Iba a titular "Ruido" y he tenido el vago recuerdo de que ya había empleado ese título alguna vez. He buscado y, en efecto, lo usé aquí. Así que, entre que ya lo había utilizado y que ahí hablaba del ruido con intenciones serias de intentar comprender sus alcances semánticos y culturales mientras que ahora solo quiero contar mi desorientación y mi desamparo, he cambiado de título.
El día 4 de enero vi esta imagen en Twitter, con la consiguiente denuncia del tonteriísmo al que estamos sometidos:
Es una foto de una joven vestida de paje de los Reyes Magos, tomada (supuestamente) del Telediario de la primera cadena de Televisión Española con un rótulo que dice: "Las pajas recorren pueblos y ciudades".
La "viralización" de esta foto tiene el objetivo de poner en ridículo a los defensores del lenguaje inclusivo señalando un involuntario juego de palabras.
Lo primero que hay que decir, con alguna sorpresa para mí, es que la RAE solo contempla el masculino "paje". (Me equivoqué al pensar que valía para masculino y femenino. No; no hay femenino: Es solo masculino y se refiere a un muchacho. No hay muchachas pajes). Y lo segundo, y de ahí la gracia y también el ridículo, es que "paja" es la forma coloquial más habitual de referirse a la masturbación. Hacerse una es masturbarse(1).
En conclusión, el mensaje burlón de todo esto es que este afán contemporáneo del lenguaje inclusivo, que ha aportado perlas tales como "jóvenes y jóvenas" o "miembros y miembras", comete ahora la barbaridad de señalar involuntariamente y por pura estupidez que la alegría provocada por la inminencia de la llegada de Sus Majestades los Reyes Magos(2) hace que la gente se masturbe compulsivamente en pueblos y ciudades.
(Ya digo que yo pensaba que "paje" era bigenérico, con lo cual podríamos acusar de ignorancia a quien utilizó "paja" por puro atolondrado buenismo, pero como ahora veo que es solo masculino y que su femenino no existe entiendo que es válido acuñar ese neologismo para señalar las "pajes" femeninas. Si ahora existe esa figura que antes no existía es lícito y conveniente crear la palabra que la nombre)(3).
Pero no. No os preocupéis. No hay caso: Todo ha sido una broma. Un tuitero creó el meme que he puesto más arriba manipulando el rótulo del Telediario. En La Vanguardia (periódico antaño serio, como todos, y que ahora vive del clickbait pescando material gratis en las redes, como todos) no lo contrastaron y se hicieron eco sin más.
Eso hizo que muchos nos lo creyéramos y a su vez lo transmitiéramos, lo criticáramos o nos hiciéramos eco de ello de alguna manera. El daño ya estaba hecho y nosotros lo reproducíamos y lo transmitíamos.
Una vez comprobado mi error y certificada mi involuntaria y atolondrada colaboración con el mal y con el caos, me quedo una vez más con la sensación de haber sido utilizado; incluso de haber colaborado gustosamente en ser utilizado; de haber vuelto a participar en la cadena del estruendo (que ya no del ruido), en la ceremonia de la confusión.
La avalancha de información es indigerible, los cientos de fake news, las contradicciones, las afirmaciones gratuitas, las opiniones torticeras y las manipulaciones tendenciosas crean un "estado de la cuestión" verdaderamente impresentable. Todos generamos caos. Todos emitimos ruido; mucho, mucho ruido; tanto, tanto ruido.
A menudo empleo este blog para hablar de temas de actualidad o de anécdotas recientes, sobre todo de arquitectura, y para ello me baso en lo que voy conociendo por las redes, cuyo grado de fiabilidad ya vemos que es muy bajo.
Pero es que aparte del fenómeno de distorsión y manipulación que estoy comentando, ya solo por la abrumadora cantidad de estímulos, novedades y opiniones viene de suyo el efecto de ruido: Mezclo, simplifico, confundo, tomo conclusiones rápidas y no comprobadas, y soy superado siempre por la velocidad de transmisión de las novedades. Intento ser más rápido que riguroso, más ágil que veraz, y aun así ni soy rápido, ni riguroso, ni ágil ni veraz.
¿Qué hacer, pues? Frente a este torbellino me siento tentado a frenar, a andar pisando huevos, a ir sobre seguro, a no hablar de ninguna obra de arquitectura ni de ningún arquitecto sobre quien no se haya pronunciado Zevi, o (bueno, vale) Tafuri (aunque Tafuri es bastante más difícil que Zevi).
Me gustaría tener criterios, convicciones, en un mundo en el que cada vez hay menos, en una cultura post-post-moderna en la que todo se mezcla y se enriquece con ello, y se confunde pero con ello crece, y se complejiza(4) y así obtiene más planos, más capas, más profundidades.
Aunque con todo ello se acabe dudando de qué es exactamente la verdad, ya que si en todo mensaje damos cabida a la connotación, a la complejidad, a la contaminación y a la interpretación como factores válidos y operaciones necesarias, entonces "la verdad" no es solo que vaya teniendo cada vez menos importancia, sino que acaba dejando de tener sentido.
Coda
Me interesa muchísimo la novela postmoderna, desde Agustín Fernández Mallo hasta Laura Fernández (por quedarnos en España y no entrar en Auster, Murakami, Franzen, Wallace...). La superposición de textos y tramas, la disolución de estas, la desorientación, la confusión de notas de notas de notas o de acotaciones y digresiones interminables que acaban por contradecir el texto principal. (Ah, ¿pero es que había un texto principal?).
Esta gozosa complicación e hiperdimensión de todo es lo que me desorienta, me abruma y (quizá por eso mismo) me interesa tanto. Y sí que conlleva a una forma de "neoverdad" o de "postverdad" que lo que nos señala es que ya no hay más certezas inmutables y todo se somete a duda.
De acuerdo, pero de lo que hoy hablo no es de eso. De lo que acabo de escribir ahí arriba es de sucia y cochina mentira. Nada más. De confusión interesada para obtener un fin espurio y falaz, de manipulación cochambrosa. De aportación de datos falsos para emponzoñar el pensamiento.
Por eso, además de porque ya estaba ocupado, es por lo que he cambiado el título "Ruido", que era el primero que se me vino a la mente, por "El insoportable estruendo", que creo que es lo que nos está perjudicando a todos. Y aún me he quedado corto, porque un estruendo insoportable puede ser por algo bueno, y esto no lo es en absoluto. Pero es que tampoco quería poner tacos en el título.
Lo inquietante es que el meme pudo ser cierto. Que es creíble que RTVE rotulara así una información. Y que la frase podría pertenecer a las declaraciones de una ministra, hecha con toda la intención..... País (Forges dixit).
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