He leído (en un grupo de Facebook de admiradores de Frank Lloyd Wright) que la Torre Price está cerrada, sin uso, y que el dueño está vendiendo las decoraciones interiores.
No conozco el grado de fiabilidad de esta noticia, que está sin contrastar y en la que no profundizo porque no me veo con fuerzas para entender todo el proceso (parece que el edificio está protegido e inventariado y que la Frank Lloyd Wright Foundation lo ha denunciado y las autoridades le están exigiendo al dueño que recupere los elementos que haya vendido hasta ahora). Lo que yo pretendo, a raíz de esta noticia, mejor o peor entendida por mi parte, es mencionar dos males de la arquitectura: el desprecio y la veneración.