lunes, 17 de octubre de 2011

El alma de la casa

Los arquitectos nos dedicamos (o nos dedicábamos) a hacer edificios, y de ellos casi todos son (eran) casas. Pero en realidad no nos atrevemos a decir "casas", sino que decimos "viviendas" que, no sé por qué, suena más aséptico, y eso que deriva de "vivir".
Se habla del problema de la vivienda, del derecho a la vivienda, del acceso a la vivienda, etc. Incluso se dice eso tan horrible de "vivienda unifamiliar" y "vivienda multifamiliar" (que debería ser aquella en la que viven muchas familias: el piso-patera). Pero ningún niño, al terminar su partido de fútbol, dice: "me voy a mi vivienda", ni ninguna empresa repostera nos pide: "vuelve a tu vivienda por Navidad".
¿Qué es una vivienda? Una cosa mensurable, valorable, calculable... y, sobre todo, hipotecable. Es una cosa que hacemos los arquitectos. ¿Y una casa? Eso es otra cosa.
Estoy ahora enfrascado con la excelente novela Las correcciones, de Jonathan Franzen, en la que acabo de leer lo siguiente:

En las alumbradas casas de los Meisner, los Schumpert y los Person y los Root, se veía claramente que había gente en casa, familias enteras agrupadas en torno a las mesas, cabezas jóvenes inclinadas sobre los deberes, rincones que destellaban televisión, bebés en carenaje, un abuelo que pone a prueba las calidades de una bolsa de té utilizándola por tercera vez. Eran casas con espíritu, sin complejos.
Que hubiera alguien lo significaba todo para una casa. Era algo más que un hecho fundamental: era el único hecho.
La familia era el alma de la casa.
La mente despierta era como la luz de una casa.
El alma era como la ardilla terrera en su agujero.
La consciencia era al cerebro lo que la familia era a la casa.
Aristóteles: Suponiendo que el ojo fuera un animal. la visión sería su alma.

Este tipo de descripciones no son sorprendentes ni excepcionales en el mundo de la literatura, ni en el del cine. Sí que lo son en el de la arquitectura. Quiero decir que el "tema" de la literatura y del cine es el ser vivo, los problemas existenciales, mientras que el "tema" de la arquitectura es el espacio, configurado por elementos inertes.
En las fotografías de las grandes obras de arquitectura no hay gente. Se ven los espacios vacíos, los planos abstractos, la luz, pero nadie habita esos espacios ni nadie es iluminado por la luz.
Las casas de verdad son otra cosa.
Estamos hablando de cosas distintas, naturalmente. Una es la profesión, la técnica, el diseño. La otra es la experiencia vital, las peripecias de la vida.
Planteo la pregunta siguiente: "¿En una casa bien diseñada y construida hay más probabilidad de vivir feliz?" Nos gustaría que la respuesta fuera "sí", pero es, obviamente, "no". No tiene por qué. Pero es que la arquitectura no trata de eso.
Se supone que en una estancia bien iluminada se estudia mejor, se está más a gusto, se es más feliz, pero sabemos que esto no es necesariamente así.
Todo este artículo está mal planteado, porque sugiere que el arquitecto, con su oficio, no tiene ni idea de cómo hacer a la gente feliz. Es lo mismo que si dijera que un arquitecto, por bueno que sea, no puede evitar que contraiga un cáncer un habitante de una casa diseñada por él.
Ya, ya lo sé. Solamente me apetecía, por una vez, mostrar casas en vez de arquitectura.
Y pienso, por ejemplo, en la casa de mís tíos Carlos y Celia. Fue diseñada por mi tío, que no sabía nada del asunto, y estaba distribuida muy toscamente (el enorme salón central era ciego, el cuarto de mi primo daba a un patinillo muy pequeño, etc). Pero yo siempre fui muy feliz allí.
(No era la arquitectura: Eran las personas).
Me ha pillado blandito el texto de Franzen: El alma de la casa. ¿Qué es el alma de la casa?
"La familia es el alma de la casa"
Si el ojo fuera un animal, la visión sería su alma, dice Aristóteles. Y si la casa fuera un animal ¿cuál sería su alma? La habitación (la capacidad de ser habitada). ¿Y qué es habitar? ¿Qué es vivir?
Demasiado para un arquitecto, ¿verdad? Solo he querido reflexionar un poco sobre todas estas cosas, y sobre el hecho de que todas estas cosas ocurren entre las cuatro paredes que dibujamos con el Autocad.

Nota.- Las ilustraciones de este artículo son de Norman Rockwell. Creo que hoy se le podría criticar a conciencia por su patriotismo facilón, su paternalismo..., pero estoy dispuesto a cruzar mis armas contra quien ose hacerlo. (A veces me repliego en un secreto refugio, que ya sé que es mentira, y allí me consuelo con Norman Rockwell, Frank Capra y Mark Twain. No entréis a saco en él. No me lo pisoteéis).

4 comentarios:

  1. Una casa bien diseñada y construida es como el dinero, no da la felicidad pero ayuda.

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  2. Buenos días, nos de Dios.
    Siempre he entendido que una vivienda es donde se vive y puede ser una casa ó no. Una casa tiene más alma y puede incluir un apellido. Todas son envoltorios de un "hogar". La casa o vivienda es el sitio (espacio) donde se construye un hogar...si no vas a construir hogar, solo vivir, con un picadero de 40 m2 te sobra...pero, amigo, cuando vas a construir un hogar es muy importante saber lo que quieres y trasmitírselo al profesional (y que el profesional lo entienda). Claro, eso cuesta dinero y hay mucha gente que prefiere modificar su hogar para adaptarlo a una vivienda. Eso es más barato: "me compro un piso y me apaño".
    Cada cual hará lo que crea....

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  3. Es posible que una casa te rechace?? que no le guste las persones que viven en ella , y lo manifieste de alguna manera ?? o bien al revés, que al entrar en una casa que has comprado tengas buenas vibraciones y te encuentres muy confortable sin saber porqué??. me gustaria que alguien me respondiera algo al respecto. gracias.

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    1. por la sencilla razon que en ese epacio las personas que en ella habitaron fueron o muy felices o muy infelices,si fueron personas felices,los nuevos habitantes tienen esa sensacion de paz,pero sino los nuevos habitantes tienen la opcion de poder cambiar la sensacion de rechazo por parte de la casa solo si tienen esa sensacion de paz pódran realizarlo.

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