lunes, 24 de junio de 2024

Fallo del concurso #ArquiRELATO. Tercera edición

Por fin ha llegado el momento que estabais esperando con ansiedad: el fallo del tercer concurso #ArquiRELATO.

Los tres miembros del jurado hemos sido Ekain Jiménez Valencia y yo como organizadores y María Luisa Valls Alguacil como ganadora de la segunda edición, quien de manera muy generosa se ha prestado a esto y nos ha sido de gran ayuda.

Una vez cerrado el plazo de presentación el 31 de mayo, los miembros del jurado procedimos a leer todos los arquirrelatos presentados (muchísimas gracias a quienes os habéis animado a mandar el vuestro) y posteriormente tuvimos un encendido debate porque de inicio, como debe ser, no había unanimidad.

Tras varias rondas y desempates hemos decidido otorgarle el premio a...

JOSÉ LUIS OLIVER. Título: "Orgánico". [No era necesario titularlo, pero él lo ha hecho]

Era difícil salir airoso del tema propuesto. Un tema sin solución, y el jurado ha pensado que el ganador ha dado una salida inesperada y provocativa.

Os recordamos el planteamiento:

La crisis de la vivienda acecha a tope, aquí y allá. Entre los pisos turísticos y los trasteros de 13 metros cuadrados que se ofertan en idealista, la sociedad está desesperada.

Como experto-a en vivienda que eres te han invitado al último SIMPOSIO INTERNACIONAL SOBRE LA VIVIENDA DEL FUTURO. Tu intervención es la más importante y está programada justo después de comer. La comida ha sido copiosa y te acabas de meter entre pecho y espalda medio litro de licor de hierbas. Confundido-a por las ideas que habías estructurado perfectamente, subes al atril entre aplausos y lanzas las siguientes propuestas para la vivienda del futuro:

"Presidente del Gobierno, Secretario General de la ONU, apreciados señores y señoras, esto es lo que (hic) propongo para dar solución al problema de la vivienda:"


Y este es el #arquiRELATO ganador:

jueves, 20 de junio de 2024

Leer hoy a Sullivan y escuchar a Mbappé

Acabo de terminar de leer este libro que vio la luz hace justo un siglo(1):

Confieso con mucha vergüenza que lo debería haber leído hace treinta y tantos años, cuando hice mi tesis doctoral. Entonces lo picoteé ligera y egoístamente buscando perentoriamente las dos o tres cosas que me interesaban y no le hice el caso que merecía. Y ahora voy a elucubrar si merece caso: quizá no lo mereció nunca, ni siquiera cuando fue publicado, porque ya nació anacrónico. No obstante ha habido algo que me ha sacudido, y por eso lo traigo.

miércoles, 12 de junio de 2024

Fiesta y placa

Ya llegan, un año más, incansables y precisas como un eclipse, las fiestas de mi pueblo. En estos días tengo que soportar algún que otro fastidio, porque resulta que tengo el privilegio de que buena parte de los actos se celebran ante (y en) el soportal al que da mi estudio.

En ese espacio, ante mi puerta cerrada, se congrega mucha gente, que hace todo tipo de cosas (algunas bastante desagradables) durante bastantes horas.

Hace unos años, al llegar la fecha, decidí quitar la placa de al lado de la puerta porque pensé que algún idiota podría romperla, pintarrajearla o llevársela, y desde entonces lo vengo haciendo cada vez. En cuanto terminan las fiestas y el soportal vuelve a su rutinaria normalidad vuelvo a colocar la placa.

Hoy ya la he quitado.

Pero he decidido que ya no la voy a poner más.

jueves, 6 de junio de 2024

Melancolía I

A mi compañero arquitecto, y amigo virtual
Javier Ricardo Simón Niño, por los comentarios
que he transcrito en la anterior entrada, que me han
inspirado para tratar aquí el tema de la melancolía.


Uno de los grabados más enigmáticos de Alberto Durero (y de cualquier artista, y de cualquier época) es el titulado Melencolia I.

Alberto Durero, Melencolia I

Como de lo que no se entiende es de lo que más se escribe, de este grabado hay páginas y páginas explicando nítidamente que no se entiende nada. (Hay que ver lo doctos y lo rimbombantes que nos ponemos todos para decir que no sabemos ni un pimiento). Por lo tanto yo, como aspirante a crítico sesudo, voy a insistir en señalar mis incomprensiones, pues no hay ni un solo elemento en ese grabado que no las atesore. Por ejemplo: