artículo académico serio me documentaría lo mejor posible y emplearía varias semanas, o incluso meses, en componer un artículo digno y capaz de resistir algún análisis. Pero como es un blog y escribo casi de corrido no me concedo el desahogo ni el consuelo de las precisiones y salto sin red y a la pata coja a lo que salga, a lo que brote. Tanto es así que os ruego que si sabéis algo que yo explico mal o no explico me lo aclaréis en los comentarios).

Las Torres de Colon, proyectadas por el Estudio Lamela y construidas entre finales de los 1960s y mediados de los 1970s causaron sensación: Se habló mucho de que abolían el dicho de "empezar la casa por el tejado" como sinónimo de cometer un disparate.

viernes, 6 de octubre de 2023

a Ronchamp

 (Continuación de "No te mueras" y "sin ir")


Por fin marchamos hacia Ronchamp. El día seguía lluvioso, como los anteriores, pero de vez en cuando amainaba. Además, una vez pasada la frontera en Basilea parecía que definitivamente nos íbamos a salvar. De vez en cuando tenía que dar los limpiaparabrisas del coche, pero a poca velocidad y poco tiempo.

El viaje no tuvo nada digno de mención (excepto mi ininterrumpida sensación de que llevaba a mi familia a lo que iba a ser una epifanía para mí y un día incluso fastidioso para ella. Pero la suerte ya estaba echada y a lo hecho pecho).

Los últimos kilómetros los había hecho virtualmente unas cuantas veces con el Google Maps, y cuando los rótulos de carretera anunciaron el pueblo de Ronchamp iba anticipando a mis acompañantes algunas de las cosas que íbamos a ver.

-Un poco más adelante, a nuestra derecha, hay un arco y de ahí nace la carreterita que sube a la capilla, que queda bastante cerca del pueblo, a pocos kilómetros. ¡Mirad! ¡Ese es el arco!

Por supuesto que la ruta a la capilla estaba bien señalizada y no había pérdida. No sé si irá mucha gente a Ronchamp a ver otra cosa. Desde ese arco comenzamos la suave subida y yo iba ya en un estado de nervios, agitación, expectación y entusiasmo que preocuparían a cualquier cardiólogo. "A Ronchamp", "a Ronchamp", "a Ronchamp".

martes, 19 de septiembre de 2023

sin ir

(Esta entrada es continuación
de la anterior: "No te mueras")


Tuve unos días de pánico. Bueno, decir "de pánico" es muy exagerado, pero sí de intranquilidad. El proyecto que llevaba tanto tiempo acariciando se desviaba, y no sabía si para bien o para mal. Nada era como había previsto.

Horarios, precios, trayectos, fechas...
Meses de estrategia. Todo mal

Lo primero había sido cuadrar las vacaciones de todos. Lo segundo, y mucho más importante, era asegurarme de que lo que para mí era un sueño para los demás no fuera una pesadilla. No los podía tener esos pocos días de acá para allá viendo arquitectura, pero por otra parte mi única condición inicial de ver Ronchamp y dejarles mandar durante todo el resto del tiempo se contaminó con que ya que estábamos en Suiza e íbamos a alquilar un coche podríamos ver la Villa Le Lac, primera obra moderna de Le Corbusier (tras los chalecitos suizos que tanto le gustan a Colin Rowe), destinada nada menos que a sus padres y ubicada nada menos que en la orilla del lago Leman.

Otro pie forzado para mi familia. Me sentía bastante culpable y a la vez profundamente egoísta. Todos se portaron muy bien conmigo. Me dijeron que ese viaje era por mí y para mí y que iban a disfrutar mucho viéndolo todo, incluso arquitectura.

miércoles, 6 de septiembre de 2023

No te mueras

A Ángela Hernández y Jesús Ángel Izquierdo
(hERiZO arquitectos), que están planeando también el viaje,
con mi deseo de que lo hagan cualquier año de estos



No sé desde cuándo soñaba con conocer Ronchamp; supongo que desde que con diecisiete años entré en la escuela de arquitectura y fui abducido por el entusiasmo.

Entonces era un sueño casi imposible, como otros cien mil. Pero hace unos siete u ocho años se convirtió en una idea realizable, o al menos acariciable. Lo que pasa es que en mi casa no solemos ser decididos. Todo se alarga incomprensiblemente (y porque mi mujer tira de mí, que si por mí fuera no movería un dedo nunca).

La primera idea fue ir en coche desde casa, llegar hasta Lyon, ver La Tourette (en Éveux, al lado de Lyon), seguir hasta Ronchamp y dar la vuelta. (Y, ya puestos, hacer esta por Marsella y ver la Unité).

Iba a ser una odisea de un montón de días, y mi mujer, muy sensata, me dijo: "Hernández, el coche está bastante cascado y puede que nos deje tirados en la campiña francesa, deliciosa cuando se recorre en un automóvil ágil y fiable y con la cabeza y el espíritu libres de preocupaciones, sí, pero amenazante e incluso procelosa cuando el anciano vehículo se niega a seguir jadeando".

jueves, 24 de agosto de 2023

Ganitas de tema (y 2)

El otro día pretendí provocaros un poco criticando (apenas nada) a Le Corbusier y a Gaudí y hoy voy a terminar de resultaros un patán por decir que el concepto estructural y espacial de las Bodegas Ysios de Santiago Calatrava, básicamente el mismo que el de las escuelas de la Sagrada Familia que vimos el otro día, es mucho más coherente y limpio que el del maestro catalán.


La idea es la misma: unas vigas que van formando un conoide manteniendo una generatriz recta horizontal en el centro del alabeo.


En este caso las vigas van juntas, adosadas una al lado de otra, sin espacio de entrevigado. Son vigas anchas de sección rectangular y su yuxtaposición no forma una cubierta de superficie alabeada continua, sino escalonada o estriada. (Esto es un capricho de diseño, porque se podían haber hecho de sección tal que dieran continuidad a la superficie, o bien se podrían haber rellenado las estrías). Son de un solo vano de veintitantos metros de luz y se apoyan solo en las fachadas delantera y trasera. De ese modo no hay ninguna viga recta horizontal en el centro ni tampoco pilares.

El espacio que queda es mucho más puro, y de paso le enmienda la plana a Gaudí eliminando la innecesaria viga central y los antipáticos soportes.

jueves, 17 de agosto de 2023

Ganitas de tema (1)

Por aquí cuando un niño pequeño está hostigoso y protestón, incómodo, aburrido (y encima con este calor) y se le ve que quiere liarla, se dice que tiene ganitas de tema. Eso me parece que tengo en estos momentos (será el calor), porque he hecho un comentario rápido y un poco provocativo en Twitter, he recibido rápidamente unas cuantas respuestas que no me dan la razón en absoluto y, en vez de dejarlo y olvidarme del asunto, o de reorientarlo drásticamente, insisto trayéndolo aquí para desarrollarlo más extensamente, ponerme aún más claramente en ridículo, e invitaros a que me manifestéis también vuestro desacuerdo y me bajéis aún dos o tres peldaños más en vuestra escala de apreciación.

Que conste que ni porfío por tener razón ni pretendo convenceros de nada, pero este blog es muy bueno para mi equilibrio mental y mi paz interior, y mi psicólogo me dice que lo cuente todo y me desahogue, así que allá voy. Tomadlo como una opinión, que intentaré explicar, pero que ni mucho menos pretende ser la verdad ni haceros verla.

Otro opinador, seguramente tan infundado como yo, pero con infinito mayor talento e infinita mayor intuición, Le Corbusier, estuvo por primera vez en Barcelona en 1928, apenas dos años después de la muerte de Gaudí, y quedó impresionado con la potencia espacial, estructural y plástica del arquitecto catalán ("una fuerza, una fe y una capacidad técnica extraordinarias"), pero indignado por la ridícula decoración de sus obras. De la Sagrada Familia dijo: "¡Hay que descubrirse ante esta maravilla constructiva! Es de lamentar, sin embargo, que el sentido decorativo ahogue el razonamiento matemático. Hay un contrasentido extraño en la obra de este genio".

Pero a los pies del templo encontró por fin la obra para él perfecta de Gaudí: las humildes escuelas. Porque no tenían decoración y porque con un gesto amplio y lúcido resolvían la forma, la función, el espacio y la estructura.

martes, 8 de agosto de 2023

Dominga y el urbanismo

La joven ilustradora Elizabeth Justicia ha creado un personaje, Dominga, que es una anciana tranquila pero con venazo, que ha vivido lo suficiente como para asumir los avatares de la vida y que también nos muestra los problemas que tenemos todos: el desamparo, las ilusiones perdidas, el miedo, el paso del tiempo... Es una mujer que está sola y que habla sola ("Mejor hablar sola que callar acompañada"), y dice cosas con un sentido del humor profundo y reivindicativo, que demuestra que tiene bastante más carácter que lo que podría parecer. También es un ejemplo de tantas mujeres anónimas que viven sobreponiéndose a todo y salen adelante.

Elizabeth Justicia y su personaje Dominga

El día 15 de mayo de este año apareció la figura de Dominga en un banco del parque de la Alameda de Cervantes en Soria. No es nadie en especial; es una señora "normal", una de tantas a quienes no prestamos suficiente atención y a quienes deberíamos hacer más caso.

jueves, 3 de agosto de 2023

Vacaciones (L.O.V.E.)

Acabo de comenzar mis vacaciones y recuerdo que yo antes ponía alguna cosita de jazz de vez en cuando, especialmente en vacaciones, y que desde hace ya bastante tiempo no lo hago. Como el jazz se presta a todo y estoy un poco más procrastinador (y tranquilo) que de costumbre voy a aprovechar.

El motivo por el que hoy os pongo esta canción es que a Ana Amado le gustó la entrada que le dediqué e hizo un reel (lo que sea eso) mencionándome, y como fondo puso su comienzo (lo que da tiempo en un reel, sea eso lo que sea). A mí me sonaba mucho, pero no conocía su título. Eso sí, la voz era la de Andrea Motis y el estilo y la mano eran los de Joan Chamorro. Eso no admitía duda.

Empecé a ver vídeos de Youtube de esta gente y en seguida lo encontré: L.O.V.E.

viernes, 28 de julio de 2023

Papel cuadriculado

Me acabo de acordar de que hace unos años vino a mi estudio un profesional sanitario a pedirme presupuesto para hacerse su vivienda-consulta.

La traía ya dibujada en plantas sótano, baja y primera en unas hojas cuadriculadas.

