Su blog favorito

Ayer, viernes 15 de noviembre, un amigo en twitter me señaló un artículo en la sección La Otra Crónica (LOC) del periódico EL MUNDO(1), que glosaba la exitosa y reciente entrada de este blog sobre la casa de la modelo y el jugador de baloncesto arquitectos.

Me puse a leerlo con interés y con expectación. Por una parte me sigue llamando la atención la cada vez más extendida costumbre de los periodistas de armar un artículo glosando el de otro, a quien no le envían ni la delicada lata de caviar iraní ni el contundente jamón ibérico(2). Pero por otra, me hace mucha ilusión que me citen, y más que me citen elogiosa y cariñosamente. En ese sentido, este artículo no podía empezar mejor: "Leo en mi blog de arquitectura favorito..."

"¡Anda, qué bien!", me dije, y seguí leyendo.

Pero en todo el texto ni mencionaba mi nombre ni, lo que sería más pertinente, el de este blog. Hay uno, su favorito, en el que se habla de ese asunto. Pues bueno.

Os aseguro que por unos momentos pensé que a lo mejor otro blog (su favorito) había tocado también ese mismo tema. ¿Y le había dado la misma orientación que yo? ¿Y había señalado también los mismos detalles? No: Tenía que ser el mío.

Como lo que me había señalado mi amigo era el propio tuit del autor que adjuntaba su artículo de LOC, pude contestarle directamente. Le dije: "Muy bueno. Me quedo con ganas de saber cuál es su blog favorito".

Y a partir de ahí se desató la mundial. Ay, la que lié(3).

Mis amigos, y otros no tan amigos, y otros incluso desconocidos, empezaron a recriminar al autor que no me hubiera citado ni enlazado. Empecé a recibir mensajes de apoyo y de indignación. Muchos declaraban que mi blog también era su favorito... En fin, un buen follón que me tuvo dando las gracias a unos y a otros buena parte de la tarde. (Y hoy seguía la cosa).

La cuestión tenía su gracia e incluso su sarcasmo, porque mi entrada del blog afeaba a quienes ni citaban la autoría de su arquitecto ni le concedían ningún valor a su trabajo, y el de LOC lo glosaba criticándoles por ello, pero a su vez tampoco citaba mi autoría, con lo que caía en el mismo pecado que denunciaba.

En seguida el propio autor se disculpó en público y en privado. Me dijo (y también lo dijo en abierto en twitter) que donde pone "mi blog de arquitectura favorito" tenía que haber un vínculo a este blog, pero que quienes controlaban la web no lo habían puesto. Como él no tiene acceso a ella tendremos que esperar al lunes a que lo inserten. Él está muy interesado en ello y se va a esmerar mucho en reparar el error.

Vale. No problem. No pasa nada. (Pero yo habría preferido que citara el nombre del blog en el texto, porque ¿quién clica los vínculos? ¿Vosotros clicáis todos los enlaces que os pongo aquí? Yo, en otros sitios, solo algunos y solo de vez en cuando).

En todo caso, la experiencia ha sido buenísima para mí. Este blog no tiene publicidad. No recibo ni un céntimo por tener muchas visitas. No persigo ningún fin utilitario ni me mueve ningún afán materialista. Este blog es el desahogo y la purga de mi corazón(4). Y en ese sentido la que he liado ha sido tremenda y me ha dado una recompensa impensable.

Es cierto que, por ese mismo afán afectivo y emotivo, me habría gustado mucho y me habría inflado como un pavo vanidoso que una adecuada cita en el periódico hubiera generado mucho tráfico hacia mi blog, pero, en definitiva, qué más da. Sin embargo, vuestros mensajes, vuestro apoyo, vuestro cariño y vuestra solidaridad me han hecho muy feliz. Me habéis abrumado y desbordado.

Así que todo esto ha merecido la pena. De sobra. Ha sido un día fantástico. Muchísimas gracias.

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(1).- Entenderéis que esta vez ni enlace el artículo, ni enlace La Otra Crónica, ni enlace EL MUNDO, ni enlace nada de nada.

(2).- Por ejemplo, hay unos tuiteros que son fantásticos humoristas. Los sigo con entusiasmo y con fervor, y cada día nos regalan generosamente chistes y bromas que nos hacen felices. Son de un nivel altísimo, de guionista profesional (algunos lo son), pero nos los dan gratis. Pues bien: Con esos tuits hay diversos medios que hacen listas y se lucran con ellas. "Los veinte mejores tuits sobre las relaciones de pareja", "los mejores tuits del año", etcétera. Y los vemos en relaciones trufadas de publicidad, sin que los autores se beneficien en nada. Parece ser que el periodismo ahora es así.

(3).- Sí, ya sé que no lleva tilde. Pero no puedo.

(4).- Yo regalo con mucho gusto mis entradas del blog a quien las quiera leer y apreciar. Y disfruto mucho con ello. Lo que no me parece tan bien es que alguien (un periodista, una empresa) pueda ganar algún dinero con ellas y no me haga partícipe. Eso sí que me desagrada un poco. (Lo mismo que he dicho con los tuiteros humoristas). Joer, vamos a pachas. O mándenme unos mazapanes, que ya llega la Navidad.