Todos los años lo mismo. Todos los años, cuando se celebra en Madrid la feria de arte contemporáneo ARCO, a los periodistas les sale la vena sarcástica, belenestebaniana, de santa indignación.
¿Pero es que no van a darse cuenta jamás de que es una feria y un mercado? Los galeristas exponen, y los coleccionistas compran. ¿Hay algún motivo para indignarse? El caso es que gracias a esa indignación ARCO permanece "en el candelabro" (por cierto: una expresión correcta).
ARCO no es la vanguardia del arte, ni tampoco la retaguardia. El Premio Planeta tampoco lo es de la literatura, ni los Oscars lo son del cine. Ya está bien de confundir el mullido pandero con los cuatro puntos cardinales.
Ayer (siempre lo mismo) la enviada de una emisora de radio a ese antro de perdición comentaba, entre cool e irónica, que una de las obras de arte expuestas era un sobre cerrado, con una foto de Marx en su interior, que no puede verse.
(Según el Diario de Sevilla, la foto es del mausoleo de Marx en Londres. Seguramente el periódico esté mejor informado que la enviada de la radio, pero eso a nosotros nos da igual).
Sea cual sea la fotografía que haya dentro del sobre, el comprador no lo podrá saber hasta el próximo 15 de septiembre, aniversario de la caída de Lehman Brothers. Es una crítica al capitalismo desaforado y demencial (crítica que, por cierto, se vende en euros). El comprador no sólo se compromete a no abrir el sobre hasta el 15 de septiembre, sino que también jura que, una vez que vea la foto, la volverá a guardar en el sobre y no la volverá a sacar hasta el siguiente 15 de septiembre. Y no sólo eso, sino que no pasará ni un solo 15 de septiembre sin que la foto salga de su celda y sea contemplada. Y así toda su vida.
-Le doy cita para la colonoscopia... a ver... ¿el quince de septiembre?
-Imposible, doctor. Tengo que sacar la foto del sobre.
Imagino que a su muerte, quien herede el sobre heredará también el compromiso. Y si lo adquiere un museo hará una jornada especial cada 15 de septiembre. El sobre, no hace falta decirlo, está vendido. Dicen los de ARCO que están muy contentos, vendiendo a mansalva. No me extraña.
Creo que esto es el paradigma de la Obra Abierta. El comprador quiere ser colaborador del artista, socio creativo con él, parte activa en el proceso. (El artista, no lo he dicho, es el chileno Alfredo Jaar). Si esto supone una renuncia, una incomodidad, un sufrimiento de alguna clase, mejor que mejor.
Yo escribí una vez una novela que fue récord de devoluciones por las editoriales. No me cansaba: la mandaba una y otra vez y me la devolvían una y otra vez. Destino me la devolvió en un sobre con tantos sellos, tampones, marcas, lacres, cordeles, rayajos, etc., que me pareció precioso, casi como uno de los documentos imposibles de Saul Steinberg, y se me ocurrió enmarcar el paquete, meterlo en una urna de cristal y colgarlo de la pared. Pensé meter también en la urna los disquetes que contenían la novela y un cuaderno de notas que había usado para escribirla. Pero yo no pensaba abrir la urna jamás. Quedaría como una obra que nadie podría nunca leer, pero que se sabría que estaba ahí dentro. Me hizo gracia, pero fue una de tantas tonterías que al final no se hacen.
También asocio esto a las envolturas de Christo, que ocultan durante un tiempo (corto) diversos edificios o monumentos. Y, sobre todo, lo asocio con el mapa de la isla del tesoro, con secretos, con misterios, con claves, con mensajes cifrados (que de niño me entusiasmaban).
Y también lo asocio con ARCO, con el comercio, con la crisis económica y el ingenio para vivir de ella. Y también con los periodistas, infinitamente más preparados para hacer preguntas bestiales a un ex torero en la sala de embarque de un aeropuerto, o para preguntar a un futbolista: "no pudo ser, ¿eh?" (eso sí que es arte conceptual, happening, arte espontáneo, mínimal, máximal) que para explicar serenamente y sin indignación que se ha vuelto a abrir la feria ARCO y que se vuelven a comprar y a vender cosas.
Buenas noches.
ResponderEliminarMe hace mucha gracia tu comentario, que lo sepassss!!!.
Yo no entiendo de arte, pero si entiendo de lo que me gusta. Ciertamente lo van a vender, de eso se trata. A cuantos comunistas, con la foto de Ernesto Guevara encima del cabecero de la cama, habré conocido yo que no saben, ni les interesa un pimiento, lo que pasó en Santa Clara?. Sabrá el tipo del sobre quien fue Karl Marx y qué escribió?. Sabrá qué fue y para qué valía Lehman Brother's?, por que quebró?. Amigo, la gente vive de iconos, de consignas, de listas de éxitos....de la moda.
A mucha gente le gusta que le digan lo que le tiene que gustar.
A mi también, por eso te leo. Pero hay algunas cosas, que te leo, que no me gustan.