¡Mierda! ¡Conocía la técnica del papel cuadriculado! Durante generaciones, durante siglos, los arquitectos hemos guardado celosamente ese, nuestro más preciado secreto profesional, y nos hemos juramentado para no contarlo jamás a los profanos, pero hace unas décadas algunos idiotas se fueron de la lengua y ya se ha extendido hasta un punto de no retorno y de pérdida absoluta de control, lo que ha devenido en el actual colapso de nuestra profesión.

Sí: nuestra otrora digna y respetable profesión está muerta. Ahora ya cualquiera puede dibujar los planos de un edificio, y por lo tanto ya no nos necesita para nada.

miércoles, 19 de julio de 2023

Arquitectura con clac (y 2)

Dedicado a Eduardo Almalé, detective infalible,
y a Enrique Parra, que se emocionó en el Panteón. 


Josep Quetglas, a modo de provocación, escribió que "solo los [arquitectos] torpes viajan a ver arquitectura". Vamos, que no entendía por qué ni para qué viajamos a tal fin. Señalaba que es una pérdida de tiempo, un gasto innecesario, una confesión de incapacidad o incluso de estulticia. ¿Es que acaso no sabemos leer un plano? ¿Es que no somos capaces de hacernos una perfecta construcción mental al estudiar plantas, alzados y secciones? Pues vaya una porquería de arquitectos que somos.

El texto de Quetglas sobre los viajes.
Impagable documento conseguido por Eduardo Almalé

Yo, como todos mis colegas, sí que sé hacerme una construcción mental de un edificio viendo sus planos; lo "entiendo"; pero "vivirlo" es otra cosa. Tengo que experimentarlo. Con los planos lo entiende mi cerebro, pero al visitarlo lo siente mi corazón(1)

Por ello, y lamentándolo mucho, me voy a limitar a comentar solo algunos de los (escasos) edificios en los que he estado(2).

¿Hay arquitectura que tenga un clac, una articulación, una clave, que dé sentido a su espacio y a su idea?, preguntaba el otro día. Y me respondía que sí.

miércoles, 12 de julio de 2023

Arquitectura con clac (1)

En algunas obras "narrativas" (cine, novela, teatro...) hay un clac que articula la historia, un chispazo que o bien le da un giro a todo o bien lo hace avanzar definitivamente hacia la resolución. Es un clac lúcido, en el que el lector o espectador es sacudido por una sorpresa o por un relámpago de lucidez que de pronto lo explica todo.

(A veces este ya lo sabe, y ese clac a quien sacude es a uno de los personajes, que entonces reacciona de una forma que desencadena toda la trama).

Pongo algunos ejemplos: Empiezo por el que creo que es uno de los planos más prodigiosos de la historia del cine, en el que salta un clac gigantesco.

Se trata de El Apartamento, de Billy Wilder. El protagonista, C.C. "Bud" Baxter, asciende en su empresa (una compañía de seguros), pero no por trabajar mucho y eficientemente, como hace y merece, sino por un motivo vergonzante. Sea como sea lo consigue. Entra en el Olimpo de los directivos, y para celebrarlo se compra un sombrero hongo muy elegante. En seguida se lo muestra muy satisfecho a la ascensorista de la empresa, Fran Kubelik, de la que está secretamente enamorado. Ella se lo ladea un poco y le presta su espejito para que vea el efecto, y lo que él ve es que el espejo está roto.

viernes, 7 de julio de 2023

No es solo talento

En esta entrada voy a ser un poco como la zorra aquella de las uvas, un personaje de Esopo que no me gusta nada, a quien sufro de vez en cuando y de quien siempre procuro huir. Es un ser abominable que disimula su envidia con desprecio y se hace así triplemente repugnante por envidioso, despreciativo e hipócrita. Espero no serlo mucho y poder salir airoso de ese siniestro estado que me corroe.

La zorra y las uvas
Ilustración de Milo Winter, 1919

Este estado se debe a que soy un arquitecto mediocre (queda mejor decir "mediano") y sin talento. Creo que un buen profesional, que no es poco, pero tampoco nada más.

Conozco a algunos verdaderamente notables. Siempre he tenido relación con varios; los he visto trabajar y se me ha caído la baba. Hacen una arquitectura francamente buena, que me gustaría muchísimo ser capaz de hacer yo. Tienen un talento innegable, pero no es solo talento. Tienen una cualidad muy superior: una determinación y una seguridad tal en lo que hacen y en lo que proponen que nadie puede ponérseles por medio.

Son arquitectos poseídos por una pasión febril, y siempre dispuestos a sufrir, a trabajar más, a no conformarse con ninguna solución estándar, a buscarle tres (o cinco) pies al gato, a no acomodarse jamás y a asumir riesgos. Y a hacérselos asumir a todos en beneficio de su sacrosanta obra.

miércoles, 21 de junio de 2023

Os presento mi nuevo blog

Después de mucho pensarlo y de darle vueltas durante años, me he decidido: Acabo de crear un nuevo blog. No va de arquitectura ni tampoco de jazz, ni de ninguna otra de las cosas que más me gustan. Probablemente os dé una sorpresa, pero lo dedico a una particularidad anatómica que tengo y que me causa alguna que otra situación chocante, divertida o ridícula.

