La marca automovilística SEAT va a lanzar un nuevo modelo de coche y le quiere poner el nombre de algún pueblo español. Así que, supongo que sobre todo para despertar el interés del público y llamar su atención, ha convocado una especie de concursillo en las redes sociales para que quien quiera opine y sugiera nombres de pueblos.
Como la gente es como es (¡Ay, Señor!), se lo ha tomado a chunga y por ahora el pueblo más votado es Puerto Hurraco.
El segundo es Guarromán, que suena a superhéroe que no se lava. El nombre viene del árabe Uadi-r-Romman, que significa "río de los granados", pero ya sabemos cómo somos todos.
Estoy seguro de que SEAT contratará a profesionales que sepan elegir un buen nombre, y que barajen su fonética, su tipografía, sus relaciones imprevistas con la sigla "SEAT", sus rimas involuntarias, etcétera. Pero queda muy bien proponer una campaña que le haga la pelota al público. Las dos obvias respuestas de la gente son: o el nombre del pueblo de cada uno (Seat Seseña) o la coña marinera e incluso despiadada (Seat Puerto Hurraco).
Es muy bonito hacer como que la gente elige las cosas, darnos a todos esta ilusión de que somos escuchados y de que nuestras opiniones cuentan. Suele ser un paripé, un postureo falso. Pero cuando es de verdad es bastante peor.
Ya comenté en su día lo del Ayuntamiento de Madrid preguntando a los vecinos cómo querían la Plaza de España, e incluyendo en el cuestionario asuntos que implicaban consecuencias técnicas muy difíciles. También vemos ahora que la Marina de Valencia quiere que la gente les ponga nombres a los espacios que la conforman. En vez de contratar a profesionales creativos dejan que la gente sugiera nombres.
Muy participativo todo.
Se muestra un aparente respeto (pero en realidad es muy paternalista) por el ciudadano ayuno de conocimientos específicos, y al mismo tiempo un desprecio olímpico por quien se ha formado en el asunto.
Al fin y al cabo, ¿en qué consisten los planes de estudios y las profesiones de diseñador gráfico, publicista, arquitecto, urbanista, periodista, lingüista, etcétera? En pamplinas y chorradas. Cualquiera sabe de sobra, sin necesidad de estudiar ni de adquirir experiencia, diseñar un logotipo, acuñar un eslogan, inventar un nombre, diseñar un edificio y cosas así de tontas.
Muy participativo todo.
Se muestra un aparente respeto (pero en realidad es muy paternalista) por el ciudadano ayuno de conocimientos específicos, y al mismo tiempo un desprecio olímpico por quien se ha formado en el asunto.
Al fin y al cabo, ¿en qué consisten los planes de estudios y las profesiones de diseñador gráfico, publicista, arquitecto, urbanista, periodista, lingüista, etcétera? En pamplinas y chorradas. Cualquiera sabe de sobra, sin necesidad de estudiar ni de adquirir experiencia, diseñar un logotipo, acuñar un eslogan, inventar un nombre, diseñar un edificio y cosas así de tontas.