lunes, 15 de junio de 2020

El abuelo

El otro día pusieron en TCM Eva al desnudo (All About Eve), una magnífica película de 1950 de Joseph L. Mankiewicz (ya van dos veces seguidas que hablo de él).

Lo comenté en Twitter junto con una amarga reflexión: Estas grandiosas obras de arte ya solo nos entusiasman a cuatro desubicados. A la chavalería no les dicen nada ni les interesan lo más mínimo.

Como decía Borges, se podrá mantener a salvo el manuscrito de una obra literaria, limpiar con mimo y conservar el lienzo de una pintura, restaurar un edificio, lo que se quiera, pero todas esas obras de arte habrán muerto definitivamente cuando no interesen a nadie.

(Así, por ejemplo, el Libro de Buen Amor (y no digamos el Poema de Gilgamesh) se estudia y se seguirá estudiando, y para los especialistas seguirá teniendo valores inmarcesibles, pero para la "gente normal", incluso para quienes amamos la lectura y la literatura, murió hace ya siglos, y todo lo que podemos saber de él es lo que nos metieron a la fuerza en el colegio (antes nos metían esas cosas en el colegio; ahora creo que ya ni eso). Pero, sin ningún género de dudas, ya no ilumina nuestras vidas, ni las alegra, ni las alecciona).
(Perdón por este inciso, pero es para decir que hablo de películas que ya solo son una pálida sombra en la vida de unos pocos seres perdidos).

Aparte de esa reflexión, dije que a mí la película me sigue emocionando, y que el hecho de que la actriz que interpreta a Eve Harrington (Anne Baxter) fuera nieta de Frank Lloyd Wright me da un punto extra.

Anne Baxter

Hubo gente que lo ignoraba y se sorprendió, y como este es un servicio público y no solo aspiro a divertiros, sino también a informaros, os lo cuento por si no lo sabíais.

Tras dos años de noviazgo, Frank Lloyd Wright se casó el día 1 de junio en 1889 con la señorita Catherine Lee Tobin. Él tenía diecinueve años (le faltaban solo siete días para cumplir veinte(1)) y ella dieciocho.

Al año siguiente nació su primer hijo, Lloyd, y después, muy seguidos, John, Catherine, David, Frances y Robert Llewellyn. Seis en total.

Pues bien, la tercera de sus hijos, Catherine, se casó con Kenneth Stuart Baxter, un muy importante ejecutivo de la Seagram's Distillery(2) y fue madre de Anne Baxter.

La nieta de Wright vio clara su vocación desde niña. A los trece años actuó en Broadway y con diecisiete rodó su primera película.

En 1942, a sus diecinueve años, Orson Welles le dio el papel de Lucy Morgan en El cuarto mandamiento (The Magnificent Ambersons)(3).

El abuelo de la niña, The Magnificent Wright, gran aficionado al cine, la acompañaba a menudo al rodaje. Cogía por banda a Welles (se ve que en plena filmación el director de una película no tiene mejor cosa que hacer que atender a las visitas) y le daba consejos sobre los decorados.

A Wright le gustaba mucho el cine, pero no tenía ni idea de estas cosas: Ni del travelling, ni del tiro de cámara, ni de los queridos contrapicados de Welles, ni del plano y el contraplano, ni de la iluminación... Pero aun así le decía al director cómo mejorar la ambientación, el diseño, la arquitectura, el espacio.
Welles le escuchaba arrobado, pero, naturalmente, no le obedecía en nada ni seguía sus consejos en absoluto. Le decía que sí, le daba las gracias, le prometía que tendría en cuenta sus indicaciones y después seguía con lo suyo, como tenía que ser.

Pero le gustaba verlo y escucharlo. Decía que era un viejo impresionante, y un actor magnífico.


Frank Lloyd Wright posando en plan impresionante, como
era él. (Fotos robadas del twitter de José María Echarte).

A Orson Welles, tan poseedor del espacio, tan poderoso, tan dominante, el viejo arquitecto le daba mil vueltas. Le resultaba fascinante, y no sé si llegó a ofrecerle un papel o no se atrevió. Yo diría que no. Ese hombre era capaz de hacerse con la película.

Bueno, pues con esto espero haberos contado algo interesante a quienes no lo supiérais. He estado años agazapado en casa, esperando un momento mágico que finalmente se produjo: Después de estar tanto tiempo proclamándolo ante el desconocimiento (y el palmario desinterés) de mis interlocutores, finalmente llegó mi momento de brillar el día en el que Jordi Hurtado leyó en Saber y ganar la siguiente pregunta: "¿Qué famoso abuelo tuvo la actriz Anne Baxter?" Y nadie lo sabía. Y yo gritando: "¡FRANLLOIRRAIT! ¡FRANLLOIRRAIT!" Miraba a mi mujer triunfante, y seguía gritando: "¡FRANLLOIRRAIT!" Como no me hizo el caso que yo esperaba y necesitaba, volví a gritar: "¡FRANLLOIRRAIT" con la pretensión de que algún vecino estuviera viendo el concurso, me oyera a lo lejos y descubriera lo cultísimo que soy. A los pocos segundos Jordi leyó "Frank Lloyd Wright" y yo miré a mi santa y pacientísima esposa con esa cara de: "¿Eh? ¿Qué te decía?" Y ahora os lo he dicho a vosotros. Tener un blog es elevar el cansinismo a niveles ecuménicos.

(Y ya para rematar, os cuento que Anne Baxter murió súbitamente de un aneurisma cerebral a los sesenta y dos años, cuando paseaba por la calle en Nueva York, y está enterrada en Taliesin East -el de Spring Green-, el hogar de su querido abuelo. Por su parte, Orson Welles lo está en España, en la finca de un torero. Y quitadme ya el teclado, que no paro de dar datos inútiles y de contar chorradas).



-------------------------------------------
(1).- Ya lo he comentado más veces: Sigo manteniendo que Wright nació el 8 de junio de 1869, aunque para muchos fue el 8 de junio de 1867. Hay documentos con ambas fechas.

(2).- Jolines, Ken, siendo un pez gordo de la Seagram's qué huevazos encargarle el rascacielos de Nueva York a Mies van der Rohe en vez de a tu abuelsuegro.

(3).- Escribí sobre esa extraordinaria y muy desgraciada película aquí.

4 comentarios:

  1. No interesa el cine clásico, ni el mueble clásico, ni los órdenes arquitectónicos, y se han perdido muchos oficios relacionados con la actividad artística y que no sé si volverán algún día a salir en la sociedad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es que no interese. Es que se desprecia....

      Eliminar
  2. Tendriamos que reciclar nuestros conceptos porque en la era de loa algoritmos todo cambia, y demasiado rápido.

    ResponderEliminar