Creo que merece la pena hablar de ello porque somos unos setenta mil en España, y cada año salen dieciséis mil más. Y sin embargo es algo que mucha gente no conoce. Tal vez sea pertinente hablar un poco de ello.


Sin más rodeos, os presento a Mister Ostomer. Daos una vuelta por ahí si os apetece. Creo que contaré alguna cosa interesante.

Gracias siempre por vuestro apoyo y por vuestra compañía. Un abrazo.

miércoles, 14 de junio de 2023

Hay rabas y callos

El prodigioso pabellón de España de la Expo 58 de Bruselas, de los arquitectos José Antonio Corrales Gutiérrez y Ramón Vázquez Molezún, después de despertar el interés y la admiración de todo el mundo arquitectónico fue desmontado (es lo que pasa casi siempre en estos casos) y reimplantado en la Casa de Campo de Madrid, donde tuvo un papel poco destacado y acabó abandonado, maltratado y destrozado (algo que también suele pasar)(1).

Entre los intentos fracasados de uso, el desinterés y la vandalización, Juan Daniel Fullaondo contaba a menudo(2) una pequeña anécdota personal, pero que me parece muy gráfica: 

Fue a visitarlo a la Casa de Campo. Se adaptaba a la pendiente del terreno banqueándose sobre unos muros de ladrillo. Fullaondo dice que "algún ingenio local había perforado ese paramento, creando una especie de gruta, con un letrero pintado a mano con pintura negra sobre el ladrillo, que proclamaba orgullosamente bajo el bosque de capiteles exagonales: 'Hay rabas y callos a la madrileña'. A eso se llama sabor local".

jueves, 8 de junio de 2023

... yo ya no sé qué es bonito (segunda parte)

El sábado 20 de mayo se presentó en la librería madrileña La Hora Azul el libro colectivo Arquitectura con arquitectas, coordinado y dirigido por mis compañeras y amigas profesoras de la URJC Fermina Garrido, Elena Escudero y Raquel Martínez.

El libro surge de un grupo de trabajo y de investigación de la Universidad Rey Juan Carlos y trata de un montón de aspectos, proyecciones y consecuencias del género en el ejercicio y el uso de la arquitectura y del urbanismo.

(Ni que decir tiene que la elaboración, coordinación y, sobre todo, financiación del libro ha sido una labor ardua, difícil, lenta y paciente, que ha acabado con este fruto tan hermoso y necesario editado con Ediciones Asimétricas).

No es "un libro de chicas sobre arquitectura" (de hecho en él escriben unos cuantos chicos), ni "un libro para chicas", ni un "ya estamos con la milonga del género por aquí y por allá", sino que aglutina unas cuantas investigaciones que nos interesan y nos importan a todos (y aquí uso el masculino genérico con toda intención).

No voy a desarrollar el contenido del libro (aunque merecería una entrada más que de sobra), sino que, egoístamente, voy a contar cómo vi la presentación y cómo la sentí.

jueves, 25 de mayo de 2023

Si esto no es bonito... (primera parte)

A Kevin R. Wittmann (@kr_wittmann),
medievalista, cartógrafo, aprendiz de sabio,
que me puso en la pista del primer vídeo
y lo comentó con elocuencia contagiosa.


Como soy una persona culta hay libros que tengo que leer porque los tengo que leer. Son infinitos. Son obligados. Y yo soy solo una persona y ni siquiera me dedico exclusivamente a leer. Es más: leo muy poco tiempo cada día. De manera que mi lista de libros imposibles crece, y crece, y crece. (Nadie me obliga. Bueno, en realidad me obligo yo solo, porque siento que lo necesito).

En todo caso, sea tan enorme como sea la montaña de libros pendientes (y por cada uno que leo entran otros tres o cuatro nuevos), hay algunos que, ya digo, tengo que leer si quiero seguir mirándome en el espejo sin que se me caiga la cara de vergüenza, pero, sobre todo, si quiero seguir mirándome con alegría y con algo de sentido. Uno de ello es, era, Matadero cinco, de Kurt Vonnegut.

Podríamos decir que es una de las "novelas fundacionales" postmodernas. ¿Y eso qué es? Pues no sé qué deciros. Una novela fluida, sin género determinado, que puede disolverse y contradecirse donde quiera, que no es rígida, que se permite trivializar algunas situaciones trágicas y tremendas y "tremendizar" algunas situaciones triviales. Una novela de guerra, de niños en la guerra, del bombardeo de Dresde (que sufrió el propio Vonnegut) de cautiverio (que también sufrió), de soledad, de familia mal comunicada e incomprendida, y de extraterrestres muy dominantes. Lo normal.

Digo, lo diré, que la novela me gustó pero no me descubrió la verdad de la vida ni la trascendencia del mundo. Tampoco creo que lo pretendiera. Pero me hizo descubrir a un escritor que me cae francamente bien.

martes, 9 de mayo de 2023

¿Mahonesa o mayonesa?

En la anterior entrada de este blog me ha pasado lo que tantas veces: Intento escribir algo más o menos coherente y dirigirlo en una dirección y yo mismo aporto ejemplos que lo contradicen y anulan.

Quería hablar del derecho a fascinarme aunque ya sea un adulto muy adulto y me derivé hacia la fascinación propia de la inocencia y de la ingenuidad. Intenté oponerla al sublime desdén de quien ya lo sabe todo y está de vuelta y entonces, contra mis intereses narrativos, se me cruzó el ejemplo del gran maestro viendo la película del campo de concentración, que iba en el sentido contrario de lo que me había propuesto decir.

No obstante, con el cuajo que me caracteriza, seguí atrochando por campo traviesa, liándome, tropezando e improvisando, y rematé en un cacao sin conclusiones.

Pues bien: solo he recibido (al menos hasta ahora) comentarios generosísimos y encantadores, tanto en el propio blog como en las redes. Y he pensado que esta vez la mayonesa ha salido bien.

Hace muchos años mi padre me contó la leyenda de la invención de la mahonesa, que yo di por rigurosamente histórica porque mi padre era la persona más de fiar que yo he conocido en mi vida.

martes, 2 de mayo de 2023

La fascinación

He visto en Facebook esta foto de aquí debajo con la leyenda: "Mujeres recolectando agua a millas de distancia durante los largos veranos de Adyar, India", y me ha impresionado. Me ha fascinado.

He imaginado la larga caminata portando todos esos recipientes en equilibrio y me ha conmovido el tesón, el esfuerzo y la habilidad de esas mujeres. Además la foto me ha parecido muy bella.

Por todo ello he corrido a ponerla en mi muro, tan contento, con muchas ganas de que mucha gente compartiera mi fascinación.

En seguida uno me ha comentado la foto con una sola palabra: "Photoshop". (Menos mal que ha sido solo una, y no ha añadido "Tonto"). He mirado con un poco (muy poco) de atención y en efecto, hay solo dos vasijas distintas, que están apiladas sobre las cabezas de las tres mujeres siguiendo siempre el mismo patrón: A-B-A-B-A-B...

La manipulación es evidente, y no puede ser más burda. Si no me di cuenta fue porque no examiné la foto, porque en ningún momento dudé de ella (con todo lo que estamos viendo, que no hay día que no nos traguemos una o dos dobladas); porque no se trataba de examinarla, sino de rendirse a su encanto y a su poder de sugerencia. (Visto ahora con un poquito de sensatez, esa foto no tiene ningún sentido, pero yo no he tenido ni ese poquito de sensatez: me la he tragado porque soy así de pánfilo y de inocentón, y porque estoy deseando tragármelas una detrás de otra, y no escarmiento).

martes, 11 de abril de 2023

Los ojos del alma de la arquitectura

Hace pocos años empecé a admirar a Ana Amado sin entenderla. Tiempo después he tenido la suerte de conocerla, la admiro mucho más y sigo sin entenderla.

Me atrevo a escribir sobre ella porque al menos siento una cosa, y esa cosa la siento muy fuertemente y creo que voy a ser capaz de decirla.

Hipódromo de la Zarzuela (Madrid)

Ana Amado es una joven arquitecta gallega que explora la fotografía de una manera muy potente y muy expresiva. Tiene muchas cualidades diferentes con muchas versiones y muchos aspectos; muchas combinaciones (por eso digo que no la entiendo: es inabarcable). Pero de entre todas ellas yo quiero escribir hoy sobre la que consiste en hacerle dar a la arquitectura un paso atrás (que no es de retirada ni de rendición) para que venga al primer plano todo lo que ella posibilita, auspicia, sugiere o incluso impide.

En estas fotografías a las que me refiero la arquitectura no puede dejar de estar. Es imprescindible. Pero casi nunca es el primer plano ni la protagonista. Es arquitectura de verdad; es decir, el ámbito en el que suceden las cosas, pero son estas, las cosas, la vida, las que más importan.

lunes, 3 de abril de 2023

Un recuerdo agazapado

Tengo un mal recuerdo agazapado en mi interior desde hace cuarenta y dos o cuarenta y tres años. Es un recuerdo de una situación ridícula y vergonzosa que viví, y que -qué puñetera es la memoria- no se me olvida. Se pasa meses o incluso algún año escondido, pero respira ahí dentro, y con cualquier asociación de ideas o de sentimientos sale de repente para volver a atormentarme.

Para colmo, después de todas estas décadas de paréntesis más o menos larvado, el protagonista de este episodio, mi acusador silencioso y tal vez involuntario, se ha vuelto a cruzar en mi camino y su presencia me llena de vergüenza.

Supongo que él se olvidaría de esto unos minutos (o tal vez unas horas) después de que ocurriera, allá por el año 1980, pero yo me imagino que no, que lo sigue guardando en su interior, que atesora un desprecio e incluso un odio (más que justificado) hacia mí y que muy pronto se vengará.

No quisiera dar muchas pistas, aunque por lo que digo tal vez alguien sea capaz de averiguar de quién voy a hablar. No tiene mayor importancia, porque soy yo y no él quien queda mal parado, pero aun así prefiero evitar mencionarlo por si le incomodara aún más.

En la escuela de arquitectura de Madrid teníamos en los primeros cursos unas asignaturas de dibujo de las que ya he hablado aquí alguna vez (dibujar el alma de las gallinas, pintar el miedo, pero también estatuas, ambiente y modelo desnudo; en definitiva dibujar y pintar bien, con expresividad y control).

