viernes, 27 de noviembre de 2015

Siza x Siza. Segunda parte

El otro día nos quedamos bajando al gran salón de actos para asistir a la presentación formal y solemne del libro Siza x Siza editado por la Fundación Arquia y cuyos autores son Carlos Seoane y Juan Rodríguez.
Pues bien: Cuando llegamos allí ya estaba casi lleno, así que nos repartimos por donde pudimos, más bien atrás.
El ambiente era muy diferente del de hacía un momento: Mucha gente, y los protagonistas muy lejos.

Fotomontaje cutre con fotos que no casan,
para hacernos una idea.

La megafonía no funcionaba demasiado bien, pero nos enteramos del discurso.
A los que habían intervenido en el prólogo se sumó ahora Rafael Moneo, y al director de la Fundación Arquia le sustituyó el presidente. Anatxu Zabalbeascoa actuó como moderadora de la mesa redonda.
El acto se transmitió, y por lo que sé tuvo bastante seguimiento.
(Me comentaron que a Siza y a Souto, que hablaban en el perfecto y límpido portuñol que dije antes,  y a quienes se les entendía perfectamente, en la transmisión les pusieron una traductora).

Siempre me fijo en lo que no es. Ahí delante hay grandes
sabios hablando y yo distraído mirando estas cosas.

Gotas sueltas:

* David Cohn dijo una cosa interesante: que Siza crea formas sin seguir la geometría euclidiana, sino la sensibilidad del lugar. (Esto me pega con lo que dijo Souto de los gatos tumbados al sol).
* Algunos nos fijamos en que mientras los demás hablaban Siza no hacía más que dibujar. Luego dijo que era muy inseguro cuando afrontaba un proyecto, y que dibujaba para ir aclarando dudas y descubriendo caminos y posibilidades. "El dibujo es muy rápido. No tengo otra base intelectual".
* Moneo dijo que era curioso que a estas alturas de la vida Siza hubiera escogido, como resumen de toda su trayectoria concentrada en sólo seis proyectos, dos de sus primeras obras. Eso demuestra que desde el primer momento toda su obra tiene coherencia y continuidad.
* Una de las obras elegidas, es decir, de las más queridas por Siza, es precisamente de esas primeras. Es el barrio de la Malagueira, en Évora, y a Siza le gusta mucho que con los años haya ido cambiando. Está formado por viviendas muy básicas, que han ido sufriendo (o disfrutando) los cambios hechos por los usuarios. Dijo que era muy hermoso que cada vecino pudiera ser arquitecto de su casa. Moneo dijo que eso era posible porque el diseño inicial era muy abierto y lo permitía. 
* Siza dijo que hay que defender el papel del arquitecto, que hoy está amenazado.
* Anatxu Zabalbeascoa dijo que siempre pregunta a los arquitectos si al proyectar un edificio piensan cómo se va a limpiar, así que preguntó eso sobre la obra de Siza. Moneo salió a desviar la pregunta hablando de cosas más "transcendentes", pero Souto sí entró al trapo explicando que acababan de terminar un museo los dos, y que un diseño de una barandilla había sido así para permitir que se limpiara bien la escalera y la pared. También se habló de que en sus famosas piscinas las mamparas de madera de los vestuarios no llegan hasta el suelo para que éstos se puedan limpiar de un manguerazo.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Adiós, Luis

Hoy ha fallecido Luis Figuerola-Ferretti.

Sabía que estaba enfermo desde hacía tiempo, pero también que había tenido una mejoría. Estoy consternado. Lo seguía desde hacía muchos años, desde que me lo descubrió mi tía Celia, que tenía siempre la radio encendida en la cocina.




Años después, al irse de la radio, creó un blog delicioso -El duende de la radio- que yo seguía, y crucé con él algunos comentarios.
(Me trató siempre con mucho cariño, e incluso hizo alguna mención muy generosa a este blog).

Desde El duende de la radio hablaba de todo con gran estilo, humor, cultura y bonhomía, y también habló de su enfermedad sin tapujos, sin arrugarse, con valentía e incluso con su permanente ironía y amabilidad.

Era muy culto, muy afable, muy bueno, y tenía ese rasgo indefinible que, a falta de una palabra más exacta, llamamos "humor". (O tal vez sería más apropiado llamar "humour").


Que descanse en paz.

Estoy muy triste.

martes, 24 de noviembre de 2015

Siza x Siza = Siza2

El viernes 20 de noviembre la Fundación Arquia presentó su libro Siza x Siza, cuyos autores son Carlos Seoane (texto-entrevista) y Juan Rodríguez (fotografías).
Para el acto de la presentación-homenaje la Fundación nos invitó a algunos privilegiados no sólo al acto en sí, sino a la rueda de prensa previa.
Como, sea por lo que sea, fui invitado en calidad de prensa (o de lo que sea -qué gustazo sería aparecer con un sombrero y con la acreditación en su cinta, y qué poco valor tengo para estas cosas-), y el medio para el que trabajo es Arquitectamos locos?, creo necesario hacer aquí la reseña del acto. Pero comoquiera que este medio es un poco así, pues haré la reseña también un poco así.

Un grupo de avezados reporteros quedamos previamente a comer a la una y media.

Fila de la izquierda: Lorenzo Barnó, Susana Gallego, José María Echarte y yo.
Fila de la derecha: Raquel Martínez, Enrique Parra, Isa, Jimena y Alberto Alonso.
(Miguel Villegas llegó tarde, pero llegó. No sale en la foto).

De entre todos nosotros parece surgir un poderoso líder.



Enrique Parra había dado el día anterior una conferencia sobre arquitectura y videojuegos, y yo creí durante todo el tiempo que ese casco era suyo; que lo había llevado a la conferencia y que hoy lo traía de coña. Pero no: Era parte de la decoración del sitio, y no pegaba nada porque el resto eran libros gordos y como antiguos encuadernados en piel. Me enteré cuando al irnos le dije que se dejaba el casco.

Yo iba cargado desde casa (y para todo el día) con el tocho de Souto de Moura de GG, con la esperanza de que me lo firmara. Sí: cada uno a nuestra manera somos frikis.

La comida fue muy divertida, y ya sólo por eso había merecido la pena apuntarse al plan del día.

Llegamos a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y fuimos a la rueda de prensa. Era una sala en la tercera planta. Antes de entrar, vimos a Suoto sentado, tomándose un café con leche y hablando en inglés con un hombre que estaba de pie.
-Ahí lo tienes. Dile que te firme el libro -me dijeron mis amigos.
Efectivamente, cuanto antes mejor.
Saqué el libro de la mochila y me puse respetuosamente detrás del hombre que hablaba con Souto. Pero, en vez de terminar e irse este señor, se le sumó otro, y siguieron hablando los tres tranquilamente.
Souto me vio y se apiadó de mí. Me hizo una afirmación con la cabeza y un gesto para que me acercase. Tomó el libro, lo apoyó en la mesa, me dijo que pesaba mucho y me preguntó mi nombre en un portuñol perfecto. (Yo diría 85% español y sólo 15% portugués. O sea, que se le entendía divinamente).


Buscó la página en la que aparece el título (su nombre), que aprovechó para que quedara incluido en la dedicatoria y me escribió: "Para José Ramón c/ un abrazo de EDUARDO SOUTO DE MOURA", y debajo su firma (legible: SMoura) y Madrid015.
Al ver cómo apretaba toda la dedicatoria en el borde superior de la hoja, dejando todo el espacio de abajo libre, durante un momento pensé lo mismo que me dijeron luego mis amigos:
-¿A ver? ¿A ver? Joder, te podría haber hecho un dibujo.
Ya veis cómo el ser humano es insaciable e ingrato.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Los perritos

Tal vez esto ocurra en todo el mundo, y yo como español me crea que sólo ocurre aquí. No digo yo que no. Pero cada vez tengo más arraigada la sensación de que en España (al menos en España) todos corremos una loca carrera que consiste en "hágame usted una norma absurda, que ya veré yo cómo me la salto".
Salió la Ley Antitabaco, y en seguida todos los bares a justificar que tenían menos de cincuenta metros cuadrados, llamando "almacenes" a salas de doscientos metros cuadrados. Se modificó la ley y todos a sacar espacios semiexteriores para fumar. En nuestro país no hay "la excepción que confirma la regla", sino "la excepción generalizada para saltarse la regla".
Sale un nuevo Real Decreto y rápidamente lo hojeamos para ver por dónde nos lo podemos saltar, dónde presenta flaquezas o ambigüedades que nos permitan interpretaciones libérrimas.
En este juego siempre contamos con la complicidad de quienes escriben los artículos, que son los peores escritores del mundo y redactan con tal retorcimiento y tan pésima sintaxis que cualquier cosa puede significar cualquier cosa.

El otro día he visto un ejemplo simpático (pero muy triste), que es el que me ha movido a escribir estas líneas.
En una tienda de hogar y decoración de Aranjuez he visto a la venta estos simpáticos perritos:


(También los hay en serpiente). Son unos cojines alargados para colocar debajo de las puertas e impedir que pase el biruji.
No los había visto en mi vida, pero me dicen que son soluciones clásicas para las casas antiguas, aquellos casoplones mal acondicionados en los que se colaba el aire por todas partes.
Pues resulta que se han vuelto a poner de moda. Y es que en nuestras maravillosas casas superacondicionadas y megacalefactadas se vuelve a colar el gato, pero esta vez por prescripción legal.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Corbu vende

En el quincuagésimo aniversario de la muerte de Le Corbusier (no os perdáis Necrotectónicas: Allí se cuenta estupendamente) han aparecido nuevas biografías, incluso una en comic, y se han celebrado exposiciones y otros eventos por todo lo largo y ancho de este mundo (Capitán Tan dixit).
La empresa Renault se ha sumado a estos homenajes sacando el automóvil Le Corbusier.

Renault Le Corbusier: El Corbucoche. O el Corbumóvil.

No sé. Yo no lo veo nada corbuseriano. Me parece más bien el coche de Batman.



Los diseñadores dicen que se han inspirado en Le Corbusier "por su simplicidad y por la estructura visible". Lo que hay que hacer para ganarse la vida. Y lo que hay que hacer para explicar cómo se la gana uno.
Vale: Y Cien años de soledad está inspirada en La Divina Comedia porque tiene palabras, y hay personajes.
Habría que recordar que Le Corbusier ya diseñó un coche. Éste:


Ojocuidao ahí. Y, si me apuráis, yo puedo diseñar otro inspirado en Corbu:


Bueno, vale; lo acabo de hacer con el pincel del photoshop manejado con el ratón. Vale. (Pero un puntito sí que le veo).
No seguiré por ahí, que me pierdo.