Hace pocos años empecé a admirar a Ana Amado sin entenderla. Tiempo después he tenido la suerte de conocerla, la admiro mucho más y sigo sin entenderla.
Me atrevo a escribir sobre ella porque al menos siento una cosa, y esa cosa la siento muy fuertemente y creo que voy a ser capaz de decirla.
Ana Amado es una joven arquitecta gallega que explora la fotografía de una manera muy potente y muy expresiva. Tiene muchas cualidades diferentes con muchas versiones y muchos aspectos; muchas combinaciones (por eso digo que no la entiendo: es inabarcable). Pero de entre todas ellas yo quiero escribir hoy sobre la que consiste en hacerle dar a la arquitectura un paso atrás (que no es de retirada ni de rendición) para que venga al primer plano todo lo que ella posibilita, auspicia, sugiere o incluso impide.
En estas fotografías a las que me refiero la arquitectura no puede dejar de estar. Es imprescindible. Pero casi nunca es el primer plano ni la protagonista. Es arquitectura de verdad; es decir, el ámbito en el que suceden las cosas, pero son estas, las cosas, la vida, las que más importan.
Aunque sabe hacerlo perfectamente (por ejemplo hace unas semanas ha hecho unas fotos de la casa Robie que me han encandilado, y también aquí abajo os pongo Torres Blancas), no se limita a las vistas estupendas de edificios, sino, como digo, busca la vida que ocurre en ellos, o a su lado, o bajo su protección.
(Incluso en su serie Torres Blancas, que sí va de fotos estupendas de un edificio estupendo, como en alguna otra serie igualmente áulica-sabrosona y sensualmente estética, sus ojos de fotógrafa se le escapan a otros sitios, a otros ángulos, a descubrir cosas que pasan y que están más allá o más acá. Por ejemplo ese óculo del parking, o por ejemplo que la piscina de la cubierta no se puede fotografiar sin un bañista o sin una familia descansando fuera).
He dicho "sus ojos de fotógrafa" y me valdría igual "sus ojos de arquitecta", o "su alma de fotógrafa-arquitecta". En fin; haced las combinaciones que queráis con estos conceptos, pero lo que tengo claro es que los ojos de Ana Amado saben ver el alma de la arquitectura.
En el proyecto Habitar el agua Ana y Andrés Patiño, se lanzaron a conocer el episodio formidable de la reorganización, reinvención, urbanización y colonización de una parte de España. Contaron que su primer motor fue el empeño de conocer una arquitectura muy moderna y hecha con muy pocos medios, pero acabaron enamorados de la epopeya de las familias que se trasladaron allí, de su esfuerzo y de su sacrificio.
Conocieron a los habitantes actuales de esos pueblos, segunda o tercera generación ya, tejido humano y social, red de sueños y de sudores entretejida con una arquitectura extraordinaria.
Spanish Dream es un proyecto (con Luz Paz y Marta Marcos) que parte de una situación muy triste y del que acaba saliendo una turbia belleza que también encoge el corazón.
Es la historia de tantos sueños rotos, de tantas ruinas (económicas, arquitectónicas, paisajísticas) sobrevenidas y de tantas ilusiones destrozadas.
Ana se encontró con los cadáveres inmobiliarios de nuestro Sueño Español, que forman un espectáculo desolador, e imaginó cómo tenía que haber sido la vida en aquellas que se presumían idílicas casas (proyecto visado, licencia conseguida, crédito firmado, obra comenzada...) y que habían quedado en esqueleto. E imaginó esos esqueletos poblados por los fantasmas de sus supuestos felices habitantes-propietarios.
El resultado es de una fuerza plástica abrumadora, porque no es una "belleza plástica", sino un dolor plástico. Hay gente leyendo en un cómodo sillón sobre una alfombra puesta en el hormigón desnudo y con un cuadro colgado en los ladrillos bastos; hay una cama desamparada... pero la que más me duele es la de una joven recién duchada que sube, envuelta en una toalla, al piso de arriba a cambiarse. Uno siente el dolor en los pies desnudos, y a la vez intuye y adivina los estupendos peldaños forrados de mármol nacional con huella y tabica de 3 y 2 cm de espesor respectivamente, cara y cantos pulidos, s/UNE 22180, recibidos con mortero de cemento CEM II/B-P 32,5 N y arena de miga (M-5), i/rejuntado con lechada de cemento blanco BL 22,5 X y limpieza s/NTE-RSR-19, medido en su longitud, a 41,56 € el metro(1). También atisba a ver los tabiques que delimitan ese hueco de escalera, guarnecidos, enlucidos y pintados, con bonitas láminas enmarcadas y con un aplique con tulipa opalescente.
Uno ve, sobre todo, esa vida plena que se imaginaban todos esos orgullosos y alegres aspirantes a propietarios y que acabó siendo pobreza, paro, deuda y desesperación, y siente que Ana Amado es además una poeta, una provocadora, una artista de la sutileza y de la crueldad.
El último ejemplo del que quiero hablar es el proyecto Bailamos bajo la lluvia. En él Ana Amado opone a un marco arquitectónico duro, potente pero árido, los gestos y expresiones de jóvenes bailarines. En algunas fotos se les ve ensimismados, en otras sociales y comunicativos, pero siempre expresivos. Tanto que Ana Amado se olvida en algunas de la arquitectura y hace retratos, primeros planos. Pero, oh, la arquitectura siempre está ahí.
No me extiendo más. Mirad sus fotos. Hay muchos más temas y más preocupaciones que las que he mencionado, pero estas me interesan especialmente y por eso las he contado. Me interesa mucho la obra de Ana Amado, que tiene, como ya he dicho, los ojos del alma de la arquitectura.
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(1).- Precio de la base de Guadalajara de 2006, que es cuando se empezaron a construir casi todas estas ruinas. (Por cierto, la descripción es de ese momento también, con la normativa de entonces).
Como aficionado a la Fotografía y profesional de la Arquitectura ( aunque no arquitecto ) me ha gustado mucho descubrir el trabajo de Ana Amado.
ResponderEliminarGracias por presentárnosla y compartir tus impresiones, como siempre haces desde aquí.
Me alegro mucho de habértela descubierto, Rafael.
EliminarUna descripción que sin duda hace justicia a el brillante trabajo de esta fotógrafa. Gracias por el descubrimiento. Este blog nunca defrauda. Y desde luego si algún día tengo que presentar alguna obra ya se a quien contratar para el prólogo!!
ResponderEliminarEnhorabuena
Muchas gracias.
EliminarSi es igual de buena arquitecta que fotógrafa, no puedo esperar a ver sus creaciones, digna de ganar concursos. Una visión muy interesante sobre la arquitectura, gracias.
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