Ya conté que esas asignaturas se me dieron mal y me costó aprobarlas. Por esa razón lo que para muchos era una ocupación divertida y muy agradable (y más si se la comparaba con el álgebra o con el cálculo diferencial) a mí se me hacía un calvario. Me gustaba mucho y me sigue gustando dibujar, pero ante los resultados y los comentarios de los profesores me sentía muy frustrado y muy decepcionado. (Sin embargo en álgebra y cálculo era muy competente).

Las aulas de dibujo eran muy grandes y estaban llenas de caballetes. Allí le dábamos sobre todo al carboncillo, a la sanguina, al pastel y a las témperas. Nos poníamos perdidos, como no podía ser de otra manera. Adjuntos a las aulas había unos grandes aseos-lavaderos con cabinas de inodoros y (más que lavabos) pilas llenas de chafarrinones de pintura donde nos lavábamos las manos y todos nuestros equipos.

miércoles, 29 de marzo de 2023

Edificios feos, bonito periodismo

(A David García-Asenjo
y a Carlos Polimón).


De este tema ya he escrito. Perdonad que me repita, pero es que los medios no paran. Ellos regurgitan esta murga cada cierto tiempo: LOS EDIFICIOS MÁS FEOS DE MADRID, y vuelvo a hacerme eco. Quizá no debería, porque es siempre lo mismo y ya aburre, pero es que esta vez el número uno es de mi maestro, mi querido Juan Daniel Fullaondo, con José Luis Íñiguez de Onzoño, y eso me ha llegado al corazón.

Al menos han puesto una buena foto. (La de la Wikipedia)

No conocí a Íñiguez, pero por las cosas que le he leído y por lo que Fullaondo contaba de él estoy seguro de que se habría reído. Desde luego Fullaondo sí sé que incluso se sentiría orgulloso de encabezar ese ranking. No es fácil. El listón está muy alto.

Creo que para alcanzar la meta les ha beneficiado mucho que el que se exhibe en cabecera, el famoso edificio de viviendas de Sanchinarro, no se mencione después en el texto, lo que por otra parte muestra una preocupante falta de atención y de continuidad discursiva en quien ha escrito el libelo. ¿Le parece feo lo de Sanchinarro o sí pero no? Me deja en ascuas. Lo pone como estandarte del feísmo pero luego no lo incluye en la lista. Qué poca seriedad.

domingo, 19 de marzo de 2023

Padre

Desayuno muy a menudo en una churrería que lleva un antiguo futbolista local con su familia. Es un sitio pequeño y antiguo (por no decir viejo). Como además hacen unos churros y unas porras excelentes suele estar muy lleno a la hora crítica.

La zona de atención al público es de planta rectangular y tiene una barra de lado a lado justo enfrente de la puerta de acceso. En las otras tres paredes hay una pequeña repisa corrida donde apoyar el desayuno, que se trae uno mismo desde la barra.

La repisa tiene pocos centímetros de anchura. Tan pocos que el plato de las porras queda en voladizo
(pero por lo menos su centro de gravedad está dentro)

Las paredes están alicatadas hasta algo más de un metro y medio de altura con azulejos marrones veteados de forma lobulada, que hablan de otros tiempos y que hoy, tras haber rebasado ya la categoría de "horteras" han entrado por derecho propio en la de "vintage".

martes, 14 de marzo de 2023

Arquitectura y pulpo á feira

que me hacen comprender cosas. 


Le acaban de dar el Premio Pritzker al arquitecto británico (quiero decir gallego) David Chipperfield, y lo primero que me he llevado ha sido una sorpresa: Yo creía que ya lo tenía. (Para que os fieis de este blog. Su autor no sabe qué insignes arquitectos cuentan con el galardón).

Quien sí está siempre al corriente de todo es mi admirado compañero y amigo Jaume Prat, y ha escrito esto tan sabia, documentada y provocadoramente que no tengo más que aportar; así que me limito a remitiros a su texto, lleno de conocimiento y de visión inteligente.

Yo solo quiero comentar una de las cosas que él dice, y que me animan a aportar mi torpe visión. 

El hostelero David Chipperfield en el Bar do Porto, Corrubedo (La Coruña)

Jaume dice que la arquitectura no son los objetos producidos por los arquitectos, sino un hecho complejo y multifactorial. La arquitectura no son los edificios, sino lo que los edificios permiten que pase. "La arquitectura se basa en las relaciones. Relaciones entre personas y su actividad, entre personas y un lugar acondicionado que les permite realizar actividades como habitar, tratarse entre ellos, trabajar, identificarse, emocionarse con un lugar".

miércoles, 8 de marzo de 2023

La placa secreta

Nunca he asistido a la ceremonia de colocación de la primera piedra de un edificio. He hecho bastantes, e incluso algunos públicos, que son los que más se prestan a algo así, pero no se ha dado el caso.

En ese rito solemne se reúnen los agentes que van a llevar a cabo el milagro de la construcción, y en un hoyo practicado a tal efecto reciben con mortero o similar la supuesta primera piedra del edificio (es mentira: no tiene nada que ver con este y se quedará enterrada ahí, desvinculada de la obra)(1). La autoridad representante de la propiedad deposita junto a la piedra unas monedas, un periódico del día y algún otro objeto simbólico como testimonio del tiempo en que eso se construyó, para que se pueda saber en un futuro lejano, cuando a alguien le dé por hurgar en el hoyo.

En la novela La arquitectriz(2) Plautilla Bricci, su narradora y protagonista, cuenta la emoción, la responsabilidad y el miedo que sintió al poner la primera piedra de la Villa Benedetta ("El Bajel"), proyectada por ella en la colina del Janículo de Roma. Entre los objetos simbólicos que entierran se encuentra una placa de plomo grabada con un texto.

martes, 28 de febrero de 2023

La reina de Somosaguas

A Agustín Ferrer Casas, que otra vez que le metí
prisas no solo conseguí que terminara un cómic insigne,
sino que incluso me mencionara en los agradecimientos.
A ver si con esto le vuelvo a animar. 


La Casa Carvajal está en venta por cuatro millones doscientos mil euros, y eso me hace pensar varias cosas que voy a intentar explicar aquí.

En el reportaje de El País dicen 4.200.000 €. En este
anuncio pone 3.950.000 €. (No sé si es que ya lo han rebajado).

La primera es que la casa "está en precio". Tan grande, con una parcela también enorme y en una urbanización de lujo, se está pidiendo por ella lo que vale el metro cuadrado en esa zona, sin ningún plus por ser una obra de arte (aunque en el anuncio inmobiliario presumen de ello con legítimo orgullo).

Pero es que el hecho de ser oficialmente una obra de arte no solo no hace que el precio suba, sino que la perjudica notablemente y los vendedores quisieran quitarle esa etiqueta para que los posibles compradores se animaran. Porque ¿quién quiere una obra de arte? Colgada en una pared está muy bien, y de adorno en un jardín también, pero para vivir en ella es una tortura.

lunes, 20 de febrero de 2023

Es fácil ser arquitecto

De vez en cuando aparece en mis redes sociales esta estupidez:

Es algo que me saca de quicio, que me pone de mal humor, que me incomoda muchísimo. Se trata de que alguien, orgullosísimo de haber conseguido llegar a ser arquitecto (se ve que no se lo cree ni él, y habría que ver cómo se sacó la carrera) enuncia una supuesta ironía: "Es fácil ser arquitecto", para luego añadir una retahíla de cosas que prácticamente nos convierten en superhombres.

domingo, 12 de febrero de 2023

Premio (con striptease)

Es una zafiedad y una ordinariez aprovechar que a alguien le dan un premio para arrimarse a él y exhibirlo como si nos perteneciera un poco, y hablar de él con una especie de camaradería con el premiado, como haciéndonos los cómplices. No, nada de eso, pero es que ayer sábado la academia de cine le ha dado el Premio Goya al mejor cortometraje de ficción a la película Arquitectura emocional 1959, y los profesionales y amantes de la arquitectura nos hemos puesto muy contentos, como si tuviéramos algo que ver con ello.

La vi hace unas semanas en una proyección especial en el auditorio del COAM, con asistencia de su director, Elías León Siminiani, entre otros. Me gustó mucho y, a pesar de mi pudor, me atreví a felicitarlo al final del acto. Estaba nominado a los Goya y todos le deseamos que lo ganara. Y mirad: lo ha ganado. Estupendo.

La película trata de la historia de amor entre dos jóvenes universitarios: Andrea, una chica de la alta burguesía, hija de un notario, que vive en un espléndido edificio del arquitecto Secundino Zuazo enfrente del Retiro de Madrid, y Sebas, un chico de clase obrera, hijo de un empleado de la EMT de Madrid , que vive casualmente en otro edificio del mismo arquitecto, tan espléndido desde el punto de vista de la sabiduría arquitectónica, pero mucho más modesto, pequeño y alejado del centro mollar de Madrid.

viernes, 10 de febrero de 2023

El técnico

La primera vez que alguien se refirió a mí como "técnico" me sentí muy raro. (Además fue en una situación muy desagradable que nunca olvidaré, y que me enseñó mucho). Acababa de terminar la carrera y fue en mi segundo trabajo como arquitecto.

Fijaos qué tontería: me habría sorprendido mucho menos que me llamaran "artista". Desde luego yo me sentía muy arquitecto y mucho arquitecto. Estaba muy orgulloso de serlo, de haber alcanzado ese estatus tan deseado. Y para mí por aquel entonces un arquitecto estaba mucho más cerca de ser un creador que de pasar datos a una tabla.

Debe de ser por la misma razón por la que siempre me he obstinado en hablar de "mi estudio" y no sucumbir a la tendencia cada vez más generalizada de llamarlo oficina. Un estudio es mucho más bohemio. Un estudio es el sitio de un pintor, de un poeta, de un músico, y una oficina es el de un contable, un agente de seguros, un auxiliar administrativo. En un estudio puede morir Mimi, en una oficina te pueden compulsar una fotocopia.

Pues bien, este artista que aquí veis no ha hecho en su vida ni una obra de arte, mientras que pasa horas y horas descargando fichas catastrales. La profesión era esto.

Y a mucha honra. Como decía Antonio Machado y yo repito a menudo,

a mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho donde yago.

jueves, 2 de febrero de 2023

Dos hitos, dos mojones

Quiero comentar aquí dos episodios paralelos y creo que muy aleccionadores para todos, pero especialmente para los arquitectos, que muy a menudo nos presentamos a concursos y que, de una u otra manera, siempre estamos sometiendo nuestro trabajo a la aprobación de los demás. 

Lo voy a ejemplarizar con dos carteles que creo que son dos hitos, dos piedras miliarias, dos mojones, dos referencias en el camino de la creación y de la apreciación de la obra de los diseñadores por el público.

Ruta de los mojones. Pina de Ebro (Zaragoza)

El primero de ellos es el de la tradicional Fiesta de la Aceituna de Martos (Jaén). Para elegir el del año 2022 se convocó un concurso, como cada año, y lo ganó la artista fuenterrobleña Silvia Viana Chaves, una ilustradora con mucha experiencia y con una gran potencia expresiva.

Hizo un cartel que a mí me parece muy sugerente (y se ve que al jurado también): un gesto insistente de rayar y rayar con lápiz de color aceituna en un movimiento elíptico, obsesivo, directo y brutal, para recordar la forma de una aceituna. Y, sobre este grafismo elemental y a la vez frenético, una buena tipografía en rojo y negro y los logos exigidos.

Ya está. Todo intención. Pura sencillez y potencia:

Silvia Viana Chaves, cartel ganador de la
XLII Fiesta de la Aceituna de Martos (Jaén)

sábado, 28 de enero de 2023

Joaquín Sorolla y Alvar Aalto

Lo siento: He escrito una entrada sobre Joaquín
Sorolla y Alvar Aalto y, tras darle un montón de
vueltas al título, solo me sale "Joaquín Sorolla y
Alvar Aalto". ¿Seré soso?


Este año se cumple el centenario de la muerte del pintor español Joaquín Sorolla, y también el centenario de cuando el arquitecto finlandés Alvar Aalto tenía 25 años. Ante semejante casualidad no me ha quedado otra opción que compararlos, y allá voy.

Joaquín Sorolla es un pintor perfecto, capaz de unos fantásticos dibujos que se deshacen bajo la fuerza del color, que a su vez construye la luz y es construido por ella. Si la palabra fotografía significa etimológicamente algo así como "dibujo hecho con luz" entonces Sorolla es un fantástico fotógrafo.

¿Hay alguien a quien no le guste Sorolla? Sus cuadros son un puro placer, una pura alegría de vida bullente. Es apasionante intentar seguir sus trazos rápidos y seguros, y ver con cuánto dominio capta la vida y su color.

domingo, 22 de enero de 2023

Otros méritos

Después de más de treinta años tranquilo, ejerciendo mi profesión por mi cuenta en un yomeloguiso, yomelocomo, en los últimos años me he visto dos o tres veces sorpresivamente en la necesidad de preparar mi currículum vitae. Han sido situaciones excitantes, en las que quería conseguir algo que me apetecía mucho, pero para ello he tenido que sufrir la extraña circunstancia de verme desde fuera y valorar y hacer valorar por los demás mis discutibles méritos.

Es una peripecia muy extraña, porque así, en global y sin pormenorizar, uno cree a priori (y más o menos) que merece obtener el premio porque tiene virtudes y logros suficientes, pero cuando va punto por punto cumplimentándolo se le van cayendo uno por uno todos los palos del sombrajo. (Me estoy refiriendo a un cierto tipo de currículum académico que uno no redacta como mejor le parece, sino que está ya previamente estructurado y hay que ir completando apartado por apartado).

Es patético y ridículo que, aunque pensabas que tenías bastantes méritos, no tienes ninguno de los que de verdad se valoran. Entonces te pasan dos cosas: la primera es que te da rabia que ese cuestionario esté compuesto precisamente así, como si te conocieran de antemano y se hubieran propuesto que no lo consiguieras, y la segunda, y bastante peor, es que ves que te habías estado engañando y vivías en un estado de inconsciencia evitando en el fondo conocerte y soñando vagamente con que eras mejor de lo que eres. Todo esto te tira por el suelo y te hacer verte de una manera muy rara, como si no te conocieras.

-¿Estancias en el extranjero?
-No.
-¿Programas de investigación?
-Bueno, yo investigué una vez...
-¿PRO-GRA-MAS DE INVESTIGACIÓN?
-No, eso no. Programas no.

Y así todo. Tienes cosas publicadas, incluso algún libro, pero no te preguntan por eso. No te dejan ponerlo. No entra. Sufres y te desesperas porque no puedes decir lo que necesitas decir, y que tú crees que vale bastante (aunque ya te vas dando cuenta de que no vale nada).

Al final de tantos sinsabores encuentras:

Ahí ya sí. Ahí ya puedes poner lo que quieras. Y te explayas:

miércoles, 4 de enero de 2023

Nuevo año

Feliz año nuevo.

Es el momento de felicitarnos y de desear cosas buenas, de desearnos mejores de lo que somos, tanto para apuntarnos al gimnasio como para dar los buenos días al entrar en un ascensor. Nos gustaría ser como nos vemos por un segundo si entrecerramos los ojos y nos esbozamos a nosotros mismos una sonrisa de cariño. Pero no nos engañemos: en un par de semanas dejaremos de ir a hacer ejercicio y en un par de días dejaremos de saludar.

Pero algo tenemos que hacer con este año que empieza. No sé. Se me ocurren muchas cosas, pero ya tengo experiencia en años (demasiada y demasiados) y sé que no las llevaré a cabo.

Al menos dejadme que me proponga algunas: